[Prólogo](Caphastios Bleitz) Un nuevo despertar

Ibas caminando por las calles de Lucrecio, intentando seguir de cerca a aquel "loco" que te tocaba como compañero. Pero era difícil, pues las calles estaban llenas de gente, y alborotadas a más no poder. Era demasiado fácil y probable que, con tal alboroto, fuese el motivo que fuese, una discusión surgiese.

Y claro... Surgió. En pleno callejón se empezaron a oir gritos de rencilla. Miraste hacia el frente, buscando con la mirada a Baskerville, pero no estaba. Se esfumó. Por lo tanto, fuiste a intentar pacificar el callejón. Fuese eso ya en busca de sujetos de experimentos, o por tu espíritu de Ranger, eso ya no lo sabías. Y te asustaba no poder determinar la diferencia...

Pero en fin, saliste corriendo hacia la disputa. Y, cuando llegaste ahí, viste a una señora bastante mayor intentando aguantarse al bolso que un ladronzuelo forcejeaba. Y eso llevó a que los transeútes se pusieran del lado de la señora, mientras que el ladrón tuvo que recurrir a su "pandilla" de cortabolsos. Pronto, los dos grupos se lanzaron el uno encima del otro.

No sabías que hacer. Tu mente te decía que los dejases matarse los unos a los otros, pero tu corazón (si es que algo te quedaba en su lugar) te obligaba a detenerlos.

Entre la batalla mental, un asaltador decidió coger una piedra y lanzarla, haciendo que los demás cortabolsos empezasen a lanzar también. Te pusiste a cubierto...

...pero la primera piedra te dió en la cabeza.

Empezaste a verlo todo negro. La visión se nublaba, los sentidos se apagaban. Te preguntaste si éste era el final, si te agazapabas para nunca volverte a levantar...


Abriste los ojos. Miraste alrededor, para ver que te hallabas en una habitación bastante vacia. Habían muchas camas, puestas en hileras, pero estabas solo.

Y al lado tuyo, una persona rezaba, esperando a que abrieses los ojos. Su tez era oscura, su pelo muy blanco, y sus ojos color lavanda, aquel hombre no te sonaba de nada...

Spoiler:

-Vaya... Al fin despiertas... -Dijo. Tenía un par de cimitarras en la espalda, unas armas demasiado refinadas para una simple persona, demasiado perfectas para un simple mortal. Unas cimitarras dignas de admirar...

Spoiler:

Por la sangre del dragon...que demonios ha pasado...malditos vándalos y sus mortiferas armas arrojadizas que se cogen del suelo...

-¡PERO QUE DEMON...!-pegué un salto de la cama y me levanté-¿Quién eres,por la sangre del hombre-puro?-dije mirando esas cimitarras,estaba claro que podia ser un adversario de mi nivel o mejor incluso,asique no baje la guardia,aunque si estaba en esa cama y el estaba esperando...

El hombre se levantó calmadamente. Parecía como si todo eso ya lo hubiese pensado, como si sabía que te ibas a poner así. Guardó las cimitarras, disponiéndose a hablar.

-Oh, no te asustes. Tranquilo, no vengo por mal... Te encontré inconsciente, tirado por la calle, y decidí traerte a la enfermería. -Dijo. Esperó un momento, preguntándose cuando saltarías a decirle "Gracias"... -Pero eso, yo de ti me daría una ducha.

Tras eso, se dió media vuelta y se fue, como si nada...

-Y eso a que se debe-dije al levantarme intentando alcanzar su hombro con mi mano

Que tipo mas raro...quizas tenga algo que ver con la mision,y quizas al hombre-puro le interesaria tener una conversacion con este tiparraco,me pregunto que escondera...