Tejados [Iulius]

Atardecía. El sol se ponía, pero seguía haciendo un calor asfixiante. Habías conseguido colarte trepando hasta el tejado del edificio. Desde donde estabas véias uno de los dos patios de aquel colegio, en el que había un campo de aquel deporte... ¿Cómo se llamaba?¿Fútbol? Los antiguos alumnos estaban entrando por una puerta al patio. Tras observar un momento, te giraste a a la puerta que daba a las escaleras. Hora de hacer el trabajo.

Antes de entrar por las puertas del infierno, Iulius se santiguó, hizo una silenciosa plegaria a Dios y crujió los huesos de sus dedos y cuello. Con mirada decidida entró por la puerta sin vacilación. Andando forma silenciosa, Iulius paraba de vez en cuando a escuchar tras las puertas mientras avanzaba por los pasillos. Si un apestoso muerto viviente se escondía tras alguna de esas puertas, su no-vida tardaría poco en convertirse en una verdadera muerte.

Según avanzaste, escuchaste un ladrido. No era algo muy normal en un colegio, pero proseguiste. Además podías escuchar a algunos de los antiguos alumnos, que estaban bajando mesas desde las clases. Pero no podías ver nada interesante. Si había algún zombie, debía de estar encerrado en alguna de las clases, o ya habría atacado a todas esas personas por el ruido que hacían.

Iulius no percibía nada raro, lo cual le parecía algo extraño. Decidió dirigirse a conserjería, donde deberían tener las llaves guardadas. Como siempre, Iulius intentaba no hacer el más mínimo ruido. Una vez en la conserjería, Iulius buscó las llaves.