"La política es el arte de servirse de los hombres haciendoles creer que se les sirve a ellos." Louis Dumur [La Prueba, Salvador]

Salvador

-He hecho mi trabajo- dijo con una sonrisa -La criatura que había planeado esto, se estaba alimentando del a vida de las personas y montando este entramado para venir al mundo, una tal Morgana conecto con mis fuerzas y me atrajo a su mundo e intentó alimentarse de mi para terminar el ritual. La eliminé, aunque es posible que haya huido.- había sido un combate duro. Tras la ayuda de Juno se sintió más seguro para recuperar su magia.

-Un segundo- le dijo mientras se ponía en pie y se apartaba. Su cuerpo se calentó derepente, despidiendo una pequeña nube de vapor. Su cuerpo alimentaba a su alma. Solo lo hizo un poco, era mejor no pasarse.
Su gatosombra se le acercó -Lo has hecho muy bien Shalhebetya- le dijo mientras lo mimaba un poco

Tras esto se volvió hacia Juno. -Gracias por tu ayuda, sin ti habría tardado bastante más en acabar con esto. Encárgate de que desaparezcan los otros obeliscos si es que no lo han hecho ya. Vamos a ver que tal está el duque, después me iré lo antes posible.-

Tras descansar una noche de descanso y saber que asegurarse de que las cosas volvieran a su cauce volvería a Cadeus

Los obeliscos habían desaparecido, y la boda fue un éxito, tras la cual no murió nadie. La tal Morgana no había dado más señales de vida, lo cual era bueno, y Juno se fue, pues su peregrinación la llevaba a Helenia antes de volver a Albidión para su santificación.

Tú te fuiste directamente en zeppelín hacia Du'lucart, y desde allí hacia Albidión. Te sorprendió gratamente que los guardias del zeppelín había recibido órdenes de no ponerte trabas a la hora de llevar tu gatosombra. Les habían dado tu descripción y les habían indicado que no te pusieran trabas. Quién lo había hecho, no lo sabías, pero tenías tus sospechas.

Finalmente tras un viaje a caballo y luego en barco, llegaste a Albidión y luego hasta Cadeus. Allí Maestro te hizo pasar al despacho del Rector, deseándote suerte en la evaluación de tu Prueba.

Una vez allí, el Rector y el Inquisidor Supremo Romeo Exxet te examinaron durante unos minutos antes de preguntarte nada.
Muy bien, joven Salvador. Puede empezar a contarnos lo ocurrido.

Salvador

Estaba de nuevo en lo más parecido a una casa que había tenido desde que era un renacuajo, lo recibió Maestro, cosa que le agradó. Romeo volvía a estar en la sala, por algún motivo su presencia le hacía portarse de manera marcial

-Si señor. Llegué a La Roche bajo el pretexto acordado y se me recibió sin problemas. Una vez allí asistí a la boda del noble. La señorita D'Ambert consiguió contactar conmigo discretamente. Me explicó la situación e identifique el problema.
Las bodas solo eran un pretexto, poco antes los nobles afectados recibieron unos extraños obeliscos. Los examiné y saqué mis conclusiones. Se trataban de objetos muy antiguos, quizás anteriores al mesias, grabados con runas nórdicas, casi irreconocibles para mi, pero procedían de Zonas de Alberia y los Yermos gélidos, al menos parte de ellas, sospecho que las otras no eran humanas. Los monolitos estaban colocados formando un extraño sello, en forma de triángulo con otro obelisco en el núcleo, eran cuatro en total.
Fui directamente al núcleo para intentar comprender lo que pasaba. Sospechaba que se trataba de una convocación, algo, quería venir a este mundo o llevarse parte del mundo hasta él.
Tras manipular el núcleo la entidad contactó conmigo, traslado mi mente y mi alma a sus dominios e intentó alimentarse de mi para terminar el ritual. Mi gatosombra y yo la redujimos en un combate rápidamente, sufrí heridas pero no fueron de gravedad. En aquella lucha no pude terminar de identificar al ser, se presentó como una joven, portaba una espada negra, un artefacto impío ligado a ella, era capaz de usar magia, pero no le di tiempo a mostrar sus capacidades, y decía Llamarse Morgana, estaba cargada de ira y hablaba de vengarse cuando acabé con ella. Sospecho que solo acabé con su forma física, después fui expulsado de su mundo y regresé al nuestro. Los obeliscos habían desaparecido y al último noble casado no le pasó nada. Lo solucioné todo la misma noche de la boda, la señorita D'Ambert se mostró colaboradora y útil, gracias a ella apenas he tenido que echar mano de los recursos que se me prestaron, localicé la amenaza y la eliminé directamente, sin destrozos ni coste de vidas. Tanto el Archiduque Leconte como su esposa me parecieron libres de aquella corrupción, no estaban manchados por los demonios. Tras su desapareción fue imposible seguirle la pista a los obeliscos-

Soltó la parrafada directamente, era mejor no mentir en nada, creía que había actuado bien, y aunque quizás se hubiera precipitado un poco con ello había salvado las vidas de los que le encomendarían proteger si lo nombraban inquisitor.

Entendido dijo Romeo Puede retirarse a descansar. Le haremos llegar la decisión de su evaluación.

Tras aquello fuiste a descansar y comiste. Pudiste observar que los niños que había allí debían llevar ya uno o dos años. Te recordaba mucho a cuando tú mismo estuviste, y te recordó a todos aquellos a los que no veías desde hacía mucho tiempo. Cynthia, Nic, Jorge, Jarvan... Y Lenore. Desde que en primer año pasó a un régimen de entrenamiento especial no sabíais nada de ella.

Sin embargo mientras estabas en esto, llegó Maestro con una carta. Una carta que empezaste a leer con mezcla de miedo y expectación.

Veredicto:

--------------------
No postees, hablaremos de lo ocurrido con tu pj en los próximos 2 años. Más adelante daré PX.