Seyren Viktoria >> [Prólogo] Nunca (FIN)

Prólogo de Seyren Viktoria


Esta es la historia de un alma muerta que amaba la vida.

No la suya, eso salta a la vista. O no habría hecho la mitad de barbaridades que se le ocurrió probaren en el corto espacio de dos años. Pero de todos los que lo intentaron a lo largo de la historia, éste chico fue, quizá; el que más papeletas tenía cuando todo empezó.

Pero empecemos por el principio…


Han pasado dos años desde la trágica muerte de Svetlana tras un desafortunado forcejeo en un parque del centro de St. Petersburgo. Tu rodilla, que resultó herida también; ahora está prácticamente recuperada, con una prótesis metálica en la articulación que te causa un moderado dolor los días de lluvia. Para ti no es otra cosa que un vínculo, una cicatriz, que te conecta con la muerte de la que fue durante unos breves instantes, casi tu mujer.

Como si pudieras olvidarla siquiera un instante.

Tras la increíble experiencia de aquella noche, el resto de los días se sucedieron sumergidos en una febril actividad intelectual con la determinación de un desesperado. Intentaste ir a terapia una vez, pero en cuanto cualquier leve alusión a recuperar a Lana surgía, los terapeutas siempre la desechaban como frustración reprimida.

¡Dios me escuche! ¡No es imposible!

La terapia duró una sola sesión. El tiempo pasó y tú seguiste inmerso en tu búsqueda de "algo", que te reuniera con Lana una vez más.


En verdad, casi creíste que Dios realmente te había escuchado cuando conseguiste un puesto de auxiliar en la biblioteca pública de St. Petersburgo. Como suelen decir, las respuestas siempre están más cerca de lo que te esperas. Al menos al principio.
Aquel magnífico lugar guardaba decenas de miles de volúmenes pertenecientes a otras épocas. Había allí libros que se salvaron de la quema indiscriminada en la Edad Media, mientras que otros tantos estaban ya allí casi de casualidad. Había una increíble cantidad de ellos que se referían al Maná de Dios, a la Magia, al Poder Oculto.

Era increíble. ¿Cómo podía haberse acumulado tanto material de verdadero interés para un ocultista en un solo espacio?

Durante meses, consumiste hasta tu esencia devorando libros, elaborando complejas tesis y accediendo, bajo tu privilegiada posición de bibliotecario; a volúmenes a los que echarle un vistazo te hubiera valido la hoguera en otros tiempos.


Aprendiste sobre magia, sobre el poder más oculto. Los volúmenes del famoso Gæbril, un templario de la época de las Cruzadas; que contenían hechizos mágicos en un formato casi práctico; didáctico, para su orden denominada los “malaissah”.

Cuando te quisiste dar cuenta, tu ansia de devorar libros se había apoderado de ti. Puede parecer risible, pero no lo es tanto cuando tus ojos buscan los textos arcanos, con pasmosa facilidad leídos, y actúan como bálsamos para tu dolor. Eras un “yonki”, yonki de la magia. Aún guardas esta adicción, necesitas leer textos arcanos para sentirte agusto, en paz; para que la pena y el remordimiento no se te lleve. Pero también parece que tu alma lo necesita; lo cual a otro Seyren podría preocuparle. No a ti.

Pronto diste con tu jefe, que quiso indagar el por qué de tanto libro relacionado con el esoterismo. Con él entendiste que no se acababa tu suerte; ni siquiera para ti, Hijo de la Desgracia.

Nicolai Karamzin es un antiguo periodista que ahora trabaja de secretario jefe en la biblioteca pública. Es, por dos poderosas razones; el mejor candidato a ser tu amigo.

La primera razón; es que Nicolai también perdió a su mujer en trágicas circunstancias. No sabes los detalles, pero sí que era periodista y murió en Praga tras llegar a averiguar secretos que no debía conocer. Nicolai y ella salieron despedidos cuando su coche explotó en medio de una curva. Ella murió y él sobrevivió; acusando un brazo y un trozo de la cara. Hubiera sido mejor para todos al revés.

Desde entonces, Nicolai; un seguidor del ocultismo, tuvo la misma idea que tú. Trabajó años y años recopilando información gracias a sus contactos; realizando adquisiciones y compraventas a los más sospechosos proveedores. Todo su trabajo lo encubrió bajo operaciones de la biblioteca pública de St. Petersburgo.

Ser una persona tan necesaria para ti, y que te haya tocado como jefe; es la segunda razón de que Nicolai es la persona más cercana que conoces.

Aunque él no lo cree del todo; pese a ciertos indicios y discusiones, lo cierto es que es un gran entendido del tema y cada dos por tres pasáis largas horas discutiendo extrañas teorías, elevando una simple conversación de café a increíbles disertaciones metafísicas.


El problema es, que Nicolai está empezando a dejar de creer. La magia no fluye en él, igual que es una droga para ti. Él está empezando a abandonar el recuerdo de su esposa, y con el día a día está empezando a asumir su vida sin ella…




Son las 10:15. Entras a tu puesto de trabajo, y Nicolai te espera en las puertas. Tiene un pesado albarán bajo el brazo.

-Buenos días, Seyren. Dime una cosa, ¿qué tal andamos de Física?

Una deforme sonrisa hincha la cara de tu jefe y amigo.

Dejando descansar el libro que devoraban mis ojos, me giré respetuosamente hacia mi jefe.

-Dobroye utro! Nicolai ¿Qué tal?

La gran mayoría de los volúmenes de la biblioteca Viktoria estaban en inglés. Así asegurábamos palabras frescas, que no habían sido intervenidas por traductores, o por la maldita censura rusa. Por este motivo, Nicolai casi siempre me hablaba en inglés. Yo intentaba defenderme lo mejor que podía, aunque mi acento siempre me delataba.

-Da, la Física se me da bien, me gusta, aunque no tengo a penas conocimientos científicos avanzados, pero aprendo muy rápido. Y usted lo sabe. ¿Por qué lo pregunta?

Nicolai te acompaña a su despacho, donde un hermoso mueble de confección zarista guarda un minibar.

-¿Un traguito? -Destapa una botella de nalivka y se sirve en un pequeño vasito. Lo apura de un trago.

Después, abre las ventanas para que entre la luz, que se cuela de entre los edificios. Enciende la lamparita de leer, también. Todo esto forma parte del más que conocido ritual que Nicolai monta cada vez que tiene algo importante que decir.

Esperas, paciente, a que acabe.

Tras un rato, rebusca en unos cajones y saca un montón de folios, que empiezan a amarillear por el tiempo. Se cruza de brazos y adopta un tono grave.


- Во пизду. Al diablo con todo. Hemos estado ciegos, Seyren.

Tu expresión interrogante le incita a continuar tras otro traguito de nalivka.

- ¿Por qué despreciamos todo lo moderno como superchería barata y sólo atesoramos lo antiguo? Hemos supuesto que lo oculto, oculto debía quedar. Que el otro lado del puto mundo, estaba reservado a aquellos que buscaran los indicios, que se apartaran de la cotidianidad y abrieran sus malditos ojos a los milagros.

>>Pero se nos ha olvidado la ciencia.

>>Joder, está cada vez más claro que la Ciencia no se apartaría de esto, que harían caso a esta fuerza que lleva tanto tiempo con nosotros. Rebuscando en los papeles viejos de Francine, encontré algunos apuntes de cuando comenzó a hacer periodismo en Europa. Ya tenía cierta fama entre las publicaciones de corte científico, y resulta que una de sus primeras entrevistas allí fue a un tio, un tal Paule Dorme. Fíjate si no te interesa esto.




-Мне насрать, que le den. El Volumen 81 de esta revista está completamente descatalogado. Fuera, confiscado, adiós.

El hombre temblaba de excitación. El sudor resbalaba por sus huesudos y temblequeantes dedos. Se ajustó las gafas y te miró con intensidad.

- Es un hilo cojonudo para seguir, Seyren. Qué te parece. Creo que es... es un regalo de Francine. Una pista.




Haz una tirada de Ocultismo ó Memorizar.

Intenté contener mi fruición lo mejor que pude. No me gustaba mostrar mis emociones, no quería que nadie utilizase el lenguaje corporal en mi contra. Pero era difícil reprimir un salto de alegría ante tan grata e increíble noticia. Por fin algo que me podía servir en mi investigación, algo sólido y actual.
Si esas palabras eran ciertas, Lana de un momento a otro abandonaría este mundo, entonces sería prácticamente imposible devolverla a la vida. El primer paso era asegurar su esencia, su alma… necesitabas más información, mucha más.

-Nicolai, ¿qué más sabes de ese tal Paule Dorme?


Tirada de Ocultismo. 30+86=116

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'Dado de 100' : 86

- Mmm. Veamos, veamos.

Acabasteis más o menos pronto la tarea que teníais pendiente para el día. En febril actividad, os sumergisteis en los archivos y en internet. Tu nivel de inglés mejoraba, y es indudable que tenías cierta capacidad -pese a no conocerlo formalmente- para el latín; por ser éste el idioma por excelencia de los textos que sueles manejar.

Bajo tu entendimiento, y la buena guía de Nicolai, os pusisteis a mirar revistas científicas, artículos, y todo tipo de información sobre Paule Dorme. Hacia el final del día, ya teníais alguna que otra conclusión sobre el tipo.

-¿Ves? Te lo dije. Cerrado, nada, fuera. Cátedra de biofísica. Sólo tiene estudios en la universidad, nada de empresas. Cum Laude y se casa con una alumna de la que solo sabemos que se llama Millie y ni Dios conoce más. Vale, siguiendo con Dorme, a partir de 2004 se esfuma durante quién sabe cuánto tiempo. La universidad de París le menciona en 2008 y más tarde un libro cita una asistencia como invitado extraordinario a una conferencia de la Université.

>> Y sin embargo, mira esto. 2007. Un blog de internet menciona sucesos paranormales. Uno de tantos, ya sabes que está de moda ahora. Youtube está a rebosar de estos sucesos, y la mayoría son fácilmente rebatibles.

Te fijas en un comentario anónimo de un lector del blog. Paule te ayuda a traducirlo. Al leer el apellido de Dorme, junto a otro nombre, te hace indagar más y leer el artículo al completo.



Siguiendo el enlace del primer comentario, simplemente un vídeo de unos pocos segundos. En principio, una curandera más; una de esas que improvisan un magnífico show y acaban "curando" a sus pacientes.

Sin embargo, te quedas de piedra cuando reconoces a la primera el ensalmo de la anciana.

El Venite Animae, el comienzo de los rituales antiguos con que se comenzaba a reunir, acumular, la energía necesaria en usar sortilegios simples.

No es exactamente tu mejor campo, pero sabes que tienes abundante documentación en casa al respecto.

-Yo seguiré llamando a la Université de Paris -dice Nicolai- pero tampoco quiero ser muy descarado, joder. Si no hemos arreglado nada, para vacaciones yo mismo me iré allí y le daré con el albarán en los morros hasta que me digan qué fue del tio este. ¿Y qué cojones es Schaun? ¿Otro investigador? De ese si que no aparece nada de nada.

Hay extraños dando voces en la puerta. Nicolai alza la cabeza del ordenador.

- Uf, parece que tenemos más "refugiados". Es esta mierda de temporal que anuncian en la radio, todo el país está azotado por la nieve. Carreteras cortadas, las calles hasta arriba, las quitanieves todo el día. Puedes irte ya si quieres, Seyren. Estos tipos no están aquí por los libros, sólo quieren calefacción. En fin...


Nicolai bajó los hombros y volvió a dibujar la sempiterna arruga de preocupación, casi un síntoma de que simplemente volvía a la parte aburrida del trabajo.

Pero es cierto, con la puerta abierta y la gente entrando al recibidor, entraba un frío del demonio. Esto es St. Petersburg para ustedes.

Recogí mi abrigo y mi gorro, y fui hacia mi apartamento. El fuerte azote del viento, arrastrando nieve en polvo y hasta granizo, no era más peligroso que los sortilegios que día a día trabajaba en mi despacho.
“Nigromancia” el arte de resucitar a los muertos, era el camino que había elegido, el único camino que me devolvería a Lana y el más arriesgado. Pues era consciente del peligro que suponía errar en una sola de aquellas palabras, o actuar de manera imprudente y descompensada. Necesitaba un mentor, o nuevos libros sobre Nigromancia, cualquier cosa que me ayudase a mejorar, a innovar mis conocimientos más allá de los viejos tomos que ya conozco.

Llegué a casa cubierto de nieve. Sacudí el abrigo en la entrada, y lo colgué en el perchero, detrás de la puerta. Tomé un tentempié rápido y me senté frente al ordenador.
Internet es una fuente infinita de información, pero si no sabes dónde buscar, es como un tesoro escondido en un gran desierto… no importa cuánto intentes cavar, jamás lo encontrarás. Pero ahora tenía algo, dos nombres: Dorme y Schäun.
Tecleé esos dos nombres en los mejores buscadores de la red, con la esperanza de encontrar algo que a Nicolai se le haya escapado.


Busco toda la información posible sobre Dorme y Schäun.

Haz una tirada de Advertir.

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Entras a tu apartamento, concentrado en tus pensamientos. Apenas te da tiempo a tirar tu abrigo a la silla vieja que tienes en tu escritorio. Encima de éste, una hermosa cajita de música que guarda muchos secretos. Entre otros, el hecho de que era el objeto más valorado de Lana.

Te sientas, y te pones a teclear. En cuanto abres el buscador de internet, te paras de golpe.

Hay algo raro, un murmullo que has creído escuchar en el cuartito de al lado. Parece el ruido del viento, no sabes bien. Mala idea dejarte la ventana abierta.

Hasta que caes en la cuenta de que tu escritorio está sospechosamente ordenado. Demasiado. Los libros normalmente caídos están bien apilados. La puerta está cerrada del todo, y eso no te gusta, porque hace un chirrido raro al abrirla.

Te levantas inseguro de tu propio hogar.

Con los sentidos alerta, me dispongo a explorar cada rincón de mi apartamento. En busca de evidencias o del responsable de mis sospechas.

Hago una tirada de Advertir. 30+56=86

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'Dado de 100' : 56

Lo primero que haces es escuchar a través de la puerta. Se oye el murmullo del viento y el repiqueteo del fino granizo que está comenzando a caer. Tras un tiempo prudencial, abres la puerta.



Gracias a Dios, no hay nadie.

Sin embargo, superado el susto, te fijas en el resto del cuarto. El desorden es evidente, y mucho menos disimulado que en el cuarto principal. El cajón a medio abrir, el colchón movido, por supuesto la vieja ventana abierta...

¿La ventana?

Te asomas. Aunque no ves a nadie, sí que hay algo que podría ser nieve en el alféizar. Alucinante. En la pared de enfrente -tu ventana da a un estrecho callejón- hay otras pisadas. Y otras más. Llegan hasta la azotea del edificio de enfrente.

Es como... como si hubieran entrado -o salido- desde la ventana, a lo spiderman, saltando de pared en pared. Intentas imaginarlo pero sólo concibes a un auténtico acróbata de circo realizar semejante proeza.

A un acróbata o...

...


Tus pensamientos se vuelven sombríos. Vas derecho a la caja de música y reordenas las notas musicales, para formar la melodía exacta que te enseñó Lana.

La caja emite su canción una única vez. Después suena un "clic" y se abre para ti.

Gracias a dios, tu cuaderno de notas, y tus documentos más importantes están ahí. Algunas cosas de emergencia, algo de dinero... y un contenedor hermético que contiene ciertos restos de tu amada, probablemente necesarios para tus prácticas.

Te pones a hacer inventario. Aunque sueles ser precavido y camuflar las cosas, esos tíos son muy buenos. Notas que algunos de tus libros han sido profanados. No parecen haber dado con ningún libro especialmente delator -y no tienes constancia de que poseerlos sea ningún delito- pero sí han debido verte con algunas publicaciones un poco... sospechosas.


Te sientas en el sillón, apesadumbrado. Con la sensación de estar vigilado, y la paranoia te invade.



Sí, definitivamente, esto es St. Petersburgo para ustedes.




[Si aún decides buscar en internet por tí mismo, haz una tirada de Informática]

-En todos los años en el orfanato nunca entraron a robar, y eso que las paredes de los pasillos las decoraban obras de arte congruentemente valiosas, por las cuales un coleccionista podría pagar hartas cantidades de dinero. Ni en la biblioteca, a pesar del valor de muchos de los volúmenes. Sin embargo ¿entran en mi apartamento? ¿Qué piensan que van a encontrar en una urbanización como esta? Aquí solo hay gente pobre, que paga la mensualidad del alquiler a duras penas… Y de todos los pisos del bloque, justamente en el mío ¿casualidad? Lo más absurdo de todo es el modus operandi del ladrón ¿complejo de araña?
No hace falta ser un genio para deducir que han entrado aquí a propósito, y no era dinero ni joyas valiosas lo que el ladrón buscaba. O ladrones ¿quién sabe?
Quien, o quienes, quiera que haya entrado aquí, me conocía. Quizá sea alguien que conozco personalmente, o quizá me hayan estado vigilando todo este tiempo, no lo sé, pero debo andarme con mucho ojo.

Tras reflexionar largo rato sobre el allanamiento, decido asegurar puertas y ventanas. Después, me vuelvo a sentar frente al ordenador, y una vez más intento buscar información sobre Dorme y Schäun.


Hago una Tirada de Advertir y otra de Informática, respectivamente.

Advertir: 105
Informática: 48

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'Dado de 100' : 85, 78

Atrancas todas las posibles vías de entrada/salida de tu apartamento y reordenas todo, ahora con recelo. Te pones a buscar información en internet, pero la verdad es que poco consigues sacar en claro, principalmente debido a la dificultad idiomática. Algunos conceptos te cuesta comprenderlos y en algunas otras páginas simplemente ni lo intentas. Ordenadores del demonio...

En cualquier caso, para no desaprovechar el tiempo gastado, se te ocurre apuntar unas cuantas direcciones que pudieran ser de interés para que Nicolai te eche un vistazo, que es el que más entiende de ordenadores (y de idiomas, todo sea dicho).

Te levantas y te haces un almuerzo simplón, un sándwich y un vaso de zumo. Te pones la música e intentas relajarte, pensando en todas las cosas que han pasado hoy.

Justo en ese momento, ves un coche negro poco habitual en el barrio, un BMW, que se marcha a poca velocidad doblando la esquina. Ves a la portera de tu edificio, vaciando un cubo de nieve embarrada en un saturado sumidero, y volviendo a entrar al portal.

-Quizá me esté volviendo algo paranoico, pero ese BMW paseando por un barrio como este no resulta nada discreto. ¿Tendrá algo que ver con el “registro” de esta mañana? Vaya… soy un egocéntrico, hablo como si fuese el ombligo del mundo ¿pero quién sabe?

Tras pensar un poco, bajé al portal, dispuesto a iniciar una investigación. Empezando por la portera, quien posiblemente haya visto algo.
-Esa mujer es demasiado cotilla, como para no mostrar ningún interés por semejante coche. Conociéndola no me extrañaría que hubiese memorizado la matrícula. -Bromeé en voz baja.

Busco a la portera en su vivienda, con la intención de sacarle algún dato referente al coche, o a posibles sospechoso que hayan estado merodeando por el edificio.

Nila es la portera del bloque. Es una señora que ronda los cuarenta y tantos, y que atiende con férrea disciplina sus tareas en la portería de tres edificios de tu barrio.

La mujer se encuentra leyendo una revista del corazón cuando la localizas. Hace bastante frío, y ella tiene una de esas peligrosas estufas justo al lado para aliviarlo.

La mujer levanta la vista del papel.

- Ah, dobroe utro, señor Viktoria.

Respondes y le interrogas acerca del BMW.


-¿Esos tipos? Si, han estado aquí esta mañana. Iban curioseando por aquí y se han quedado un poco mirando los buzones de correos. Querían subir, pero les he prohibido el paso por no ser de la comunidad.

Sonrió perversamente. En los buzones de fuera, lógicamente, figuran los nombres de los propietarios junto al piso en el que viven.

-¡Pues no saben con quien se la juegan!

>> Sin embargo, es un poco raro, porque después de eso han cogido y se han metido en el edificio de al lado. Ahí yo ya no les puedo decir nada. A lo mejor les daba igual en qué edificio se metían.


Le preguntas si no ha podido averiguar quiénes son, y cuántos.

-Mmm. pues eran dos. Ambos unos tipos muy altos y hasta bien vestidos, sí, de los que no ve uno por aqui.
A mí me han dicho que eran del ministerio de hacienda, que tenían asuntos con un inquilino. Verá, puedo preguntarle algo, ¿señor Viktoria?

Subís por las escaleras hasta tu piso, el segundo. No llegáis a entrar, pero conseguís cierta intimidad para que Nila sigua hablando.

>> Pero el hecho de que venga usted a preguntarmelo... Vaya, señor Viktoria, conmigo no hay ningún problema, eh. Puede usted serme sincero.... ¿Tiene usted problemas económicos? Una ya es vieja, pero siempre tiene "recursos" para ayudar a quien se lo propone, eh.

La mujer decora el caritativo gesto con otra sonrisa siniestra.


Advertir de Nila: 95


-Mmm. Señor Viktoria, le suena el teléfono. No sé si le estoy haciendo perder el tiempo. Pero recuerde mi oferta.

Y se va tarareando otra vez escaleras abajo. Una auténtica mujerona.

El miembro 'VonClouve' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 75

Vuelvo a mi apartamento para contestar al teléfono.
Las palabras de Nila me desconcertaron un poco. Debo admitir que la mujer no aparenta ser una santa, eso por supuesto, pero tampoco me habría imaginado que estuviese envuelta en asuntos tan turbios.
Y luego está el tema de aquellos hombres trajeados del BMW. Pero ahora por lo menos, gracias a la señora Nila, puedo deducir lo que ha ocurrido. Entraron al edificio, buscaron mi nombre y seguidamente mi número, en el buzón. Y viendo que Nila no les dejaba subir, optaron por entrar “saltando” de un edificio a otro… curioso.
Y sin más dilación, descuelgo el teléfono.

-¿Diga?

- Seyren.

La voz de Nicolai suena intranquila, y asustada.

- No sé qué coño hemos hecho ahora, amigo. Pero han venido a buscarte.

Nicolai baja la voz, hasta convertirla en un murmullo apagado.

- Dos tios, de traje. Acaban de irse. Preguntaban por ti y decían que eran del ministerio de hacienda. Pero no cuela, no señor. No me han enseñado la placa, y cuando se la he pedido, han mostrado una orden de registro y han hecho aquí lo que han querido. Les he dicho que estabas de vacaciones, y les he enseñado un parte de trabajo y todo. No me des las gracias, me preocupa algo más...

>> Lo han visto todo. O casi todo. Gracias a que soy precavido, y disperso mucho la información; pero han visto los libros, casi todo el material de ocultismo que teníamos a la vista ha sido requisado. Cosas de valor, y zarandajas inútiles para supersticiosos. Todo lo que teníamos en la mesa. Voy a meter todo el resto cagando leches en el almacén.

>>¿Pero sabes qué? Hay algo bueno. Al fin creo que he dado con Dorme. Supongo que es lo lógico, pero he podido hablar con un antiguo colega de la Université; dice que hace no mucho fue a cenar a su casita de les Champs de Mars. En París. Obviamente, uno busca las cosas más cercanas.

>> ¿Qué vas a hacer, Seyren? Estos tíos me dan muy mala espina. Por un lado me vendrías de fábula si te quedaras conmigo a arreglar los libros, pero... mierda, chico. Si desperdicias la pista de Francine te doy en los morros en cuanto aparezcas por la biblioteca.

Me gustaría poder investigar el motivo que impulsa a dos hombre trajeados a buscarme. Sin embargo, la curiosidad mató al gato y la pista del amigo de Nicolai es muy valiosa.
Quizá lo más inteligente sea salir de Rusia, de ese modo mataría dos pájaros de un tiro: me quitaría a esos sicarios de encima y podría conocer a Dorme.

Comienzo a preparar un equipaje ligero, de esos que me gustan a mi; Teléfono móvil, dinero, documentación, medicamentos, reproductor de música, mis mejores libros de magia, y unas pocas mudas de ropa. ¡Oh! Y mi bufanda negra.
Cuando tengo lista la maleta, vuelvo a asegurar las ventanas, y coloco una fina tira de papel blanco en su borde, de manera casi imperceptible y aparentemente casual, de modo que si se abre la ventana, el papel caerá. Realizo el mismo truco con todas las puertas.
Al terminar, me pongo mi abrigo y mi gorro, mientras le echo un último vistazo melancólico al piso. Con decisión, cierro de un portazo y bajo las escaleras.
Cerca de mi bloque pasan algunos taxis, pienso ir directamente al aeropuerto. Con esos mafiosos pululando por ahí, no tengo ni un minuto que perder.

El aeropuerto está a rebosar. Es una de las pocas horas de tregua que el temporal; que no ha parado en todo el día, te ha dado.

Llevas una maleta bastante pequeña; hasta la puedes facturar de equipaje de mano. Lo que sí has procurado llevarte es bastante dinero. Y una agenda de teléfonos. Está cargada de los antiguos contactos de Nicolai; dice que la mayoría ya no servirán, pero quizás de alguno pueda echar mano. Nunca se sabe. No es que tengas muchos amigos en la vieja Europa.

El vuelo con Air France destino a París tiene un pequeño retraso de veinte minutos. Y van requetejustos, pero puedes pillar un billete más. No eres el único. A tu espalda, un abuelete llega corriendo, muy desaliñado. Se pone justo a tu lado en el mostrador, dirigiéndose a la dependienta de tu derecha.

-Uf.Uf. No tengo edad para estos trotes... Un viaje de ida para mi nieta, por favor.

Su nieta es una niña de pelo blanco que camina a su lado con curiosidad. Mirándolo todo. Va abrigada con un plumón y llama un poco la atención.

-Señor, debe usted darse prisa, el vuelo para París sale de ...

- Sí, sí. Mire esto.

El viejo saca un papel arrugado. La dependienta se tira un rato leyéndolo. Llama a otro empleado, y la que te atiende a ti mira también con curiosidad el papel.

-Abuelo, ¿tú no vienes?

-No, no puedo, pequeña. Tengo cosas importantes que hacer aquí. Pero...


Alza la vista, y se fija en ti.

-¡Ah! Señor, tengo un importantísimo favor que pedirle. Por favor.

Sigue rebuscándose en los bolsillos.

- Usted es joven, y tiene cara de ser buena persona. Por favor, si me hace usted el favor de llevar a mi nieta a su destino? No tiene más que vigilarla en el avión. De verdad. Cuando llegue a París, hágame el favor de llevarla a esta dirección.

Te extiende un papelito arrugado "Champs de Mars, 13." debajo, un pequeño párrafo escrito en un francés de letra temblorosa. Pero lo que más te sorprende es el fajo de billetes, euros, que hay debajo. No contabilizas al momento, pero es mucho dinero. ¿Pero qué demonios....? El abuelo mantiene una sincera y agradecida sonrisa.

La jovencita te mira con curiosidad. Mira con pena a su abuelo, pero no parece desagradada por la perspectiva.

-¿En serio? ¡Hala!


Las dependientas vuelven y te entregan dos billetes de ida para París. La ciudad de las luces.