[Prólogo]Los europeos esos...

El pregonero del pueblo se paseaba de calle en calle voceando las noticias de aquella apacible mañana de primeros de Junio. Justino era un hombre rubicundo y entrado en carnes, con una calva de varias generaciones, que tapaba con una boina vieja. Llevaba unos pantalones de pana marrones y una camisa blanca remangada y desabrochada hasta el tercer botón.

-¡Por orden del señor alcalde, se hace sabeeeeeer. Primero: ¡Que se van a cambiar los buzones, porque ya están llenos! Y segundo: Que esta tarde a las ocho, cuando haya remitío la solana, deberán reunirse tos los habitantes de pueblo, pa tratar un asunto de gran importancia!

Justino siguió su camino recorriendo todo el pueblo hasta que se hubo asegurado de que todos los vecinos escuchaban el pregón. Luego se volvió al ayuntamiento y esperó nuevas instrucciones del señor alcalde.

A las ocho menos cinco, el alcalde ya estaba en la puerta del ayuntamiento, esperando a que la gente apareciese y acompañado por tres hombres que, claramente, no eran del pueblo.

Eutanasio había escuchao la noticia desdel bar, donde sencontraba jugando una partida de tute. Como ya estaba en el pueblo, aprovechó y se quedó jugando al tute hasta las ocho, que se dirigió a la plaza'l pueblo.

La señorita (porque aún no está casada) Mari Cortes, se enteró del pregón que iba a dar el alcalde. No dudó en ayudar al buen pregonero en difundir la noticia. Ella era ante todo una mujer de hablar mucho.

A las 7.30 ya estaba esperando en la puerta del ayuntamiento, con su olor a cebolla frita impregnada en el pelo.

Cuando m'enteré de la noticia, yostaba en el bar, haciéndome'l muerto.

A lah Ocho menoh cinco, recordé que el pregonero había disho que había comia gratih pa tós, así que le grité al Ninja:

-ACHO, NINJA, ¿TU NO SABRAH CUANDO DAN LA COMÍA GRATIH DEL ALCALDE, NOPS?



[OFF: Puedo tirar Vocear? xD]

Pos yo no me fiú ni un pelo de lo que tenga que disir el alcalducho este. No estaba yo agustico ni ná con mis ovejas pa que encima tenga que aguantar tontunas del señor ese, que es un señorito amariconao de provincias... aaay, si l´endiñase con el garrote.

Tutal, que me acerco a la señorita Mari Cortés, q´estaba pregonando los asuntos cual loca carioca.

"Ay, vaya moña, arrr..."

-Perdone usté, bella moza, ¿a cuen de qué se nus hace llamar a estas horas de tomar la fresca? -Le dije con mis im-prezionantes dotes en el arte del engolosineo. U séase, aguiñapándole un ojo a lo Jorch Cluni.

-Pueh mi Jondere s'ha jodío, que parece seh que loh gatoh l'hisieron algo raru a ese coso, y ahora lah cosah negrah esah del Jondere ehtán máh planah que la Mari Pili esah de la Calle Serrán Cortéh. -Le dije al Ninja.

-Poh ciehto, que pesaus loh pregoneroh ehtos, ¿no? Ains, en min tiempoh mozoh no era pa ná así... Ahco de europeus. Seguro que son rusoh.

Mu cumpliora ella con todo el mundo, respondió alegremente. Se arrepretó el monedero bajo el brazo y se le acercó para hablar de cerca.

-¡Uuuh Mari! Pues verá usté, el alcalde este que nos tiene a tós arremolinaos me trae la cabeza loca, porque mira así las cosas no s'hacen. ¿Tú te crejque se pué dejar la faena a mitad de jornal, pa que un tio cantamañanas diga cuatro sermones? No ¿eh? No. Pero bueno, aquí estamos como buenos cristianos. Oye y ¿tú de quien eres? Porque yo a ti no te he visto en las misas... no serás de esos.... esos cruzaos como los conejos... ¿un gay? Que vamos que no es que tenga ná con esa gente, pero oye, pues es bueno saber de tó.

El alcalde, viendo que ya estaban reunidos todos le hizo una seña al pregonero, que en ese momento voceó. -¡Sus calléis tos, joder! ¡Que sus va a hablar el señor alcalde! El alcalde, esperó a que la población calmase su agitado parloteo, después, se aclaró la garganta y proclamó a voz en grito.

-¡A las buenas tardes, gentes de Villatripas del Conejo! Sus hemos reunío aquí pa deciros algo mu importante. La Comunidad Económica Europea ha decidío que no podemos seguir abriendo el agujero de la capa del ozono ese. Y que por eso tién que tomar medidas. Y al paecer, van a empezar por los pueblos. Pero mejor os dejo que os lo expliquen aquí los amigos europeos.

El más alto de los tres hombres, un tipo rubio, de ojos azules, bastante bien parecido y vestido con un traje de raya diplomática, dió un paso al frente, mientras el pregonero, solícito, le tendía un megáfono. Al parecer en europa no se llevaba lo de vocear.

-Estimadas 'entes, mi nombge es Jean Paul, y les vengo a hablag del nuevo pgoyecto paga la gueducción de los gases que enviamos a la atmosfega. La mayog pagte de esos gases, están pgoducidos pog el ganado vacuno. Los animales, con sus ¿coman se di? ¿Pedós? Sueltan al aigue musho metano que es malo paga nuestga capa de ozono- Pog eso, en la CEE, hemos decidido, que debemos instaugag un sistema paga contgolag los gases emitidós. Paga ello contamos con tecnologia punta gecién salida del labogatoguio. Esto -Dijo señalando lo que parecía un enorme pañal con cables, sujetado por uno de los otros dos extranjeros. -Es un pañal gueductog de gases, que atgapa los gases del ganado, pgoduciendo además un abono de calidad. El abono pgoducido pog los animales que tengan estos pañales segá también entguegado a las gentes del pueblo, paga que lo guepagtan entgue los aguicultogues. Pog eso les pedimos su colabogación, paga podeg ponégselos a todos los vacas de este pueblo.

El hombre bajó el megafono y esperó espectante la reacción del pueblo. Era el primer pueblo al que llevaban la propuesta, y espera que el asunto pudiese llevarse con la mayor rapidez y tranquilidad posibles. En la paza se hicieron grupitos con rapidez, mientras comentaban la idea, algunos a favor y otros en contra.

-Vamoh, en otrah palabrah: la CIA noh quiere matar? -Dije preocupado. Luego le murmuré al Ninja:

-Tu te sabeh tehnicah d'esas anti-polih, no? Yo loh atropellaría con el Jondere, pero loh gatoh lu han roto.

Pos no me pispao ni de papa de lo q´ha pudío disir el franchute este. ¡No te digo! Vaya acento de maricona resfriá.

Total, que me giro p´al primero que agarre a mi vera y le pregunto:

-Oye compae, ¿qui es lo q´ha disío el zonzorruco rubiales ese?

Cuando el buen mozo me lo explicó en un dialéctico qui yo pudiera intender, entonces lo intendí todo. Valga la rebuznancia.

Agité la vara al aire en dirección al franchute rubiales:

-¡Eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeepaaaa! ¡Por no sa creío na el zagalillo este pa entrajinar a mis ganaos! ¡Vuélvete a tu mansión, señorito Roquefeler! ¡Que no sus dejen engañar, compadres míos! ¡Primero serán las vacas, y luego nus querrán quitar las amotos porque disprenden mucho humo, y luego hasta los tractores del tío Hornifacio y los pitillos con sabor a piedra fanganosa del Cabreras! ¡ME NIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEGO!

Agitándome la vara sigo, muy cabrío yo.

- No sé de que mehtáh hablando, cazurro. Yo namáh que veo lah pelih esah de chinoh, yo no soy ninja ni ná.

Mierda, casi dehcubren mi identidá secreta. Tengo que buhcar una base secreta nueva. Ehta noche al amparo de la ohcuridá minfiltraré en el ayuntamiento a ver que se traen loh finolih ehtoh entre manoh. Vamoh, ponerle pañaleh a lah vacah, habráse vihto. Seguro que noh quieren dejar sin ganao pa que noh vayamoh y noh cohtruyan aquí un sitio de vacacioneh desoh. Pero no se lo permitiré, no mientrah yo sea... ¡EL NINJA EUTANASIO!

- Bueno cazurro, marretiro pa mi casa no vaya a ser que le quieran poner loh pañaleh esoh a mih cabrah.

Dehpuéh de decir ehto, echo a correr como el Naruto ese por en medio de la gente hahta mi base secreta: mi casa.

- Oy por dios, no sean groseros señores.

Hizo ademán de sus mejores maneras, se acicaló un poco el pelo y se puso en la primera fila, para que todo el pueblo la viera bien.

-Hay que ser amables con estos hombres, que a lo mejor nos dejan vendimiar en Francia y to. Además, pué que la idea esa de la capa del ofono sea buena y tó, hay que colaborar en lo que se puea.

Se giró hacia el franchute rubiales y le guiñó un ojo, relamiéndose el labio superior intentando engolosinarlo.

- ¿Y tú mozo? ¿No quieres primero probar con mis vacas pá que sean las más modernas de to Villatripas de Conejo?

Jean Paul pareció sentirse ligeramente amedrentado ante las muestras de hostilidad de la parte del pueblo que estaba en su contra. Se ajustó ligeramente la corbata y carraspeó varias veces, antes volver a alzar el megáfono y continuar su discurso. Pog favog señoges, haya paz. Nosotgos no pgetendemos gobagos los vacas. Sólo queguemos ayudag al planeta evitando el deshielo de los polós pog culpa del agujego de la capa de ozono. Pog supuesto, no os estamos pidiendo que lo hagáis pog nada, a todos los vecinos que ayuden con el pgoyecto, se les dotagá con una suma de dinego, que cubgigá cualquieg posiblé pegdida, pog el día que tagdemos en instalag los pañales a las vacas. Tomen ejemplo de esta buena Mamzelle, que se ofgece voluntaguia paga pgobag los pañales en sus vacas. -El hombre le dedicó una sonrisa a Mari Cortés. -Señoges estamos hablando de pagag alguededog de cincuenta eugos pog vaca. Si a ustedes les paguece bien la pgopuesta.

El comisionado se calló de nuevo y aguardó paciente la nueva respuesta de las gentes del lugar. Esperando que esta vez aceptarán su propuesta y que no acabase en el pilón...

¡PASTA!



-¡A sus pies, señor franchute! Si hasta tiene carica de buen mozo, ¿no lo ven? -Dije agitando nuevamente la vara, esta vez como más convencío-. ¿Cuándo empezamos a rescatar el medio ambiente ese?

Mari Cortes se ruborizó muchísimo ante la sonrisa del francés, lo notó hasta el ultimo pueblerino de la última fila.

- Ve buen mozo, si a estos les falta un poco'e dulzura, pero son buena gente. Ha sio buena cosa esa de dar dinerico. Ahora iré anca tos los vecinos a animarles en la empresa esta. Yo voto a la de sí, traiga pacá esos pañalicos.

-Poh que no se calla uhté, ahco de gohda? Si eh que la Blasa tenia que venih a comentah. Yo quiero mi CHOCOLATEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEERL

Miré al francés. -Franchuco de miehda! A que uhté no la tiene mah grande que yo?!?!?!

Cualquiera diría que Cletus estaba borracho...

Claro, cualquiera que no supiese que Cletus cree que uno mas uno son once.

El hombre suspiró de alivio al comprobar, que tras hablar de dinero las gentes parecían más dispuestas a colaborar que antes. De hecho, la mayor parte de los que antes se oponían ahora se veían realmente interesados en la idea. -Muchas gacias caballego y señogita, paguece que han ayudado a que sus compatgiotas se decidan. Empezaguemos mañana mismo si os paguece bien. Tgaigan a todas sus vacas a la plaza y nosotgos les iguemos poniendo los pañales y pagandoles al mismo tiempo. Sin embargo su cara se ensombreció ligeramente al escuchar las palabras de Cletus.

-Disculpe usted caballego, no se a qué se gefiegue con eso de que no la tengo más gande que usted. Pego me gustaguía aclagag Que yo no soy fgancés ¡Soy Belga! ¡De la gegión de Valona!

Tras aclarar su origen, el Francés, Belga en realidad, se volvió hacia el pueblo. -Entonces si están de acuegdo, les espego aquí mañana a pagtig de las ocho, paga poneg los pañales a los animalicos. ¡Muchas gacias a todos!

Mari Cortes se acercó a Cletus para reprenderlo, pero, en el fondo de su corazón, sentía un apego casi maternal por aquel tonto del pueblo.

-Vamos hijo, trae que te limpie la cara.

Impregnó su dedo pulgar en saliva, y lo restregó en la cara mugrienta de Cletus.

-Así tas mejor. Ala, tiá cenar, que es tarde ya.

Ella se fue para su casa, a sacar la silla de siempre al fresco para ver pasar a sus vecinos.

Cletus se quedo boquiabierto un momento, y despues de que Mari Pili se diese la vuelta, sonrio.

Se fue camino a su casa, riendo tontamente durante todo el camino.

Cuando llego a su casa, se echo a correr a su cuarto, y se acosto en la cama.

-...No me lo pueo creer... -Murmuro, sin poder quitar esa tonta sonrisa. -Hay gatoh pintaoh de rayah!! Ains, que monos!!!!!

La noche cayó y en el pueblo sólo se oía el canto de los grillos, los ladridos de los perros y el errático retozar de algún cerdo en su pocilga. Los enviados europeos se habían reunido en el ayuntamiento a pasar la noche en un par de camas improvisadas, ya que habían decidido declinar las amables ofertas de algunos aldeanos que les ofrecieron sitio en sus pajares.

Y mientras el pueblo dormía una sombra se movía entre las sombras...

(Rumil di que quieres hacer, porque si mal no recuerdo te ibas a intentar infiltrar en el ayuntamiento por la noche)

Bueno, hora de ir desempolvando el diccionario pueblerino-español. Allá vamos:
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Ya s'había hecho de noche, asín que salí con mi traje de ninja hacia el ayuntamiento pa ehpiar a loh ehtranjeroh. Fui silenciosamente entre lah callejuelah der pueblo, ágil como una gacela desas de loh documentaleh. Mih pasoh eran mah silenciosoh que loh dun gatete persiguiendo un ratón. Cada veh ehtaba mah cerca de mi ojetivo. Cuando ya llegué a la puerta, la intenté abrir con una tarjeta desa de puntos del supermercao de la Emilia, pero como era de cartón no sirvió de ná. Poh a entrar por una ventana, que queda mas ninja. Intentaré Trepar hasta una y entrar lo más Chitón que pueda.


OFF: ¿Las tiradas donde se ponen?