Con amigos como estos...

Me giré hacia la caballero. Tenía las ideas muy claras pero yo también. Había estado cerca de la muerte y esta recompensa me parecía muy apropiada. ¿Por qué me sermoneaba sobre el honor?

Recordé a Spyke... mis ojos se me empañaron. ¿De qué le sirvió a él el honor?

Solté el arco de mi espalda y lo agarré con fuerza. Esperaba no tener que usarlo, pero no dudaría en hacerlo.

- No quiero sermones de una caballero que apenas puede tenerse en pie. No os conozco, pero este músico también os tiene manía. ¿Acaso osáis tentar a la muerte de este modo? Deja que abramos los cofres, estás metida en esto tanto como nosotros. Si no nos dejas... mi mano no temblará.

Agarré el arco con más fuerza. Aún no había cogido una flecha, pero seguro que tardaba mucho menos en clavársela que ella en desenfundar sus armas.

Bueno, al final Godia se dejo tratar la herida, menos mal porque estaba por coger a Rose y largarme dejandolos a estos solos.

Decidimos ya avanzar por fin, primero a inspeccionar la zona por si encontrabamos algo de valor. Parecian haberse llevado de todo aunque todavia quedaba alguna que otra arma y trozos de armaduras.

La imperial nos lleva al almacen donde estaban sus cosas y unos cofres robustos con pinta de importantes.

- Extraño, ¿porque no llevar tambien? ¿por que dejar aqui?

Rose comenta de abrir los grandes, a mi no me importa en absoluto hacerlo o no, el dinero me importa poco y cuando pone la carita de pena le revuelvo el pelo mientras me rio ruidosamente. Pero es por la "pelea" con la imperial por lo que decido darle los cofres.

- Ideas claras, ¿eh? me gustas.

No tenia intencion de romper mi arma abriendo esos candados asi que buscaria una gran piedra o los mandobles que vi antes.

- No importar dinero a mi pero segun nuestras costumbres, ser nuestro. Y mi solo estar aqui para encontrarlos y dar informacion, no recuperar.

Así que de ladrona pasas a asesina.-Gódia escupio un poco de sangre, y con un sutil movimiento cambio el peso de una pierna a otra mientras cambiaba la posicion de la lanza. Estaba cargada ¡Pardiez! Si he de morir aqui, moriré matando. Estaba confusa ¿Tanto valoraba "lo correcto"? Pensaba que solo hacia el bien porque era la mejor forma de ganarse la fama y el respeto ¿A cambio habia mas en ella de bienhechora de lo que queria admitir?

No estoy metida en nada, pizpaja. Y a pesar de que me estés amenazando de muerte. Doy un paso hacia delante, casi para ponerme a bocajarro de su arma. Lo que intento es sacarte a tí de lo que tu llamas "Esto" y yo llamo "espiral de malas decisiones que acaba en una horca"

Según habla el norne esbozo una mueca.

Según tus costumbres quizás, pero esto no son los Yermos Frios, y en el imperio, si encontramos algo que sabemos que pertenece a otra persona, es costumbre devolverlo. Que quizás no os pagasen para devolver los cofres, per ¡Valgame el señor que seguro no os pagaron para robarlos!

Si lo que quereis es el vil metal, aqui mesmo os contrato, llevad sana y salva esta carga a Dálaborn, acompañadme en mi investigación y me ocuparé de que recibais buenas bolsas de oro. Miro directamente a la chica. Oro limpio y bien ganado, no como el que hay en esos cofres, que produce remordimientos y pesadillas por las noches. Bastante implicado estaba que habria que matarla para abrir los cofres. Y que sabia lo que pesaba una muerte en el alma.

Lo mesmo os digo a vos, malandrín. Digo señalando a Pertu. No sois trigo limpio, pero 'dita sea si no necesito ayuda de gente como tu, cago en mi santa calavera. Le señalo con el dedo. Segura estoy de que voyme a arrepentir, pero el mismo trato que ofrezcole a ellos es para vos.

Perttu Paivo Kullervo Kivilaakso

Miré a Gòdia, y mi cara decía claramente "¿en serio?". No tenía la mas mínima intención de trabajar para ella. Desde luego, la última experiencia no fue precisamente alentadora para seguir haciendolo.

- Eh... Paso. Estoy hasta las narices de que me trates como si fuera un criminal, y la última vez que trabajé para tí no terminó precisamente - me quedé pensativo un momento -. Bueno, quizás haya una forma en la que acepte, pero es algo de lo que tendremos que hablar en privado.

Una sonrisa pícara se dibujó en mi rostro. Lo que quería realmente era una cena romántica con Edrea, de forma que pudieramos relacionarnos tranquilamente y sin demasiada presión para ella, pero preferí que creyera que era algo mas perverso, solo para asustarla.

No puedo evitar reirme al ver que el músico sigue en su posición neutral. Tiene pinta de ser un tipo muy excéntrico... no me imagino lo que pasa por su mente ni quiero hacerlo. Seguro que tendría pesadillas.

Gòdia me propone un trato... ¿tanto le cuesta que abra unos míseros cofres?

- Tengo trabajo, y lo terminaré después de haber abierto estos cofres. Aren me ayudará ya que según tú tiene la moral tan laxa como yo. Si tienes algún problema no tengo ningún problema en acabar con tu sufrimiento.

Me giré a Aren.

- Vamos a buscar algún mandoble de los bandidos para forzar las cerraduras, seguro que es mejor idea esa que romper nuestras armas.

Relajo un poco la postura, pero no suelto el arco.

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OFF: Espero a ver si Gòdia nos deja hacer. Si no, vuelvo a postear . xD

Gòdia suspira. La muerte nos llega a todos, y si huyese ahora de ella, si me rindiese seria solo fachada, le estaria dando la razon a todos aquellos que dijeron que las mujeres no tenian la voluntad suficiente para ser caballeros.

Además.-Dijo pensando en su padre-. Tienes pecados que purgar.

Dio un paso más ya a menos de un metro de la ladrona. No. La voz ronca, la sangre y el polvo se enroscaban en su carganta dificultando la respiracion y el habla. Soy Gòdia Ozonas, caballero de la Orden del Cielo. Juré por mi vida y por mi honor obediencia y lealtad a la Emperatriz y al Imperio. Y mis deberes actuales son llevar esos cofres en perfecto estado a Dalaborn. No trocaré mi vida por mi honor, pues es haria que ambos carecieran de valor.

Respiré con dificultad y tomé una postura de combate. ¿Merece la pena? ¿Y si sobrevives qué? ¿No seria mejor dejar que la pizpaja sobreviva, y dejarte matar? Agité la cabeza y deseché esos pensamientos.

No queda sino batirnos.

Perttu Paivo Kullervo Kivilaakso

Exasperante. Esa era la palabra adecuada. Ambas eran unas tozudas, ninguna de las dos parecía estar dispuesta a ceder lo mas mínimo, y por lo tantp todo indicaba que íbamos a terminar con, como mínimo, una persona menos. A no ser, que yo interviniera.

"Desde luego, menos mal que aun tengo energías en la reserva."

Me coloqué en posición, con el violonchelo frente a mi. Empecé a fregar las cuerdas con el arco, tocando una pieza tranquila que debía absorberlas, olvidando todos sus conflictos. Y, para garantizar aquel cometido, usé las energías que aun poseía para lanzar de nuevo aquel conjuro.

Spoiler:

Salvo que Lord Master decida lo contrario, debeis tirar una RM contra 120. De fallarla, sentireis inmediatamente un sentimiento de paz proveniente de la melodía.

- Muy bien, ahora que tengo vuestra atención - dije una vez terminada la pieza -, os voy a decir que es lo mejor que podemos hacer. Vamos a aceptar el trato de Gòdia, la cual nos dirá cuanto oro exactamente vamos a obtener, y vamos a portarnos bien los unos con los otros. Todos ganamos algo y nadie muere. Por lo menos, yo creo que es lo mejor para todos.

Spoiler:

- Este donde este, seguir siendo mis costumbres, ¿tu cambiar segun donde estes?. Aunque a mi dar igual, el dinero no importar mucho.

Es todo lo que le contesto a Godia, esta gente es demasiado habladora, que si quiero dinero, que si voy a mantener mi honor y no dejaros aunque muera, me aburren y me siento donde pueda.

La imperial nos propone un trato, a mi me da igual, yo quiero poder y eso no se consigue con dinero pero podria aceptar, me da igual. Rose parece no aceptarlo y sigue pensando en abrirlos, me comenta de buscar algo para destruir la cerradura.

- Ya lo tenia.

Le digo mostrandole una de las armas de los muertos que cogi mientras estas dos discutian.

El musico saca su instrumento y empieza a tocar, me realaja bastante sacandome la mala leche que aunque pequeña se estaba acumulando de estar aqui sin hacer nada mientras estas dos discutian sobre el oro.

Despues comenta de que aceptemos el trato y no se que mas, simplemente me enconjo de hombros, igual es mi mal uso del latin pero ya he dicho que a mi me da igual.

La música invade a Aren y Rose, las ganas de pelear simplemente desaparecen, junto con sus palabras os recuerdan lo que ha pasado hoy.

Para Aren no había mucha diferencia, salvo que se tranquilizó un poco, no tenía ganas de pelearse con alguien incapacitado al que acababan de salvar.

Rose se percató de lo que estaba a punto de hacer, había matado a un hombre antes, fuera, pero aquello había sido en defensa, esto era muy diferente, por mucho que ella iniciara las hostilidades era matar a un caballero del cielo, el resto sería una cadena de eventos criminales, ocultar cadáveres y pruebas, ser perseguida todal a vida si se descubre algo de aquello.
El sentimiento de paz se volvió algo agridulce, pero te sentías mejor al darte cuenta de que no querías pelear contra aquella mujer.

Gódia sin embargo no se vió influida, se mantenía estoica, a pesar de que podría costarle la vida iba a manetener el honor y el de los presentes. Por otro lado la última Rose parecía empeñada en abrirlos, no en robarlos. Quizás fuera curiosidad y toda aquella discusión fuera cosa de dos mujeres con caracter chocando.

Todo sentimiento de ataque se diluía, dando lugar a sentimientos de preocupación por el futuro. ¿Realmente valía tanto la pena todo esto? ¿Matar a una caballero? Es cierto que no había visto unos cofres así en su vida, y quizá nunca los volviera a ver, pero tenía que tener en cuenta la moral.

La música seguía sonando... entonces se dio cuenta que realmente no había ocurrido nada "aún". Podía salvarse, podía salvarla. En cierto modo todo esto le sonaba, y le entró un sentimiento de calma como nunca antes había sentido.

Miró a Godia, como quien mira a un ser indefenso (aunque estaba armada), y su rostro se tornó misericordioso, tranquilo. No iba a derramar sangre.

Guardó su arco y se sentó en el suelo, mientras dejaba que la música invadiera su mente.

- Está bien.... vayamos a informar, Aren, es nuestro deber. Después podemos decidir qué hacer.



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Rose no hace nada. Simplemente deja todo comportamiento hostil y enfunda su arco.

Gódia se sobresaltó al oir la música. Casi apunta al violinista por instinto. ¡Brujeria! Sin embargo, estaba claro que estaba sedando a los otros dos. Miro extrañada al violinista ¿Porqué a mi no me afecta? ¿Es por su voluntad? La verdad, aquel extraño personaje estaba lleno de giros contradictorios.

Cuando la arquera baja el arco, Gòdia baja la lanza, aunque con precaución. No sabe cuanto poder tiene el brujo. Parece que teneis algo de seso al fin y al cabo, criaja. Dice, mirando furibunda a la niña. Que un caballero muere matando, y esto no hubiera acabado bien para naide*

Cojamos todo lo de valor y cargemoslo en los jacos ¿Alguien ve sacos o alforja donde poder embolsar aquestos enseres?

En un momento que esté cerca del violinista le susurro. Gracias por lo que has hecho brujo, aunque no se el porqué. Las hadas madrinas y la magia blanca solo existe en los cantos de juglares.

Rose asintió quedamente.

- Sí, busquemos algo que nos sirva para transportar todo esto.


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Dime si vale mi tirada de buscar anterior, si no, tiro otra. La idea es buscar algún carro o si queda algún caballo que pueda portar los cofres encontrados y llevarlos con nosotros a otro lado.

Por fin parecian que se habian calmado, tiro la gran espada a un lado, ya no me hace falta para nada, al parece acabamos de tener una nueva mision.

- Yo me ocupo.

Digo escuetamente para buscar algo donde meter los cofres y poder llevarnoslo junto con los caballos.

Tras buscar un poco no es muy dificil haceros con material para ensillar y alforjar los caballos, además hay de sobra, y el mismo caballo de Gòdia, que aunque no está acostumbrado a cargar desde luego puede con mucho peso. Al poco se hace evidente que son parte de los caballos que llevaban en la caravana en la que iba Gòdia, seños de los señores de la guerra y alguna barda puede verse aquí y allá.

El saqueo obviamente seguía en su sitio. Podríais usar caballos extras como caballos de tiro para llevaros lo que podais. Por si el grupo que mandaran a recuperar aquello no lelgaba a tiempo.

De momento cargasteis los dos cofres importantes en un caballo y ensillasteis otros cuatro para vosotors (uno de ellos el de Gòdia).

Os preparasteis para salir de aque llugar antes de uqe volviera nadie y regresar a la civilizaión

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Si alguien quiere algo del saqueo que lo diga y le comentaré que pude llevarse. Desde más cofres a armas, armaduras, etc.... Si quereis llevar una ristra de caballos tengo que ver si antes puse cuantos ahí, y si no hacer la investigación xD y ponerlo.

Ya se que los bárbaros son poco materialistas pero renunciar a llevar un mandoble xD, eso es nuevo. Bueno, lo dicho, os doy un tiempo para ver esto y si nadie dice nada avanzo la acción hasta la ciudad. Si quereis dejardme intenciones tambien para avanzar lo máximo posible.

Perttu Paivo Kullervo Kivilaakso

Negué con la cabeza. Había conseguido evitar que se mataran, pero Gòdia no parecía haber sido afectada por el conjuro, pues su bravuconería permanecía intacta. Era un resultado satisfactorio, pero no perfecto.

Tras aquello busqué víveres por los restos del campamento, así como algún cuchillo para mi mismo para poder cortar mi comida. Mientras estaba con ello, la caballero del cielo se acercó a mi con una acusación disimulada como agradecimiento.

- Mide mejor tus palabras, caballero - contesté a Gòdia -, no me gustaría terminar en una pira inquisitorial porque alguien no entiende lo que la música es capaz de hacer.

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Intenciones para el camino: Ligar con Rose (Seducción 282). Nada más.

Tres días de marcha os separaban de Eron, y desde luego no podíais esperar que fueran del todo tranquilos.
Pero los caballos lo harían todo más facil, sobretodo para Gòdia.
Decidisteis no descansar tan cerca, lo que al final se convirtío en una jornada forzada (marchando parte de la noche) y al día siguiente forzando un poco también llegasteis a Eron ya denoche, usando una jornada menos de lo necesario habíais vuelto.

Por el camino Kalen se comportó de manera extrañamente cortés con Rose, pero aún así seguía manteniendo su punto de "romántico" en el sentido de ser alguien único. Piropos en el momento adecuado, una ayuda aquí y hallá, relevarla de la guardia 10 minutos antes. Simplemente era.... extremadamente agradable con Rose.

Para los dos "nuevos", Eron no era especialmente grande, sobretodo detrás de Arkangel, pero eso no quitaba que fuera impresionante.
Cientos de miles de almas vivía allí y además toda la ciudad estaba rodeada por murallas, y cada barrio tenía las suyas propias, dividiendo la ciudad en secciones de distinta altura cada una dominada por un castillo.
Al ver los colores y vuestro estado os abrieron la puerta sin protestar.

Estabais otra vez en un lugar seguro

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Gòdia, reduces en 10 el penalizador y recuperas 20PVs

Si a alguien se le ha pasado algo todavía puede hacer algo de rollback si lesapetese.

Gòdia suspiró quejumbrosa. Aun le dolia todo el cuerpo. ¡Partame un rayo si no tenia ganas de dormir en buen jergón! Dentro de la ciudad miro al resto de la comitiva. Lo mejor será que vayamos al cuartelillo mas cercano, habrá comida y bebida y podremos entregar estos cofres.

Si todo el mundo accede, me dirijo al guardia de la puerta. Maese, formo parte de una caravana que tenia como empresa el traimiento de unos cofres aquesta citadela ¿Pudiese decirde ahonde debiera encontra yo un oficial de responsabilidad o alguien que esperase nuestra llegada? Las palabras amables deja entrever el lenguaje noble con acento sureño, pero los ojos y el tono son de alguien con autoridad y acostumbrada a la vida castrense.

El soldado se sorprendió bastante. -Esto....¡Cabo!-

De una garita salió otro hombre, vestigo de forma parecida a los otros dos. El soldado le explicó la situación.

-Entiendo. Esperábamos para uno de estos días una caravana. Normalmente los envíos van directamente hasta el centro- dijo señalando el castillo que dominaba el barrio central de la ciudad -Pero viendo vuestro aspecto igual tendríais que ir a ver al capitán Al Knoble, envió a gente para ver unos problemas con las caravanas, seguro que les interesa lo que podais decir. Deberái estar en cuartel el 82, octavo distrito, segundo cuartel, lo llaman "El cuartel de los viajeros". -

Rose sigue un poco mosqueada por el contenido de los cofres, y las muestras agradables del músico por el camino no hicieron más que acrecentar su incomodidad.

Durante el camino no dejaba de acercarse a Aren pues era el que más conocía y, aunque no le gustara tampoco mucho, era claramente el mejor de todos ellos en cuanto a compañía: al no dominar muy bien el latín, tenía poca conversación. "Perfecto"

Llegamos por fin, bastante agotados por exprimir los esfuerzos en llegar temprano. Gódia toma la palabra y aclara la situación. Nombran a Al Knoble y Rose se pone alerta.

- De acuerdo, iremos a verlo.

No le hacía gracia dejar los cofres aquí, pero si no quedaba otra solución así se haría. Ya no tenía ganas de luchar por ellos.

- ¿Por dónde se va al cuartel 82?

-Es en el octavo distrito, segundo cuartel- os indicó las calles que teníais uqe tomar, no tenía pérdida

Rose se dirige hacia allí, le da igual si nadie  la acompaña.

- Gracias.

Perttu Paivo Kullervo Kivilaakso

Lo intenté, pero Rose no dejaba ver nada más allá de una amarga superficie. No vi nada, ni un resquicio de que es lo que tenía que hacer para ni tan siquiera despertar su interés. Era extraño, nunca antes me había ocurrido esto. Esperaba que Rose fuera un caso puntual, porque si aquello iba a repetirse mi vida iba a volverse muy aburrida de repente.

Llegamos por fin a Eron y, como no, Gòdia fue la primera en hablar. Nos dieron una dirección, y la seguí junto a mis nuevos compañeros, con la esperanza de que Gòdia no me hubiera tendido una trampa para encerrarme. Tras asegurarme de que no era así, simplemente me fuí a dormir.

- Ojalá estuviera aquí Saria - dije en voz baja desde el catre -. Esto sería mucho mas interesante con ella.

Tardamos unos cuantos dias, por suerte a caballo eso se nota menos. Entre Godia y Rose sacan toda la informacion necesaria asi que lo unico que queda por decir es sencillo.

- ¿Dejar esto aqui o llevarnoslo?

Refiriendome a los cofres, realmente era lo unico que necesitaba saber, igual aqui ya se encargarian ellos, a saber. Despues pues iriamos a ver al capitan.

-Seguimos con ellos- dijo Gódia tras agradecerle las direcciones a aquel hombre. El grupo se puso en marcha detras de Rose, que parecía un tanto harta, pero era con razón, solo teníais que miraros.

Por el camino empezaron a asaltaros las preocupaciones.

Rose siguió la primera en silencio, los escalofríos se sucedían mientras la mente se le revolvía, era un sensación muy agridulce. Para empezar estaba la extraña sensación que le dejaba el chico nuevo, hacía tiempo que nadie se interesaba de manera tan directa por tí. En principio ni le hiciste caso, pero te resultaba extraño que tu cabeza le diera vueltas, y te vinieran recuerdos sobre cierto chico de tu pasado.
Aún así el asunto importante no era ese, ahora tras la seguridad de las murallas te invadió el shock de todo el viaje. Lo del cansancio a marchas forzadas era normal, no era nueva para tí. Pero habías matado a una persona, si, a un criminal, a un asesino, en defensa propia, la gente te daría las gracias por ello, pero obviamente no estabas acostumbrada a esas cosas.

Aren por su parte estaba tranquilo, aguantando muy bien el cansancio de la marcha forzada. No había tenido la oportunidar de despachar a esos cerdos Skulling el mismo, ni tuvo ningún cruce de espadas, pero el trabajo estaba hecho, y el dinero ganado, con extras seguramente. Aquello solo podía significar un buen inicio de su carrera, y de sus futuros objetivos.

Gódia estaba satisfecha, medio muerta, pero satisfecha, te habías librado de que te cortaran la garganta en la emboscada, de no ser por aquella maldita bestia hasta la habrías repelido. Y justo a tiempo llegaron refuerzos, extraños, que casi te matan también, peligroso y uno hasta parecia un brujo, que al final te había seguido desdel a capital, pero eso no quita que lo evidente, te habían rescatado, y Perttu te había ayudado. Aunque podías manejar bien el cansancio del viaje la cabeza todavía te daba vueltas, una semana de permiso te vendría de maravilla sin duda.

Perttu por su parte en este momento era un hombre medio amargado, pero al menos tenía la superioridad moral de su parte, lo habían pescado y acusado de muchas cosas por dedicarse a rescatar gente, y con un ejercicio de buena voluntad y confianza había seguido a estos. Si se ponía la cosa fea todavía podías desaparecer y volver con Saria, al mundo profesional de la música, o a vivir del violonchelo en la calle que era lo tuyo, pero seguías con ellos, se ve que los caravaneros algo de formar comunidad con los de tu alrededor te pegaron. Se podía decir que eras el que peor llevaba el cansancio, pero en ningún momento retrasaste el grupo, y te sobró hasta tiempo para probar las defensas de Rose, y por muy mala situación que fuera la chica desde luego tenía que tener algo especial para no inmutarse ante el despliegue de medios que pusiste para llamar su interés.


Casi sin abrir la boca cruzasteis un par de sectores y acabasteis llegando a vestro destino, al veros los soldados no hacían preguntas, teníais esa clase de pinta que hace a un soldado raso obedecer de inmediato, una pinta que solo da la sangre seca y las heridas de batalla donde no debía haber batalla.

A pesar de la hora que era se ocuparon de vuestros caballos y os dejaron entrar directametne. Con los dos cofres entrasteis en lo que vendría a ser la sala común del cuartel.
Cuando entrasteis en el cuartel la sorpresa fue general. En un mesa estaban jugando a las cartas Marcus, Bron y Kraus, Gilligan como de costumbre estaba desaparecido. Al veros se hizo el silencio, y tan solo un silvido de impresión de Bron sonó en el aire.

Marcus fue el primero en hablar -Traed al capitan Knobel, ya- Uno de los mozos salió corriendo.

El resto fueron preguntas de que había pasado, preguntas que no íbais a responder ahora, y menos a desconocidos. Las pocas perosnas allí se apelotonaron a vuestro alrededor. Por suerte a los dos minutos apareció el capitan, sin uniforme, con cara de mala hostia. -Todos fuera, vostros no obviamente- dijo mirando a vosotros -Tú tampoco Marcus-

-Vale, seguramente querrais largaros ya pero esto es extremadamente excepcional. Que álguien me haga un resumen- dijo cuando el resto se había largado.

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Le dije a Kalen que iba a meter el evento ya pero os voy a dar un par de días, me sabe mal hacer acciones por vosotros, y Lobo siemrpe peude liarla xD.

Darle todos los detalles sería escabroso, además de que no podría mencionar que casi nos sacamos los ojos entre nosotros.

- Seguimos el rastro hasta un pequeño fuerte, donde tenían los cofres y a Godia, supongo que presa. Aren y yo nos encargamos de hacerles pagar a esos delincuentes...

- Cof cof... - Perttu tosió.

- Y bueno... Perttu también ayudó.

No sabía porqué pero se sonrojó levemente.

- Los pocos supervivientes salieron galopando... les hemos perdido la pista, pero consideramos que era más idóneo venir y avisar.