"La política es el arte de servirse de los hombres haciendoles creer que se les sirve a ellos." Louis Dumur [La Prueba, Salvador]

Te encontrabas en Cadeus. Tras dos años volvías a pisar aquel despacho del Rector. Y parecía que en dos años habías cambiado más que en todos los anteriores. La Inquisidora Ruth te había hecho pasar al despacho, y estabas preparado.

En el despacho destacaban para tí los libros que había en los estantes, libros antiguos y cuyos nombres sólo habías escuchado alguna vez. Algunos de ellos eran auténticas reliquias. Otros, ejemplares de las obras de Santos y Santas. Y en medio de ellos, dos figuras.

Una era el Rector, cuyos cabellos blancos aún mantenían a raya a su piel oscura, haciendo que estuviese igual que el día que entrastéis en Cadeus. Junto a él, un hombre cuyo nombre sólo se pronunciaba en susurros, la auténtica encarnación de todo aquello que representaba la Inquisición, Romeo Exxet.

Iré al grano. La voz de Romeo era fuerte y grave, y reverberaba por las paredes. Parecía más que humana. Algo está ocurriendo ahora mismo en Gabriel. Desde hace 6 meses se están produciendo extraños casos de hombres poderosos de Gabriel que se casan con damiselas a las que habían conocido hacía poco, y que tras la noche de bodas mueren en extrañas circunstancias, de forma no violenta y sin que se pueda hallar ningún veneno o droga en ellos. Generalmente estos politiqueos no serían nuestra jurisdicción. Y sin embargo tu experiencia con la Inquisidora Ruth te decía que seguramente lo eran Sin embargo una joven misionera de Gabriel, en proceso de Santificación, nos ha indicado que es posible que sea algo sobrenatural lo que ha estado matando a estos hombres. Hace poco descubrimos un nuevo posible caso que sigue la misma pauta. El Archiduque Armand Leconte, Canciller de La Roche, conoció hace poco a una joven llamada Crystine Laurens, hija de un mercader de no demasiado presitigio. Y ha anunciado que pronto la presentará en sociedad como su prometida. Eso no cuadra con el carácter del Canciller.

El Inquisidor calló, tras lo cual siguió el Rector.
Tú seras Andrè Scaramouche, hijo de Joel Scaramouche, comerciante de gran poder, tío lejano de la novia y nuestro contacto. Has estado estudiando la Gran Universidad de Lucrecio y ahora vuelves para la boda de tu prima debido a que tu padre no puede asistir. Viajarás hasta La Roche en un pasaje de lujo de zeppelín. Al llegar te estarán esperando dos sirvientas que no sabrán nada de tu verdadera identidad. Te servirán para mantener el disfraz. Allí también te esparará la señorita Juno D'Ambert, la misionera, que sabe de tu llegada e identidad y te ayudará. Tras esto saca una bolsa del escritorio y te la da. Aquí tienes el pasaje para el barco hacia el continente, pasaje para el zeppelín y 100 Coronas de Oro para posibles gastos. Además al llegar al zeppelín te harán entrega de unas maletas con ropa más... Adecuada para el ambiente. Ahora date prisa, la fiesta es dentro de unas semanas y tienes un viaje largo por delante.

Salvador

Tras dos años de ir de un lado a otro, aprendiendo sobre sus dones, sobre como debía usarlos y sobre quién debía usarlos, mientras Ruth le mostraba un mundo de mentiras y engaños, donde a veces se alababa al corrupto y se aplastaba al héroe, y donde la piedad no solía existir, las intrigas de los hombres. Salvador perdió tanta fe en las personas como la ganó por otro lado, y vio que el ser humano era capaz de realizar los mayores de los horrores y las mayores hazañas, aunque a veces parecieran pequeñas.

Todo esa afianzó su misión divina, estaba allí para proteger al hombre de sus propios demonios, a veces externos, a veces internos, pero demonios.

La vuelta a Cadeus fue casi dulce, pero no se andaron con rodeos, en unos minutos se encontraba frente al mismísimo Romeo Exxet, y le encargó un cometido, como futuro inquisitor solo se esperaba una cosa de él -Sí, señor- respondió al discurso de Romeo, dirigió un saludo con la cabeza a cada uno de los presentes por separado y se marchó a paso ligero. Cuando salió de la habitación se dio cuenta de lo que había pasado, no se sentía mal por ello pero esta sorprendido, el hombre más poderoso al que jamás había conocido le dio una orden, sin pestañear él la estaba ejecutando tal y como se había pedido.

Se preparó para irse, aunque antes fue se pasó un momento a ver a Maestro y a Severus, extrañamente nunca le tuvo mucho cariño a Severus, pero durante su periplo las enseñanzas de este les habían salvado la vida alguna que otra vez, tenía que agradecérselo. Hecho esto preguntaría si podían prestarle un arma mejor para la misión, y esperaría noticias del zepeling alerta para salir disparado a cogerlo.

Severus, dentro del limitado espectro emocional que habíais notado en él cuando eráis estudiantes, se alegraba de verte. Habías sido, junto con Jorge, uno de sus mejores alumnos, y se alegraba de que por fin estuvieses preparado para la prueba. Te advirtió de que tuvieses cuidado, pues los nobles tienden a pensar que están por encima del peligro de lo sobrenatural.

Cuando pasaste a ver a Maestro, comprobó que sin duda te habías convertido en material perfecto para un Inquisidor. Cuando le preguntaste por un arma mejor para la ocasión, te dio una vaina especial para tu espada. La vaina estaba ricamente adornada. Según Maestro esa vaina bastaría para que en las fiestas de sociedad considerasen tu arma un adorno, con lo que no deberías tener problemas para llevarla.

Tras ello partiste al continente, con el tiempo justo para coger el zeppelín. El viaje estuvo marcado por un único incidente. Debido al tamaño de tu gatosombra, se negaban a dejarlo pasar al zeppelín. Pero la aparición de un joven con su propia mascota, una pantera negra, que al parecer ostentaba autoridad sobre la tripulación, bastó para lograr que te dejaran pasar. No fue hasta la mitad del viaje cuando te diste cuenta de quien debía ser. El príncipe Lucanor Frey Giovanni de Lucrecio.

Finalmente llegaste a La Roche, donde te recogieron las dos sirvientas y te llevaron a la lujosa residencia de la familia Scaramouche. Las dos sirvientas (Uma Nica la mayor de ellas, y Rachel Gera la menor, aunque no debían de tener ninguna más de veinte años) te informan de que en unas horas empieza una fiesta que va a dar el Canciller, así que debes cambiarte y darte prisa.

Salvador

Salvador se sintió un poco estúpido cuando Maestro le dio aquella funda, ni si quiera lo había pensado. Tras despedirse de sus maestros y agradecerle los consejos y regalos fue directamente hacia el zeppelín, un viaje corto pero intenso, era lo que tenía tener prisa.

Una vez allí un curioso incidente le hizo darse cuenta de que el propio Lucanor Giovanny, desdiente directo de Pietro, el apostol, le había hecho un favor. Para cuando quiso darse cuenta era tarde para agradecérselo pero entraba en sus planes de futuro conocerlo.

Y el viaje siguió según lo previsto. Lo recogieron y llevaron a su destinp. Se lavó a prisa y se vistió con las ropas lo mejor que pudo y salió listo, las sirvientas ya le estaban esprando.

-En marcha.... ya se que no debería preguntaros pero... ¿como creéis que estoy?- intentó hacer que pareciera un narcisista preocupado, se arriesgaba a reventar la tapadera pero prefería eso a que se rieran de el y reventarla del todo.

[Estilo para quedar guay: 81
Etiqueta para ir a la moda o no resultar ofensivo xD: 94]

Tus sirvientas coincidieron en que estabas bien vestido para la ocasión, y salistéis en coche de caballos al palacio del archiduque.

La fiesta era enorme, y discurría desde los jardines hasta el propio interior del palacio, donde estaban los invitados más selectos, entre los que te encontrabas tú como familiar de la novia. Una vez allí tuviste que mezclarte un poco con la gente, pero no lo tuviste difícil, ya que al poco de llegar, el archiduque pidió un momento de atención para anunciar su inminente boda con su joven prometida en una semana.

Muchos aplausos, y algún que otro comentario sobre el "braguetazo" entre los asistentes. Vas a necesitar darte mucha prisa para resolverlo todo antes de que se casen.

Salvador

Su objetivo estaba a la vista. Estaban presentando a la novia. Se le ocurrió tomarse las cosas con calma. Se puso lo más cerca posible, excusando a la gente con quería estar cerca de su familiar. Una vez allí mientras presentaban a la novia se concentró al máximo para detectar cualquier rastro de magia. Si era así conocía maneras de anularla desde la distancia, pero le parecía mejor idea intentar ver a la novia de todas formas, para darle los "agradecimientos por la boda" y las "excusas por no haber podido asistir". Si en cualquier momento detectaba algo de magia entraría ne acción. Mientras tanto actuaría como un detective, oyendo, preguntando y enlazando.

[V.mágica: 66]

La boda, a excepción de por los espectáculos pagados por el novio, transcurre sin eventos de importancia hasta que a través de un camarero te llega una nota.

Ven a verme al obelisco frente a la mansión

La nota va sin firmar, y el camarero afirma que no puede decir la identidad del remitente.

Salvador

Con un simple gesto de cabeza despidió al individuo. Podía ser una trampa, pero la única manera que tenía de cubrirse era usar abiertamente sus habilidades mágicas. Iba armado, así que era mejor presentarse.

Tranquilamente y sin prisa hizo un mutis por el foro como si fuera a tomar algo de aire. Fue dando tumbos como si estuviera paseando hasta llegar al obelisco. Todo el camino atento, por si algo o alguien lo estaba esperando.

Advertir: 40, Facil

V. mágica: 100, Medio

Fuiste moviendote por el jardín hasta llegar al obelisco. Por lo que recordabas de las clases de Historia, debía de ser de algún lugar de Goldar. Un signo de veneración a sus dioses falsos. Parece ser que coleccionar este tipo de reliquias (que después de todo tienen un gran valor artesanal) se está poniendo de moda entre los ricos. Sin embargo tú todavía sientes la adoración que ha debido de recibir la extraña construcción, y te da una sensación que no te gusta nada.

Al cabo de unos minutos ves venir a una mujer, muy joven, no mucho más mayor que tú, con un traje blanco, sobrio y discreto. Aunque estando en Gabriel, eso hacía que destacase entre el resto de la gente. Los únicos adornos que llevaba eran una diadema con una pequeña joya esmeralda y una cruz tallada en oro.

Soy Juno D'Ambert, un placer señor. Me alegra ver que la Inquisición por fin me toma en serio y manda a uno de los suyos. Aunque decidida, hay algo de titubeo en su voz, aunque en principio no debería haber razón para ello. En cierto modo compartiais rango, pues ambos aún no teníais un estatus oficial en la Iglesia. Espero que aún no sea tarde para impedir que ocurran más muertes.

Salvador

-Pareces estar muy segura de quién soy, y eso debería ser mala señal para al menos uno de los dos. Pero donde están mis modales, yo soy Salvador, es un placer señorita- respondió. Ella era su contacto, uno nunca se podía fiar tan rápidamente como lo había hecho ella, aunque tuviera información directa de la inquisición uno de los dos presentes era un inocente confiado, y el otro el cazador informado, por suerte estaban del mismo lado y Salvador tenía los medios para no temer.

-Por suerte estoy aquí para impedir más muertes. Tu llevas más tiempo aquí que yo, hazme un resumen del o que sepas, si no es mucho pedir- esto último lo dijo en el tono más tranquilizador que puede decir un adolescente con pinta de hombre de voz profunda, dos metros y armado con algo que no era un juguete.

Sí, claro. dijo, dandose un golpecito en la cabeza, Hace más o menos unos seis meses que viene pasando. Un rico e influyente miembro de la alta sociedad de Gabriel se enamora de una joven de estatus muy inferior. La presenta como su prometida, se casan, y a la mañana siguiente está muerto. Me imagino que esa parte ya la sabía, pero lo que resulta más extraño es que todos esos nobles han comprado uno de estos poco después de conocer a sus prometidas. y diciendo esto señaló al obelisco. Yo no sé mucho de historia u otras religiones, pero el obelisco me da mala espina, y algo me dice que están relacionados.

-¿Uno de estos? si hay más me gustaría saberlo, a lo mejor pueden decirnos algo. Deja que le eche un vistazo- se concentró un momento. Con calma puso una mano sobre el obelisco y siguió concentrado mientras sus ojos lo escudriñaban y buscaban cualquier pista.

[Buscar para escudriñarlo en busca de detalles y marcas.
35+61=96

V. mágica para ver si detecto magia en el obelisco.
60+51=111

Ocultismo para ver si lo relaciono con algo o reconozco alguna marca o saco alguna teoría
100+15=115]

Sin duda el obelisco debe de tener un gran valor artístico, aunque sin saber demasiado sobre el tema, es difícil asegurarlo. Parece ser muy antiguo, y no descartas que sea anterior a la llegada del Mesías.

Hay una tenue aura mágica a su alrededor, pero es difícil de percibir, y su origen exacto es imposible de discernir, pues se mezcla con la magia ambiental que hay en todos sitios.

Sin embargo, aunque no conoces el Hermital, reconoces perfectamente muchos de los signos que hay esparcidos por el obelisco, ya que son símbolos de contención mágica. Sin embargo en el obelisco no están todos los símbolos necesarios para un ritual de contención. Es como si fuera tan sólo una parte.

"¿Contención?" Pensó. El mismo conocía fórmulas para ello, incluso dominaba una forma de alto nivel para criaturas sobrenatirales.

-Si, sin duda este monolito tiene algo pero parece.... incompleto. Hablaste de más de ellos. Necesito saber exactamente donde están o estuvieron, y colocarlos sobre el mapa. Se me pasa por la mente algo que deja esas muertes como una nimiedad- un hechizo de dichas características podría sumir una enorme zona bajo el control de la entidad, o liberar algo peor. Las vidas de esos ricachones solo eran excusas para poder preparal el ritual adecuadamente. Otra revelación surcó su mente "Al menos no lo hacía de golpe y a pecho descubierto, teme la resistencia que podría encontrarse, quizás yo mismo pueda acabar con la amenaza, o al menos neutralizarla, quizás incluso encerrarla si me hago con el control del ritual".

Al principio la joven misionera parece confundida, pero al poco rato saca un papel y un trozo de carboncillo y comienza a dibujar. No es un dibujo perfecto, y las distancias están aproximadas, pero al menos la joven Juno numera los obeliscos en el orden en el que los instalaron, y no te cuesta demasiado hacerte un mapa mental con el dibujo.

Tres muertes de momento, y cuatro obeliscos. Tres obeliscos que forman un triángulo perfecto. Y uno en medio, el primero que se colocó, en la mansión abandonada de un Duque.

Tu mente piensa rápido. En general la mayor parte de sellos ocultistas suelen estar basados en hexágonos, círculos o estrellas. Jamás habías visto uno en forma de triángulo, pero bien podía ser que fuera algo "especial", relativo a lo que sea que esté sellando. En cualquier caso, no te suena a nada que conozcas.

Tras unos cuantos segundos, la misionera te mira.
¿Alguna idea?

Salvador

Si que tenía un plan. Ver que se encontraba en el centro de aquel símbolo. Tenía que saber si intentaba atraer algo o llevarse algo, si tuviera tiempo iría a cada uno de aquellos puntos pero casi seguro que no lo tenía. Tendría que ir a ver aquella mansión abandonada.
Respondió por fin a su pregunta.
-Sí. Pero antes de contarte nada nada debes comprender que no se si has recibido algún adiestramiento, o si puedo confiar en ti. No me malinterpretes, agradezco y necesito tu ayuda, es tanto por tu seguridad como por la mía, necesito saber tus capacidades, por las que podrías ser santificada, por las que no, y hasta que punto estas dispuesta a llegar para solucionar esto-

Simplemente era cierto, no podía arriesgarse a que otros conocieran su plan, no podía saber si ella estaba verdaderamente de su parte, no podía confiar ni en su sombra y tampoco sabía si podía cuidar de ella todo el rato.... o si era inútil arriesgar las vidas de ambos a la vez, y malgastarlas.

[Si no tienes ganas de unos post rápidos puedes imaginarte que acabaré confinado en ella y avanzar xD]

La joven te miró al principio con cierta cara de enfado. Parecía que la gente no solía confiar en sus capacidades.

Soy capaz de sanar heridas y de protegerme. Creo que eso basta.

No dijo nada más. Parecía dispuesta a seguirte. Seguramente esto era una Prueba para ella tanto como para ti. Una misionera en proceso de santificación lejos de Albidión... Posiblemente no confiasen mucho en sus capacidades y le hubieran enviado fuera para probarlas.

Salvador

-Esperemos que sí. Es posible que tengamos que enfrentarnos a horrores inhumanos- no iba a conseguir despegársela ni que le contara su vida. Al menos podrái ser buena compañía.
-Bien, volvamos al a fiesta, a la primera de cambio me buscas, nos largamos a por un... amigo y visitamos esa mansión. Si detectas lo más mínimo avísame lo antes posible-
La intención era simple, volver a por su gatosombra y su ropa normal, junto a su gabardina e ir directo a investigar el lugar. La vaina decorada se la quedaría, le estaba cogiendo cariño.

Te cambiaste rápidamente, y volviste junto con Shalhebetya a por Juno. A la salida de la mansión, junto a los jardines, te esperaba Juno.

Al principio pareció asustarse por la presencia del gatosombra, pero terminó sacando fuerzas de flaqueza y se acercó. Con ella guiando la marcha, os dirigistéis hasta las puertas de la mansión que se hallaba en el centro de aquel misterioso triángulo.

Las verjas ni siquiera estaban cerradas, y los jardines estaban descuidados, con hierbas altas y enrededaras creciendo por cada pared libre. Al fondo del camino, la mansión, con ventanas rotas y puertas abiertas. No era difícil darse cuenta de que había sido saqueada.

Frente a la puerta, el obelisco. Construido igual que el que habías visto, pero con unas runas distintas. Tan sólo con acercarte notabas que muchas energías sobrenaturales confluían en aquel punto.

Salvador

-Esto es el centro, las energías son más fuertes aquí. No me atrevo a destruirlo sin más... suponiendo que sea capaz. Podría intentar sellarlo pero eso podría o no servir de nada o espantar a la entidad. ¿Se te ocurre algo?- preguntó al final mientras posaba una mano en el obelisco. Si pudiera entender el idioma
-Por cierto ¿no conocerás a nadie capaz de descifrar las runas verdad?, parece nórdico, quizá Hermital o un derivado de este para inscribir hechizos y tiruales-

De momento lo mejor sería esperar un poco. Si no ocurría nada ni se les ocurría nada actuaría directamente sobre el obelisco. Primero introduciendo un poco de zeon, a ver que pasaba. Y si no podría intentar destruirlo o sellarlo.

[Vuelvo a tirar por si fuera necesario, si no l oera pues se ignroa y pnto.

V. mágica para ver si detecto magia en el obelisco.
60+53=113 (Normal)

Ocultismo para ver si lo relaciono con algo o reconozco alguna marca o saco alguna teoría
100+76=176 (muy dificil)]

La joven Juno te mira mientras hablas, pero durante algunos segundos no eres capaz de verla. Tenías toda la razón del mundo, era alguna clase de sello para alguna criatura. Pero que criatura necesitaría un sello tan complejo, dividido en 5 pilares, era algo que preferías no pensar.

Tus escasos datos del Hermital e idiomas similares te indicaban que debía ser una criatura relacionada con los Mitos Lilium, pero más allá de eso, poco sabías. Y ahora, frente al obelisco principal, la esencia oscura te envolvía más aún de lo que te habías dado cuenta en un principio. Sentías que se metía por los poros de tu piel y te ahogaba poco a poco.

Al final, no fue hasta que Juno te tiró de la manga que saliste de tu ensoñación.

Cómo te decía, sé algo de otros idiomas, pero este obelisco es muy extraño. Mezcla algunos idiomas antiguos de Alberia y los Yermos Gélidos, junto a otros que jamás había visto.

Salvador

-Porque no son humanos. Hay un presencia oscura, no hay duda, quieren traerla o llevar todo esta parte de la ciudad hasta ella. Podríamos esperar pero no me fío. Y quiero suponer que lo que voy a hacer no la va al liberar o ya lo habría hecho por su cuenta. Voy a prepararme para lo peor, creo que deberíamos intentar destruirlo, pero no creo que pueda hacerlo sin destrozar un barrio entero o algo por el estilo. También podría intentar sellarlo frente a criaturas pero el ritual podría completarse igualmente. No creo que las vidas de los nobles tengan nada que ver en esto, pero a lo mejor podemos pillarlos actuando, a lo mejor deberíamos volver. Si no se te ocurre nada creo que deberíamos esperar a mañana, aunque eso pueda significar otro noble muerto.-

[En primer lugar acumulo y me tiro en grado base Consumir Vida por Magia (80) (120 de zeon) (1 punto de cansancio)

Das algo de energía al obelisco, para comprabar si reacciona... Y notas algo. Las líneas se iluminan fugazmente, y escuchas una carcajada en tu cabeza.

¡Ven a mí!

Lo siguiente que notas es como pierdes la consciencia, cayendo poco a poco al suelo, y como Juno trata de sujetar tu corpachón...

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Te despiertas... Estás en... ¿La antesala de un castillo? Llevas contigo todas tus cosas, pero no sabes como has llegado hasta allí, y notas una gran energía mágica en el ambiente.

Frente a ti hay una joven de cabellos oscuros, de apenas unos veinte años. Sus ojos son azules y lleva el pelo largo y con un toque... Salvaje.

Su piel es pálida, y va cubierta sólo por un camisón blanco. Cuando te ve sonríe y puedes ver sus dientes, perfectos como perlas blancas.

Vaya, vaya, vaya. Creía que tendría que esperar a que se completase el ritual y se absorbiese la vida del canciller... Pero veo que no ha sido así. Supongo que te lo debo a ti, jovencito. Tratar de hacer reaccionar el obelisco fue una idea interesante, pero no muy acertada. Ahora estate quietecito mientras termino de absorber tu energía. Ahí fuera tengo una venganza pendiente.

Salvador

-Te has equivocado de vida- dijo mientras desenfundaba su espada. -Ataca- ordenó al gatosombra, mientras el se lanzaba también y preparaba un hechizo para destroarla

[Empiezo a acumular paracrítico directo en grado intermedio, acumula a 50 por turno con el gato así que tardaré tres asaltos. Voy tirando turno por si hace falta]

La batalla no fue fácil. Se trataba de un enemigo duro. Al final tuviste que lanzarte con todo para poder derrotarla.

Al cargar contra ella y golpearla con el puño, salió despedida, impactando en una pared. Cuando se dispersó el polvo y el humo de su camisón en llamas, no quedaba nada, y pudiste oír una voz.

Me vengaré. ¡No es la última vez que oirás de Morgana!

Tras escuchar esto, todo se hizo negro otra vez...

Te despertaste. Estabas en el suelo, apoyado sobre el lomo de tu gatosombra, que también estaba tumbado. Juno había abierto tu gabardina y tu camisa, y tenía sus manos apoyadas sobre unos cortes que creías haber sufrido en sueños.

Los cortes se cerraban al contacto con sus manos, y notabas como te recuperabas. No había sido un sueño. Podías jurar que era tan real como la vida misma. Y te iba a quedar una buena cicatriz para demostrarlo.

¿Qué ha pasado? Cuando tocaste el obelisco perdiste el reconocimiento, y tu mascota también. Y luego se te abrió una herida en el pecho. Paró un momento para coger aire. Se notaba que estaba nerviosa. A sus ojos habías estado a punto de morirte sin razón alguna. Y hace un momento se desvaneció el obelisco. Así, sin más. Dijo mientras chasqueaba los dedos, tratando de darle fuerza a sus palabras.

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Cuando postees, puedes postear también que vuelves hasta Cadeus. Una vez lo hagas, entrarás en el despacho del Rector.