Seguimiento [Touché]

Estabas volviendo a tu casa como un día más después del trabajo en la tienda hacia tu casa. Había sido un día agotador, y además poco fructuoso. Habían pasado al menos cinco idiotas que no habían comprado nada pero se habían pasado horas mirando. Cuando por fin llegaste a tu casa recibiste una llamada de Superhéores INC. Aún estabas girando la llave cuando te advirtieron.
¿Guillermo? Soy Drac, del grupo Fuerza Máxima El grupo de superhéroes, Fuerza Máxima era muy conocido, sobretodo en Cataluña, ya que uno de sus miembros, justamente Drac, había evitado que un súperterrorista destruyese el Camp Nou durante un partida de liga contra el Real Madrid. No entres en tu casa... Cuando hacía mi ronda por el barrio vi a muchos tipos sospechosos merodear por tu barrio, no sabía que vivían más superseres allí, pero la empresa me avisó cuando les dí la dirección. Créemos que han entrado a robar en tu casa, pero van muy bien armados como para que sólo sea eso..

A veces me sentía como un estúpido trabajando, con todo lo que había estudiado, como vendedor en una tienda de ordenadores. ¿Cómo había podido caer tan bajo? ¡Yo, que podría haber ido a las olimpiadas! Pero por alguna extraña razón estar entre aquellas cuatro paredes, encerrado junto a todas aquellas piezas de tecnología, me hacía sentir cómodo. Aquellos ordenadores eran una verdadera obsesión para mí, y el vínculo que sentía que me unía a ellos era tan fuerte que podría hasta enamorarme de uno.

Era muy extraño, pero yo nunca había sido una persona ordinaria.

Paseaba por las calles de la ciudad distraído. A veces recordaba los viejos tiempos en los que las había recorrido noche tras noche. Ahora ya no lo hacía, pero seguía en activo y me sentía orgulloso por ello.

Una llamada a mi móvil me sorprendió mientras giraba la llave frente a la puerta de mi piso. Fue muy grande mi sorpresa al reconocer la voz del famosos superhéroe. Me detuve en seco, sin llegar a abrir la puerta del todo.

- ¿Estás seguro de lo que dices? – saqué la llave de la cerradura y di un paso hacia atrás - ¿nuestras identidades no son secretas? ¿No se supone que nadie debería saber dónde vivimos?

El problema que me planteaba Drac era muy serio, y confiaba lo suficiente en él como para creer lo que decía.

- Supongo que lo mejor será que me vaya.

Maldita sea, con las ganas que tenía de dejarme caer sobre mi cama. Pero volví a sentir esa sensación que tanto añoraba. Aquel nerviosismo unido a la emoción de la acción. El peligro, la heroicidad… Todo junto. Era tan maravilloso ser un superhéroe…

- ¿No deberíamos hacer algo con ellos? Si han irrumpido en mi casa puede que lo hayan hecho en las casas de otros como nosotros. O quizá ha sido una simple coincidencia, seguro que no saben dónde se están metiendo. ¿Iban lo suficientemente bien armados como para poder conmigo? No creo que las armas más potentes puedan pasearse por Barcelona sin problemas.

Durante toda la conversación había hablado en voz baja, procurando que nadie excepto Drac me oyera. También iba dando pasos hacia atrás, por precaución.

- Quizá pueda darles una lección.

Ante la pregunta sobre las identidades, Drac masculló algo sobre "Se suponía" al otro lado de la línea:
No estamos seguros de las intenciones de los que hay ahí dentro... Pero te puedo asegurar que no son simples ladrones... Al menos uno de ellos lleva una escopeta... Si vas a entrar y no te importa que te destroce los cristales, puedo intentar ayudarte, pero esto puede ser difícil... Creo que mejor esperar... Al menos otro superhéroe se aproxima hacia aquí... Un tal Átomo. El tono de voz de Drac denotaba preocupación... Esta vez te había tocado a tí, pero mañana podría ser a él. En cuanto a tu preocupación por otros de nosotros, lo están investigando... ¡Oh, mierda, me han visto! La llamada se cortó. Escuchaste el disparo de un arma de fuego, y el ruido de los cristales partiendose.

Cuando la llamada se cortó me lancé hacia la puerta, decidido a plantar cara a aquellos ladrones. No podía esperar la ayuda del tal Átomo, debía entrar en acción. Metí rápidamente la llave en la cerradura y abrí la puerta. Mi principal objetivo en este momento era ayudar a Drac, pero para ello necesitaría mis espadas.

Entré rápidamente en casa, con intención de tomar mis armas, que se encontraban escondidas en mi habitación. Eché una rápida ojeada al recibidor. Si había allí alguno de esos ladrones me encargaría de derribarlo de un puñetazo antes de seguir.

Drac había entrado, y había empotrado a uno de los ladrones contra una pared. Justo delante tuya, de espaldas a tí, un hombre con una escopeta corredera apuntaba a Drac. Había quien decía que el Protector de Cataluña (como se conoce a Drac) no sangraba... En ese caso, lo que corría por las junturas de la armadura del héroe debía ser kepchut. Unos pasos se escuchaban prevenientes del pasillo. La situación era frenética, pero obviamente aquellos no eran asaltantes normales. Iban cubiertos con pasamontañas y llevaban trajes negros con chalecos de comando.

Tuve que pensar rápido. Aquella gente iba preparada, mis puños no conseguirían nada contra esos tipos. Necesitaba mis armas, y Drac necesitaba mi ayuda. Decidí ayudar a mi compañero, no tenía miedo de salir herido. Confiaba lo suficiente en mi resistencia y agilidad.

A tus pies yacían muertos dos asaltantes, y junto a ellos, otro estaba lloriquenado y rezando. Drac entró en la habitación, con cuidado de no pisar los cadáveres. No parecía muy contento con lo de que hubieses matado a los asaltantes, y masculló un "Por Dios..."
El resto están tirados en el salón... Oye, siento haberme cargado la ventana... Y el sofá... Y la tele. Bueno, creo que la empresa tiene un seguro para estas cosas, se harán cargo... En cuanto a este tipo... Creo que habría que ir interrogándolo. En una hora como mucho llegaran un par de miembros a investigar, y puede que necesiten tu ayuda... Yo tengo que irme. Ha habido una explosión muy gorda ahí fuero y tengo que ver que nadie haya resultado herido... De paso me llevo a los asaltantes que hay en el salón... Bueno, y a los dos cadáveres.

No pude evitar sentirme un poco avergonzado pero, ¿qué podía hacer? A los soldados que iban a la guerra los consideraban héroes, y seguro que habían matado a muchas más personas que yo. Ser un superhéroe no era como lo pintaban en los comics. Era algo mucho más complicado y oscuro.

- Bien, esperaré a que lleguen - dije secamente. Aquello realmente me había puesto de mal humor.

Mientras esperabas, el asaltante que habíais capturado, ya atado, seguía temblando de miedo... A ver que le podías sacar... Aunque iba a ser complicado sacarle algo balbuceante como era ahora... Aunque tal vez mejor en otro momento... Llamaban a la puerta.


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Ate y Colmillo entran ahora.

Caminaba de un lado a otro, pensativo. Y cada vez que me detenía fulminaba al atemorizado asaltante con una dura mirada. Suponía que debería preguntarle quién era, para quién trabajaba...

Antes de poder mediar palabra oí el estridente sonido del timbre de mi casa.

- Deben ser ellos - dije en voz alta, mirando con una mezcla de malicia y diversión al asaltante.

Me dirigí hacia la puerta y abrí de par en par. Estuve unos segundos observando a los dos personajes que tenía plantados frente a mi casa.

- Vosotros debéis ser... los miembros que han enviado a investigar, ¿no?

Por las pintas que llevaban no debía desviarme mucho en mis suposiciones. Aunque no podía fiarme del primero que llamase a mi puerta, por lo que permanecí allí esperando su respuesta.

Vaya, por lo visto no es francés. O al menos no se le nota en el acento. Entonces practicará esgrima como dijo Ate. Tendí una mano a quien supongo debe ser Touché para saludar.
- Buenas, soy Colmillo y esta es mi compañera Ate. Efectivamente nos envían para investigar... ¿qué demonios ha pasado aquí dentro? dije al ver la casa patas arriba

Colmillo y Ate. No sabía qué capacidades podrían tener, pero sí que parecía que eran de los míos.
El tal Colmillo me tendió su mano por lo que no me demoré en estrechársela.

- Yo soy Touché, un placer. Al parecer unos poco ortodoxos ladrones han entrado en mi casa. No creo que sean simples ladrones porque iban lo suficientemente bien armados como para reducirme - guardé unos segundos de silencio -. Por suerte he podido con ellos y tengo a uno en el salón. Ahora mismo iba a interrogarlo, me dijeron que vendríais a investigar.

Decidí obviar el problemilla ético que conllevaba el haber matado a dos de los asaltantes. No conocía a aquellos dos lo suficiente como para saber si pensaban igual que yo o no. No me convenía tampoco ganarme la antipatía de los que iban a ser mis compañeros a partir de ahora.

Me aparté de la puerta y con un estilizado movimiento les invité a pasar.

O aquel hombre tenía muy mal gusto para decorar, o alguien había puesto la casa patas arriba, pensé cuando, el que debía ser Touchè, nos abrió la puerta. Su identidad y mis sospechas, se confirmaron tras presentarnos Colmillo. Al parecer alguien había intentado robar en la casa. Mi pregunta era ¿El qué y por qué? Pero posiblemente esas preguntas llegarían a tener respuesta, ya que habían capturado a uno de los incursores.

-¿Un interrogatorio? ¡Genial! ¿Puedo ayudar? ¡Tengo cuchillos nuevos! -Dije enseñándolos, mientras ponía mi mejor cara angelical. -Si queréis puedo hacer de poli malo...

- Oh, tenemos un prisionero. Esto puede facilitar mucho las cosas.

-Si queréis puedo hacer de poli malo...

- Está bien. Entonces, ¿hago yo de poli bueno o prefiere hacerlo el dueño de la casa? ¿Tienes algún poder para leerle la mente u obligarle a decir la wahrheit? Perdón, la verdad - le pregunté a Touché. Realmente lo dudo porque si tuviera tal poder ya lo habría usado, pero por preguntar no se pierde nada.

Me quedé pensativo durante unos instantes.

- Mejor que os dediquéis vosotros a interrogarlo.

Seguramente aquel asaltante no querría hablar conmigo de ninguna manera. Me había visto en acción, y suponía que habría sido algo muy traumático para él.

- Ojalá tuviera algún poder mental de esos. Yo sólo puedo moverme muy rápido, y estirarme.

Confiaba en que ellos también me confiarían sus capacidades especiales al haber revelado yo las mías. Cerré la puerta después de que entraran y los llevé hasta el salón, donde estaba el susodicho asaltante atado a una silla.

- Ahí lo tenéis.

Átomo se secó el sudor de la frente al entrar en el edificio. Una vez frente a la puerta de Touché picó tres veces, suponiendo que en el tiempo que ha pasado desde que le avisaron ya habría acabado todo.

-¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

"Impresiónalos a todos diciendo que te han metido una bala en el craneo y que eso no ta ha hecho nada... Pero déjalo caer como el que no quiere la cosa, como si fuera algo insignificante. ¡Y que no se te vea en la cara que quieres hacerlo!"

De pronto alguien llamó a la puerta. Dada lo tensa que era la situación no pude evitar reaccionar con un salto.

Respiré hondo y miré a mis compañeros, sería otro compañero. Me acerqué a la puerta y la abrí lentamente.

- ¿Quién eres? - solté al ver la apariencia del hombre que había frente a la puerta. Tardé unos instantes en reconocerlo. Me pareció recordar que había trabajado con él, aunque no sabía si había sido directa o indirectamente - ¿Átomo?

El poder de aquel hombre era envidiablemente enorme.

- Pasa - abrí del todo la puerta para que entrase - Tenemos a uno ahí dentro, atado a una silla.

-Yo mismo. Touché, ¿verdad?-dije resoplando. Seguía cansado por la carrerita, y su invisibilidad le había fastidiado un poquito mas. Pero había alguien para interrogar, así que se animó.

Átomo paso dentro, y miro al que estaba en la silla. Después miró a los otros dos.

-¿Quien se apunta a poli malo, poli peor?-dijo juntando un puño con una mano abierta, alzando los codos por encima de ambos y con una sonrisa maligna en la cara.

Yo me apunto- Dijo el Cazador, que llegó justo detrás de Átomo.-¿qué preferís, lanza o machete? Bueno, los dardos de la cerbatana podrían ser útiles

(como el DJ no me ha dado pie, me lo doy yo mismo XD)