[Alexander Morgfry] Dios los cría, y ellos...

Era de noche... Habías encontrado una pista sobre Rashmor. O más bien sobre como llegar a él. Al parecer había un demonio que había tenido tratos con él hacía no mucho tiempo en un pequeño pueblo sin nombre, no demasiado lejos. Aún te quedaba mucho para llegar cuando viste un carromato en el camino. Estaba parado, lo cual era muy extraño. Los caminos eran lo suficientemente peligrosos como para pensarse ir por ellos, no digamos ya como para parar en ellos.

Según fuiste te acercaste viste que un hombre mayor y una muchacha, no mayor de 16 años intentaban subir a alguien al carromato, aunque se veía que no tenían fuerzas para hacerlo.

ALEXANDER

Obserbe al carro ocultando mi presencia espiritual, a la vez que intente averiguar si aquello era una trampa y habia gente escondida al rededor.
(Ocultacion de ki: 284, Erudición: 322)
Hasta que me asegure de aquello no era una trampa me mantube a la espera, aquellos caminos no eran seguros. No estaba de mas cubrirse las espaldas ante una emboscada.
"Espero, que sean gente corriente, no quiero problemas" penso para si. Aun asi se acerco confiado de sus habilidades si hicieran falta. -¿Necesitan ayuda? le pregunto desde una distancia prudencial.

Al verte, el hombre mayor, que estaba de espaldas a ti, se giró.
Por favor, ayúdenos, este hombre se nos muere... ¡Ha perdido mucha sangre!
Pudiste ver que tenía en el costado una herida, muy fea y bastante grande, aunque desde esa distancia no podías ver bien de que era. La herida sangraba mucho, y daba la impresión de que no sobreviviría con la herida así.

Alexander

-¿Que le ha pasado? -dije acertcandome rapidamente para examinar la herida e intenta estabilizarlo mientras eschucha al hombre sobre lo que ha atacado al extraño. Con la ayuda del hombre lo sube encima del carro y con un trozo de tela le venda la herida.
(65 en medicina)

El hombre mayor te respondió mientras la muchacha ponía en marcha a los caballos del carromato.
No lo sabemos. Mi hija y yo ibamos de camino a un pequeño pueblo que hay en esta zona para comprar provisiones cuando vimos a este hombre tirado en el suelo.
Mientras decía esto te fijaste un poco más en el herido. Era joven, de unos 25 años como mucho. Sus ropas eran muy extrañas. Más que cosidas, parecía como si cada una hubiera sido cortada en una sola pieza.

Alexander

-¿A que pueblo van? -Le gregunte al anciano por si era a donde me dirigia yo. -Perdone mi mala educacion mi nombre es Alexander, encantado ¿Les importaria que les aconpañase el resto del camino?. -superviso al hombre que esta herido, acomodandolo bien el el carro."Mejor acompañarles para que no sufran el ataque de lo que ataco a este pobre hombre, e ir en carro ayudara a mi cansadas piernas." penso para si mientras le hacia la pregunta al hombre.

Pues al único que hay por este camino, señor. dijo el hombre. Tras la presentación encendió una pipa y mientras fumaba te dijo:
Por supuesto que puede acompañarnos, señor Alexander, es más le estaríamos muy agradecidos. Yo soy Ben, y esta es mi hija Linda. Linda, escuchando su nombre se giró y musitó un suave "Hola", que apenas escuchaste. Nos dirigimos allí para comprar leche y verduras y venderla en el mercado de un pueblo pesquero que hay a unos seis días de distancia. Dijo, mientras le daba unos golpecitos a un pequeño arcón que, sin duda, contenía aquello con lo que pensaba pagar, ya fuera dinero o especie. ¿Y usted?

ALEXANDER

-Pues creo que nos dirigimos al mismo lugar. -
Le dije con una sonrrisa amable. Me acomode en el carro hechandole un vistazo de vez en cuando a nuestro invitado herido.

El hombre estaba todavía inconsciente, y ya llevabais una hora de viaje más o menos. Al parecer, Ben era muuuuuuuuuy hablador, pero en cambio su hija tenía la expresividad de una columna de mármol. En ese momento, el carro paró. Había alguien o algo delante, no podías verlo bien desde dentro.

ALEXANDER

-¿Ben por que hemos parado? -le pregunte mientras me asomaba para verlo yo tambien.

Ni idea, chico, ni ide... No llegó a acabar la frase. Más adelante, a unos cuatrocientos metros, se veía lo que parecía ser el campamento de unos bandidos justo en el lugar de un pillaje. Un carromato ardiendo, varias tiendas y gritos de mujeres. La imagen no era complicada de imaginar. Linda estaba pálida, y se metió dentro del carro. Ben, tras calmarla para que no gritará, habló.
Máldita sea... No podemos acercarnos, pero que allí hagan lo que quieran a nuestra vista... No lo soporto... Se le veía furioso. Extraño encontrar a gente que se preocupase por lo demás en los tiempos que corrían. Será mejor que esperemos. Con un poco de suerte mañana estarán tan borrachos que no se darán cuenta si pasamos al lado...

Alexander

Voli a dentro de entre mis cosas saque mi katana y girandome hacia Ben le dige. -No se preocupe yo tampoco soporto eso y lo pienso remediar, ademas si pasamos aqui la noche el herido morira sin remedio y si queremos hacer algo por él devemos darnos prisa. No se preocupe por mi no creo que sean rivales para mi espada. - Cuando sali por detras del carro me coloce bien mi gabardina desenvaine la espada, mire al cielo (para saber si hay muchas nubes o si no) y evalue mi alrededor. (Buscar: para conseguir ver algun camino por el cual sea dicil que me vean 258.) Me concentre para saber si habia alguien con pontecial suficiente como para considerarlo un problema, ademas de saber a cuantos enemigos me enfrentaba (Erudición 392).

Viste que solo existía un camino, aunque también podías ir campo a través. Ademas eran una banda común y corriente, ninguno deberia ser rival para tí, pero eran muchos.

ALEXANDER

"Vaya, demasiados para ir de frente, tendre que hacerlo con algo mas de inteligencia. penso para si mismo. Me acerque a mi compañia y le dije a Ben. -Son mas de los que creia, asi que puede que tarde algo mas de lo que pensaba. Pero este preparado cuando oiga: camino despejado. Quiero que venga rápidamente y puede que tengamos que transportar a algun herido mas. ¿Entendido? - espere a que asimilara mi mensaje y me lo confirmara.

Me dirigi hacia el bosque, y una vez alli cabie de direccion hacia el campamento. Primero fuy corriendo y espere a estad mas cerca para cambiar mi ritmo e ir mas lento y con cuodado de que no me vieran ni oieran. Para eso tome las medidas oportunas, controlando gracias a mi habilidad de erudición a los posibles enemigos ademas para hacer el menor ruido posible eleve mi cuerpo con mi habilidad de ki (9 puntos de ki). ( sigilo:28 y ocultarse: 86)

una vez en el linde del bosque con el campamento mire adelante para saber a que me enfrentaba. Me habia colocado en la copa de un árbol cercano para actuar lo mas rapido posible si era necesario.

En cuanto comenzaste a mirar, viste que estaban muy ocupados junto a la hoguera. Había dos mujeres. Una más joven, apenas una niña, y otra más mayor, probablemente su madre. Al parecer los bandidos se divertían. Mientras estabas en esto, te diste cuenta de algo. Era muy raro, cuando usaste tu detección de ki había en el campamento un grupo de unos treinta y seis, ahora veias que treinta y cuatro, ya que las dos mujeres no contaban, pero sólo sentías a treinta y cinco personas en el campamento. Entonces entendiste por que.
Levanta muchacho, no deberías acercarte a donde no te llaman. La voz provenía de un hombre a tu espalda, que había colocado la punta de su espada sobre tu espalda y hablaba de una manera burlona. ¡Eh, chicos, mirad lo que he cazado! Te habían pillado al llegar.

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Estas engatillado

ALEXANDER

Hay estaba yo acercandome y viendo como castigavan a un par de mujeres "pero si una es casi una niña" Pense para mi sorprendiendome. conte mis contrincantes, no me salian las cuentas, no me dio tiempo ni a girarme que note como algo afilado se acercaba a mi espalda.
"MIERDA" pense y casi lo grito, el tio este era muy bueno si habia sido capaz de engañar a mis afinados sentidos. Ademas se burla de mi, podria escapar, pero mejor andar con cuidado por ahora.

-Unas damas en peligro son como una llamada para mi, asi que aqui he venido. -le respondi a lo primero que me dijo. Una vez solto que me habia cazado, solo por pura fustracion agarre con mas fuerza mi espada, no devia arriesgarme a que me atacara estaba en clara desventaja.

Si mi habil contrincante me empujara hacia el centro del campamento no opondria mucha resistencia, incluso me dejaria desarmar "que se confien un poco sera mejor, si me toman por un buen oponente saldre herido y no es plan" asi que me quede a la espectativa de ver que pasa aun que tenia todos mis sentidos puesto paa actuar ante el mas mino fallo de mi curioso oponente.