Conversación en la casa Brillosol.

Qué bien arreglada que tienes tu mansión, Elger – comento, irónico -. Hemos venido porque parece que tienes problemas con cierto asunto, bastante lúgubre además. Y ya que las autoridades locales no se dignan a tenderte una mano tiene que venir la competencia a tu propia casa a hacerlo.

Asi que vienes por trabajo, ya decia yo que el joven Turner no podia dejar de tratar de conseguir dinero ¿Entonces has conseguido un segundo trabajo? Menos mal, con lo mal que te van los negocios...

Buenas noches, disculpe la presentación del joven, es, como tal, un tanto impulsivo y poco respetuoso. En todo caso, bien es cierto lo que ha contado, omitiendo, por supuesto, los detalles escabrosos. Por tanto no puedo evitar preguntarme si podría ilustrarnos mejor sobre el robo en cuestión, sé que las horas no son las mejores, pero estoy seguro de que usted desea tanto como nosotros arrojar algo de luz sobre el misterio que ha acontecido


Vaya, al menos el hombre de armas es cortés ¡Parece el mundo al revés! El burgues insolente y el plebeyo educado. Mas erroneo en sus ideas. Cuanto mas deseo es que el triste evento se difunda en las lagunas del tiempo. Este tipo de noticias no suelen ser buenas para el negocio.

En efecto, señor Brillosol, no podría haberlo dicho mejor que mi buen compañero. Verá, no le arrebataremos mucho de su tiempo, sólo necesitamos dos cosas. Primero que nos cuente, por favor, todo lo que sepa sobre el robo que sufrió. La fecha, lo que hizo usted ese día, los datos sobre el cadáver robado y la tumba profanada, hmmm... en fin, todo eso, creo que nos entendemos.

¿Incluso usted buen doctor esta inmiscuido en esto? En tal caso y pese a mi prisa habré de responder a sus preguntas, mas espero que sean las ultimas.

Lo poco que es es que la tapa de marmol de la tumba esta destrozada y era carisima, la tallaron en Kashmir para mi abuelo, encargada por mi padre. Aun no he podido sustituirla. La victima, aunque de victima tiene poco, la victima verdadera soy yo que soy el que sufre las consecuencias, el abuelo solo es ahora una pertenencia sin valor monetario. Mira a Adrian burlonamente. Como tus empresas.

Con respecto a lo que hice ese dia... Es una pregunta poco respetuosa y la contestare con un respetuoso silencio. Si le podré decir que el cadaver desaparecido es de Radnor Brillosol, mi abuelo. Murio de alguna enfermedad hace unos ocho años y el robo fue... ¿Hace unas tres semanas? Si, hara unas tres semanas.

Ahora, siento ser descortés, pero he quedado con personas importantes, asi que... han de marcharse.

El tal Elger hacía honor a su apariencia. Hombre insolente como él solo y de lengua afilada como una espada. Burlón, desalmado, ruín... Parecía el tipo de persona (Siendo amables con su existencia) que de buen seguro vendería su alma por unas cuantas monedas. Sin embargo, traté de que no se me notara la indignación en el rostro, y aunque no sonreía, bien que parecía serenado y tranquilo, aun cuando estuviera deseando con fervor darle una lección a aquel majadero. No, me dije, de hacerlo no sería mejor que él y, por otro lado, perderíamos una posible fuente de información, aun cuando en esos momentos dudara seriamente de que supiera más de lo que contaba. Por otro lado, oído lo oído, quedaba bastante claro que la denuncia que había puesto el mismo que frente a nosotros sonreía como un cocodrilo había sido solo un intento de llamar la atención para "difundir el triste evento en las lagunas del tiempo". En fin, que de saber algo que pudiera ayudar a solucionar el caso no lo diría. Por lo contado, parecía no guardar ningún tipo de cariño por los restos mortales de su abuelo, vivía por y para el dinero. Detestable. Hasta valoraba más esa maldita losa de mármol.

-¿Destrozaron una tapa de mármol?-Pregunté, algo extrañado. Sin duda no eran ladrones precisamente profesionales.-Oh, disculpe la pregunta, supongo que debieron hacerlo al "abrir" el feretro ¿Me equivoco?

Ese hombre me saca verdaderamente de quicio. Aprieto la mandíbula al mismo tiempo que trato de dar un paso hacia delante, pero la rápida mano de Charles se posa en mi hombro, recordándome que no puedo perder los estribos. No delante de Elger, eso haría que se regocijara aún más en mi ira.

Le roban al abuelo y se preocupa por la losa. ¡Es detestable! Aprieto la mandíbula para no decir nada, aunque por primera vez me gustaría soltarle a Elger lo que pienso acerca de su empresa y de sus “perlas”.

Enfadado, comienzo a pensar que en un futuro no muy lejano voy a llevar a cabo una venganza, sí…

Aparto la mano de Charles de nuevo, bruscamente.

- Bien, Elger. A decir verdad nosotros también tenemos mejores cosas que hacer que venir a visitar tu mansión. Te diría que ha sido un placer, pero nunca miento – entonces me giro, muy digno, dispuesto a abandonar el lugar con deportividad.

No pienso estar ni un minuto más aquí. Comienzo la cuenta atrás. Sesenta… Cincuenta y nueve…

-¿Destrozaron una tapa de mármol?-Pregunté, algo extrañado. Sin duda no eran ladrones precisamente profesionales.-Oh, disculpe la pregunta, supongo que debieron hacerlo al "abrir" el feretro ¿Me equivoco?

Ehhh... si, claro que si. Que pregunta mas estúpida ¿Como si no se llevarian a Radnor?


- Bien, Elger. A decir verdad nosotros también tenemos mejores cosas que hacer que venir a visitar tu mansión. Te diría que ha sido un placer, pero nunca miento – entonces me giro, muy digno, dispuesto a abandonar el lugar con deportividad.

Entonces joven Turner, adios. Elger saco un pañuelo de su manga para secarse el sudor del cuello producido por la gorgera. Os debo una alabanza, puede que seais pésimo en los negocios, pero sabeis cuando habeis de marcharos de un lugar.

[Con esa tirada Adrian puede responderle con una frase cortante que dejara a Elger callado]

-Ehhh... si, claro que si. Que pregunta mas estúpida ¿Como si no se llevarian a Radnor?

-Le sorprendería.-Dije simplemente, mirando significativamente a Quijote, que en esos momentos estaba ejecutando algo similar a una extraña y grotesca danza tras nuestro interlocutor, que de buen seguro en un principio estaría pensada para una chica de porte elegante, antes que para un fantasma con un caballo. De haber sido Elger me habría sentido muy violado.

-Bien, Elger. A decir verdad nosotros también tenemos mejores cosas que hacer que venir a visitar tu mansión. Te diría que ha sido un placer, pero nunca miento.-Se despidió el chaval. Esta vez ni siquiera lancé un pensamiento en su contra, la verdad, hasta apoyaba interiormente esa decisión. Al final venir había sido una pésima idea.

-Entonces joven Turner, adiós. Os debo una alabanza, puede que seáis pésimo en los negocios, pero sabéis cuando habéis de marcharos de un lugar.-Se mofó aquel intento fallido de persona. Después de todo, ninguno de los dos era mejor que el otro, pero al menos el joven había mostrado algo de preocupación por el robo, aun cuando no le tocara directamente. En cambio, don Brillosol, cuyo abuelo había sido sustraído, actuaba como si no le importara lo más mínimo. Peor que las ratas.

-Creo que, efectivamente, deberíamos irnos ya. No le molestaremos mientras charla con esas personas tan importantes, estoy seguro de que su abuelo agradecerá su preocupación allá donde esté.-Me despedí, reuniendo el poco respeto que me quedaba para ese hombre, no pudiendo reprimir cierto tinte sarcástico fruto de mi indignación.-Buenas noches.

Salí por la puerta a paso más o menos vivo, no tan digno como el joven, que había demostrado un temperamento frío como el hielo pese a la multitud de pullas recibidas, quizás, solo quizás, no fuera tan malo como pintara, aun cuando alguien debiera hacer algo por corregir ese carácter antes de que la alta sociedad terminase por corromperlo por completo.

El aire nocturno me abofeteó con dulzura, liberando mis sentidos y calmando en cierta medida el fuego interno que sentía. Me retiré varios pasos de la salida, buscando un lugar tranquilo y no transitado. De haberme quedado, lo más probable es que hubiera acabado abofeteándole ahí mismo, traicionando mis principios. Respiré un par de veces, de forma profunda y pausada.

-Quijote.-Susurré.-Ve a echar un vistazo a la tumba, te lo ruego.

-Ceeerv, ven tú, cabronazo. Una chica no puede entrar en un cementerio de noche.

-Mientras, continuaré con tu libro.

-Hijodeputa. Hijodeputa ¡Eres de puta madre!-Dijo finalmente, cambiando de tema con rotundidad ni sentido alguno. Tenía que acabar con eso antes de que alguien me escuchara.

-Simplemente tendrás miedo.-Sonreí con cierta malicia.-Estás aterrado.
-Temblando como un flan.

Aquello no parecía llevar a ninguna parte, pero seguí, nunca se sabía.

-Exactamente. Por eso no quieres ir, no quieres saltarte las leyes que te impiden allanar una morada de forma impune.-Comenté con sorna. Para mi regocijo, pude notar un destello de interés en sus ojos.-Por eso, volvamos, estoy seguro de que prefieres quedarte junto a una iglesia que en un cementerio prohibido y profanado.

-Y un pene.

-Pero si es lo que has dicho hace unos instantes.

-Eso lo habrá dicho tu puta madre. Yo pienso ir a ese cementerio y quedarme en ese puto cementerio a no dormir.

-No hace falta que lo hagas por hombría, no tienes que demostrarme nada. Todos tenemos miedo alguna vez.

-¡Qué no tengo miedo de ese cementerio, cojones!

-Síiii, claro.-Me estaba divirtiendo sacando de sus casillas al fantasma, generalmente ocurría al revés.

-Agfsfasfjakf ¿Qué coño tengo que hacer para que me creas, sodomita con cara de cigüeña?

-¿Tú? Nada de nada. Como he dicho, si tienes miedo no vayas, no vaya a ser que te traumes de por vida.

-YO soy el miedo. NO puedo tener miedo, pienso ir a ese puto cementerio y tú no podrás evitarlo.

-Quijote, si tienes mied…

-Pienso. Ir.-Me cortó, echando a cabalgar hacia su destino.

Cervantes 1 ; Quijote 1014 Pensé, no sin cierto orgullo, saliendo del callejón y volviendo a la verja de la casa Brillosol para esperar al buen doctor. Que suponía no debía tardar demasiado en salir, por un momento, me sentí tentado de volver al hospicio, pero todavía no conocía bien Corvis y de buen seguro habría acabado perdido en alguna calle hasta el alba.

Cuando Elger se despide de mí no puedo evitar contraatacar. Me giro durante unos instantes, manteniendo una expresión neutra.

- Por supuesto, Elger. Es que tengo un olfato muy sensible. Me cuesta soportar el hedor a sapo, unas criaturas muy asquerosas, ¿no crees?

Saco mi reloj del bolsillo, mirándolo fugazmente.

- Además - añado mientras guardo el reloj de nuevo -. Tendré que darme un baño rápidamente si no quiero que se me pegue el olor.

Entonces, con mi dignidad intacta, abandono finalmente la mansión.

Hmmmm... Al parecer Elger no sabe nada y, además, no le importa mucho no saber. No sacaremos nada más de eso.

-En fin, muchas gracias, señor Brillosol, por darnos un poco de su escaso tiempo.-Respondí, pues. -No le molestaremos más, adiós, y que le vaya bien en su reunión.

Sin embargo, me quedé algo rezagado después de que mis compañeros se salieran de la sala para tratar con Elger de sol a sol, más en confianza. Estaba mal que lo dijera, pero ninguno de mis dos compañeros ayudaba mucho a que Elger colaborara.

-Una última questión antes de despedirnos, señor Brillosol. Es posible que me vea obligado a inspeccionar la tumba de su buen abuelo, se lo digo solamente para que nadie se alarme si me ve en la escena del crimen. Me encargaré personalmente de revisar que nadie toque lo que no debe, no se preocupe, todo será en pos a la investigación y nada más. En fin, muchas gracias por todo de nuevo, buenas noches.

Habiendo ya dejado claro el sunto con Elger, salí de la mansión y, apoyado en el bastón, caminé por el jardín hasta llegar a la verja, donde esperaba el buen mercenario.

-Oh, qué despistado por mi parte, dejar solo a un forastero, a riesgo de que se pierda, mil disculpas. No se preocupe, elhospicio no está lejos, yo le enseñaré el camino señor... Hmmmm... ¿Me equivoco si digo que a pesar de todo lo acontecido aún no nos hemos presentado? -parecía exraño, pero cierto- Pues en fin, debí decir esto hace ya horas, pero... Doctor Friedrich von Walrross, encantado de conocerle. -dije tendiendole la mano.

-Una última questión antes de despedirnos, señor Brillosol. Es posible que me vea obligado a inspeccionar la tumba de su buen abuelo, se lo digo solamente para que nadie se alarme si me ve en la escena del crimen. Me encargaré personalmente de revisar que nadie toque lo que no debe, no se preocupe, todo será en pos a la investigación y nada más. En fin, muchas gracias por todo de nuevo, buenas noches.

Su fama le precede, y aunque ninguna autoridad posee para entrar en mis dominios y examinar mi Mausoleo se lo permitiré. Ahora si me disculpan, he de cojer un carruaje.

[Ahora mismo estais los tres en la calle, no quiero post, solo que me digais en offtopic si os dirigis a casa o a donde sea, la conversacion entre Walrross y Cervantes tenedla tambien en el post central.

Como dato para Walrross, en las casas ricas de la ciudad -Tuya incluida- es comun que el mausoleo se encuentre soterrado bajo el jardín con una discreta entrada, por eso para entrar en el mausoleo Brillosol tendrias que volver a entrar en la mansion.]