[Prólogo] Un nuevo comienzo

Torre Gubernamental - Metrópolis



En mitad de una cálida noche de verano dos figuras encapuchadas observan la inmensidad de la ciudad de Metrópolis desde la azotea del edificio más alto de la ciudad. La luna brillaba con una intensidad mística, como un faro en medio de la negrura.

-¿Es este el lugar? -dijo la figura más alta a la izquierda.- No parece que tenga nada de especial...
-Si... Pronto despertarán. -la figura a la derecha tenía voz femenina.- Él vendrá a por ellos y les ofrecerá un poder inigualable...
-No se lo permitiremos. -dijo con firmeza a la vez que cerraba los puños con fuerza.- Esta vez estamos preparados.
-Mira, ya ha aparecido. -dijo mientras alzaba su rostro al cielo y la luz de la luna bañaba su rostro.- Kingdom Hearts... ¿Has visto alguna vez algo más bello? -cerró los ojos y sonrió.

La figura masculina bajó la mirada mirándose el puño a la vez que lo cerraba, se quedó callado. A su lado en la mano izquierda de la muchacha apareció una llave espada, la Cadena del reino, el otro se quedó mirándola silenciosamente. Alzó la llave espada apuntando hacia delante.

-Ya están aquí. -dijo en un tono mucho más serio.- Vamos, no voy a permitir que ganen. -Una vez dicho esto se tiró de la azotea dejandose caer al vacío a la vez que su capucha se perdía en el aire.
-Se parece a él. -se rió, dicho esto se tiró tambien al vacío.


Mientras tanto en un oscuro callejón de Metrópolis, un pequeño personaje corría como si la vida le fuera en ello, y así era. Unas sombras oscuras le perseguían con intención de atraparle aunque su objetivo no era ese pequeño ser sino algo que guardaba y protegía, un libro. El pequeño grillo corría y corría pero la distancia que lo separaba de las sombras era cada vez más pequeña, giró la esquina solo para encontrarse en un callejón sin salida. Por suerte para él y su pequeño cuerpo podría esconderse en el desagüe del alcantarillado, al intentar meterse tropezó y el libro quedó atrás. Las sombras llegaron donde estaba el libro e intentaron meter sus ponzoñosas pezuñas en el interior el alcantarillado pero no alcanzaron al pequeño ser, al final desistieron, pero se llevaron el libro, un diario muy especial.


Al mismo tiempo en las sucias calles de los barrios bajos una extraña pareja se paseaba, una mujer alta, vestida con una túnica negra, llevaba un bastón con un orbe amarillo que culminaba en lo mas alto de la vara. El otro tenía un aspecto bastante más pintoresco y voluminoso.

-No me gusta este lugar. -dijo bastante asustado.- Vayámonos, dejemos que ellos hagan el trabajo sucio...
-Cállate, perro estúpido. -dijo la mujer, su voz era capaz de estremecer hasta al más valiente de los héroes.- Hemos venido aquí con un objetivo, debemos encontrarlos a todos. Buscadles, rápido.
-unas sombras aparecieron en el suelo y se desperdigaron por todas las
calles y callejones, mientras el tipo asustadizo permanecía inmóvil.- A que esperas... ¡Muévete!


Al pie de la torre había una persona con capucha blanca, su figura era femenina. Miraba hacia arriba y lentamente extiende los brazos alzandolos abriendo las manos, aparecen dos cuchillas curvas y entonces salta hacia arriba desde donde caen dos figuras más. En pocos segundos una cruenta batalla empezó en el aire entre las grandes torres de Metrópolis.


Dos figuras más observan desde otro edificio el encuentro, escondidas en la oscuridad de la noche como dos pájaros nocturnos, acechando.

-¿Quien es ella? -dijo uno.
-Eres tú, pero también es ella. -dijo el otro, mucho más alto, su voz era profunda.- pero no es ninguno de los dos, quien es... Aún esta por decidir.
-¿Podré volver algún día? -dijo mirando a su compañero.- Me estan esperando, creo.
-Me temo que ese momento pasó hace ya un tiempo. -hizo una pausa.- Ahora tu sitio esta a mi lado, vamos. -una oscuridad total envolvió a las dos figuras y desaparecieron de aquél lugar.



En lo más alto del cielo podía verse la luna con forma de corazón, Kingdom Hearts. Su luz era preciosa y la envolvía un halo místico, entonces como lágrimas, ocho gotas plateadas cayeron de ella y salieron hacia puntos opuestos de la ciudad, perdiendose entre los edificios. Las luces viajaban frenéticas entre los edificios esquivando todo tipo de obstáculos, buscando. Buscaban algo, y así rápidamente se movían entre calles y callejones, por encima y debajo de puentes, entre gente y coches en marcha, pájaros y señales de tráfico, se movían sin parar a una velocidad vertiginosa, buscando, algunas veces tropezaban con algún obstáculo pero no había nada que las pudiese parar. Dos esferas continuaron su viaje por las calles de los barrios bajos, aunque no tardaron mucho en separarse. Continuó su camino girando por varias calles donde había gente de todo tipo, no parecían percatarse de la presencia de aquella bola plateada que sobrevolaba sus cabezas. Pasó entre varios edificios por los cuales por encima iban saltando varias sombras, giró por dos calles más y se encontro en mitad del camino de tres figuras grises que tenían el interior completamente vacío, parecían cascaras o armaduras decorativas, se movían de forma extraña, saltaron intentando atrapar la esfera pero no lo consiguieron. La bola brillante continuó su camino y despistó a las cáscaras vacías, paró enfrente de un restaurante y subió a la altura del primer piso, la ventana estaba abierta así que entró, era una cocina, estaba bastante desordenada y con muchos platos sucios, quien quiera que viviera allí no le preocupaba demasiado la limpieza. Al entrar sin querer la esfera plateada tiró uno de los platos y se escondió en el armario. Se escuchó un quejido en otra habitación seguido de un murmullo y minutos después unos ronquidos, la esfera salió de su escondite y se dirigió a aquella habitación, allí dormía un joven medio tapado con la manta y con un pie fuera de la cama, su habitación estaba muy desordenada. La esfera se acercó a él y se fundió en su pecho uniéndose con el joven.




Estabas en casa, no en tu piso actual sino en tu casa, la que había sido siempre tu hogar hasta que la verdad hizo que te alejaras irremediablemente, toda tu familia estaba allí. Varios sentimientos contradictorios afloraron en ti, odio, amor, resentimiento, tristeza, alegría e impotencia. Ellos significaban todo aquello para tí y era confuso, todo era muy confuso. Todos te miraban sin expresión alguna, era extraño sin duda.

Ahora estabas en la playa, con tu ex-novia, aún te acordabas de aquel terrible accidente, como olvidarlo. En el cielo el sol brillaba como una gran bola de fuego incandescente, ahí tus sentimientos eran de vergüenza, y así empezaron a pasar momentos y lugares que recuerdas con gran pesar en tu corazón, y de vuelta otra vez en tu casa con tu familia, mirándote expectantes, vacíos de cualquier emoción despojados de todo signo de vida, como estatuas observándote. El sonido del reloj de cuco era lo único que rompía el silencio, el tiempo pasaba pero todo permanecía igual, latente, como en extásis.

En la chimenea se encendió una llama, era cálida. Te acercaste, de repente hacia frío y necesitabas el calor de esa llama, hasta ese momento no te habías dado de cuanto frío hacía en esa estancia, tanto física como emocionalmente. La llama era cálida, acercaste las manos para calentarlas. Apareciste en una estacion de tren, allí había alguien robando el bolso a una anciana, la demás gente no parecía reaccionar, uno leía el periódico mientras que otro miraba su reloj, otro hablaba por su teléfono móvil y un niño con su madre que le regañaba, pero nadie parecía reaccionar ante el robo, como si no pudiesen verlo o quizás como si no les extrañara o prefirieran hacerse a un lado y no intervenir. Un guardia de seguridad pasó por allí y ni siquiera se inmutó ante tus advertencias sobre lo que estaba ocurriendo, el hombre continuaba forcejeando.

Al parecer la única manera de ayudar era que tú hicieras algo al respecto, pero no te considerabas lo suficientemente bueno para ello, seguro que si intentabas hacer algo no harías más que empeorar las cosas. "Puedes decidir, esta en tus manos ser alguien mejor". Sentiste esa voz en tu interior, ¿tu conciencia quizas? Pero no te creías capaz, no estabas hecho para ser un héroe, aquella persona no eras tú, nunca lo serías. "El poder esta en tu interior, solo tienes que dejarlo libre". Otra vez la voz, ¿eran aquellas palabras de verdad, o solo aquello que te apetecía escuchar? Fuera lo que fuera no estabas seguro de poder decidir, las cosas te pasaban simplemente y ya esta. Empezaste a avanzar hacia donde estaba la anciana y el ladrón.

Lucha


Vince Luca



Un estornudo te sacó de aquél sueño extraño, las sábanas estaban todas en el suelo y tu estabas a punto de caerte de la cama. Te rascaste la cabeza y bostezaste, te convenía una buena ducha, ya hacía tres días que no te tomabas una. Te acercaste a la ventana abierta, de ella subía el hedor de las alcantarillas que provenían de la calle, y la cerraste. Saliste de tu habitación hacia la cocina, otra ventana abierta, fuiste a cerrarla cuando algo se clavó en la planta de los pies. Soltaste un grito de esos inhumanos, seguro que te habían escuchado desde la calle.

Había un plato de porcelana roto en el suelo, maldita suerte la tuya. Anque era extraño normalmente estaban en la encimera, eras desordenado con la vajilla solías ser cuidadoso. Tampoco le diste mucha importancia, estas cosas solían ocurrirte, cerraste la ventana, pudiste ver un par de personas mayores que miraban arriba probablemente a causa de tu grito. Era otro día como tantos, y hoy tocaba currar en el restaurante, te encantaba la rutina, era simple y sin complicaciones.

Vince Luca

Estaba en mi casa, no en el sucio piso donde vivo ahora, sino en mi casa, la que había sido siempre mi hogar hasta que la verdad hizo que me alejaras irremediablemente, el lugar donde me habia criado, el lugar donde habia crecido. Toda mi familia estaba allí. Empece a sentir varias cosas: amor, odio, tristeza, etc... Era todo demasiado confuso como para ponerme a pensar en algo... Todo el mundo me miraba raro... -¿...Papá? ¿Mamá? ¿Hermano..? -Empece a decir, pero no me escuchaban...

Despues, estaba en la playa, junto a O'Brionn. Recuerdo perfectamente aquel dia, en el que mi hermano decidio esconder un cadaver en el maletero de mi coche. Sentia ira, y tenía ganas de venganza... Y así empece a ver momentos (el cual la mayoria son malos momentos) que he vivido. Como en una pelicula, vi mi vida pasar por mis ojos. Y despues, estaba de vuelta otra vez en mi casa, con mi familia, la cual me miraba raro todavía. Parecian estatuas, estatuas como la que mi padre tenia en aquella sala de reuniones. El sonido del reloj de cuco era lo único que rompía aquel molesto silencio. El tiempo pasaba, pero todo permanecía igual, latente.

En la chimenea se encendió una llama, era cálida. Entonces, me di cuenta de lo frío y vacío que estaba. Necesitaba calor. Necesitaba algo... O alguien. Aparecí en una estacion de tren, allí había alguien robandole el bolso a una anciana, la demás gente no parecía reaccionar. Uno leía el periódico, mientras que otro miraba su reloj. Otro hablaba por su teléfono móvil, y un niño con su madre que le regañaba. Pero nadie parecía reaccionar ante el robo, como si no pudiesen verlo o quizás como si no les extrañase... Me puse iracundo. Rabioso. No podía aceptarlo...

Entonces, una voz sonó en mi interior. "Puedes decidir, esta en tus manos ser alguien mejor" . Dijo. ¿Era eso verdad? Seguro que no... Si actuaba, seguro que lo que haría sería fastidiarlo todo... "El poder esta en tu interior, solo tienes que dejarlo libre". Añadió. ¿Eran aquellas palabras de verdad, o solo aquello que queria creer? ¿En serio era capaz, o solo quería pensar que lo era? Fuese lo que fuerse, no sabia lo que hacía. Simplemente, decidí caminar hacia el ladrón...


Estaba en mi apartamento. Aquel sucio, desordenado, y apestoso apartamento. Me dirigí a la cocina, para prepararme el desayuno. Era una rutina, una de las muchísimas rutinas que tenía. La verdad es que me encantaban mis rutinas. Eran simples, tranquilas, y nunca me traían problemas...

Cuando llegue a la cocina, me encontre una ventana abierta. "¿Que habra pasado?" Pense. Me dirigí hacia la ventana, para cerrarla, cuando un inhumano grito salió de mí, causado por el dolor de algo que se me había clavado en el pie.

Cuando mire, un plato de porcelana estaba roto en el suelo. En esos mismos momentos, me estaba cagando en la madre que parió a la porcelana, por ser tan frágil. Aunque era raro, pues, aunque fuese desordenado, yo siempre tenía mi vajilla de porcelana bien ordenada y cuidada...
-Genial, ladrones otra vez. Ya es la tercera vez que entran en mi apartamento. -Me dije a mí mismo. -Pero bueh, que se le va a hacer...

Me di una ducha, necesitaba darmela (tres dias sin ducharme... Habia roto mi record). Eso sí, tenia que darme prisa. Tengo que currar de nuevo en el bar. Como todos los días...

Como todos estos aburridos y solitarios días...

Visitas inesperadas

Te duchaste con prisas y te medio aseaste ya que llevabas un poco de prisa porque ya hacías tarde. Al cerrar la puerta te acordaste de que no te habías afeitado, que mas da, no había tiempo. Bajaste por las escaleras y continuaste por el pasillo que daba directamente a la cocina. Allí viste a tu jefe, parecía bastante cabreado, aunque no era de extrañar habías entrado tarde a tu turno por quinta vez esta semana ¡y ya era viernes!

-¡Vuelves a llegar tarde. esto te lo voy a descontar del sueldo tenlo por seguro! -te dijo gritando, los gritos podían escucharse desde fuera.- Hay un muchacho a fuera esperándote, ¿he de decirte que no me gusta que te traigas a tus amigos al trabajo? Aquí no se viene a pasar el rato se viene a trabajar, así que ponte el delantal y deshazte de ese energúmeno de una vez. -los ojos parecían salirsele de sus órbitas, se le marcaba la vena en la sien y en la frente y su cara estaba roja como un tomate.

Como siempre asentiste y te dejaste pisar por aquél hombre. Te pusiste el delantal y saliste a la barra. Observaste la clientela, no había mucha gente, un par de ancianos en una mesa delante del cristal de la entrada tres obreros en otra, uno jugaba a las máquinas tragaperras, en una esquina había un muchacho, te observaba con detenimiento, su aspecto era ligeramente siniestro. Entonces te diste cuenta de quien era que pregutnaba por ti, al fondo de la barra apoyado estaba tu queridísimo hermano, aunque en realidad no era más que un rufián para tí. Te saludo con la mano.

-¡Hermano, cuanto tiempo! -exclamó mientras alzaba los brazos exageradamente y sonreía.- Dime, ¿como te va la vida por aquí? No me lo digas, ya se ve que es una mierda. -se paró delante tuyo y se acercó a ti mientras se apoyaba con lso dos brazos en la barra.- Escucha, me envía nuestro querido padre, considera que ya has jugado suficiente tiempo al escondite y quiere que vuelvas, sin rencores. -dió una calada de su cigarrillo y te tiró el humo a la cara.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Vince tiene preferencia para postear

Bajé las escaleras rápidamente. -Mierda, llego tarde al trabajo... Otra vez... -Me decía a mí mismo, por el camino. Cuando llegué abajo del todo, me di cuenta de que no me había afeitado (algo que tenía que hacer desde el mes pasado...), pero ya era demasiado tarde.

Salí corriendo al bar, para escuchar a mi jefe gritandome. Como siempre... -¡Vuelves a llegar tarde! ¡Esto te lo voy a descontar del sueldo, tenlo por seguro! -Dijo. Oh, vamos... Otra vez con el sueldo reducido. Vaya mala suerte que tengo que tener... -Hay un muchacho fuera esperándote, ¿he de decirte que no me gusta que te traigas a tus amigos al trabajo? Aquí no se viene a pasar el rato se viene a trabajar, así que ponte el delantal y deshazte de ese energúmeno de una vez. -¿Un amigo? ¿Quien sería?

Me puse el delantal y salí a la barra. No habia mucha clientela, solo un par de viejos hablando por aqui, unos obreros por alla, un viciao a las tragaperras... Gente normal. Cabe destacar un hombre que me estaba mirando con ojos siniestros...

Pero entre toda esa multitud pude distinguir a una persona, una persona bastante conocida. Mi """queridisimo""" hermano. Si a alguien queria matar, era a el... -¡Hermano, cuanto tiempo! -Exclamó, alzando los brasos. Intenté reprimir una sonrisa. Esperaba el día en el que viniera a disculparse, por todo lo que había hecho... -Dime, ¿como te va la vida por aquí? No me lo digas, ya se ve que es una mierda. -Dijo. ¿Para que preguntas, si te sabes la respuesta? ¿Para que te levantas, si luego sabes que te vas a volver a caer? Tuve que inhalar levemente, tomar el aire. -Escucha, me envía nuestro querido padre, considera que ya has jugado suficiente tiempo al escondite y quiere que vuelvas, sin rencores. -Me quedé de piedra. ¿Padre...?

Tras la charla, mi hermano le dió una calada a un cigarro, para luego tirarme el humo a la cara. Le quité el cigarro de la boca, y lo lancé en el fregadero que hay al lado de la barra. -Dentro de este recinto no se fuma, mi querido hermano... -Enfaticé el sarcasmo en la palabra "querido." -¿Padre quiere que vuelva con él? ¿Padre quiere que me meta en todo su maldito lío? ¿En todo su puto trapicheo? ¡Já! ¡Que os lo teneis creído! ¡No me llevaréis ni a rastras! -Dije, intentando moderar mi tono de voz. -¿Sabes que? Ni hasta arriba de alcohol me meto yo en el negocio de "máquinas de refresco."

Me estaba cansando. -Si no quieres nada mas, por favor lárgate. Tengo trabajo que hacer... -Terminé.

Visitas inesperadas

Tu hermano escuchó con atención todo lo que decías sin perder la sonrisa, ni siquiera cuando le quitaste el cigarrillo y le dijistes que no s epodía fumar cuando en la entrada había un cartel donde ponía explícitamente que s epodía fumar.

-Oh! Vaya... siempre tomándote las cosas tan a pecho sin pensarlo siquiera un par de veces... -abrió los brazos.- Padre sabe que no quieres dedicarte al negocio familiar pero dice que no importa mientras vuelvas, bueno he de confesarte que madre ha tenido bastante que ver en el asunto... -se detuvo un momento.- Ya sabes como es, la verdad es que ella nunca quiso esta vida para tí, ni esta ni la otra que quiere padre. De todas maneras, los deseos de padre son de que vuelvas así que no seas cabezota y ven conmigo anda... Pero apresurate que tengo un par de colegas esperando fuera en el coche...

Judas Valentine Hilden

Mientras iba veía el ajetreo normal en los barrios bajos. Parecía que además había llegado un circo... Me pregunto si los Hilden me hubiesen llevado...

Finalmente llegué al lugar donde trabajaba el tal Vince. Nadie había notado que llevaba la espada... Desde luego, menuda seguridad... Cuando llegue, había un chico del bar hablando con alguien, como si fuesen familia. Debía de ser algún tipo de discusión familiar, aunque no le preste mucha importancia... Hasta que uno empezó a hablar de un "trapicheo"... ¿Sería la mafia? Tenía toda la jodida pinta... Sólo había una manera de averiguarlo... Una manera muy peligrosa...

Me levante, y me giré a los dos hombres. Mirandoles con odio. Odio por sus posibles pecados. Odio porque a lo mejor eran los que se merecían el castigo... O porque no lo eran.
¿Vince Luca?
Esperaba que fuese él. Y que suplicase... Suplicase por que acabase con su dolor... Un dolor que estaba a punto de comenzar...

Estabamos hablando mi hermano y yo, cuando un hombre se acercó a mi, mirandonos a mi hermano y a mi con bastante odio. ¿Que le pasaria? ¿Acaso seria otro de los mafiosos que van con mi hermano?

-¿Vince Luca? -Preguntó. Realmente, algo raro... Supongo que no sería un mafioso, al menos no de parte de mi hermano.
Puedes cambiar tu destino... La voz del sueño de anoche sonaba de nuevo. ¿Por que me buscaba este tipo?

Señalé a mi hermano. -Ese señor de ahi es Vince. Yo soy un conocido suyo, Pepe. ¿Tiene algun motivo para buscarlo? -Dije maliciosamente, y con malas intenciones. Me iba a vengar por lo que ha hecho mi hermano...

Definitivamente... Lo haria...

Visitas inesperadas

Tommy miró al desconocido con cierto aire de superioridad y sonriendo. Luego miró a Vince sorprendido.

-¿Que estas metido en alguna clase de lio? -te preguntó.- Puedo deshacerme de él si quieres. -dijo mirando la espada del muchacho.- Ve con cuidado con eso, podrías hacer daño a alguien... ¿Porque no te esperas?, mi hermano y yo estamos teniendo una conversación privada... ¿Sabes que? Mejor esfúmate.

No había funcionado... Y había dicho que eran hermanos...

¿Hermanos Luca? Bueno, esto va a ser matar dos pájaros de un tiro... Literalmente.
Levanté la espada sobre mi cabeza. Un sólo golpe sería mortal. No dejaría escapar al otro tampoco...
¡Muere, perro! dije, mientras bajaba mi espada. Morirían por lo que le hicieron a los Hilden

Visitas inesperadas

El muchacho se abalanzó sobre Tom lleno de furia, sin muchas dificultades y con un movimiento grácil Tom esquivó la espada. Le cogió del brazo para intentar echarle a un lado sin embargo, Judas supo defenderse apropiadamente.

-Vaya, sabes lo que haces chaval, pero no deberías haber hecho esto, te has metido con el tío equivocado. -dijo Tom

La gente había enmudecido, se escuchó un portazo del interior de la cocina y saliuó el dueño del local.

-¡Pero que co...! -empezó a decir, pero paró al ver la espada del chico.- ¿Que esta pasando aquí?

Tom se esquivó la estocada del intruso en un plisplás. Normal que mi hermano sea el favorito de mi padre... El favorito del gran, honesto Abe Luca. Intentó empujar al tipo de la espada, pero no pudo. En eso, el dueño del bar salió, diciendo: -¡Pero que co...! -Enseguida se calló, pues parece ser que ha visto la espada que llevaba el asesino en sus manos. -¿Qué demonios está pasando aquí?

Lo miré arqueando levemente una ceja. -No se meta en esto, señor "tabernero". Nada de su queridísima incumbencia. -Tras eso, me puse cara a cara con el de la espada. -No sé que quieres, ni por qué nos quieres asesinar. Pero más te vale estar cantando, si no quieres salir herido. -Dije, con un tono amenazante, y de desdén. Desenfundé mis dos dagas, aquellas dos preciosas, y a la vez peligrosas, dagas. Fueron un regalo de mi padre, cuando... Bah, con decir que fue un regalo de mi padre, esta todo explicado.

Me uno al combate.

Vaya... Eran más duros de lo que parecían... Y en un dos contra uno... Con mis poderes inutilizados iba a ser difícil... Me di la vuelta un poco, preparandome para irme, aunque atento por si intentaban atacarme... La próxima vez tendría que intentar usar mis poderes, y de momento la cosa estaba jodida para usarlos.
Vaya... Parece que el gato sabe arañar... Para ser sincero no me lo esperaba. Reí. Se me hacía raro usar unas palabras tan parecidas a las que yo mismo había escuchado al obtener a Vendetta. Me encantaría quedarme aquí todo el día, pero desgraciadamente hay otras cosas más importantes que tengo que hacer. Después de todo, investigar porque mis poderes habían dejado de funcionar era muy importante. Mucho más que la venganza indirecta contra el jefe de los Luca.

Visitas inesperadas

El muchacho que os atacó marchó despues de sus breves palabras, Tom no pareció hacerle mucho caso, en cambio se giró hacia tí. El local se había vacíado y tu jefe no parecía estar por ningún lado, os habíais quedado tu hermano y tu solos.

-Bueno, que me dices hermanito, ¿te vienes o no? -sonrió.

--------------------------------------------------------------------------
Blues pasas a tu prólogo otra vez.

MIre a mi hermano por encima de mi hombro. Lo mire escepticamente un momento, y pregunte: -Tu... Estas bromeando, verdad? -Me volvi a sentar en la barra un momento. Estabamos solos en la taberna, asi que no tenia problema en sentarme.

Dentro mio, un remolino se formaba. De verdad queria seguir con mi nueva vida? Era una mierda. No servia para nada. Literalmente. Levantarse a las 6 de la mañana completamente envuelto de la basura de todo un año, ducharme en agua helada cuando el calentador esta en funcionamiento, soportar a un jefe borde, gordo, yalcoholico durante unas 12 horas, para un salario que es una mierda, y despues volver a mi basura de nuevo. Asi de lunes a sabado (porque el domingo son 11 horas). Echo de menos la comida de Mama. El calor de la Villa Luca era demasiado acogedor como para no extrañarlo.. Sentia nostalgia, lo admito. Y ahora podria cambiarlo. Podria volver... Cambiarlo todo...

...Pero era demasiado. Todo lo que me habian hecho... Era lo que me hizo irme. Era lo que me hizo decidirme. Lo que me hizo cambiar mi vida por completo. Y ahora... este venia a decirme si queria volver al pasado, al traumatico pasado, y hacer como si nunca hubiese pasado nada... Ni tras haberme fumado lo que vende Tom. Quieres llevarme a la casa? Quieres llevarme a la Villa? Sabes que te digo? ...Por encima de mi cadaver. He luchado demasiado para llegar a separarme de los Luca, para unirme al sistema legal y ciudadano de esta maldita Metropolis. Y ahora quieres que deje todo eso de lado? Ni loco. Tendras que matarme primero. Y se que lo haras. Pero no me ire a la tumba solo... -Dije calmado, riendo de vez en cuando con una sonrisa que no mostraba risa alguna. Poniendome serio, añadi: -Ahora, largate de aqui. No quiero volver a verte. No quiero volver a veros! -Use la Mirada de los Luca.

La Mirada de los Luca es algo bastante curioso. Todos los Luca tienen esa asombrosa habilidad: mirar a la cara a alguien, y ese alguien de repente siente como el pantalon les pesa mas de lo normal. El especialista era mi TIo Pañales. Por que creeis que le llaman asi? *Knoc Knoc* -Quien es? -Pañales vino a darte una visita. *Mirada Luca* ...El resto se puede imaginar.

Visitas inesperadas

Tu hermano te miró y se rió.- Ay... querido hermano no puedo creer que sigas siendo tan inocente, el sistema legal esta más corrupto de lo que imaginas. -golpeó la barra.- Quizás nuestra forma de ganarnos la vida no sea del todo legítima no te lo niego pero tambien hacemos mucho bien. El alcalde, él si que es corrupto y a diferencia de nuestra familia a abandonado sus principios solo para conseguir más poder, en fin... -empezó a alejarse.- Si quieres ya sabes donde estamos, pero no tardes en decidirte, estan ocurriendo cosas, cosas importantes que cambiaran para siempre la vida de esta ciudad. -la puerta se abrió, acababa de entrar un cliente.- Nos vemos hermanito.

Un hombre joven de unos veintitantos entró por la puerta, tenía el pelo plateado y un aire serio. Tu hermano se paró delante del tipo como si estubiera paralizado. El tipo lo ignoró y se acercó a la barra, tu hermano se giró su cara era de estupefacción, segundos después se fue sin decir nada.

El muchacho que ahora estaba delante de ti se sentó tranquilamente en la barra y te penetró con su mirada, sentiste como si viera a través de ti, había algo siniestro en él y frío.

-¿Quieres salvar este mundo? -la pregunta te golpeó en la cara com un cubo de agua fría.-

Mire al recien llegado seriamente a la cara. La pregunta fue como un cubo de agua helada lanzado justo a mi cara, como una piedra en el estomago mientras estas durmiendo. Lo mire a la cara, y esto me hizo reflexionar. De verdad queria salvar este mundo? Acaso tendria Tom la razon? A lo mejor era verdad eso del gobierno corrupto... No es que confiase en Tom (si lo haces, estas condenado), pero es que a lo mejor tenia razon...

Mientras pensaba todo eso, empece a hablar. -Depende. Depende de que se tenga que salvar este mundo. Por que lo dice? Quien es usted?

El momento de la verdad

El muchacho sonrió mientras te penetraba con su mirada.- No hay mucho tiempo para explicarlo, este mundo está en peligro y has sido elegido. -alzó la mano y en ella se formo una espada que su forma recordaba a una llave. -Esto es una llave-espada, sirve para abrir las cerraduras entre mundos y las del corazón de los mundos, aquellos elegidos por la llave espada tienen el deber de proteger el equilibrio entre la luz y la oscuridad. Tú has sido bendecido con ese don, y si no hacemos algo esta noche Metrópolis será engullido por la oscuridad. Entonces que... ¿que me dices, te vienes?. -te tendió la mano.

El joven sonrio, mientras me empezo a explicar una cosa sobre llaves-espadas, otros mundos, y demas. No entendia ni la mitad de lo que decia, y algo dentro mio me dijo que no confiara del todo en el, pero me sentia curioso. Tenia ganas de saber mas sobre estos "otros mundos" y de las llaves espada. Y algo me decia que para llegar a saber mas tengo que pasar por esto. Asi que le extendi la mano, mientras decia:

-Trato hecho.

Seguido, me levante. No pensaba mucho en Metropolis (de hecho, me importaba muy poco lo que le pasase a este asco de ciudad), sino en como escapar de mi familia. Si me pegaba a este tipo, no solo podria aprender algo mas sobre otros mundos, sino que encima me libraria de Tom, de el honesto "Abe", y de todos los tios.

-El nombre es Vince.

Un nuevo comienzo

-Mi nombre es Riku. -se presentó.- Ahora deberás confiar en mí. -Alzó la llave-espada y sin aviso previó la hundió en tu pecho, sin embargó no te dolió. Giró la llave espada. CLACK



Todo se volvió oscuro. Estabas en un inmenso vacío de negrura. Flotando. Abajo apareció una plataforma extraña, con dibujos, en ella podías verte tu mismo dinujado con los ojos cerrados como durmiendo plácidamente. Tocaste el suelo de la plataforma. Allí había tres plataformas, encima de cada una había una placa y un objeto.

Una espada. "El poder de la fuerza para conseguir lo que quieres"

Un bastón. "El poder de la sabiduría para alcanzar todas tus metas"

Un escudo. "El poder de proteger a aquellos que más quieres"

-Mi nombre es Riku. -Dijo el muchacho. -Ahora deberás confiar en mí. -Entonces, levanto la llave que tenia en la mano, y me atraveso con ella. Me quede extrañado, preguntandome que iba a pasar. Milagrosamente, no me dolio.

Entonces, todo se volvio negro. Estaba flotando. Debajo mio, vi una rara plataforma con dibujos, entre ellos un dibujo de mi mismo durmiendo tranquilamente. Toque el suelo. Ahi, habian otras tres, cada una con una placa y un objeto. Una espada, un baston, y un escudo. Mire entre las tres.

"El poder de proteger a aquellos que mas quieres..." Me quede pensativo. Leyendo la placa, me pregunte si de verdad queria a proteger a "aquellos que mas quiero". Mi familia. Queria que todo fuese como antes era. Sin mafia, sin problemas, sin tener que huir del calor del hogar.

Me acerque al escudo, y lo cogi.

Un nuevo comienzo

Cogiste el escudo y los altares se desvanecieron. La temperatura empezó a subir hasta el nivel que era sofocante respirar allí dentro. A tu alrededor se encendió un círculo de llamas marcando una zona de unos veinte metros de diámetro.

Ahora debes probar que eres merecedor de proteger a los más débiles.

A tu alrededor aparecieron seis sombras de unos 70 centímetros de altura.

---

Iniciativas

El escudo actúa como un escudo corporal pero sin el penalizador del turno.

Tan pronto cojo el escudo, la plataforma en la que estaba empezó a volverse roja incandescente... ¿O no? Todo empezó a volverse rojo... La temperatura empezó a subir... Alrededor de la plataforma unas llamas se levantaron.

Siempre me ha gustado el fuego. Me ha comprendido. Me ha entendido. Ha sido mi amigo... Pero siempre todo a mi alrededor ha sido frío. Distante. Algo en mí quería experimentar ese calor. Sentirlo dentro suyo... Pero nunca he podido. La vida disfrutaba humillándome, y haciéndome sufrir. Yo buscaba el fuego. Lo quería al lado mio. Que me iluminase. Pero siempre terminaba apartado en un frío rincón...

Y seis criaturas aparecieron. Seis criaturas completamente negras, como si hechas de pura oscuridad. Les dí un golpe, pero fallé. Y me intentaron atacar, pero el escudo me ayudaba, parando los golpes que fallaba por muy poco. Entonces, esa calidez que había alrededor (aunque poco a poco se convertía en sofoco), me recordó a una imagen de hace mucho, mucho tiempo...

El ver a toda mi familia reunída, sin tíos ni primos ni mafia que estorbar, todos sentados enfrente de la estufa hablando tranquilamente, riendo tranquilamente... No tenía precio.

Sentí un agradable calor en el pecho. Decidí volver a intentarlo, darle otro golpe a aquellas criaturas... Y de un golpe todas desaparecieron.

Suspiré.

Un nuevo comienzo

Despiertas en el suelo de la cafetería, por la ventana entra la luz del atardecer. Te levantas con energías renovadas y un calor reconfortante en tu interior. En tu mano luces una espada con forma de llave.



Riku esta delante tuyo impasible.

---

Keyblade: Corazón de fuego:Tiene los atributos de una espada larga. Además es lanzable y siempre retorna a tu mano. Mediante el gasto de un punto de cansancio te rodea con un escudo de fuego de 300PVs.

Además te permite abrir cualquier tipo de cerradura automáticamente. Y obtienes +80 a abrir cerraduras contra cierres mágicos.

Y entonces abrí los ojos.

Aparecí tirado en el suelo. ¿Qué había pasado? Miré a mis alrededores. Estaba en la cafetería. En el suelo. Enseguida me levanté y me sacudí el polvo de la chaqueta. Entonces, noté algo en la mano derecha.

La llave espada.

Me acerqué a Riku, el cual me miraba indiferente.

-Vale, la tengo. ¿Ahora, qué? ¿A dónde hay que ir? -Dije.

Dentro mío, notaba como un pequeño calor plantaba semilla en mí...

Un leve calor...