[Combate] Las criaturas de la mina.

Tirada de esquiva: 125-25(esquiva adicional)+37 = 137

Al parecer los lobos no son tan agiles como parecian... Y Luminass se aprovecho de eso para asestarle un golpe al tercero. Este retrocedio.

De repente, de dentro de la mina sono un fuerte rugido. Un rugido escalofriante... Los lobos salieron corriendo del miedo.

Tirad Frialdad contra 180 (ABS) para evitar salir corriendo.

El miembro 'Furion' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 37

Frialdad: 30+46=76
Iñigo, no sé tu, pero yo no me quedo a averiguar que carajo era eso.

El miembro 'Bluesproto' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 46

Luminass parecia seguro de si mismo. Aun y eso, un escalofrio recorrio su cuerpo. Si, sentia miedo, si es que asi se le podia llamar.

Blues, tienes un negativo a toda accion que no sea salir corriendo de ese sitio.

-Mejor nos vamos... no crees? Dijo Iñigo, casi tartamudeando del miedo. Salisteis corriendo, directo a la habitacion de Yuri. Cuando entrasteis, os topasteis con mas gente de la que tenia que haber...

SEGUIS EN "EL ENCUENTRO EN LA TABERNA".

Iñigo Montoya

Me sorprendió la reacción de mi compañero, sabía que era muy buen espadachín, lo demostró al asestarle un golpe al lobo donde yo había fallado, pero me negaba a creer lo que veía mis ojos.

Usted es un un un…… cobardeeeeee. No corras y………

El sonido de la bestia sonaba más cercano y un hormigueo me recorría las piernas, era capaz de sentir como el flujo de sangre que emanaba de mi corazón se dirigía directamente a mis piernas. Mi cara cambió en un instante y me giré.

Tranquilo compañero yo le cubro las espaldas, pero por Dios no se pareeeeeee.

Corrimos unos minutos por la cueva, hasta que en el fondo vimos una pequeña luz que iba creciendo a medida que nos acercábamos. Cuando salimos de la cueva, la brillante luz nos paró en seco, nuestros ojos no estaban acostumbrados aun a la luz del día y era realmente molesto.

Vamos a la posada a ver si estos han tenido más suerte que nosotros, pero no digamos nada de esto, no es recomendable distraerles de sus asuntos con historias superficiales e irrelevantes.

Seguimos el camino sin dilación pero observando nuestras espaldas de vez en cuando por si a caso.
Cuando llegamos a la posada nos produjo una gran alegría, nos miramos y empezamos a reír, no era una risa cómica, más bien era una risa de incredulidad por estar aun vivos. Empujamos la puerta y entramos en la posada.