[Prólogo] (Godia Ozonas) La Piedad

Deseosa de realzar tu apellido, y hacer que tu nombre sea sinónimo de gloria, dedicaste los últimos meses en encarar desafíos que solo un temerario enfrentaría. Sin embargo, todo era poco para ti. Atrapar a algún que otro ratero, acabar con un molesto delincuente… esas cosas no ennoblecen a nadie, y tú lo sabes.

Un día, llegó a tus oídos la noticia de una competición de armas anual, que se celebraba al sur de GaÏa, en Bellafonte. Consistía en combates cuerpo a cuerpo, donde sólo importaban dos cosas: el lujo del arma empuñada y la destreza mostrada en la arena. A ese evento se le conocía como “El torneo de la Espada”. El premio, además de ser una sustanciosa suma de dinero, otorgaría gran fama al vencedor.

No pudiste resistirte, y a la mañana siguiente partiste rumbo al otro lado del Mar Interior. En poco tiempo cruzaste la frontera hasta Bellafonte. Sin embargo, el vendedor de minerales exóticos que te llevó hasta dicha frontera, dejó bien claro que no te acompañaría más allá de los límites de Kanon.
Sabes que hay una ciudad, Raverna, no muy lejos, sin embargo deberás ir a pie o encontrar algún otro medio de transporte para llegar antes. Ante ti se extiende un camino marcado por el continuo paso de los caballos, el horizonte lo cubren infinidad de verdes campos.

Comienzas a caminar a pie por el camino, con la esperanza de cruzarte con algún carro o caballo. Tras una hora de camino, expuesto al sol del ocaso, observas como un carruaje tirado por un auriga y su caballo se acerca hacia ti, viene en la misma dirección que tu.

¿Qué haces, intentas detener el carro o lo dejas pasar?

Gòdia, impelida por unas ansias superiores a su ser ha competido estos meses con la Parca y la Dama Fortuna y por azares del sino aun no ha perdido. Por supuesto ha habido malos momentos; como aquellos grandes leones que escaparon del zoo de La Roche o aquella vez que hubo de usar todo su ingenio para vencer al malvado Vizzini, un villano de tres al cuarto que habia logrado de alguna manera extraña que un plan suyo saliera bien y tenia aterrorizada a toda una poblacion pequeña de Arlan.

Y todo ello porque la Orden a la que habia jurado obediencia y lealtad no habia mostrado signos de movimiento en meses. La Baronia de Montesa tenia para ella una comoda cama y una Casona en la que practicar con el resto de recien integrados. Pero eso no era para ella, Gòdia forjaba sus habilidades en el fuego de la batalla. Contra enemigos que realmente quisieran matarla y con espadas de verdad. "Solo una herida de verdad da experiencia" Habia escuchado a su padre cuando espiaba los entrenamientos de el con Isidro.

Se dirigia ahora a Bellafonte, fuera de la seguridad del Imperio y acercandose a su region natal de Argos. Se sentia inquieta a la par que excitada, pues aqui los retos serian sin duda mayores que bajo el calido manto del sacrosanto Imperio, pero es posible que no saliera viva de ellos. Puede que me encuentre a Isidro... Nah, seguro que esta pavoneandose en alguna corte.

Se dirigia al Torneo de Espadas, cuyos requisitos eran simples. Un arma extraordinaria y una habilidad para blandirla a la par. Brigída era sin dudar un arma extraordinaria y su capacidad para blandirla era símil. Estos arrogantes pensamientos eran timon y velas para el largo recorrido.

Una carreta desperto a Gòdia de sus ensoñaciones. No conseguia ver mas que a un conductor en el pescante y una nube de polvo detras, asi que se preparó para apartarse del camino y esperar a distinguir si el hombre pudiera ser de ayuda o no.

FdI: Si resulta que es "algo mas" que un comerciante o campesino Gòdia no hará nada. No tiene fuerzas y ademas vencer si no hay delante personas que puedan ver que ha vencido no sirve de nada. Si es algo inofensivo dira:

¡Buen Señor! Mala hora es para andar, y sofocada estoy del calor ¿Podria subirme a su carreta? Las facciones duras de Gòdia contrastan enormemente con la candidez de sus palabras.

[Offrol: No es necesario que repitas lo que yo ya digo. Piensa que la historia de tu personaje la contamos entre los dos, no hay por qué versionarla.]

Al acercarse, observas que se trata del carruaje de alguien noble; el caballo está muy bien alimentado, el auriga viste ropas más que decentes, y la decoración del transporte no escatima en detalles.
Con un fuerte chiflido y un azote, el auriga detiene al caballo. Es un hombre de mediana edad, con barba y de mirada perdida.

- Señorita, quitaos de enmedio... milord necesita llegar cuanto antes a la ciudad.

Ante las palabras del Auriga me aparto del camino. No fuera a ser que tuviera un cruze de cables y decidiera arrollarme. Y aunque mi dignidad me apela a decir un par de barrabasadas y seguir con viento frescos mis pies ruegan un poco de compasion.

Mi buen Señor. Las prisas no son siempre buenas consejeras. Esta zona esta atestada de maleantes ¿No preferis perder unos segundos en subirme al carro y ganar asi proteccion frente a ellos que ir raudo y veloz y que os atrapen y os dejen en la estacada?

Estaba ya de todas maneras fuera del camino y en posicion de andar. No son los nobles de rectificar en sus acciones asi que lo mas probable es que lo unico que recibiera es una polvareda de humo de los cascos del caballo al salir a trote.

Persuasion 20

El miembro 'Sir Lobo' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 45

A pesar de tu intento por agradar a aquel hombre, este no tardó en azotar con las riendas al caballo. El carruaje reanudó apresuradamente la marcha, dejandote atrás con un gran descaro.

¡Se os parta la pierna el jaco y os arrasen los maladíes! Gòdia no podia evitar usar los vulgarismos propios de su patria perdida cuando se enfadaba. Tch tch, Mierda de cristo. Blasfemó. Enfadada no por seguir andado sino por tal desprecio.

A paso rapido y sin descanso prosiguio su camino hacia Raverna.

[Offrol: ten cuidado con el metajuego, en Anima no existen ni existieron maladíes.]

Cuando proseguiste tu camino ya estaba anocheciendo, no tardó mucho la luna en coronar el cielo, y la noche se hizo densa y profunda.
A pesar de la oscuridad, seguiste caminando. Y tras un par de horas de arduo camino, algo quebró el silencio nocturno.

- ¡Ayuuuda! ¡Mil diablos, ayuda!

Una voz agonizaba al final del camino. Corriste en su encuentro, y para tu sorpresa, te reencontraste con la misma diligencia de antes; volcada en mitad del camino, detrozada, astillada. El caballo, muerto junto a las ruedas. Y el auriga tirado en el suelo, con el rostro malherido y la barba empaba con la sangre que escupía.

- ¡Ayudadnos, por el cielo...!

Exclamaba entre sollozos el auriga.

[Offtopic: Bueno, no creo que sea metajuego decir Maladi, en vez de bellaco, y ademas no veo porque no puede denominarse asi a los Kashmeritas de la frontera con Argos, por ejemplo.]

Gòdia no reconocio la voz del que horas antes habia despreciado su compañia. Asi que no fue hasta que vio el accidentado carromato en el suelo que descubrio que muy probablemente sus oscuros deseos habian sido convertidos en realidad. Pardiez que como se haya roto la pata el caballo de verdad me van a tratar de bruja. A pesar de estos funestos pensamientos no pudo evitar correr rauda y veloz hacia el aura ¿Que ha pasado?¿Ve como le dije que era mejor viajar en compañia de gente de aceros? ¿Podeis levantaros?

Aunque se habia dirigido hacia el auriga en realidad su preocupacion era el amo del mismo. Salvar un noble no era cosa mala y si un hijo de alta cuna hablaba bien de ella habria valido la pena el esfuerzo.

- Se han... llevado... a mi señor... lo quieren... para...

La profunda tajada, producida por una afilada cuchilla, en el estómago del desdichado conductor, cada vez era más dolorosa.
Se apretó con fuerza el estómago, intentando alargar su vida un poco más, al menos lo suficiente como para decir lo que tenía que decir.

Realizo una tirada de Resistencia al Dolor por parte del auriga.

El miembro 'Taku' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 93

Tirada abierta.

El miembro 'Taku' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 62

Sin preocuparse mucho por el estado del conductor Gòdia lo zarandeo un poco ¡Vamos, Espabila! ¿Quien es tu señor?¿Quienes se lo ha llevado?¿Hacia donde?

Alzo la vista y oteó la oscuridad.

[Advertir]35

El miembro 'Sir Lobo' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 88

Aunque intentas destacar algo en el oscuro horizonte, no puedes ver nada. Está demasiado oscuro.

Tras toser un poco de sangre, el dolor remitió, y el auriga pudo continuar hablando:

- Escuchadme bien, hay un monasterio derruido en los Llanos Santos, al sureste de aquí. En el patio central hay una vieja estatua de una Virgen, se le conoce como La Piedad...

Necesitó hacer una pausa para poder seguir.

- Nos dirigíamos hacia allí, pues dicen que últimamente, en noches de luna creciente, la estatua...

Los dolores volvieron.

- Mi señor... él es el único que puede...

No pudo esforzarse más, el auriga cerró sus ojos, para siempre.

Gòdia cerro los ojos del difunto. Leal hasta la muerte ¿Eh?. Se puso en pie observando la llanura. Una estatua, noches de luna creciente... Esto parece una de esas historietas que le gustan tanto a mi hermana.

Cargo a Brigída, por lo que pudiera pasar y observo las huellas y
marcas alrededor del accidentado carromato. Esperando que se dirigieran
al sureste. Tanto daba encontrarlas o no, pero era por asegurarse de
que las palabras del viejo no fueran una febril alucinacion producto de
la herida.

Mala suerte que el caballo haya muerto. Parecia un buen animal. Fueron sus ultimos pensamientos cerca del accidente, pues acto seguido partio hacia aquel misterioso lugar en ruinas.

[Rastrear]20

El miembro 'Sir Lobo' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 74

La intensa oscuridad dificulta enormemente tu rastreo, tan sólo la débil luz de una luna prematura hace posible que puedas ver algo.

Si no tienes un rastro que seguir, dificilmente podrás deducir con certeza hacia dónde queda el sureste.

Si no se te ocurre nada para orientarte, puedes hacer un control de inteligencia. Pero ten cuidado, si fallas, quizá te desvíes de tu rumbo.

[Por suerte, fui Boy Scout in RealLifetm xD]

Gòdia busco rocas musgosas pues es bien sabido que el musgo suele crecer hacia el norte, donde hace mas frio. Pero en aquella maldita llanura perdida de la mano de Dios no habia ni rocas ni arboles. No le quedaba mas remedio que seguir las estrellas. Nunca habia sido buena en reconocer la Cruz del Norte, que señalaba el mismo o la Estrella del Sur, pero era su unica oportunidad, asi que despues de un buen rato observando las estrellas creyo que iba en la direccion correcta y hecho a andar

[Me he permitido algunas licencias en los nombres de las estrellas]

[Offrol: te habría permitido también lo del musgo, entre la hierva siempre puede haber alguna que otra piedra. Muy hábil por tu parte. Se nota que fuiste un buen Boy Scout xD]

Estás muy cansada, has caminado sin comer ni beber durante medio día y gran parte de la madrugada. Tus brazos y piernas flaquean, tus ojos se cierran sin tu consentimiento, parpadeas más de lo que te gustaría, la garganta te sabe a arena y las tripas te rugen como si de leones se tratara.

Estás cerca de tu destino, pero quizá sea el momento de descansar, comer y beber.

Te sientes tan débil que, si no descansas y te alimentas, desde ahora, por cada 20 turnos (1 minuto) perderás un punto de Cansancio.

Sudaba. Y el sudor se me helaba en la espalda. La garganta seca y el mareo me anunciaban una incipiente deshidratacion. Pero el instinto de grandeza me impelia a seguir andando. No me sirve de nada descansar, para al llegar solo encontrar cadaveres. Este pensamiento era el motor de mis ya cansadas piernas. Sin embargo nada me impide comer un poco. Dije para mi misma, a la par que sacaba de mi petate el vino aguado y una torta seca.

FdI: Como y bebo, aminoro el ritmo y si acaso descanso diez o quince minutos, nada mas.

Tomas algo de vino y la torta, luego te tumbas en la hierva y cierras los ojos, intentando descansar, pero sin dormirte.
Sin embargo, estás tan cansada y tienes tanto sueño que tu cuerpo te traiciona, y lucha contra ti para dormirse.

Haz un control de voluntad para no quedarte dormida.