Partida Star Wars (Derek)

Tema: Partida Star Wars (Derek) Jue Mar 29, 2012 3:15 am

Derek Lars Jya'Lion

Hoy el cielo sangraba sobre la bella tierra de Alderaan ofreciendo un espectáculo de belleza sin igual, el sol del sistema incendiaba los cielos antes de dar paso a la fría noche. Todo parecía estar en perfecta armonía, el viento mecía la hierba húmeda despertando nuevos olores, a varios metros de la pradera se escuchaba el dulce correr de un pequeño arroyo. Era perfecto. Hoy el cielo sangraba en Alderaan, lloraba la pérdida de una de sus hijas. El túmulo se levantaba sobre la hierba en un montículo de tierra recién cavada.

Poco a poco todos fueron marchando del lugar, primero sus compañeros de armas, nuestros compañeros, luego su familia, sus tíos, que sostenían a sus dos hijos, finalmente quedamos su hermano y yo. No intercambiamos palabras, simplemente nos quedamos en silencio mientras el sol se ocultaba tras las montañas y la fría noche se apoderaba de los cielos con su manto estrellado, él también se fue y eventualmente la mujer que había escondida a lo lejos tras los árboles también, no me moleste en averiguar quien era, no era importante.

Ahora la noche había llegado, incluso Alderaan se había despedido ya de su hija y la había acogido de nuevo en la tierra, pero ahora el luto ya había terminado. Todos habían llorado su pérdida, algunos lo harían por mucho tiempo, otros como sus hijos ni siquiera recordarían a su madre cuando crecieran. Un trasbordador cruzó el cielo rompiendo la armonía, segundos más tardes ya se había alejado del lugar. Todos la habían llorado a su manera, yo no. No me había permitido sentir nada, había cosas que hacer, era el capitán de la tripulación así que debía mantener una posición firme, no me había permitido sentir su muerte, hasta ahora, ahora que todos habían marchado, que incluso los cielos habían dejado de sangrar.

Me acerqué un poco más a la tumba, tenía las piernas entumecidas, llevaba horas de pie sin moverme siquiera. Me arrodillé frente al túmulo mientras sentía como el dolor invadía mi pecho, de pronto me sentía pesado, todas las personas que me importaban habían muerto o las había alejado de mí para protegerlas, sin embargo, había fallado en proteger a una.

—Perdóname. —Mi voz era un susurro— Si hubiera llegado antes, si tan solo me hubiera dado cuenta. Es culpa mía, yo… si tuviera más poder, el poder suficiente para salvarte, todo esto no habría ocurrido. Tus hijos conocerían a su madre. Tendría que haberlo sabido, no debería haberte dejado venir con nosotros. —Desenfundé la pistola bláster que guardaba en el bolsillo y la deposité encima de su tumba— Una guerrera tiene que tener siempre un arma allá donde vaya, —sonreí mientras una lágrima se derramaba por mi mejilla derecha— lo siento tanto… —me levanté y miré mis manos llenas de tierra removida— Supongo que esto es un adiós. Tus hijos se convertirán en grandes personas, la fuerza esta presente en ellos, no te lo había dicho, no era el momento. Te prometo que los vigilaré, no permitiré que les ocurra nada malo. Si no te importa me quedaré con esto, adiós Victoria.

Me alejé de los prados con paso firme sin mirar atrás. Sentía como a cada paso que me alejaba de su tumba mis pies pesaban más y la presión en mi pecho aumentaba, este era un adiós de verdad. Había cerrado mis emociones hacía mucho tiempo pero esta nueva herida había hecho sangrar mis viejas heridas.

Volví a la ciudad, a su movimiento, pero todo parecía tan lejos. Sabía lo que tenía que hacer, no podía demorarlo más, los eventos acaecidos lo habían dejado claro, necesitaba hacerme más fuerte, y solo había una manera de hacerlo, lo necesitaba porque era responsable, porque no quería perder a nadie más. Llamé a Lois para darle instrucciones.

—En esta grabadora os he dejado varias instrucciones, yo tengo que marcharme, no se cuando volveré. —Le entregué la grabadora— Quiero que estés cerca de Shaab’du para aconsejarle, el será el capitán en funciones. No intentéis contactar conmigo o encontrarme, no quiero ser encontrado así que no me encontraréis.

Miré a Lois firmemente, ella lo entendía y no hizo falta intercambiar palabras. Me alejé en la oscuridad de un callejón. Había una última cosa que tenía que hacer antes de partir, me puse en contacto con Vylena para reclamar la deuda, los chicos estarían a salvo y si les ocurriera algo lo sabría.

Me introduje en la HoloNet, teníamos un sistema, yo me introducía bajo un seudónimo que habíamos acordado tiempo atrás, la red de espionaje de las guardias sombrías Mistryl detectaba al instante mi conexión y creaba una línea segura imposible de rastrear por el Imperio. Cinco minutos más tarde hubo respuesta.

—Vylena, necesito que me hagas un favor. —directo al grano, como siempre.
—Es bueno verte a ti también Derek.
—Perdona, es importante. —su expresión cambió. Le expliqué la situación— Te daré también mi frecuencia del comunicador, solo tú sabrás donde estoy, comunícate solo si es importante y no le digas a nadie mi localización.
—Querido, tus amigos no pueden pagar nuestras tarifas, además si se trata de ti puedes confiar en nosotras ya lo sabes. Tendremos a esos críos bien vigilados, si les tocan un pelo nosotras lo sabremos. —Hubo un silencio incómodo— ¿Estás bien? Pareces… No sé, diferente.
—Estoy bien Vy, es solo que… Necesito descubrir quien soy.
—¿Por qué no te vienes a Emberlene? Solo por una temporada, podríamos trabajar juntos incluso, ¿te acuerdas? Se nos daba de puta madre.
—Quizás la próxima vez.
—Esta bien, cuídate Der. —esperó unos segundos y luego cerró la comunicación.
—Tu también Vy.

Cogí el aerobús de Crevasse hasta un puerto espacial comercial, eran los mejores para viajar si no deseabas ser descubierto. Los comerciantes y transportistas a menudo aceptaban pasajeros, era una manera de sacarse un dinero extra libre de impuestos.

De camino en el aerobús sentí algo que hizo que se me erizaran los pelos de la nuca. Aún estaba aturdido por los acontecimientos y mi mente era una vorágine de dudas, sentimientos y frustración, sentí una conexión en la fuerza, intenté localizarla, encontrarla descubrir su identidad pero mi mente estaba nublada, la fuerza se convertía en una niebla imposible de leer más allá. Eso me puso nervioso, tenía que salir de allí cuanto antes.

Compré un pasaje bajo un nombre falso para una vieja fragata médica, un modelo Apex III. Su ruta pasaba cerca de Dathomir y habían accedido a dejarme en el sistema en cuanto llegáramos, partía esa misma noche.

Entré en mi camarote cuando despegamos, y mientras me alejaba de Alderaan recordé a mi maestra, no se muy bien el porque, recordé sus palabras en su lecho de muerte, “No olvides jamás tus ideales, tu y yo somos diferentes, siempre lo hemos sido y no pensamos de la misma forma, pero hay nobleza en tu interior. Lo que he aprendido contigo es que no todo es blanco o negro... confío en ti, decidas lo que decidas.”

El camino no iba a ser para nada directo, pasé los primeros días encerrado en el camarote saliendo solo para comer y poco más. No tenía interés alguno en involucrarme con los demás tripulantes, el capitán era un viejo veterano, ex soldado de la república, aunque lo ocultaba bien, probablemente tendría contactos y consiguió una nueva identidad. Durante el alzamiento del Imperio los precios por nuevas identidades alcanzaron precios astronómicos, aquellos fieles a la República que sabían que la guerra había terminado y habían perdido tuvieron que esconderse para evitar ser ejecutados, o llevados a prisión, o quizás peor, siempre podían llevarte en una de esas prisiones asteroide como Kessel.

Kessel… Menuda juerga nos montamos para infiltrarnos allí, y todo para nada, no estaba allí, era gracioso si lo piensas. Unos locos deciden asaltar una nave imperial de transporte de prisioneros para infiltrarse en la prisión más aterradora del imperio para intentar rescatar a su compañera para luego descubrir que no estaba allí… Maldita sea, no pensar en su muerte era una tarea bastante complicada.

Cogí la máscara y la miré. Sus ojos huecos y oscuros, su sonrisa maquiavélica, su piel de ébano, podía sentir su fuerza, como me llamaba, me incitaba a que me la pusiera. Quería seducirme con poder, era poderosa y yo necesitaba ese poder, pero de nada me servía si no podía controlarla, la última vez casi mato a Shaab’du.

Me pregunté que estaría pasando ahora mismo a bordo de la Valkyria, probablemente algunos se estarían peleando para sentarse en mi trono mientras que Leproso Chen preparaba una de sus bazofias, Johnny y Mike estarían haciendo sus bromas habituales mientras el Kel’dor el cual nunca puedo recordar su nombre lo observaba todo en silencio escondido en su laboratorio. Vaya una tripulación tenía, Nervioso Joe probablemente seguiría extrañado a Timmy barquillas, estaba bastante apegado al muchacho “Es un buen aprendiz” decía siempre. Él también murió, era solo un crío, y Kree y muchos más. Muchos habían muerto bajo mi mando…

Nuestra primera parada fue en Kashyyyk, un sistema devastado por el Imperio, donde los pocos wookies supervivientes se habían convertido en esclavos, pos suerte Kashyka Tina no estaba aquí, no creo que hubiera aguantado la presión. Parecía una broma, allá donde fuera encontraba algo que me recordaba lo que había dejado atrás, y por si fuera poco esa sensación extraña me acompañaba desde Alderaan, pero no sabía que era.

Decidí salir a tomar el aire, un poco de aire puro me vendría bien pero a los cinco minutos volví a la nave, simplemente no me sentía cómodo, además la temperatura no acompañaba tampoco.

Nuestra siguiente parada fue en Trandosha un sucio planeta de lagartos, no es que fuera racista pero no había conocido un trandoshano decente en mi vida, ni siquiera nuestro pinche de cocina en la Valkyria, era un ser mezquino y envidioso.

Solo acercarnos al sistema pude sentir una vibración, un palpito que me recordaba a alguien, era ella. ¿Sería el destino? Me dirigía a Dathomir para visitar a las brujas del clan de la Luna Negra para que me ayudaran a encontrarla y desentrañar los secretos de esa máscara y de mi pasado, mis raíces, y al parecer allí estaba. Una vez aterrizamos no tuve que alejarme mucho del puerto.

Dos figuras me asaltaron, una era la Lord Sith con su armadura negra de bordes rojos ataviada con su capa, al parecer se había conseguido un nuevo aprendiz. Supongo que después de nuestro último encuentro en que maté a uno de sus aprendices y el otro fue incapaz de vencerme vio necesario buscar… material nuevo. Era un kaleeshita, otro lagarto. Aunque nunca me había topado con ninguno, solo había oído hablar de uno, el infame general Grievous. La mujer dio un paso al frente.

—Aquí no estas seguro, —vaya se preocupa por mi seguridad, claro, supongo que después de torturarme se creó un vínculo especial entre nosotros— tu conexión con la fuerza es como un faro a plena potencia en la oscuridad. Los agentes imperiales te están pisando los talones, y si no, poco tardarán en hacerlo. —que vengan pensé— Sea como sea tendremos que bajar en nuestra próxima parada y buscar un lugar seguro para ti antes de fomentar aún más esta conexión. Estoy segura de que estás más que dispuesto a ello.

Esto si que era una novedad. La atravesé con mi mirada intentando percibir más allá del visor de su casco pero fue imposible entender que estaba tramando. Miré a su aprendiz, tenía que serlo porque no parecía tan poderoso, me pregunto cuanto me costaría derribarlo, la idea se me antoja divertida, no me vendría mal un poco de sparring después de lo ocurrido. Volví a mirarla a ella.

—Bien, marchémonos pues. —¿De verdad estaba accediendo a ello sin más?— ¿Sabes?, es una ventaja que hayas venido hasta mí, así no tendré que buscarte. Me dirigía al sistema de Dathomir, es un buen lugar para esconderse si es lo que deseas, la fuerza esta por toda la atmósfera lo que hace muy difícil localizar a un solo individuo allí, además es un lugar bastante salvaje y conozco a algunos clanes.

Si iba a meterme en la boca del lobo tan pronto no estaría mal estar en un lugar conocido, incluso un lugar tan peligroso como Dathomir, las brujas o Dathomiri no eran exactamente mis aliadas pero mejor tenerlas a ellas cerca que nada, además eran fuertes y dominan artes extrañas y poderosas.

Noob Mensajes : 9 Fecha de inscripción : 01/02/2012

-Dathomir és un lugar muy afín al lado oscuro, no me interesa. Eso sólo te haría más visible, muerto no me sirves. No pongas esa cara, o acaso creías que todos los agentes imperiales son toscos stormtroopers? -Con un ligero ademán se gira hacia el kaleeshita- Éste es Pritks, es uno de mis alumnos avanzados. Debéis tener una habilidad parecida.

En tu mente oyes claramente -La última vez lo hiciste muy bien pero te agradecería que esta vez no matases a éste ... material nuevo.

-Tenemos pasaje en la nave, el capitán resulta ser de lo más interesante. Por tu propia seguridad no utilices la fuerza hasta que tengamos la oportunidad de ... verificar, que no te salten los sesos en el intento. El viaje nos llevará a los mundos centrales, uno en particular tiene un aura impregnada en el lado luminoso de la fuerza que servirá. Pritks tu harás la primera guardia

La siguiente parada llevó al trio a Umbara, un sombrío planeta productor de algunas especies medicinales. Allí desenvarcaron, Pritks se marchó por unos días. Ttiempo perdido sin aparente sentido, hecho que sacaba de quicio a Dereck. Había tomado su decisión y el método para conseguirlo estaba allí en algún recoveco del cerebro de la Sith. Había aparecido ante él como por arte de magia y ahora se negaba a ayudarle a conseguir más poder. Y todo por un excesivo celo en la discreción y seguridad. Si tanto miedo tiene quizás no sea tan poderosa como pretende, pensó.

Pasaron un par de días y Dereck se sorprendió del comportamiento de la Sith, estaba meditando. Aquella persona no era una Sith clásica después de todo.

Al tercer día volvió el lagarto, al parecer había tenido que buscar una nave lista para desguace pero que aún no hubiera sido debidamente procesada; conservando así el número de serie y el permiso de vuelo de su antiguo dueño. -Es una chatarra en el más amplio sentido de la palabra pero volará, los permisos están bien. La declararán robada en dos semanas.

TO BE CONTINUED

Tema: Re: Partida Star Wars (Derek) Mar Abr 03, 2012 8:08 pm

Derek Lars Jya'Lion

—Dathomir és un lugar muy afín al lado oscuro, no me interesa. Eso sólo te haría más visible, muerto no me sirves. No pongas esa cara, o acaso creías que todos los agentes imperiales son toscos stormtroopers? —Con un ligero ademán se gira hacia el kaleeshita- Éste es Pritks, es uno de mis alumnos avanzados. Debéis tener una habilidad parecida.

Sonreí para mis adentros. Pude sentir como se metía en mi cabeza, “La última vez lo hiciste muy bien pero te agradecería que esta vez no matases a éste ... material nuevo.”

—Tenemos pasaje en la nave, el capitán resulta ser de lo más interesante. Por tu propia seguridad no utilices la fuerza hasta que tengamos la oportunidad de... verificar, que no te salten los sesos en el intento. El viaje nos llevará a los mundos centrales, uno en particular tiene un aura impregnada en el lado luminoso de la fuerza que servirá. Pritks tu harás la primera guardia.

Su cambio de actitud era cuanto menos sospechoso, aunque quizás lo único que pretendiera era confundirme, concentrar mi atención en otro lado. Estaba claro que no iba a fiarme de ella, no era una opción.

Así pues volvimos a la nave de carga, nuestro destino era Chandrila, uno de los planetas del núcleo, lo que no acababa de convencerme, si teníamos que ocultarnos del Imperio el núcleo probablemente era uno de los lugares menos seguros de la galaxia.

La siguiente parada fue Umbara en la Nebulosa Fantasma, había sido uno de los sistemas que se unieron a los Separatistas durante las Guerras Clon, era un planeta sombrío y la especie dominante era una raza de casi humanos llamados umbaranos. Tenían la piel extremadamente pálida y sus ojos eran de tonos azulados o violetas, la visión de los umbaranos es ultravioleta y pueden sentir fuentes de calor. También se dice que tienen un don natural para manipular a los demás, lo que dada su cultura y sociedad es una habilidad más que adecuada, pues solo a las castas más altas s eles permite abandonar el planeta y para subir de casta eran precisas ciertas técnicas de subterfugio bastante cuestionables.

Nuestra estada en Umbara se alargó mucho más de lo previsto, demasiado para mi gusto. El lagarto aprendiz se marchó el primer día, y la Sith se negaba a contestar a ninguna de mis preguntas, era molesto. Decidí que lo mejor era esperar a llegar al sistema Chandrila sin hacer más preguntas, una vez allí obtendría mis respuestas por la fuerza si era necesario.

El segundo día fue igual, no había rastro del reptil humanoide por ningún lado y ella se dedicaba a meditar.

—No sabía que los Sith también meditarán…

La verdad es que no era una cualidad muy común en un Sith que saca su fuerza de sentimientos como la rabia o el odio que suelen surgir de forma tan agresiva, sin embargo allí estaba. Supongo que tampoco es tan raro, al fin y al cabo la meditación no sirve únicamente para calmar el espíritu, se puede sacar información muy valiosa de la fuerza viva a través de ella.

Cuando llegó el tercer día volvió a aparecer la lagartija de Pritks, no me gustaba. Nos había conseguido una cafetera espacial que supuestamente nos tenía que llevar hasta Chandrila, tenía número de serie y estaba en reglamento.

—Es una chatarra en el más amplio sentido de la palabra pero volará, los permisos están bien. La declararán robada en dos semanas.

—Entonces no hay tiempo que perder, salgamos de este agujero de una vez.

Noob Mensajes : 9 Fecha de inscripción : 01/02/2012

Chandrila es un rinconcito tranquilo de la galaxia. Esperáis sentados en vuestro nuevo vehículo, un popular Arrow 23 landspeeder, mientras miles de gotas de agua atacan su casco. Pritks se retrasa.

El sonido es tranquilizador, de la popa del espacioso vehículo sale ella. No lleva su armadura ni su casco, los ha sustituido por ropa más normal.
Botas de cuero, tejanos, una camiseta roja y una chaqueta marrón. Pero aún así lleva una máscara de respiración que le tapa la cara, al menos ya sabes que es de piel blanca, ojos verdes y tiene una melena castaña hasta media espalda.

- Ponte algo menos vistoso, en la parte de atrás hay un pequeño armario con ropa del espacio puerto, si no encuentras nada que te guste ponte la parte interna de la armadura hasta que podamos comprar algo de más calidad. Por cierto llámame Ilham, Ilham Khaja.

<space>aquí te dejo un espacio para que apuntes en qué piensas, si te gusta la ropa o no o si quieres hablar con ella. Es un espacio para tu libre roleo. Nota: porqué la i mayúscula es exactamente igual que la l minúscula? </space>

La puerta lateral del vehículo se abre y entra Pritks. Dice que ha vendido la nave por piezas, no le prestas mucha atención y que ya tiene todo el material necesario. De un rápido vistazo puedes ver células de energía, palas, comida, agua, sacos hinchables, etc.

Ilham - Dereck, mientras seas vulnerable deberías buscarte un nuevo nombre. Pero por ahora si quieres hacer los honores - te señala el volante del speeder.

El viaje no es fácil, la tormenta empuja el speeder de lado a lado y al ser gravitatorio hay que compensar bien todos los vientos. Silencio sepulcral salvo por una poco de música de la radio, apenas audible por las interferencias. De pronto un pitido indica que os llaman, Ilham atiende la llamada mientras se va a la parte posterior del vehículo de 8 metros.

Ilham escucha. - Ya has llegado, perfecto. Te he dejado un spee ....
Ya no puedes oirla, una súbita sensación de mareo te invade. Durante unos segundos la realidad se vuelve negra, absolutamente, ves como las líneas de tu máscara se forman ante tí pero sin el contorno de la máscara física. Te llama, te desea, te . La realidad vuelve ante tí, y recobras el control del vehículo no mucho antes de chocar con una pared de roca.

No sabes qué es lo que ha pasado, te sientes sobresaltado. Y no sólo por la idea que podríais haber muerto aplastados contra una montaña. Bueno al menos habéis llegado a las montañas. Detienes el speeder y te giras para informarles que ya habéis llegado. Te encuentras a tus dos compañeros quietos, el lagarto está completamente inmóvil pero Ilham te habla lenta y pesadamente como si cada palabra drenara fuerza de su concentración.

Ilham: Detén el vehículo, monta las tiendas, subiremos mañana.
Está sudando, se te antoja una idea. Y si le retiras la máscara y ves su rostro por fin? te acercas con curiosidad. Ya estás delante de ella cuando Pritks se relaja respirando con dificultad, ha roto su concentración.

La máscara incorpórea vuelve, pero esta vez no te llama, te engulle. Todos los rinconcitos de tu mente, de tus recuerdos de tu personalidad te duelen, te queman por dentro. Sólo hay dolor, dolor y el placer de infligir dolor entre agudas risitas. Otra presencia entra en acción es dura y áspera sin signos de bondad o cuidado, envolviéndote en un gélido manto que te entumece pero a la vez aleja al dolor.

Despiertas al atardecer, estirado en tu saco hinchable en la parte de atrás del speeder. Ilham no está y Pritks está comiendo un ratoncito en un pincho moruno. Te señala el fogón, al mínimo mantiene caliente a otro desdichado roedor ensartado.

Noob Mensajes : 9 Fecha de inscripción : 01/02/2012

Te llevas el roedor a la boca mientras tratas de despejar tu mente. Vaya parece que no todos los reptiles son malos cocineros después de todo. Pritks te informa que Ilham ha salido a inspeccionar la zona y que no debería tardar en volver.

De pronto te preguntas porqué? qué te está pasando y porqué. Desenterrada entre el pesar de tus pérdidas aparece esta duda. Hay algo que no logras recordar, sabes que está allí puedes verlo difusamente pero cuando tratas de enfocarlo desaparece. Te rindes y dejas de pensar en ello por un tiempo almenos, levantas la cabeza e Ilham ya ha vuelto. Ni te has dado cuenta, vuelve a llevar su armadura.

Ilham: a menos que tengamos que ir a una ciudad o pueblo será mejor que estemos bien equipados, descansad bien que mañana tendremos que reconocer toda esta zona y encontrar el lugar donde la fuerza es más poderosa.

Os vais a dormir con el sonido de una suave lluvia sobre el casco del speeder, ya sin la fuerza ni la violencia de la tormenta.

A la mañana siguiente os poneis en camino, equipados con vuestras mochilas empezais a subir la ladera de la montaña que os recibe con el inconfundible olor de la hierba húmeda bajo la mortecina luz del sol. Os espera una día entero de ascenso.

Llegáis a la primera cueva justo para cuando el sol desaparece por el horizonte, es una grieta profunda y tras inspeccionar los primeros metros os forzáis a seguir un poco más allá y un poco más y otro poco. Una luz os atrae, es tenue y azulada. Procede de una sala redonda con tres salidas, tiene la periferia tallada en forma de bancos de piedra y en el centro hay una especie de gran candelabro con unos hongos luminiscentes dentro. Apagáis las linternas, hay que reservar energía. Y acampáis en la sala.

<space> moment de llibretat per a comentar coses, fer preguntes o intimar una mica amb el grup.</space>

Noob Mensajes : 9 Fecha de inscripción : 01/02/2012

Te despiertas suponiendo que son más de las 5 de la mañana, has descansado poco.

Pritks descansa sobre su costado, protegiendo una herida reciente cauterizada en la parte derecha de su abdomen.

Buscas a Ilham y la encuentras meditando, ya no te sorprende como al principio.

- Mira a tu derecha, eso es una pica de fuerza. Pritks se ha encontrado a su portador esta misma noche, estaba sólo así que aún no nos han encontrado pero no tenemos demasiado tiempo.

Tiempo para qué? no te lo ha dicho, y no comprendes porqué te ayuda.

Os ponéis en marcha por el único camino transitable que se extiende frente a vosotros, es un camino descendiente por lo general rectilíneo i con piedras enderezadas de más de dos metros a los laterales.

Ilham se dirge a tí -estás muy callado hoy, pensaba que tendrías más dudas sobre qué és lo que te está pasando. Pero, en fin, tu calma nos ayuda mucho. No creo que falte mucho, tu no lo notarás pero aquí la fuerza es cada vez más intensa

No le das mucha importancia a sus palabras, después de todo eso es exactamente lo que estáis buscando. Distraído, miras a una de las piedras y te das cuenta que en realidad son estatuas muy antiguas. La mayoría de humanos, y cuanto más os adentráis en la cueva más nuevas y reconocibles son. Esto no es una cueva, es un antiquísimo mausoleo.

Un brillo te llama la atención, a los pies de una de las estatuas. Parece un sable láser pero de un diseño muy antiguo, no se parece a ninguno de los que has visto. Pasas de largo, no es importante.

Después de un día entero de ligero descenso llegáis al final del camino, es una estancia redondeada con diez estatuas alrededor de la pared y cuatro más en la parte central. Éstas últimas están de rodillas mirando al centro de la habitación.

Prikts e Ilham parecen más relajados. Ilham se dirige a tí y te dice que intentes evocar todo tu odio y todo tu dolor per sin usar la fuerza. Y que lo tengas listo y a mano para cuando estén listos.

Tema: Re: Partida Star Wars (Derek) Jue Ago 23, 2012 4:58 am

Derek Lars Jia'Lyon

Tres días y dos noches en Chandrila. Al despertar en la sala iluminada tenuemente por los hongos luminiscentes veo que Pritks esta echado en su macuto intentándose tapar una herida reciente, a su lado descansa una pica de fuerza. ¿Qué habría pasado?

Dudé sobre si despertarlo para preguntar que era lo que había ocurrido pero al final consideré que lo mejor sería descansar, todo indicaba que había tenido alguna clase de enfrentamiento. No tardé en encontrar a Ilham meditando en una de las salas contiguas, estaba sentada con el cuerpo y el espíritu totalmente calmado, aunque no era la primera vez, verla así seguía resultándome algo extraño. Quizás no fuera una sith después de todo, aunque eso resultaba contradictorio con nuestros encuentros pasados, fuera como fuere había algo que se me escapaba.

Ilham salió de su trance cuando se percató de mi presencia poco después d eentrar en la sala.

—Mira a tu derecha, —dijo refiriéndose a por donde yo había entrado, desde allí se podía ver a Pritks descansando— esa es una pica de fuerza. Pritks se ha encontrado a su portador esta misma noche, estaba solo así que aún no nos han encontrado pero no tenemos demasiado tiempo.
—¿Quién ha sido y por qué nos persiguen? —nunca fui un hombre de muchas palabras.
—Es un agente imperial, su arma le delata. No es tan poderosa como un sable pero en manos hábiles es un arma peligrosa. —Aclaró con cierto desaire— En cuanto al atacante, estoy segura de que te buscan para eliminarte. Para el emperador todo usuario de la fuerza es una posible amenaza, y si han sido adiestrado más aún, y tu cumples esas condiciones.

Todo usuario de la fuerza… Eso quería decir cualquier ser sensible a la fuerza dotado de inteligencia, entonces me asaltó un pensamiento como un cubo de agua fría. Los niños, los hijos de Victòria. Que estúpido, no estaban seguros, aunque las mystril tuvieran el ojo avizor si el emperador de verdad quería eliminar a los niños no había mucho que pudieran hacer. Tenía que volver…

—Qué tu conexión con la fuerza se haya vuelto inestable te hace impredecible, y por lo tanto más peligroso a sus ojos. —sentenció interrumpiendo mis pensamientos.

…Pero aún no podía volver, no en mi estado actual, necesitaba aquello a lo que había venido a buscar. Tendría que confiar en que Vylena y sus chicas pudieran mantener a los niños seguros por el momento. Intenté esconder mi preocupación pero mi rostro me delató levemente.

—¿Por qué ha ocurrido todo esto? —pregunté.
—Tiene relación con tu máscara, que por cierto ya sabes que tiene voluntad propia. Esta intentando crear un puente con tu mente, no sé muy bien para qué pero ambos podemos sacar partido de todo esto.
—Esta máscara… pertenece a mis antepasados o eso creo. ¿Qué sabes tú de ella?
—De su pasado no sé gran cosa, solo se que su linaje y el mío estuvieron enfrentados. Mucho antes de que los sith se redujeran a maestro y aprendiz.
—¿Y esto debería hacerme confiar en ti? —todo aquello resultaba algo confuso y no hacía más que levantar nuevas dudas que me dejaban cada vez más intranquilo.
—No te pido que confíes en mí, tómatelo como un trato, si cada uno hace su parte ambos saldremos ganando. —aclaró.
—Je… sin embargo tu sigues escondiendo tu identidad tras esa máscara… —repliqué como un niño pequeño, me sentía incómodo.
—Cierto, pero tu ya estas acostumbrado a las máscaras, tu también llevas una y es mucho menos trivial que la mía. —La mitad de su rostro estaba escondido pero estoy seguro de que se le marcaba una sonrisa en los labios— ¿Dónde la encontraste?
—La encontré en Korriban en el desierto, es una historia muy larga, digamos que yo estaba buscando a mis antepasados, a causa de un accidente tuve que hacer un aterrizaje de emergencia en el planeta y encontré allí en mitad de la nada de manera completamente azarosa una tumba. Allí estaba la máscara. Después de abandonar la tumba jamás pude volver a encontrarla, había desaparecido, el desierto se la había tragado como si nunca hubiera existido. —Ilham me escuchaba atentamente, analizándome— Basta de perder el tiempo con historias, sigamos nuestro camino.

Sus motivos aún me eran inciertos, parecía imposible sacarle cualquier información. Durante los días pasados habíamos mantenido alguna que otra conversación más y menos trivial pero en ninguna de ellas había soltado prenda, guardaba sus intenciones con mucho recelo y eso me inquietaba y frustraba, porque ella si conocía mis intenciones, porque estaba completamente a su merced, ella tenía el control y yo no.

Despertamos a Pritks, a esta hora el sol ya había amanecido aunque aquí dentro sus rayos de luz no nos alcanzaran. Las heridas de Pritks no eran graves, probablemente no dejaran cicatriz, aún así debían de ser dolorosas porque de vez en cuando y aunque lo intentaba ocultar se quejaba, y andaba levemente arqueado intentando proteger su costado. Pritks era un tipo duro, pero no lo era tanto como quería demostrar, quizás porque se sentía amenazado por mi presencia o quizás porque era su forma de ser, o para buscar la aprobación de su maestra. A pesar de mis reservas hacia él y los de su clase no parecía un mal tipo, pero no podía confiar en él, sin embargo noté que había empezado a respetarle un poco tras los hechos ocurridos anoche.

Continuamos la marcha, el descenso era largo, por un sendero estrecho y prácticamente recto a excepción de algunos pocos tramos, a ambos lados se levantaban piedras enderezadas de más de dos metros de altura.

—Estás muy callado hoy, pensaba que tendrías más dudas sobre qué es lo que te está pasando. —Empezó— Pero en fin, tu calma nos ayuda mucho. No creo que falte mucho, tú no lo notarás pero aquí la fuerza es cada vez más intensa.

¿Se estaba burlando de mí? Decidí no darle una importancia excesiva a sus palabras, al fin y al cabo nos acercábamos a nuestro objetivo y el que yo no pudiera detectar la presencia de la fuerza probablemente estaba relacionado con mi reciente desequilibrio por así decirlo. Mientras voy paseando por mi mente presto más atención a mi alrededor, para mi sorpresa resultó que las rocas que flanqueaban el sendero no eran simples piedras, eran humanos, estatuas. Cuánto más descendíamos más nítidas y reconocibles eran sus figuras, probablemente porque estaban talladas en diferentes épocas o no habían estado tan expuestas al desgaste del tiempo y la naturaleza. Entonces caí en la cuenta, aquello era un mausoleo, una tumba, parecida a la que encontré en Korriban.

Una observación más cuidadosa delató que aquél lugar era muy antiguo, probablemente tenía varios milenios de antigüedad. A los pies de una de las estatuas un leve destello captó mi atención, era un sable láser. Un modelo antiguo, muy antiguo de hecho, el cargador de energía lo delataba. Era uno de los primeros modelos registrados de sables de luz, nunca había visto uno pero sí había escuchado hablar de ellos o leído en la biblioteca del templo jedi. No era tan antiguo como los que usaban baterías tan pesadas que debían llevarse cargadas a la espalda pero aún así ese sable probablemente pesaría unas tres veces más que el mío y además tendría muchos más fallos de energía.

El camino era largo, muy largo, de hecho tardamos todo el día en llegar a nuestro destino, por suerte el descenso fue fácil, por lo que no fue muy excesivamente agotador, con alguna que otra parada para recuperar el aliento o comer algo ligero e hidratarnos. Al final del trayecto nos esperaba una sala circular con diez estatuas empotradas a lo largo de la pared y cuatro más en el centro, estas estaban mucho más bien conservadas y los detalles y los rasgos se distinguían mucho mejor. Las cuatro estatuas centrales estaban arrodilladas colocadas de manera que cada una miraba exactamente al punto central de la estancia.

Ya estábamos allí, por fin, ¿y ahora qué? Miré a Ilham y a Pritks, parecían extrañamente relajados, eso me confundía, quizás fuera porque ya se había terminado la caminata y ahora podrían descansar un poco. Sin embargo yo estaba algo impaciente y Ilham debió de verlo en mi rostro porque se me acercó para explicarme cuál era el siguiente paso a seguir. Tenía que evocar todo mi odio y dolor reprimidos en mi interior pero tenía que evitar usar la fuerza para ello. La verdad es que no entendí muy bien que es lo que quería decir, esa sensación se estaba volviendo una especie de costumbre molesta y frustrante.

—Busca en tu mente, debes recordar las sensaciones que sentiste encada momento que estuviste furioso, decepcionado, dolido y desesperado. Recuérdalas y tráelas de nuevo. Debes sentirlas otra vez.

Aquello hizo que mi corazón se encogiera, básicamente quería que dejara todo aquello que había ido reprimiendo en mi interior a lo largo de los años, todo el sufrimiento, solo de pensar en la idea de ello me estremecía.

Me acerqué al centro y me dispuse a ello aunque no quería hacerlo. Sin embargo lo intenté, al principio no funcionó pero poco a poco cada uno de mis recuerdos más oscuros y dolorosos empezaron a aflorar, primero fueron cosas bastante triviales como por ejemplo las veces que me encontraba con algún obstáculo que no podía superar durante mi entrenamiento jedi, o cuando me peleaba con los niños de la escuela por apartarse de mí porque era diferente.

“Poco a poco los recuerdos fueron aflorando de sitios más profundos, algunos enterrados tan adentro en mi mente y corazón que ni siquiera me permitía pensar en ellos, como la muerte de Sha Yra… Recuerdos como cuando Darth Havoc irrumpió en mi casa el día que esperaba la llegada de mi padre para llevárseme y el combate que se desencadenó allí con los jedis, la sangre, la muerte, lo recordaba todo como si fuera ayer, así fue como la orden me descubrió, una casualidad. Luego vino el recuerdo de cuando fui expulsado de la orden antes de concluir mi entrenamiento, la furia que sentí, la frustración, me sentí traicionado.

La humillación que sentí cuando me uní al ejército de la república y me pusieron de ayudante de mecánico durante las guerras clon. Los últimos momentos de vida de mi padre durante el ataque, cuando me hizo entrega de la herencia de mi madre, la pulsera…”

Delante de mí, en el centro de la estancia una nube de polvo empezó a levitar representando algunas de las escenas que estaba recordando.

—Bien vas por el buen camino, ahora ya tienes en mente toda tu esencia. Practica un poco más, cuando te sientas listo usa la fuerza para moldear el polvo. Es tarde y debes descansar cuando acabes por hoy ve a dormir, mañana seguiremos.
“El polvo tomó una nueva forma, mi maestra, Fy-Tor-Ana, Solace. Su muerte, no pude llegar a tiempo para prevenirla de la trampa en la que se adentraba, vi como era asesinada delante de mis ojos a manos de Darth Vader. La única persona que una vez creyó en mí y en mi redención.

Luego volvió a cambiar, ante mi aparecieron las incontables víctimas de mi furia, todos soldados clon y tropas del imperio. Ossus, Lord Yegul Rah, también afloraron de mi interior, cuando sucumbí a su control, cuando dominado por el lado oscuro terminé con su vida y casi termino con la de Alice… Alice… Cuando la abandoné a pesar de mis deseos y los suyos, el dolor que sentí, la agonía por dejarla atrás sabiendo que jamás podríamos estar juntos porque a mi lado nunca estaría segura. Ese sin duda era uno de los recuerdos más dolorosos que guardaba en mi interior, uno de los que intentaba no recordar.

El rostro de Victoria apareció entre la nube de polvo, tan nítida como si estuviera allí mismo, delante de mí, este era una herida muy reciente, al igual que las otras veces mi incompetencia me impidió salvarla, si hubiera sido más poderoso, por mi culpa ahora sus dos hijos eran huérfanos de madre y jamás recordarían su rostro ni su sonrisa ni sentirían su amor…

Pero nada de aquello se podía comparar con ese recuerdo, aquello que guardo en lo más profundo de mi alma, algo por lo que jamás tendré redención, algo que no estaba preparado para ver, de lo que probablemente nunca estaría preparado…La muerte de Sha Yra… a manos de los soldados clon durante la ejecución de la orden 66, ese era sin duda mi recuerdo más espantoso y oscuro, como destrocé, torturé y asesiné a aquellos cuatro soldados que la habían torturado y humillado dejándola moribunda, me recree en su sufrimiento y disfruté como nunca había disfrutado y aquello era lo que más me asustaba, disfruté jugando con las vidas indefensas de aquellos soldados, lo que les hice fue inhumano, fuera de toda razón. Incluso los criminales más sanguinarios se hubieran estremecido. El rostro de Sha Yra… su expresión de terror al ver en lo que me había convertido, aterrador, cruel, vil, diablo. Su corazón no pudo soportarlo, ella murió por mi culpa, yo maté a la mujer que amaba.”

Mis ojos estaban cubiertos de lágrimas, lágrimas que llevaban acumulándose desde hacía muchos años. Podía sentir el dolor punzante en mi pecho como una hoja de hierro helado. Todo lo que había luchado para no mostrar durante tanto tiempo, que había intentado esconder. Cada fantasma, cada sombra afloraba ahora como una lluvia torrencial que arrasaba con todo a su paso y yo era el árbol que intentaba resistir futilmente la fuerza imparable del agua. La cabeza me estaba a punto de estallar, los ojos me ardían y los sollozos eran casi incontrolables, quería gritar, ya no me importaba quién hubiera observándome, solo quería evocar todo mi dolor, escupirlo como escupiría el veneno de mi sangre. Había vivido un infierno y ahora las cadenas de mis pecados me arrastraban a las llamas.

No sé cuánto tiempo estuve así, cuando conseguí tomar un poco el control de nuevo de mi cuerpo intenté moldear el polvo usando la fuerza, sentí una electricidad estática recorriendo mi cuerpo que terminaba en una pequeña corriente en mis dedos, ojos y labios. Los pelos de la nuca se me erizaron y sentí un dolor agudo en el centro de mi frente y en la zona de detrás de mis ojos, el dolor se hizo más intenso hasta que no pude aguantarlo más y grité, grité y el polvo salió disparado en todas direcciones como fuego artificial.

Tardé unos pocos minutos en recobrarme, allí arrodillado en el suelo sin moverme, intentando respirar con los surcos de lágrimas secas recorriendo mi rostro. Conseguí calmarme y reducir mi ansiedad pero la sensación de apatía y tristeza me acompañó el resto de la noche.

Cuando me recuperé nos sentamos para comer algo, no hablé, intenté evitar el contacto visual y cualquier principio de conversación, me dediqué a comer en silencio y a observar a las llamas y el crepitar de la pequeña hoguera que nos mantenía calientes.

La noche se hizo larga, no conseguía conciliar el sueño, y al parecer Ilham tampoco, finalmente hablamos un poco, de nada en concreto, conversaciones breves y sin importancia acompañadas de largos períodos de silencio sepulcral. En aquél lugar el silencio parecía más denso, más intimidante, más poderoso, intenso.

—¿Cuál es el motivo de todo esto, qué es este lugar? —pregunté
—Si vas a resistirte al control de la máscara debes de ser capaz de canalizar la fuerza de nuevo. —su voz tenía un deje de nerviosismo que no había notado antes— Esto es un entrenamiento, si ahora te enfrentases a ella tu mente podría desaparecer para siempre, te volverías un cascarón vacío a su merced, una marioneta.

Seguimos hablando durante unos pocos minutos más mientras Pritks descansaba cerca del fuego. Por primera vez aprendí algo sobre ella de lo que no me había percatado antes, Ilham estaba nerviosa, tenía prisa. Podría ser porque nos estaban persiguiendo, para ser exactos me estaban dando caza, pero no era eso, si no ya lo hubiera sentido antes, era otra cosa aunque intentaba disimularlo para no distraerme. No había manera de saber el porque de aquello exactamente sin embargo tenía que estar relacionado con todo lo que estábamos haciendo aquí, lo que no sé es si esto me beneficia o perjudica, sea como sea no podría hacer nada aunque quisiera, volver atrás no era una opción, solo podía seguir adelante y enfrentarme a los obstáculos que se me presentaban uno a uno.

Al final conseguí dormirme no sin cierta dificultad y muchas conversaciones internas, mañana por la mañana volvería a intentarlo.

Noob Mensajes : 9 Fecha de inscripción : 01/02/2012

Llevas dos días practicando, ya casi lo tienes. Pero entonces tu concentración empieza a fallar, puedes mantener fresca tu esencia como antes pero este extraño polvo cada vez hace formas menos nítidas hasta que finalmente sólo es una neblina sin forma aparente.

En este momento Ilham cambia su expresión, has estado cerca de algo y lo has dejado escapar. Ha sido como darle un caramelo a un niño y quitárselo después. Está hecha una furia, sólo puedes verle los labios pero no necesitas más. Entonces caes en la cuenta que esa fisionomía ya la conoces. No recuerdas de qué pero la conoces.

Ilham se dirige al centro de la estancia contigo y monta el respirador de la máscara, una máscara de alta tecnología.

Llega junto a tí y te agarra fuerte por los hombros.
-Ya casi lo tenías y lo has soltado. -te chilla.

En ese momento se queda quieta y te das cuenta que el polvo se ha levantado. Os envuelve y toma forma. Se trata de un pasillo de una nave pequeña. Ilham está de pie frente a un hombre caído, estrangulándolo con la fuerza lo levanta. Los labios del hombre se mueven pero no entiendes nada e Ilham le corta un brazo.
La escena se repite con otras partes de su anatomía. Hasta que sólo quedan el abdomen y la cabeza. Finalmente los labios pronuncian "Palpatine"

Siguiendo en silencio el polvo cambia y os muestra una habitación modesta y dentro hay está lham de unos 15 años practicando y aprendiendo los caminos de la fuerza. Aunque de una forma distinta la tuya.

Caes en la cuenta que le has visto la cara y que te suena mucho, si la volvieras a ver serías capaz de reconocerla.

El polvo cambia de forma y ahora os enseña a una pequeña Ilham de no más de diez años jugando con unas chicas un poco mayores en el jardín mientras dos adultos preparan algo de comer. De pronto todo el mundo pone cara de sorpresa y empiezan a empaquetar cosas a toda velocidad dejando olvidada la comida en el fuego. Ya están listos para partir y la puerta de la calle se abre y entonces el hombre de la primera escena mueve a un lado su capa marrón y saca su sable láser.

La Ilham del presente empieza a controlar el polvo. Entonces en tu cabeza te suena la voz de tu máscara:

- Ahora la tengo distraída pero no tardará en darse cuenta, no dejes que nos separe. Sólo tú eres mi heredero, ahora abre tu mente a mí y déjame entrar.

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