[Prólogo] (Jiang y Miquelangello Brunetti) El Verdadero Rumbo

La puerta se parte en dos, tras recibir una fabulosa patada de Jiang. Inmediatamente cruzais el umbral y os poneis en guardia, preparados para lo peor.
En el interior de la habitación veis una mujer, de unos cuarenta años, de pelo negro y largo. Su rostro expresa un profundo pánico, incluso algunas lágrimas resbalan por su mejilla. Está completamente desmoralizaba, mirando como una estatua el rincón de su habitación: hay un hombre adulto sobre la cama, con el cuello completamente cortado. La sangre sale a borbotones, y mancha el suelo con una capa roja.

Que paso aqui? Dijo, dirigiendose a la mujer. Quien hizo esto? Vamos, no llore mas... Solucionaremos esto.

Examino la habitación, a ver si hay alguna cosa que pueda ayudarme a saber lo que ha pasado.

[Tirada de advertir para ver si hay algo importante]

Si no hay nada, me acerco a la ventana (si es que hay) y miro a través.


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A simple vista, Jiang no ve nada. Y al mirar por la ventana tan sólo sombras y estrellas en el cielo.

Tomando la puerta como referencia, enfrente está la ventana, completamente cerrada. Hay una cama de matrimonio en una esquina izquierda, con el cadáver. Bajo la ventana, una mesita de noche, acompañada por un guardarropas a la derecha. A simple vista no hay nada más.

La mujer está en estado de shock, no habla, tiene la mirada perdida.

Miquel se acerca a la mujer, no sin envainar la espada. Le echa un vistazo a la mirada, intentando ver si esos ojos miran el mundo como el nuestro o no. [Offrol: Me refiero a si esta lobotomizada o no xD]

Hago tirada de buscar. Mi objetivo es encontrar el arma homicida, o algo que me dé algún indicio de cómo ha muerto el hombre.

Buscar: -25

Resultado: 9

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Medicina: -20+

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Jiang, arrastrado por su espíritu detectivesco, busca el arma homicida. Aunque, por desgracia, su habilidad de búsqueda deja mucho que desear: encuentra una cuchara en el suelo, debajo de la cama.

Miquel por otro lado, escruta la mirada vacía de la mujer. Sus conocimientos de medicina son nulos, pero parece ser que se trata de un estado de shock, y bastante razonable además.

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(A ver si tengo más suerte)

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Bueno, esta muchacha esta en un considerable shock...

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No os percatais de nada nuevo.

En ese momento, unos murmullos resuenan en el pasillo. Y seguidamente un montón de huespedes curiosos se amontonaron en la puerta. Los más sensibles comenzaron a gritar, alarmados. El resto, simplemente murmuraban.

La mujer recobró vagamente la conciencia, y se sentó en el suelo, respaldada en el guardarropas. Aunque su estado parecía haber mejorado, su mirada seguía ausente.

Miquel, con el arma envainada, salio y le dijo a los curiosos Por favor, no os acumuleis aqui. No hay nada que ver... Mi compañero y yo estamos intentando ver que es lo que ha pasado, y no nos podemos concentrar si hay mucha gente... Gracias. Despues, volvio a la habitacion. Por donde seguimos?? Hummm... la muchacha se sento en el guardarropas, y fue lo unico que hizo... Y si esta ocultando algo ahi? Dijo, y abrio el guardarropas.

Con delicadeza y cuidado, Miquel desplaza a un lado a la mujer. Una vez acomodada se dispone a registrar el guardarropas, que consta de tres cajones: el primero tiene algo de ropa, nada especial. El segundo está vacío, y el tercero tiene una vieja Biblia. Ojeas el libro, pero no tiene nada de especial.

Quiero saber si se puede hablar con la mujer, quiero preguntarle qué ha pasado, qué ha visto.

Si sigue en shock, salgo al pasillo y pregunto a los presentes si hay alguien que sepa algo de medicina.

Ninguno de los presentes parecía mostrar preocupación por el estado de la mujer, tan sólo sentían una morbosa curiosidad por saber lo que habia ocurrido.
Jiang, mostrando desprecio hacia aquella actitud, se olvidó de la gente y socorrió como pudo a la pobre señora. Tardó un buen rato en tranquilizarla, pero finalmente la mujer habló:

- Yo... estaba hablando con mi marido... me giré para guardar la ropa... y al volver a girarme ya estaba asi...

La pobre mujer se echó a llorar.

Me levanté y me encaré con Miquel, que seguía inspeccionando el guardarropas sin suerte alguna.

-Esta gente no me inspira ninguna confianza, y la pobre mujer necesita cuidado. Propongo seguir las pistas que ella dé para encontrar solución a esto y dejar que el posadero obre como buenamente sepa, aunque no sé si habrá tenido más casos como este. Terminé de hablar en un susurro que apenas escuché ni yo. Realmente estaba empezando a gustarme su compañía, y por fin tenía algo importante que hacer desde hace mucho tiempo.

Iré a hablar con el posadero, mientras quédate con la mujer. Volveré pronto.

Esta bien, yo la cuido. Dijo. Tras eso, se giro a la mujer. No llores, no llores... Soolo queremos saber lo que paso... no llores... Mira, estamos aqui para ayudarte. Mi amigo y yo nos encargaremos de esto, vale? Ahora deja de llorar...