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| [Ethan] Cuando pierdes la fe | |
| | Autor | Mensaje |
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Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
| Tema: [Ethan] Cuando pierdes la fe Miér Jul 06, 2011 4:01 pm | |
| | La Maldición de Blutstein: Cuando Pierdes La Fe |
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Desde pequeño, te enseñaron que Moth era una tierra maldita, donde reinaba el Mal por encima de todo. Decían que era la tierra olvidada de Dios. Un abismo de tinieblas, sin ley, donde los seres malignos campaban a placer. La Santa Inquisición nunca ha sido capaz de responder a todas las denuncias recibidas de este inhóspito rincón de Gaïa. La gran mayoría, terminaban en un viejo cuarto amontonadas, y calificadas como “casos imposibles”. Únicamente aquellas de mayor relevancia, donde la integridad de un gran número de almas estaba en juego, sólo entonces, la Santa Sede intervenía. Para el resto de limpiezas menores, ya contaban con la Hermandad del Crepúsculo. Nunca imaginaste que irías a Moth, nunca pensaste que te cargarían con la responsabilidad de colaborar en una misión donde estaban en juego la vida de miles de personas. Pero te equivocabas, hace poco más de un mes, el Alto Inquisidor Marchosias, una de las personas a las que más aprecias y respetas dentro de tu gremio, te encargó la que sería la tarea más importante de tu vida. Tu misión sería escoltar a un Santo eclesiástico, destinado a desempeñar una difícil, pero importante tarea, donde vuestro fracaso supondría el final catastrófico de aquel pueblo, llamado Blutstein. Te sugirieron que acudieses a cualquier construcción religiosa del pueblo, como punto de encuentro. Poco después de llegar al pueblo, una siniestra niebla cubrió por completo la ciudad, sumiéndola en la más terrible oscuridad, y sitiándola por completo del resto del mundo. Sin duda, pensaste que aquello había sido obra del Maligno, del mismísimo Diablo. No podía ser una coincidencia, una fuerte presencia oscura se había cernido sobre aquella sencilla localidad, al mismo tiempo que la Santa Iglesia tomaba interés por Blutstein. Todo debía estaba conectado por algo, pero ese solo era uno de los muchos misterios que la Inquisición guardaba con recelo. Ni siquiera tú eras informado de esos "detalles". Te encargaban un objetivo y punto. Los trece días desde tu llegada, te alojaste en un convento de monjas, que hacía la función de iglesia y hospital al mismo tiempo. Era conocido como El Convento de la Santa Caridad de Cristo. El edificio era precioso, a pesar de estar descuidado y maltratado por los años. Contaba con un hermoso jardín rodeado por un muro. En el lado opuesto a la verja de entrada, se encontraba el edificio principal, el monasterio. Y dentro de la misma estructura, en el ala derecha, la iglesia, y en el ala izquierda, el hospital. Contaba con una dedicada fachada renacentista de piedra y mármol, acompañada por varios relieves religiosos. La techumbre era de las más bonitas de Blutstein, combinando bóveda y tejado adintelado al mismo tiempo, con un precioso campanario coronando la edificación. Durante el tiempo que permaneciste allí, sólo pudiste ver el ala este, la de la iglesia. Era allí donde te alojabas, llevando la vida de un monje, oración, comida y oración, mientras esperabas a tu protegido. Las monjas, insistían en que no debías acercarte a la zona de los enfermos, pues, por culpa de la niebla, habían contraído enfermedades nunca vistas, algunas de ellas posiblemente contagiosas. A parte, te contaron que muchos pacientes estaban teniendo conductas muy violentas, hasta el punto de que habían matado a varias monjas. Se negaban rotundamente a que intervinieras allí, pues, según ellas, eras un invitado de honor y no podían permitir que corrieras el menor peligro, al menos no bajo su amparo. Al décimo día de estar allí, hace tres, la hermana Clarise te confesó algo. Te dijo que, en el ala oeste, estaban llevando a cabo terribles experimentos con los pacientes. Te explicó, que por orden directa del capitán de la guardia, Reynald Zebris, las monjas, en lugar de intentar curar a ciudadanos malditos, debían analizarlos, y experimentar con ellos, en busca de sus puntos débiles. La Madre Superiora, aunque atípico en ella, apoyaba fervientemente esta iniciativa del capitán, y se pasaba los días enteros en la enfermería, haciendo innombrables torturas y experimentos con los monstruos y los pacientes malditos. La hermana Clarise te rogó que no dijeras nada a nadie, pues fue su confesión ante Dios. Cumpliste sus deseos, y durante tres días no mostraste otra cosa que desinterés por el ala oeste. Hasta hoy, cuando bajo la puerta de tu habitación, encontraste una nota que decía así: "La Madre Superiora y algunas hermanas se han vuelto locas. El Señor las ha abandonado por sus pecados... Los guardias han traído más monstruos... no paran de cazarlos... Están haciendo barbaridades con demonios y pacientes Ni siquiera alguien nacido en el averno merece semejante martirio He visto como raptaban inocentes del pueblo, para ofrecerlos de alimento a los monstruos buscan respuestas, no dejan de experimentar con ellos... Se han vuelto todos locos. Ethan, por favor, haz algo, esto ha llegado demasiado lejos. Tengo miedo.
Hermana Clarise." | |
| | | Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
| Tema: Re: [Ethan] Cuando pierdes la fe Jue Jul 07, 2011 1:45 pm | |
| Antes de aventurarte en lo desconocido, decidiste pensar, con la mente fría, en las consecuencias que podría ocasionar tu intervención a las plegarias de Clarise. Después de todo, sería contradecir una orden de la Madre Superiora, algo nada recomendable, por muy lamentable que fuese su estado mental. Sobre la Madre superiora, sabías que era una mujer longeva y de carácter. Muy intolerante con las injusticias y partidaria de la mano más severa de Dios. No hablaste mucho con ella, por lo que no pudiste sacar nada más en claro en esos trece días. Lo que sí podías tener por seguro, es que si se enteraba de que habías contrariado una orden directa suya, se iba a enfadar, y mucho. Sobre Clarise, es, por decirlo de algún modo, la monja más pura del convento. Una chica de veintidós años, de ojos verdes y una sensibilidad sin parangón. Nunca te hizo sospechar de que tuviese malicia alguna. Es con quien mejor te llevas dentro del convento, quien te lleva la comida al cuarto, y quien te confiesa sus inquietudes y pecados (si es que a eso se le pueden llamar pecados), como si fueses un venerado sacerdote. Respecto al Capitán, sabes lo mismo que cualquier aldeano de Blutstein. Pues, aunque has oído hablar mucho de él, y sabes que últimamente tiene una estrecha relación con la Madre Superiora, nunca lo has visto en persona. - el Capitán Reynald:
Nombre: Reynald Zebris Sobrenombre/Apodo: El Capitán Rango/Posición Social: Capitán de la Guardia de Blutstein Edad: 34 años Altura: 1,73 cm Peso: 81 kg Hobbies: El tiro con arco Lo que más aprecia: La fama Lo que más desprecia: Todo aquello que se le escape de las manos Reynald, más conocido como el Capitán, es el líder general de toda la milicia blutense. Aunque dentro de la propia guardia hay diversos rangos, él está por encima de todos los tenientes y subtenientes, poseyendo el mando y control absoluto de los soldados del lugar. Por supuesto, fuera de Blutstein, tiene superiores, pero tal y como se han puesto las cosas, eso no importa demasiado, por lo que ha decidido encargarse personalmente de encontrar una solución al miasma. Cuenta con más de una veintena de hombres a sus ordenes, y está dispuesto a todo por tal de consagrarse como salvador del pueblo. Tiene un carácter frío y reacio, es desconfiado, violento y detesta que le interrumpan cuando está hablando. | |
| | | VonClouve Admin
Mensajes : 2253 Fecha de inscripción : 19/06/2010 Edad : 37
| Tema: Re: [Ethan] Cuando pierdes la fe Vie Jul 08, 2011 8:27 am | |
| La oración hace transcurrir toda la mañana. La mañana según el reloj del convento, porque en Blutstein, siempre es de noche.
Tampoco importa. La penumbra de la celda es siempre igual. Perfectamente vacía, con apenas lo necesario: una jarra de agua, una cama, una mesa, una pila de libros del convento entreabiertos.
La rutina es siempre la misma. Comer un poco de verdura cocida -ni tocar el pan, Ethan es celíaco- y ponerse la sotana, la rebeca, la cazadora y la Santa Cruz. Hacer unos pocos ejercicios de genuflexión. Estirar todos los músculos, dos veces. Rezar al Santo Padre.
Este último paso es más frecuente desde que Ethan llega a Blutstein. Su cara no ha mutado desde entonces. Una sombra, una piedra. Ojalá fuera para siempre.
*** Al salir de la habitación, Ethan mira la carta por última vez antes de guardarla bajo su camisola. La hermana Clarise es el perfecto ejemplo de que la luz de Dios brilla más cuanto más profundo es el pozo.
Pero hay algo más importante en juego aquí y ahora. Ethan no tiene suficiente información para juzgar nada más.Aunque decide no marcharse del pueblo sin investigarlo, no puede estar en todos los sitios a la vez. Así que decide mantener el status quo. La Madre Superiora se porta bien con Ethan, y éste decide mantener las cosas así hasta que disponga de tiempo para nuevos asuntos. No cuando el Alto Inquisidor le ha encomendado una misión. Demasiadas almas dependen de ello. Después, dios dirá.
*** Ethan sale del convento y se dispone a esperar. Se dirige a los edificios religiosos más cercanos, aparte del propio convento. Se dispone a rastrear información sobre el Santo a quien espera. Quién le conoce, qué hace, qué debe hacer, dónde puede estar.
Si la búsqueda es infructuosa, Ethan intenta seguir el rastro de Reynald Zebris. Basta el crucifico de la Santa Madre Iglesia para que la gente responda preguntas sin formularlas a su vez. Bastan las pisadas, los restos de pólvora, las descuidadas rayaduras de las armas, las miradas atemorizadas de la gente. Ethan se asegura muy, muy bien, de que nadie sepa que está investigando. Se le da bien. Por eso está aquí.
Y los días de Ethan transcurren entre las penumbras, cuando él mismo es una sombra. | |
| | | Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
| Tema: Re: [Ethan] Cuando pierdes la fe Vie Jul 08, 2011 12:04 pm | |
| Después del convento, el enclave religioso más importante de Blutstein es, sin duda, la catedral. No te costó demasiado llegar hasta allí, pues los altos campanarios se podían divisar desde prácticamente cualquier punto del pueblo. Durante tu travesía nocturna, sólo hallaste vacío y silencio por las calles. No podías evitar estremecerte, parecía la calma que precede a la tormenta. Mantuviste alerta tus cinco sentidos, hasta llegar a la casa de Dios, ubicada en frente a la plaza central del pueblo. Un enorme pórtico, flanqueado por estatuas de santos, daba paso a la inmensa catedral de San Guillermo. La fachada se encontraba cubierta por ventanas abocinadas, de techumbre adintelada y decorada con multitud de pináculos típicos del arte gótico. El plano intentaba imitar la forma de una cruz, con un cimborrio en el centro. Varios arbotantes sostenían los laterales de la inmensa construcción. El exterior estaba decorado con símbolos religiosos y gárgolas, y contaba con preciosas vidrieras que proyectan luz de miles de colores al interior. Dos enormes torres, de campanario, vigilaban tus pasos desde lo alto. Eras consciente de que, desde el incidente del miasma, la catedral no ejercía sus funciones como tal. Sus campanas no tañían, sus misas no se celebraban, su órgano no sonaba... todo el mundo decía que Dios había abandonado Blutstein, y que la catedral no era una excepción. A parte, el mismísimo Alcalde en persona había prohibido todo tipo de evento religioso en aquel lugar, pues, según sus palabras, consideraba más prudente refugiarse cada uno en su casa, en lugar de utilizar la sagrada casa de Dios como albergue. Ignorabas si, en aquel momento, allí habría alguien viviendo. De ser así, quizá podría darte información sobre el Santo que buscabas. Te acercaste al pórtico principal, dispuesto a entrar. Tira una RM, es automática. | |
| | | Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
| Tema: Re: [Ethan] Cuando pierdes la fe Vie Jul 08, 2011 7:11 pm | |
| Te fijaste atentamente en la fachada de la gran catedral. Escrutaste cada gárgola, cada relieve, cada grabado, cada elemento de su estructura... todo parecía normal. Era una catedral como otra cualquiera, construida por gente temerosa de Dios, que lo único que buscaba era la elevación de sus almas al Cielo. No encontraste absolutamente nada atípico en ella. Lo único raro, si es que podría considerarse así, es que una catedral tan voluptuosa, tuvo que ser una inversión arriesgada, pues no serían muchos los peregrinos que llegarían a un pueblo tan pequeño como Blutstein. Sin embargo, sabes de muchos pueblecitos que cuentan con inmensas catedrales, en realidad, está pensado para eso. Para que la gente recorra el mundo en peregrinación, y visite todos los lugares que sean posibles bajo el amparo del Altísimo.
Decidido, cruzaste el umbral de aquel inmenso portal, y te adentraste en la catedral de San Guillermo. Su inmensa nave central te acogió, como brazos gigantes de piedra dándote la bienvenida. Las vidrieras eran tan inmensas, que bastaba con la luz de la luna para iluminar todo el interior. Era preciosa, magnífica, dotada de un lujo exquisito, digno de la casa de Dios. Quedaste embobado contemplando el inmenso vacío de aquella nave central, al fondo, el poderoso altar. A mano derecha, había un fabuloso órgano de tubos dorados, un enorme instrumento construido en tan vastas dimensiones para que, al sonar su música, llegase hasta el mismísimo Cielo, para poder ser oído por Dios. Aquel lugar era, sin la menor duda, un digno ejemplo de que Dios existe y nos ampara.
A unos veinte metros de ti, en medio del pasillo central que conducía al altar y flanqueado por bancos de madera, se mostró una figura encapuchada, que llevaba el clásico atavío de monje. Estaba en la penumbra, y no podías verle la cara de ninguna manera. Te habló a lo lejos, con palabras directas y concisas.
- Por favor, vete de aquí de inmediato. No hables, no preguntes, simplemente santigüate y vete. | |
| | | VonClouve Admin
Mensajes : 2253 Fecha de inscripción : 19/06/2010 Edad : 37
| Tema: Re: [Ethan] Cuando pierdes la fe Sáb Jul 09, 2011 10:15 am | |
| Ethan hace el símbolo del Señor, y se introduce la mano en el pecho, sacando una cruz sencilla, pero finamente elaborada. Lentamente, sin decir palabra, alza la mano y muestra la Sagrada Cruz, que lo señala inequívocamente como sacerdote de la Santa Madre Iglesia. La Catedral calla durante unos instantes y las sombras se dibujan claras, concisas, ante la sombra que ésta proyecta sobre el suelo. | |
| | | Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
| Tema: Re: [Ethan] Cuando pierdes la fe Sáb Jul 09, 2011 10:50 am | |
| Aquella cruz creó una complicidad entre el monje y tú, únicamente palpable con el alma. No dijo nada, parecía que estaba meditando, pero tú entendiste que aquel gesto había revelado la comunión que existía entre tu alma y la de Dios, le habías hecho ver la pureza de tu ser. Y el hecho de que dos seres inmaculados como vosotros, os encontraseis dentro de la casa de Abelcristo, eso os convertía en hermanos. Para tu sorpresa y asombro, un halo luminoso comenzó a cubrir la silueta del monje. Fascinado, contemplaste como dos inmensas alas angelicales brotaron de la espalda de aquella efigie luminosa. Era lo más parecido a un ángel que habías visto en tu vida. Te invadió un profundo sentimiento de paz y tranquilidad. El monje caminó lentamente hacia ti, mientras te hablaba. Esta vez, su voz era completamente distinta, nada que ver con la anterior. Ahora, era melódica y relajada. La voz que debía de tener un ángel. - Dios te ha enviado ante mi por una razón. Pues, tu llegada, no podía ser más oportuna.Cesaron sus pasos, cuando a penas lo separaban cinco metros de ti. Aún así, no te dejaba verle el rostro. - El día de hoy, cuando sea de noche dentro de la noche, en la hora más oscura de todas, los Ángeles Caídos penetrarán la barrera sagrada que protege esta Catedral. Entonces, tendrán su premio, y todo Blutstein desaparecerá. La voluntad de Dios es que ayudes a defender este lugar sagrado. | |
| | | VonClouve Admin
Mensajes : 2253 Fecha de inscripción : 19/06/2010 Edad : 37
| Tema: Re: [Ethan] Cuando pierdes la fe Sáb Jul 09, 2011 6:16 pm | |
| Ethan no contestó. Su muda aquiescencia fue confirmación más que suficiente.
Con la rodilla en el suelo, ante el altar, Ethan pasó cerca de una hora informándose y preparando un plan.
Lo primero, como en los buenos planes, era recabar la mayor cantidad de información posible. Con la ayuda del misterioso ser, si era preciso. Y siempre con la ayuda de Dios.
... | |
| | | Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
| Tema: Re: [Ethan] Cuando pierdes la fe Mar Jul 12, 2011 5:28 pm | |
| Aquella figura celestial te aclaró que había ciertas personas que eran fundamentales para encauzar la batalla hacia la victoria. Él y tú no seríais capaces de contener lo que se cernía sobre la Catedral, era necesario reunir a los combatientes más hábiles de Blutstein. El sacerdote, quien se presentó como Arael, te facilitó esa información: Violeta, famosa por ser una matademonios profesional, el Capitán Reynald, fuerte, temerario y contaba con una numerosa hueste a sus ordenes, y por último, Jerome Gnogos, el inquisidor más letal de Moth. Esas tres personas eran pilares fundamentales para combatir la Oscuridad más absoluta. Te encomendó su búsqueda, no te quedaba mucho tiempo. El ser alado, Arael, te explicó que no podía salir de la Catedral, pues era su presencia lo único que mantenía lejos a los demonios que surgieron de la niebla, por lo que la búsqueda de aliados dependía enteramente de ti. Tenías hasta media noche, en ese momento, los poderes de Arael no tendrían efecto.
Desconocías el paradero de Jerome y Violeta, pero sabías perfectamente donde encontrar a Reynald. Este último era arrogante, violento y no era precisamente fiable, pero necesitabas a sus soldados. A parte, sus dotes militares eran notables, y su labor en una batalla podía ser decisiva.Tras una larga hora dialogando con Arael, y precisando tu tarea, partiste de regreso al convento. De camino, bajo la luz de las farolas, notaste una extraña presencia.
Haz una Tirada de Advertir. | |
| | | Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
| Tema: Re: [Ethan] Cuando pierdes la fe Jue Jul 14, 2011 4:29 pm | |
| Algo se movía a gran velocidad sobre los tejados. Dos o tres, quizá más. No podías ver nada, sólo sentirlo y oírlo. Fuesen lo que fuesen, te estaban acechando, usando la oscuridad opaca de los edificios para ser invisibles ante tus ojos. Desde el primer momento en que saliste de la Catedral, ya habías sentido una presencia extraña, ahora, ligeros pasos sobre las tejas confirmaron tus sospechas. Tu impresionante oído, casi inhumano, te permitió apreciar el repiqueteo de unas garras, muy posiblemente se trataría de tres criaturas, cuadrúpedos, y se movían a una considerable velocidad, con demasiada facilidad para estar caminando sobre viejos tejados. Te observaban, podías sentirlo.
Discretamente, seguiste andando, evitando siempre las sombras. Aprestaste el paso y sacaste la flamante cruz que siempre te acompañaba. La dejaste reposar sobre tu cuello, con la esperanza de que ahuyentara a los malos espíritus, y Dios te protegiera de las fauces de los demonios. Parece que funcionó, pues finalmente llegaste al convento, y las ocasiones idóneas para una emboscada se quedaron muchos metros atrás.
Sorprendido, una vez dentro del recinto del convento, pudiste ver a dos individuos bajar por una de las ventanas del primer piso. Descendían por la hiedra de la pared, moviéndose silenciosamente, intentando no hacer ruido alguno. La escena era un tanto cómica y surrealista. Pudiste verlos de espaldas, antes que ellos a ti. Al alcanzar el suelo, vuestras miradas se encontraron. La situación se volvió muy incómoda para los tres.
Ambos hombres, adultos, vestían de un modo andrajoso. Aunque el de la derecha, barbudo y maltrecho, le ganaba con creces a su compañero. Este último, alto, de pelo oscuro y enmarañado, vestía con una gabardina de cuero desgastada y un sombrero de copa, llevaba además un maletín, y diversos zurrones en su cinto.
Aún no es el momento para que os juntéis, además, vuestros personajes no están obligados a hacerlo. Ni siquiera tienen motivos para ello. Por lo tanto, mientras que no suceda lo contrario, yo interpretaré a vuestros personajes por vosotros, según vuestras acciones. Es decir, si Eriol dice "hola" en su partida, yo haré que Ethan vea a Eriol decir "hola", aunque yo redactaré esa parte, pero sin alterar lo más mínimo las acciones o diálogos de Eriol. Y viceversa. Por lo tanto, hasta que yo no postee en nombre del otro jugador, no podréis responder a su diálogo. | |
| | | Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
| Tema: Re: [Ethan] Cuando pierdes la fe Jue Jul 14, 2011 9:26 pm | |
| Tras un breve silencio, el hombre del sombrero de copa te habló:
-Buenas noches señor.
Parecía estar calmado y tranquilo, a pesar de ser protagonista de una situación tan surrealista como esa. | |
| | | VonClouve Admin
Mensajes : 2253 Fecha de inscripción : 19/06/2010 Edad : 37
| Tema: Re: [Ethan] Cuando pierdes la fe Sáb Jul 16, 2011 9:40 am | |
| La mirada de Ethan era profunda. Veía, veía muchas cosas. Largos años de entrenamiento y los dones de Dios le habían proporcionado facultades más propias de los cuentos que de la realidad. Pero no menos ciertas.
Así que Ethan miró, y vio el alma de aquellas personas, y las vio limpias. Atormentadas, desequilibradas, intranquilas, pero limpias. Todo un contraste con lo habitual en el pueblo, con lo habitual en este principado. Una mueca invisible le cruzó el rostro.
*** Ethan alzó su cruz.
-Omnia prospera tibi.
La voz de Ethan es como una caléndula. No es áspera, pero tampoco es suave. Su tono es marcadamente seco, pero tras un par de cortas frases, se aprecia en todas ellas una musicalidad uniforme. La voz de Ethan es como su propio pensamiento: variable; pero siempre hacia la misma dirección.
- No quiero saber qué hacéis aquí, ni me incumbe. Pero marchaos. Es una mala hora en una mala noche. Encerraos en vuestras casas y no salgáis. Rezad.
Ethan decidió hacer caso omiso a estos asuntos. Siquiera a los de la Madre Superiora o lo que ocurría en el Ala Oeste. Sin duda debía tener que ver con todo lo que estaba pasando, Ethan no era ciego; pero ahora mismo su tarea era más primordial aún.
Ethan continuó andando, discurriendo pensamientos a toda velocidad. Cuando llevaba unos metros, paró en seco, donde todavía podían oírle.
-Pero si queréis servir a Dios de verdad, os ofrezco una oportunidad.
Los miró escrutadoramente. Tempus fugit.
- Si queréis acceder, vais a llevar estas misivas a sus dueños. Después podéis reuniros conmigo en la Catedral, antes de medianoche. Es muy importante que lleguen a su destino. Podéis aceptarlas o podéis rehuir esta tarea, es completamente vuestra voluntad, pero mi tarea es la encomienda de Dios y no hay ahora ser mortal o divino que pueda tener prioridad sobre esto. Por el bien del pueblo.
Las dos cartas estaban burdamente selladas con cera de misa y el sello de la Inquisición. Respectivamente, bajo el título "IN SANCTA CUSTODIAE", rezaba el destinatario de cada una:
· Sra. Violeta
· Excmo. Inquisidor Jerome Gnogos
Con mucha probabilidad, Ethan había escrito estas cartas en la misma Iglesia, con Arael.
Aceptáranlas o no, Ethan se dispone a buscar a la siguiente persona que no estaba en la lista, pero que sería igualmente útil: La hermana Clarise.
Reynald sería el último. | |
| | | Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
| Tema: Re: [Ethan] Cuando pierdes la fe Dom Jul 17, 2011 2:22 am | |
| Aquel hombre, el del sombrero de copa, se quedo mirándote perplejo. Parecía que algo en ti había llamado su atención de sobremanera. - Larker... -murmuró. Se había quedado atónito mirando las cartas. Te miró directamente a los ojos. Su mirada había cambiado, era seria y oscura. Penetrante pero sobretodo sabía lo que quería. Aquella mirada no parecía pertenecerle.. Sonrió levemente. - Mucho me temo que mis días de servir a Dios en el nombre de la Iglesia terminaron hace ya años señor. -su voz era recobradamente firme.- Además debo de atender a este enfermo. Si requiere de mis servicios soy médico y me hospedo en casa de los Chapelle. -dijo mientras empezaba a alejarse. Se paró una última vez a tus espaldas y giró un poco la cabeza.- Cuidese de no perder los caminos del Señor, es fácil perder la fe o confundirse en estas tierras malditas. No todo es siempre lo que parece...Al dejar en suspense aquella frase, aquel pintoresco personaje se alejó. Tú continuaste andando, hasta que algo frenó tus pies. La tierra que pisabas comenzó a temblar. Al principio, un latido imperceptible, pero un instante después, un fuerte temblor sacudió la tierra. Tu mirada se centró en el convento, dos segundos antes de que ocurriera, sin saber cómo, sin poder escapar, pero presentiste lo que iba a pasar. Tus peores visiones se hicieron realidad, y aquel suelo retumbó, escupiendo una explosión de fuego justo en el convento. Un estruendo ensordecedor, una pantalla de fuego cegador, no sabías muy bien que estaba pasando, pero las llamas se cernían sobre ti, como un tsunami de fuego. ... ... ... Sólo tú... sólo por el don que Dios te había dado, pudiste "sentirlo"... aquella explosión... ... aquella explosión... ... ... ... Una puerta se acababa de abrir en el Infierno.Defiéndete contra una Habilidad Ofensiva Predeterminada de 240. Ataca en FUE. Con tu AGI, puedes salir del radio de la explosión si logras una Esquiva con éxito. | |
| | | Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
| Tema: Re: [Ethan] Cuando pierdes la fe Lun Jul 18, 2011 4:20 am | |
| He omitido tu Tirada para calcular los efectos del fuego. Al fin y al cabo, no hay abierta, y ni con un 99 sales Ardiendo, así que nada. Lo dejo en el plano interpretativo.
Realizas una ágil voltereta hacia atrás, intentando escapar de aquel fuego infernal.
Tienes TA 1 contra CAL, hay una diferencia de 21, lo que te hace recibir 21 puntos de daño.
Tu majestuosa pirueta evitó mil lenguas ardientes, pero por desgracia, eran más de mil, y tu hombro no consiguió escapar de una de ellas. Te quemaste y caíste al suelo, confuso por el ensordecedor estruendo de la explosión. Un pequeño fuego se encendió en la solada de tu gabardina, pero pudiste someterlo fácilmente dándole sacudidas con la mano. Gracias a Dios, te habías salvado de una muerte casi segura. Te dio incluso tiempo a quedar expectante del desenlace de aquella supernova en miniatura. La inmensa montaña roja, con una foresta humeante, se alzó hacia el cielo, hasta desaparecer poco a poco. En su lecho, quedó una columna de humo negro, y pequeñas pero numerosas hogueras en todo su radio.
No muy lejos de ti, viste al hombre del sombrero de copa. Estaba envuelto en llamas, y se arrastraba por el suelo, dando giros y giros, en pos de apagarlas. A su lado, su compañero, hecho cenizas. Quisiste ir a ayudar pero, aunque no habías sufrido daños considerables, aquella sacudida te había dejado desmoralizado, sentías los músculos entumecidos, y los oídos no dejaban de pitarte. Te dolían los ojos, te tocaste los párpados para asegurarte de que no sangraban. Una explosión no es solo fuego, y eso lo sabías.
Por fortuna, el hombre del sombrero tardó poco en apagar el fuego de su ropa. Decidiste acercarte a prestarle ayuda, al fin y al cabo, él también era hijo de Dios, pero una voz te detuvo.
- ¡Señor! ¡No se levante!
Un hombre te gritó a lo lejos, parecía blutense. Se acercaba hacía ti a toda prisa, detrás de él le seguían unos cuantos aldeanos más.
- ¡Ahora mismo su percepción y su sentido del equilibrio están mermados, no se levante!
El hombre comenzó a examinarte, quería comprobar que estabas bien. Le impresionó bastante que hubieses sobrevivido, y habiéndote llevado tan solo una leve quemadura en el hombro de recuerdo. Los demás aldeanos corrieron a socorrer al humeante caballero del sombrero. Mientras, aquel aldeano te ayudó a levantarte, aunque realmente no necesitabas su ayuda.
- Vamos, le llevaré a un lugar donde podremos curarte esa quemadura... qué desastre... ¡Esto ha sido cosa del Diablo!
Aquella superstición era muy característica de allí, pero no estabas seguro de hasta qué punto eran ciertas esas palabras. De un modo u otro, esa quemadura no era una simple herida de acero, y si podía atenderte un médico mucho mejor. Accediste a acompañarlo, unos pocos pasos con su ayuda, el resto por tu propio pie.
Te condujo a una de las casas más grandes del pueblo, ya la habías visto varias veces, al pasar por esa misma calle. Tenía dos plantas de techo alto, con un pequeño patio y terraza. Parecía la típica viviendo de burgués. Os abrió la puerta una joven con uniforme de sirvienta, llevaba una jarra de agua cuidadosamente sobra las manos.
- Alfred, ¿qué ha pasado?
Preguntó preocupada.
- Una explosión, no sé nada más. Los demás están buscando más supervivientes. Los traeremos aquí, es el sitio más cercano y con más camas de la zona.
Respondió aquel hombre, Alfred.
- Oh… claro… ¿voy a ayudar?
- No, preparate para atender todo tipo de quemaduras. Si es que ha sobrevivido alguien más…
Una lágrima invisible surcó el rostro del varón.
- Rezemosle al Señor.
La sirvienta se marchó y se puso manos a la obra. Acto seguido subisteis las escaleras hasta el segundo piso, y tras un pequeño pasillo llegasteis a una amplia sala con cuatro camas.
- Túmbese por favor. Voy a ayudar al resto de vecinos, no se mueva. Duérmase y descanse.
Intranquilo y preocupado, salió de la habitación, dejándote sólo. No querías dormirte, pues todo lo que había ocurrido necesitaba meditación, tenías que ponerte a ordenar las innumerables preguntas que desfilaban por tu cabeza en ese momento. Te tumbaste cómodamente en una de las camas, y cerraste los ojos para pensar. Ignorante del cansancio que pesaba sobre tus hombros, te dormiste.
Tu aventura en solitario ha terminado. | |
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