Acto 1: Reunión (Lord Abydos)

Lord Abydos


Zamora, 11:36 de la mañana

Nathaniel se relajaba mientras leía su más reciente adquisición en el sofá de la recepción del ayuntamiento.

Había aprendido que esa clase de lugares públicos eran de lo más relajantes: la perfecta combinación entre ruido humano y calma, sin la pesada atmósfera de una biblioteca ni el incómodo ruido de una cafetería o similar. Además, mientras uno pareciese con todo el derecho de estar allí y no fuese muy desarrelgado, nadie se atrevería a decir nada.

Tampoco le perturbaba que el libro fuera afanado, al fin y al cabo, a la biblioteca de la que lo había conseguido nunca iría nadie que supiera aprecierlo... al menos en mucho tiempo. Además, acabaría dejándolo en otra biblioteca, así que no le haría daño a nadie.

Al poco tiempo, pese a que seguía con la mirada fija en el libro, no leía, puesto que se había hundido en sus propias consideraciones. Nunca había sido un moralista, pero cada vez le costaba más evitar tomar parte en aquello que le disgustaba en el mundo. No tenía problemas con lo que había hecho hasta ahora; no era de esa clase de personas, lo que le molestaba era el debatirse entre su deseo de actuar a mayor escala y su sensación de que no era más que arrogancia lo que le impulsaba.

De repente, te das cuenta de que estás notando una creciente sensación de necesidad de moverte, de ir a un lugar, un lugar concreto, pero no sabes donde exactamente, como si algo te llamara desde allí, algo que no puedes sentir. Como hechicero, te das cuenta de que la llamada es algo que tiene que ver con lo místico, y sientes un gran poder mágico proviniendo de esa dirección...

No notas que te estén vigilando, y aún no ves el lugar del que proviene, vas a tener que andar algo más que solo salir del ayuntamiento

Cuanto más te acercas, más fuerte tira de ti, como una fuerza magnética. Tras unos 3 minutos caminando, logras ver claramente un almacén que parece el origen. Tiene dos puertas para coches y camiones y 3 para personas, todas cerradas.

Lord Abydos

No me gusta. nada. No puedo creerme que un hechicero sea tan burdo como para utilizar un almacén aparte de como trampa.... No, no me convence, no se que hay ahí ni si ejerece su influencia conscientemente, pero no me gusta.

Quizá por primera vez Nathaniel parece un poco desubicado, pero intenta mantener la sensación de que está allí intencionalmente.


Off: ¿Descripción de la zona?

El sitio es ligeramente antiguo y muchos ladrillos están rotos o desgastados. Los edificios de al rededor no están en mucho mejor estado, y no parece haber muchos vehículos o personas cerca. El almacén tiene unos pequeños ventanucos con rejas a unos dos metros del suelo, y no oyes ningún ruido del interior. Parece imposible que de un sitio así provenga esa cantidad de magia.

Lord Abydos

Nathaniel se acerca caminando hasta un portal, o cualquier cosa que arroje sombra u oculte de forma moderada, y se desvanece en las sombras.

Abydos aparece en el techo del almacén, con su cuertpo sumido en las tinieblas que lo caracterizaban.

Mra a su alrededor en busca de unas escaleras para descender, o similar.

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Al no encontrarlas, decide volver a recurrir a su poder. Tras sentarse en posición de meditación, el ego de Abydos se separa de su cuerpo e inmediatamente desciende hacia dentro del almacén, atravesando las paredes como si no existieran.

Veamos que tenemos por aqui

Tras entrar en forma astral, Lord Abydoss no encuentra más que lo que se podría esperar de un almacén abandonado. Lo único que llena el hueco que antaño llenaron cientos de cajas son telarañas. Puedes sentir el poder mágico con intensidad, que parece venir de todo el lugar. De todos los puntos del almacén y de ninguno a la vez, ya que parece que el almacén no es la fuente.

Lord Abydos


La invisible figura de Abydoss se rasca la perilla

Hmm puede ser que aquello de lo que proviene el poder esté oculto... o que no esté aqui exactamente, pero cerca de una forma no espacial... sin embargo soy incapaz de comprobar eso de primera mano

Abydos comienza a examinar diferentes sitos del almacén con la mirada, buscando algo que pueda tener algún interés.

Lord Abydos

No veo nada aqui.... Una presencia tan intensa y... ¿sin reacción? No puede traer más que problemas.

Abydos regresa a su cuerpo, que abre los ojos y se incorpora.

Sin embargo, si algo está claro - piensa, mientras mira a su alrededor- es que esto no pasará desapercibido durante mucho tiempo, esperaré cerca de aqui... a ver si veo algo

Abydos se dispone a pasar a uno de los edificios circundantes, alguno que tenga pinta de especialmente abandonado, pero que tenga alguna habitación alta y con cristales en llas ventanas.

Tras poco tiempo esperando, ves cómo sale del edificio una figura oscura envuelta en una túnica negra, como si fuese la sombra o la silueta de alguien. Parece estar flotando, pero no puedes asegurarlo muy bien. Te sorprende al mirarte directamente y hacerte una señal con la cabeza para que entres al edificio, tras lo cual entra él mismo (o ella misma, no podrías asegurarlo del todo, pero parece más una silueta masculina).

Lord Abydos

Abydos se debate entre su seguridad personal y la obviedad de su inferioridad. Bah, él no era un estúpido, no había lugar para falsas arrogancias para con algo relacionado con esa intensidad mágica y capaz de saber donde estaba sin esfuerzo aparente.

Por supuesto, podría haber cámaras, o que aquel otro ente tuviera tanta relación con el poder como la tenía él... o que fuera una trampa, pero parcía inverosímil, así que descendió al suelo caminando, y entró verdaderamente en el almacén por su propio pie.

¿quien quiere una vida sin riesgos?

Tras dar unos pasos en el almacén, Todo cambia. Tras unos momentos en los que ambas estancias se superponían en tu visión, como si una ilusión estuviese desapareciendo, te encuentras en una enorme sala llena de velas, libros, mesas, pergaminos y varios símbolos místicos por las paredes, el techo y el suelo. Ahora notas la energía mágica con más intensidad, y tienes la certeza de que proviene de este lugar. Justo enfrente te encuentras con la figura de negro, la cual te dice con voz profunda y fría: "Siento tener que haberte traído hasta ese burdo almacén, pero necesitaba un lugar grande y apartado de miradas. Bienvenido a mi sancta sanctorum, Nathaniel, y presta atención a lo que estoy a punto de decirte, pues es de suma importancia."

Lord Abydos

Abydos achina los ojos mientras dice

- Mi nombre no es ahora Nathaniel, al igual que yo no tengo lugar dentro de el mundo de los elementos. Los nombres son peligrosos, para nosotros, es una manera de controlar el mundo

Mientras habla, la ilusión de la que está cubierto se arremolina

- Sin embargo, comprendo que quieras hablar con ambos ahora

Las sombras, que tomaban forma de capa y oscurecían las facciones de Abydos, se caen en la mitad derecha de su cuerpo tras un gesto como de quien se desprende de su ropa. Y tal que ropa caen, hasta el suelo, donde las sombras se desvanecen, dejando tras de si a una figura completamente asimétrica.

Ahora, ante la figura de negro se alza un hombre que son dos. La mitad izquierda permanece inmutable, y en la mitad derecha se halla un hombre joven, vestido entre lo bohemio y lo elegante que abre su ojo, que tenía cerrado, tal que si despertara, y mira la escena con curiosidad, contrastando con la otra mitad.

-¿Eres?

-Soy

Luego, la figura del joven añande con voz amable, dirigiéndose a la figura frente a sí.

Siento la parafernalia que has tenido que aguantar, y estoy seguro de que puedes ver con naturalidad a través de ella, pero es útil para nosotros

Bien, seguimos sin estar todos los que somos, pero los que estamos son aquellos que te interesan, espero -dijo Abydos secamente, y añadió Nathaniel- Habla ahora, porque estar así nos es cansado

"No en este lugar, ya que se encuentra emplazado en la dimensión en la que se origina la magia, así como los sancta sanctorum de otros muchos hechiceros. De todos modos trataré de ser breve. La máscara que lleváis, la que dio origen a Abydos, no tiene su origen en este mundo. El propio Abydos no podrá recordarlo, pues el largo tiempo que pasó sin un cuerpo fue un problema para sus recuerdos y su mente. Abydos fue fabricada en un universo llamado Terra e imbuida con los espíritus de poderosos hechiceros con mentalidades muy dispares con el objetivo de luchar contra el Caos empleando el caos. El resultado fue una máscara que deja de serlo, ya que esta pasa a ser el auténtico rostro de la persona en cuestión. Cada persona que se la ha puesto ha obtenido grandes poderes y ha integrado su propia mente en la máscara, sumándose a las originales. Tras vencer al Caos en Terra, ha sido vista muy pocas veces. Pasó a ser una máscara legendaria conocida por casi tantos nombres como nombres trae a su portador. La máscara de Abydos, la cara del Misterio, la máscara de Majora, el rostro del Caos o la careta de Hèlestar son algunos de los más conocidos. Sin embargo, aunque la presencia tanto de la máscara como de su portador son requeridas para volver a cumplir su destino, el poder de la máscara ha decrementado mucho, por la misma razón por la que ha perdido gran parte de sus recuerdos. No puedo mandaros a un enfrentamiento directo, pero vuestros actos sí que influirán en la derrota de esta nueva aparición de la Entropía. Es por eso, que me veo obligado a solicitar vuestra ayuda. Deberéis estar mañana a la 11 y media en la estación del AVE de Sevilla, andén 3. De ello puede depender el futuro del planeta o incluso de la realidad misma. No me falléis. No os falléis."
Tras esto, todo desaparece. Vuelves a encontrarte en el almacén.

Lord Abydos

Cuando el Desconocido comienza a hacer referencia a la historia de Abydos, el gesto de Nathaniel pasa a permanecer casi tan impertérrito como el del propio Abydos.

Por supuesto, él y Abydos eran cosas diferentes, sin embargo, Nathaniel estaba seguro de que ambos eran diferentes interpretaciones de la naufragada mente de un joven encerrado, de hecho, él mismo recordaba haber elegido su nombre y el Abydos. Ahora no estaba tan seguro de su libertad, ni de su propio yo. Tanto él como Abydos se habían identificado siempre con la persona de Adrash. Sin embargo, el desconocido había hecho referencia a una multiplicidad de egos en la máscara. ¿Podría ser su propio yo otro de los egos perdidos? ¿El ego original de Adrash se habría perdido entre la multiplicidad? Por supuesto, podría ser que la historia no fuese más que una pobre fábula...

Por otra parte, los pensamientos de Abydos viajaban por una vía distinta. Que la historia podría tener relevancia de ser cierta era obvio, que la tuviera de ser falsa también tenía implicaciones interesantes, pero era claro que no tenía sentido elucubrar sobre ello en un momento como este.

En ese momento todo desaparece y vuelve al lugar del que había venido.

La presión de ser dos a la vez, estando Nathaniel tan agitado fue ya demasiada como para soportarlo, y tras un momento de zozobra en el que los diferentes yoes se confundieron, Abydos dejó lugar a Nathaniel, como solía hacer.

Este desequilibrio lo hizo perder el control de sus capacidades, haciendo que todas las sombras se desvanecieran.

Nathaniel cayó con una rodilla al suelo.

-uff, ufff, uff

Resopló.

Tras recuperar el aliento, el joven salpicado de sudor alzó la cabeza... "he de indagar en mi interior cuando tenga ocasión; ahora sé que he de buscar"

Se incorporó, y comenzó a sacudirse el polvo de los pantalones.

Sin embargo, no ahora, requiero tiempo y tranquilidad, y esto puede ser interesante.

Je- Pensó Nathaniel recordando las palabras del hombre- La realidad en peligro, ese hombre parece saber mucho, pero eso no hace que sus palabras dejen de sonar prepotentes. ¿Algo capaz de alterar la realidad? Suponiendo que algo así existiera, va muy lejos de lo que yo podría llegar a manejar

Sin embargo, acudirá, porque es una dirección, y porque le hacía falta una dirección.

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