Despiertas bajo un dosel rojo. Te inclinas recelosamente, y observas el cuarto donde descansas. Las paredes son de piedra, gruesas y robustas como pocas, ostentosas alfombras y tapices decoran el sitio. Unas débiles velas iluminan la estancia.
-Por fin despiertas. Por un momento pensé que no sobrevivirías.
Tu hermosa hermana entró. Vestía uno de sus voluptuosos trajes negros. Se acercó a ti y posó su mano en tu frente.
-Ya ni siquiera tienes fiebre. Levántate, hay muchas cosas que debes saber antes de comenzar con tu preparación.
Asentiste con la cabeza y rápidamente te levantaste de la cama. Estabas totalmente desnudo, con vendas por todo tu cuerpo. Esa escena se repitió en tu mente, recordándote la primera vez que Seles te salvaba la vida. Estabas algo confuso, habías estado soñando durante demasiado tiempo y te costaba diferenciar la realidad de la ficción. Además, aquel escenario te confundía aún más. ¿Era un castillo, una cueva, un palacio como la última vez? La cabeza te dolía al pensar, todavía estabas convaleciente. Seles abrió un enorme baúl que había a los pies de tu cama. De su interior sacó un atuendo que te ofreció.
-Espera, hay más.
Dijo, volviendose nuevamente hacia el baúl. Tus ojos se abrieron como platos, cuando Seles te mostró el violín más magnífico y perfecto que jamás habías visto. Estaba hecho de una madera tan oscura como el azabache, su acabado era exquisito y sus cuerdas eran firmes y plateadas.
-Padre tenía dos violines. El Stradivarius que te legó, el que destrozó la caballera Godia, era el que usaba para sus conciertos. Pero este violín, el Stradivarius negro, era su violín de combate. Lo llamaba “La Guardiana” en homenaje a Madre. Y he aquí el motivo, por el cual nunca supiste de la existencia de este violín.
Giró el instrumento, mostrándote la parte trasera. Había un símbolo grabado, un emblema, unos labios femeninos y una mano semicerrada con el dedo índice extendido, cubriendo la comisura de los labios. La imagen, encerrada en un escudo heráldico, recordaba a los Blasones de Caballería.
-Es el emblema de nuestra Hermandad. Ahora el Stradivarius negro es tuyo. Úsalo de modo que Padre se sienta orgulloso de ti. Y no hagas que me arrepienta por haberte cedido el bien más preciado de nuestra familia.
Acabas de obtener el Stradivarius negro. También conocido como “La Guardiana”. Es un violín de calidad +15.
Seles abandonó el habitáculo, inquiriendo en que te vistieses rápido. Ella te esperaría al final del pasillo. Presto, te pusiste la túnica negra que te ofreció. Y orgulloso, guardaste el violín negro en su caja, y te lo echaste a la espalda. Sentías tal aprecio por ese objeto, que aún tan tempranamente, ya lo considerabas una parte de ti, como lo es el caparazón para una tortuga.
Caminaste por el pasillo de piedra gris. No había decoración, tan sólo sombras en las esquinas. Sentiste un poco de miedo e incertidumbre. No sabias donde estabas, ni siquiera en qué principado, tampoco sabias si era de día o de noche, pues no viste ninguna ventana en todo tu paseo. Seles te estaba esperando, en una pequeña sala tras la puerta donde moría el pasillo. Te miro seriamente, como solía mirarte ella.
-Sígueme.
Abrió una vieja puerta, que estaba cerrada con llave. Subisteis unas estrechas escaleras de caracol, como si estuviéseis en un torreón. Al llegar arriba, quedaste impactado con lo que viste: La torre revelaba una inmensa panorámica. El cielo, gris y rojo, encapotado y amenazante, ensombrecía una titánica fortaleza de ladrillo negro. Montañas gigantes y riscos circundaban la asombrosa estructura. En tu vida habías visto nada parecido.
-Bienvenido a la fortaleza de la Hermandad.
No tenias palabras para hablar, aunque te habría gustado preguntar mil cosas, tus ojos, expectantes, no te permitían una distracción. Seles te agarró brutamente del brazo y te arrastró, a través del pasillo de la muralla, hasta otra torre vecina, ésta, mucho más grande e imponente. En su interior había una especie de estudio de alquimia, todo lleno de probetas, libros y papeles desordenados. Había una persona agazapada en uno de los rincones. Al veros, se incorporó y se acercó a ti. Era un hombre negro y calvo, de unos cuarenta años, tenía una pequeña perilla bajo el labio y una barbilla robusta. Llevaba una túnica negra, similar a la tuya. Su mirada penetrante te examinó. Tenía una fuerte presencia, cara de pocos amigos y el ceño permanentemente fruncido.
-El hijo prodigo de Van Tolstói. Dime, renacuajo, ¿estás listo para vender tu alma al diablo?
Herrian Miembro Legendario
Mensajes : 1788 Fecha de inscripción : 21/06/2010 Edad : 30 Localización : Corbera de Llobregat
Un enorme edificio plateado se erige ante mí, sus torreones parecen perforar el cielo como finas agujas, sus miles de ventanas proyectan hacia el exterior luces de todos los colores. Una planicie de hierba azul se extiende frente al palacio, es tan extensa que no se ve nunca el final, y avanza hacia el frente hasta fundirse con el cielo.
En el firmamento teñido de verde no brilla ninguna estrella. Sólo hay luces de colores que oscilan continuamente, al compás de una bella canción que una diosa canta desde alguna parte.
Las puertas del palacio se abren, lentamente, dejando entrever haces de luz dorada. En su interior hay una niña, de roja cabellera.
De pronto la canción se detiene, las luces del cielo comienzan a caer, en forma de estrellas fugaces. El suelo tiembla, y el gran palacio de plata se quiebra.
- ¡Corre! ¡No te quedes ahí! – grito con todas mis fuerzas. ¿Por qué esa estúpida niña no intenta salvar su vida?
La pequeña parece dudar, como si se fiara de mí. Cuando empieza a correr es demasiado tarde, el techo plateado se desprende, sepultándola. La inmensa construcción se derrumba, convirtiéndose en una masa amorfa de escombros. Y todo comienza a desintegrarse, el suelo, el cielo, todo se convierte en un vacío espacio negro.
- Oh… - murmuro mientras abro los ojos. Un sueño.
Giro levemente la cabeza, siento como si todo mi cuerpo hubiese sido pisoteado por una manada de caballos. Me encuentro en una situación bastante familiar, una lujosa habitación. Casi ni me da tiempo a apreciar la decoración, pues Seles entra de pronto.
Posa su mano en mi frente. Hacía tiempo que no la veía tan…
Me indica que me levante, y así lo hago. Me veo desnudo, y con todo el cuerpo vendado. Como cuando me salvó por primera vez. Casi no puedo pensar, me limito a hacer lo que me dice. Me da una túnica negra que me pongo rápidamente.
Pero mi sorpresa es mayúscula al ver el siguiente objeto que me entrega. Un precioso violín negro que sólo habría podido ser fabricado por algo más habilidoso que un maestro artesano, un violín tan perfecto que parecía sobrenatural.
Tomo La Guardiana con una solemnidad que nunca antes había mostrado por nada. Miro a los ojos a Seles, ignorando su vacía mirada. Nunca podría estarle más agradecido. Ella me había devuelto la vida. Y con suavidad paso los dedos por el emblema grabado en el violín. El emblema de la Hermandad.
- No te defraudaré, hermana.
Luego me pide que la siga. Al principio no logro entender dónde me encuentro, ni siquiera sé si es de día o de noche. Me quedo sin palabras al ver la magnífica fortaleza en la que me encuentro.
- Así que ésta era tu vida, Padre…
Tras apreciar durante unos instantes la grandeza de la fortaleza Seles me lleva a otra torre. Allí nos encontramos con algo parecido a un laboratorio, en cuyo interior hay un hombre curioso. De piel muy oscura, y calvo. Pero lo que más me inquieta es su mirada, con la que me examina.
La pregunta es clara, y la respuesta también.
- Ahora que he encontrado mi verdadero camino seguiré el legado de mi padre, hasta el final. Estoy dispuesto a lo que sea, por fin he comprendido cuál es la fuente del poder.
El odio.
Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
Aquel hombre tan serio levantó una ceja, e hizo ademán de sonreír, pero se quedó en un sutil gesto de aprobación.
-¿Sabes? te pareces mucho a tu padre. Stefan Van Tolstói era un buen amigo mío, siempre envidié el idilio que mantuvo con tu madre. Esa historia es digna de la pluma de los mejores escritores.
Por sus palabras, parecía que simpatizaba mucho con tu padre. Quizá fueron compañeros de fatigas, o grandes amigos. Acababas de conocer a esa persona, pero a pesar de su seriedad y su aspecto siniestro, te inspiraba una grata confianza.
-Déjame que me presente.
Dijo, al salir de su ensimismamiento.
-Mi nombre es Seol Zabazios. Yo seré tu maestro.
Al terminar la frase, Seles se marchó, dejándoos a solas.
-Ahora dime tu nombre. No quiero oir cómo te llamaban tus padres, quiero que me digas quién eres ahora, no quien fuiste antes.
Herrian Miembro Legendario
Mensajes : 1788 Fecha de inscripción : 21/06/2010 Edad : 30 Localización : Corbera de Llobregat
Ficha del Personaje Habilidades primarias:
Tema: Re: [Campaña Individual] (Alexei Tolstói) Dom Sep 19, 2010 8:31 am
Aquel hombre, al parecer, conoció a mi padre, y a mi madre. Quizá fueron compañeros, amigos… Por primera vez en mucho tiempo me siento verdaderamente en un lugar en el que… encajo.
Se presenta como mi maestro, entonces Seles se marcha. Seol me pregunta mi nombre, mi nombre verdadero.
Agacho un poco la cabeza, meditando. Mi nombre es…
¡Basura inmunda, no sois digno ni del azote de mi calzado!
Maldigo a tu familia, a la puta de tu madre y al retrasado de tu padre ¡todos enfermos! ¡enfermos por engendrar a una basura como tú!
Se reían...
Mi corazón herido explora con dolor los hechos que acontecieron en Ascani. Lo siento en mi interior como una voz enérgica, furiosa. Una fuerza que lucha por salir, una fuerza capaz de hacer cosas increíbles. El verdadero poder.
Cuando vuelvo a alzar la cabeza ya no hay duda en mis ojos, ni debilidad en mi expresión. Todo se ha fusionado en una profunda espiral de odio, dolor, e ira.
- Mi nombre es… Dies Irae.
Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
Seol asintió con la cabeza, con un gesto de aprobación. Le gustaba tu actitud. Te explicó lo que necesitabas para mejorar: paciencia, voluntad, poder y esfuerzo. Quería dejarte bien claro que, desde ese momento, solo importaba el poder. No importaba la manera de conseguirlo.
Más tarde, atravesasteis parte de las instalaciones de aquel inmenso bastión, descendiendo unas cuantas plantas hasta llegar a una especie de coliseo. Era algo más pequeño, pero constaba de las mismas partes: gradas, arena, jaulas... Era de los pocos lugares de la fortaleza que permitían una vista notoria del firmamento. Seol se sentó en las gradas como único espectador.
-Veamos de qué eres capaz.
Dijo seriamente.
-Avanza hasta la arena y demuestra tu valía.
Descendiste las escaleras de las gradas, atravesaste un pequeño túnel oscuro y caminaste hasta desembocar en el campo de batalla. Tras de ti se cerró una verja, no había retirada posible. El campo de combate era un complejo circular, flanqueado por altos muros de piedra, donde la arena del suelo no era más fina que la de un reloj de arena. Ante ti, había una serie de entradas, todas ellas cerradas con rejas. Unas llamas mágicas aparecieron de la nada, apagando la oscuridad de la noche y rodeando el coliseo. Justo después, un “clack” desbloqueó las verjas, que cerraban los accesos que había frente a ti. Uno a uno, comenzaron a salir cuatro personas. Ibas cubiertos con taparrabos, malnutridos y barbulentos. Tenían el claro aspecto de tratarse de prisioneros o esclavos. Aunque estos iban armados: uno llevaba una espada corta, otro una maza, otro de ellos un puñal y el más rezagado de ellos un mangual. Era patético, aquellas personas no podían cargar ni con sus huesos, mucho menos con aquellas armas. Sin embargo, sus ojos parecían sedientos de sangre, quién sabe lo que les habían ofrecido si te derrotaban.
Durante el enfrentamiento, no fuiste capaz de plantar cara a los demás aspirantes desechados. Con furia, acabaron con tu vida sin piedad. Pero, curiosamente, la sensación de morir que sentiste no se parecía en nada a las otras veces, donde tu vida pendía de un hilo... contra Búho Negro y contra Godia... era una sensación totalmente distinta.
Abriste los ojos. Viste a Seol sobre ti, envuelto en una tornado de sombras y magia. Estaba conjurando con gestos alguna clase de poder. No podrías explicar lo que sentiste. Por un instante, una fracción de segundo, sentiste haber muerto. Pero después, todo cambió, sentiste un cosquilleo que te recorría por dentro. Algo estaba "reciclandose" en tus entrañas, a la vez que algo intentaba salir. Una sensación extraña, muy extraña... ¿habias, resucitado?
Seol ha utilizado sobre ti el conjuro Superar la Muerte.
-Te has convertido en un Ser Entre Mundos de gnosis 25. -Obtienes 150PD adicionales para elegir entre habilidades y poderes de monstruo. -El exceso de PD también incrementa tu nivel, pero solo te beneficias de los bonos innatos de tu categoría. -No permito que escojas ninguna desventaja.
[Offrol: Es la primera vez, en mi carrera de DJ que cheto tanto a alguien. Pero es que también es la primera vez que veo a alguien con TAN MALA SUERTE para las tiradas. Además, Alexei no merece morir así, por el amor de dios.]
Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
-Obtienes la Desventaja a 2 puntos: Enfermedad Grave. (no te otorga ningún PC, es una desventaja gratis a cambio del conjuro recibido)
Y te advierto como DJ, que no puedes hacer metajuego de esta información: el conjuro no ha resultado del todo bien, y ha afectado terriblemente a tu salud. Cada semana deberás superar una RF contra 140. Por cada punto que falles, tendrás un penalizador durante toda esa semana equivalente a la cifra por la que no has superado la resistencia. Si fallas por más de 50 puntos, tu personaje muere automáticamente. Es una putada, si, pero es que Irae ya va muy cheto.
Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
Al terminar el combate, vuelas hasta Soel, te paras junto a él y le muestras una respetuosa reverencia. Él no dice nada, ni cambia su expresión, simplemente has hecho lo que debías.
Ya es tarde, la noche profunda y tu cuerpo comienza a sentir cansancio. Soel te lleva de regreso, aunque por un camino distinto, a la habitación donde despertaste. Esa de gruesas paredes de piedra, sin ventanas y con una enorme cama roja. Soel se despide de ti y cierra la puerta al salir.
¿Haces algo, o vas directamente a la cama?
Herrian Miembro Legendario
Mensajes : 1788 Fecha de inscripción : 21/06/2010 Edad : 30 Localización : Corbera de Llobregat
Tras hacer la mejor reverencia que puedo a Seol mis alas se desvanecen como una aparición fantasmal, dispersándose en el aire como una nube negra.
Ya ha oscurecido, y me siento cansado. Seol me lleva de regreso a la habitación donde desperté. No logro reconocer el camino por el que me lleva, pero no me preocupo por ello.
Simplemente sigo los pasos de mi maestro.
Cuando Seol se despide de mí y cierra la puerta detrás de sí siento algo parecido al… ¿alivio? Por fin solo, conmigo mismo. Pero yo… ¿qué soy?
Durante el combate no me había importado demasiado, estaba demasiado cegado por el poder. Pero ahora, en cambio, me siento extraño. Unas alas negras… alas de cuervo.
Cierro los ojos, concentrándome. Las alas negras vuelven a brotar de mi espalda, envolviéndome, cálidas pero a la vez algo tenebrosas. Intento tocarlas, pero no son más que energía, intangible. Con la posibilidad de volar, estar en una habitación sin ventanas me recuerda a una jaula. Una jaula donde estoy atrapado.
¿Pero por qué pienso en eso? Por fin estoy en el lugar en el que encajo…
Doy unos cuantos pasos, hacia la pared de piedra, y poso mis manos en ella. Su tacto es áspero, y frío. Sin embargo no me desagrada.
Si pudiese librarme de todas mis limitaciones físicas podría volar por el cielo, libre.
- Pero mi lugar está aquí… - me alejo de la pared y dejo el estuche de La Guardiana sobre el baúl que hay junto a la cama – Eres un gran compañero, Stradivarius negro… Hoy nos hemos ganado un descanso – el tener un objeto que fue tan importante para mi padre me ayuda a sentirme cerca de él, como si nunca me hubiera abandonado.
Cuando alzo la vista veo un espejo, en un lado de la habitación. Veo mi reflejo en él, y me quedo hipnotizado con mi propia imagen. Aparentemente no he cambiado, pero noto algo diferente en mí. Me acerco, confundido, y miro fijamente mis ojos.
Están cambiados. Siguen siendo azules, pero ya no son como los de mi madre. Ahora son mucho más claros, sobrenaturales. Me muerdo el labio inferior, siento una presión en el pecho.
Tomo el estuche de La Guardiana de nuevo, y abandono la habitación. Camino rápidamente por los pasillos, por el camino que me mostró Seles cuando desperté, buscando el balcón desde el que vi la fortaleza entera.
La luna brilla en el cielo, con intensidad. Proyecta su pálida luz sobre la fortaleza, dándole un aspecto místico, y a la vez sombrío. Tomo de nuevo el negro violín entre mis manos. Es tan bello…
A la luz de la luna comienzo a interpretar una nueva melodía. Me recuerda a los días pasados, a lo que fui. Y me recuerda lo que soy ahora. El por qué soy diferente.
Dicen que la música es la expresión del alma.
…
Es cierto…
Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
Mientras interpretas la melodía, una pequeña sombra negra se posa sobre tu hombro. Es un cuervo negro, atraido por la belleza de las notas. Sus plumas son negras como el azabache. Te mira fijamente, con un ojo vacío, diminuto, brillante y rojo, como un rubí. En ese momento, sentiste una mística y extraña sensación, como si algo más que una melodía, te uniese a ese cuervo. Era una criatura solitaria, igual que tú, él vestía de negro, igual que tú y sus ojos eran tristes y serenos, como los tuyos.
En ese momento te diste cuenta... la soledad y el silencio, tienen mucho en común. Después de todo, estabas destinado a pertenecer en la Hermandad del Silencio.
"Nadie aprende, nadie aspira, nadie enseña a soportar la soledad."
Friedrich Nietsche
Herrian Miembro Legendario
Mensajes : 1788 Fecha de inscripción : 21/06/2010 Edad : 30 Localización : Corbera de Llobregat
La sombra se posó en mi hombro, confiada, atraída por mi bella melodía. A medida que iba fregando las cuerdas del magnífico violín el ave movía la cabeza de un lado para otro, dejándose llevar por la música.
Sentí algo que me ataba a ese pequeño pájaro. Un lazo tan fuerte que… me daba la sensación de que llevamos toda la vida juntos. Dos seres solitarios unidos por una melancólica melodía. Debía de ser el destino.
Cuando cesé de tocar el ave no abandonó mi hombro. Siguió mirándome con sus rojos ojos, como rubíes. En un lento gesto le acaricié la cabeza.
- Mozart.
No sabía por qué decía ese nombre. Lo único que sabía es que lo sentí con fuerza en mi interior. El cuervo agachó la cabeza, conforme. Ese sería su verdadero nombre.
Irae y Mozart… Dos cuervos solitarios…
Debería afrontar los días venideros, cargados de soledad. Pero ahora alguien estaría de mi lado, siempre.
Me sentía increíblemente solo, pero increíblemente completo.
La luz de la luna nos daba un aspecto lúgubre, a los dos. No sonreí, pero Mozart pudo captar que me sentía contento en cierta parte. Por fin todo iba como tenía que ir. Me retiré del balcón, con mi nuevo compañero junto a mí.
Mi melodía había expresado lo que mi alma sentía, y otra alma que sentía lo mismo había acudido a mí. Era hora de descansar al fin.
Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
Tema: Re: [Campaña Individual] (Alexei Tolstói) Vie Nov 12, 2010 12:44 am
Ligeros golpes en el hombro te despertaron. Al abrir los ojos, encontraste el angelical rostro de tu hermana Seles. Viste en ella una expresión de preocupación. Estaba agitada, nerviosa, distraída. No recordabas la última vez que viste así a tu hermana, seguramente algún día en vuestra infancia olvidada.
-Ha llegado el momento, hermano. Hoy por fin conocerás todas las artimañas y secretos que se ocultan entre estos muros negros.
Rápidamente te equipaste a La Guardiana, cogiste tu chaqueta negra y seguiste a tu hermana, quien te esperaba bajo el umbral de la puerta.
-Por fin, después de tanto tiempo buscando… hemos encontrado a la niña. Me gustaría explicartelo todo, pero para que puedas entenderlo, tendrás que verlo todo con tus propios ojos.
Te condujo por un estrecho pasadizo, hasta unas largas escaleras que a su vez conducían a un oscuro sótano. Desde allí cruzasteis varias puertas, hasta que finalmente llegasteis al corazón de la fortaleza: una colosal sala con escaleras de caracol que descendían hasta un abismo sin fondo.
Haz una Tirada de Memorizar si quieres recordar el camino.
-Hace unos años, nuestro maestro descubrió un artefacto antiguo en unas viejas ruinas de Abel. Tras largo tiempo investigando, descubrió que databa de la época de Sólomon.
Seol se os unió, os estaba esperando al inicio de las escaleras de caracol.
-Dies Irae, es un placer volver a verte, aunque sea en tan fatídicas circunstancias.
Tu cabeza iba a estallar ¿Sólomon? ¿Artefacto? ¿Ruinas de Abel? ¿Qué estaba pasando? ¿De qué hablaban? Por más que querías preguntar, ni Seol ni Seles te dejaban hablar. Sus voces, urgentes, te hablaban sin dilación.
-Lo que oculta esta fortaleza… lo que Seol y yo protegemos, va más allá de tu imaginación.
Seol asintió.
-El Orbe del Silencio. Aquello que da nombre a nuestra Hermandad. Según la fórmula que nuestro maestro pudo obtener, para activarla debe unirse una pluma de dragón de Gaira con una pluma de dragón de C’iel.
Seol retomó las palabras de Seles.
-Aunque para ti nada de esto tenga sentido, ahora no hay tiempo para dar detalles. Un dragón de C’iel y Gaira, son entes que forman parte de la esencia de este mundo, criaturas más cercanas a los mitos que a la propia realidad. Por ese motivo, es casi imposible encontrar a uno de ellos. Y nuestro maestro era más que consciente de ello. Por ello siguió investigando, hasta dar con la solución: los hijos de dragones.
-El alma del hijo de un dragón es tan válida como una pluma de su progenitor
Añadió Seles.
-Exacto. Con nuestras artes, supimos que en Bellafonte había una hija de un dragón de C’iel. Durante meses, estuvimos raptando niñas en el principado, con la esperanza de encontrar a la niña dragón. Finalmente, la hemos encontrado. Su nombre es Dakota Cromwald, fue tu compañera de viaje no hace mucho tiempo.
-Sospechábamos que era ella desde hace tiempo, pero el nexo que mantiene con su madre es demasiado estrecho, y ni Seol ni yo podíamos acercarnos a ella sin salir mal parados. Por eso te mandé ir a por ella.
Mientras hablaban, te condujeron escaleras abajo. Millones de escalones descendentes, sin poder alcanzar el último de ellos con la vista.
No pudiste contener más tu curiosidad, aprovechaste que Seles tomaba aire para preguntarle tímidamente:
-¿Qué… qué hace El Orbe del Silencio? ¿Qué ocurrirá si se activa?
-Si se unen las dos plumas, y la esfera despierta, aquel que la posea tendrá en su poder algo capaz de silenciarlo absolutamente todo. El Orbe es capaz de generar una gigantesca área, dentro de la cual todo será silencio. No habrá sonidos, no habrá ruido, voces, risas, lloros, los pájaros no cantarán, las piedras no sonarán al caer, el sonido del agua al fluir desaparecerá, la madera ardiendo no crepitará, ni el viento ululará, ni los truenos retumbarán, no habrá nada, solo vacío.
A niveles técnicos, el Orbe del Silencio es un artefacto vivo, equivalente a una esfera de Némesis con una característica de Poder 19 (únicamente aplicable a la hora de calcular el Área del Némesis). Es capaz de Eliminar Sonidos y de generar Anulaciones de Ki Mayor, de Matrices Mayor, de Magia Mayor, y de Lazos.
No te lo dijeron, pero sabías que al final de esas escaleras encontrarías esa Orbe. El simple hecho de imaginarlo te estremecía, tanto, que te hizo vacilar. Tenías miedo, era algo demasiado poderoso, ni siquiera entendias las palabras de Seol y Seles... te daba miedo... ¿y si la simple presencia del artefacto te hacía daño o te conducía hacia la locura? Por naturaleza, el hombre teme aquello que desconoce y para ti, no había nada en el mundo más desconocido.
Haz un Control de VOL. Demasiada dósis de Ocultismo, tu raciocinio se tambalea.
Herrian Miembro Legendario
Mensajes : 1788 Fecha de inscripción : 21/06/2010 Edad : 30 Localización : Corbera de Llobregat
Ficha del Personaje Habilidades primarias:
Tema: Re: [Campaña Individual] (Alexei Tolstói) Vie Nov 12, 2010 3:13 pm
Ver el rostro de mi hermana fue algo que me recordó a los viejos tiempos. Antaño venía todas las mañanas a mi habitación para despertarme. Había añorado siempre el ver su rostro al despertar. Levantarme cada día sin verla a ella no hacía más que recordarme lo solo que estaba. Pero ya nunca más estaría solo.
Se la veía nerviosa, por lo que no me demoré. Tomé La Guardiana y me puse mi chaqueta negra. Al parecer tenía algo importante que contarme. Cuando me dijo que ya habían encontrado a la niña apreté la mandíbula. Desde aquel lluvioso día había querido reencontrarme con ella para vengarme. ¿Estarían con ella la caballera y el espíritu?
Me condujo por el interior de la fortaleza. Ni siquiera recordaba si había cruzado aquellos pasillos, ni si había girado en aquellas esquinas. La gran edificación se me antojaba laberíntica. Demasiado grande para alguien como yo. Cuando llegamos al corazón de la fortaleza me estremecí. Las escaleras que descendían sin cesar, hacia un oscuro abismo.
Fruncí un poco el ceño, concentrándome en conocer el camino. Seguramente sería algo importante.
Memorizar 30 +
Allí se reunió con nosotros Seol. Incliné la cabeza en señal de respeto. Mi hermana seguía hablando, en todo el rato no había dejado de hacerlo. Llenaba mi cabeza con conceptos que ni siquiera había oído antes. Me proporcionaban sin cesar información que cada vez me costaba más procesar. Cuando Seol mencionó el nombre de la pequeña Dakota mi mente se desconectó durante unos instantes.
Recordé su sonrisa. El cómo me miró de reojo cuando nos conocimos. Seguramente ellos no harían nada bueno con la pequeña. Y yo no quería sentir compasión, no después de lo que me había hecho. La odiaba. La odiaba con toda mi alma.
Entonces comencé a atar cabos, apenas sin saber bien lo que decían Seles y Seol. Fui organizando mentalmente todo lo que decían. Seles dejó de hablar para tomar aire, y entonces pregunté, curioso.
- ¿Qué… qué hace El Orbe del Silencio? ¿Qué ocurrirá si se activa?
Su mero nombre no inspiraba seguridad precisamente. Me daba miedo. Eran demasiadas cosas nuevas para mí. Papá me había hecho creer que la magia no existía, que lo único que había eran personas con unas habilidades superiores. Pero no era cierto. La magia existía, los espíritus también. Y en lo más profundo de esa fortaleza había algo que escapaba completamente de mi comprensión. Ni acompañado de Seles y el poderoso Seol conseguía sentirme seguro del todo.
Y cuando se activase todo quedaría sumido en el silencio. No podía imaginar un mundo en el que el canto de La Guardiana no pudiese ser escuchado, un mundo en el que la música no existiese. No sabía qué pensar.
VOL 8
Tirada de Dados Miembro Legendario
Mensajes : 6068 Fecha de inscripción : 11/09/2010
Tema: Re: [Campaña Individual] (Alexei Tolstói) Vie Nov 12, 2010 3:13 pm
El miembro 'Herrian' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados
#1 'Dado de 100' : 50
--------------------------------
#2 'Dado de 10' : 8
Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
Tema: Re: [Campaña Individual] (Alexei Tolstói) Vie Nov 12, 2010 4:24 pm
Fallas la tirada de Memorizar, por lo cual no recuerdas el camino que te condujo hasta la enorme sala de las escaleras de caracol. Si deseas volver a tu cuarto, o a la inversa, por tu propio pie, serás incapaz de encontrar el camino.
En cuanto al Control de VOL, el resultado ha sido tan apurado que tendrá consecuencias, nada drásticas, pero las tendrá.
Tu cabeza no podía soportar el peso de aquel conocimiento. Te dolían las sienes, tu frente sudaba como si estuvieses sobrellevando la peor de las pesadillas. Te pareció estar delirando.
Pierdes temporalmente 2 puntos de VOL. No los recuperarás hasta que yo no lo diga.
Seol y Seles callaron. Querían que lo asimilases todo poco a poco, no era fácil para un niño enfrentarse a semejante situación de estrés. Bajasteis por las escaleras interminables, caminasteis durante casi veinte minutos, dibujando enormes círculos en el descenso. La impresionante vista, de aquella colosal arquitectura hueca, no sirvió para sacarte de tu ensimismamiento. Finalmente, llegasteis al último escalón. Las primeras luces iluminaban el camino, hacia el centro de aquella estancia. Había oscuridad, mucha oscuridad, las luces no iluminaban más que una luciérnaga. Pero había una luz en el centro, una luz que eclipsaba a todas las demás, como la estrella polar, que se acentúa, orgullosa, en el firmamento. Se trataba de una esfera, un orbe, una bola, un extraño artefacto no más grande que una cabeza humana. Emitía un brillo azulado, a través de la extraña red que la circundaba. Giraba, como un caleidoscopio, sobre su eje. Su movimiento resultaba hipnótico.
-Esto que tienes ante ti, es por lo que ha luchado nuestra Hermandad desde que se fundó.
-Y ahora que eres más o menos consciente de lo que tienes ante ti, te explicaré la situación en la que nos encontramos: cuando nuestro maestro libere el Orbe del Silencio, usará su poder para alzarse con el monopolio de la magia y de todo aquello que consideras como “sobrenatural”. Por supuesto, la magia de Padre también está catalogada dentro. Ahora mismo te estarás preguntando lo más obvio: ¿Por qué le ayudamos? Cuando tanto Seol como yo somos poseedores de habilidades que el Orbe bloqueará en su despertar. La respuesta es sencilla: somos prisioneros, esclavos de un poder que nos viene grande.
Seol te miró de una manera que jamás pensaste que lo haría: con pena. Sus ojos se mostraron nostálgicos, ante algún pensamiento que en ese momento pasaba por su cabeza. -Mi familia está encerrada en algún lugar de Gaïa. El maestro me juró que, si no le ayudaba, los mataría sin piedad. Si por otro lado, decido colaborar, cuando todo esto termine me dejará regresar con ellos, lejos del caos que él genere en Bellafonte, y todo volvería a la normalidad para mí.
Las cosas ya iban cobrando sentido, pero todavía había algo que no te encajaba ¿Qué pasaba con Seles? Miraste a tu hermana de tal manera que no fue necesario hacer la pregunta, ella lo supo con solo mirarte.
-Yo nunca quise pertenecer a esta Hermandad, Padre tampoco habría querido verme con este uniforme, sin embargo… ellos cogieron a Madre y la encerraron, igual que a la familia de Seol, igual que muchas de las familias de lo más poderosos magos de este bastión.
Agachó la mirada. No parecía la misma Seles.
-Después… te encontraron a ti, me encargaron ir a buscarte, pues serías un rehén más en la lista. Entonces, justificando tus habilidades sobrenaturales, convencí al maestro para que me permitiera entrenarte, serías mejor como aliado que como prisionero. Aunque en el fondo, no era más que una excusa para librarte de terminar moribundo en una celda. Además, así por lo menos, estaría a tu lado…
Quizá te lo imaginaste, fue un efecto óptico o algún juego de sombras, pero te dio la clara sensación de ver como Seles se sonrojaba. Ni Seol ni Seles parecían ellos mismos ¿Se trataría de algún engaño, alguna treta? Eso no te importaba demasiado, lo más importante para ti en ese momento, era que el amor fraternal de Seles ya era algo más que una ilusión.
Herrian Miembro Legendario
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Tema: Re: [Campaña Individual] (Alexei Tolstói) Vie Nov 12, 2010 8:43 pm
Asimilar todo aquello fue muy difícil para mí. Mientras descendíamos en silencio mi mente trabajaba sin parar, tratando de comprender lo que sucedía. Estuvimos un buen rato que no pude siquiera calcular. Incluso llegué a marearme levemente.
Cuando finalizamos nuestro descenso contuve la respiración. Allí todo era oscuridad, intimidaba en cierto modo. El cabello se me había pegado a la frente por el sudor, molestándome. Entrecerré los ojos mientras trataba de orientarme con las débiles luces que titilaban. En el centro de aquella gigantesca sala circular se encontraba el orbe, girando sobre sí mismo a la vez que proyectaba luz propia, como una estrella.
Era bello, y a la vez tenebroso. Se me puso la piel de gallina cuando nos acercamos varios pasos.
Miré a Seles y a Seol, confundido. El orbe nos iluminaba parcialmente, dándonos un lúgubre aspecto. Mi hermana se giró para hablarme, entonces la luz azulada se proyectó en ella de lado, enterando en las sombras la otra mitad de su rostro. Un rostro angelical sumido en la oscuridad, pensé.
- ¿La magia de Padre? – pregunté, sorprendido. Entonces lo que yo hago… ¿también es magia?
Seol me miró entonces con pena. Es algo que jamás habría imaginado que pudiera ver. No por su parte.
A medida que los dos iban hablando la verdad llegaba a mí como fríos tajos de espada. Cuando Seles agachó la mirada ya no pude ver en ella a la implacable y fría joven que conocí en aquel bosque oscuro. Era ella de nuevo, mi hermana. Y todo lo que había hecho hasta ahora había sido para protegerme. Para protegerme a mí… Y Madre… ¡Estaba viva! No tenía palabras para describir lo que sentía. El profundo odio que había en mi interior se calmó.
Oí un leve ruido en la lejanía. Alcé la cabeza para ver como Mozart descendía por la sala circular y se posaba en mi hombro. Acaricié su cabeza con suavidad, como un acto reflejo. Entonces lo comprendí. No estaba solo, nunca lo había estado. Seles me había estado protegiendo, aunque lo había hecho ocultando su personalidad para no causarme problemas. El creer que estaba realmente solo me hizo más fuerte, y ahora tenía a alguien por quien verdaderamente lucharía hasta el final.
- Seles… - acerqué mi mano con cuidado. La posé en su mejilla y le hice alzar la cabeza, para que me mirase a los ojos – Gracias.
Mi mirada era ahora firme, estaba completamente convencido de qué era lo que debía hacer. Ese maestro debía ser muy poderoso como para poder tener amenazada a gente como Seol. Todos nosotros éramos débiles contra sus métodos, porque amábamos. Comprendí entonces la situación en la que se vio Padre. Si él había considerado que esto no era correcto, entonces estaba seguro de que no lo era. Pero ahora que conocía la verdad detrás de todo esto no podía sino resignarme.
- Recuperaremos a Madre y nos iremos lejos de aquí, ¿vale? Cuando todo esto acabe.
Éramos todos marionetas de un maestro que movía los hilos a su antojo, que controlaba las acciones de aquellos que caían bajo su influencia.
- Pero… ¿por qué hemos bajado hasta aquí? ¿Cuándo va el maestro a activar el orbe?
Taku Admin
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Tema: Re: [Campaña Individual] (Alexei Tolstói) Vie Nov 12, 2010 9:51 pm
Seles intentó mantener la compostura. No le fue muy difícil conseguirlo, después de todo, estaba acostumbrada a llevar una máscara sobre su faz.
-Te explicaré porqué estamos aquí. Últimamente ha habido ciertos acontecimientos que nos han hecho replantearnos nuestro cometido en este lugar. Pues hace escasos días, logré encontrar con mis poderes el paradero de las familias que el maestro mantiene como rehenes. Clandestinamente, se lo comenté a los demás miembros, les dije que no confiaran en el maestro, pues una vez liberado el Orbe nos mataría a todos. Y por supuesto, a nuestras familias también…
Se mordió el labio y agachó la mirada, pensativa. Seol la miraba, compartiendo sus emociones.
-Tu no conoces a ese hombre, hermano. Es el mal personificado, el egoísmo en su estado más álgido. Pero ahora, con la pluma de C’iel en la fortaleza, el Orbe despertará muy pronto y muy pocos quieren arriesgarse a hacer un motín, sobre todo después de tantos años de servicio y a punto de concluir su trato con el maestro. Yo… no arriesgaré la vida de Madre… y mucho menos conociendo a ese hombre… por eso, Seol y yo hemos ingeniado un plan.
-Ahora mismo, contamos con el factor sorpresa, que será decisivo en nuestra victoria. Dos miembros de la Hermandad, los únicos a parte de nosotros que han sido lo suficientemente valientes como para revelarse contra el maestro, están de camino al lugar donde se encuentran nuestras familias. Llegarán y las liberarán, y cuando el maestro se de cuenta ya habrá sido demasiado tarde. Pero no basta con eso, tenemos que acabar con él e impedir que libere el Orbe. Yo… no quiero perder mis poderes…
Seol se acercó al altar que sostenía el Orbe del Silencio. Con extremo cuidado, la recogió entre sus manos.
-Tu hermana y yo somos más que suficientes para acabar con el maestro, pues conocemos el secreto de su poder. Pero no podemos dejar ningún cabo suerlto, por eso…
Se giró hacia ti y extendió sus manos, ofreciéndote la brillante esfera.
-Deberás salir de aquí y llevarte el Orbe. Nos reuniremos contigo en la Cordillera de la Cicatriz, no te preocupes, sabremos encontrarte.
Si decides recibir el Orbe del Silencio, deberás hacer una tirada de Res. Dolor y un nuevo control de VOL (con el negativo que se te aplicó anteriormente.)
Herrian Miembro Legendario
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Escuché en silencio lo que Seles me decía. Entonces todos ellos habían sido usados, y ella era consciente de que cuando todo acabase el maestro simplemente se desharía de ellos. Y yo también había sido usado. Por ese maestro había matado, por ese maestro mi hermana había manchado sus manos. Había alcanzado el poder únicamente para ser esclavizado.
Y ellos tenían un plan para librarse. Me sequé el sudor de la frente, tratando de asimilar todo aquello. De pronto las tornas habían cambiado, ya no nos movíamos únicamente por odio. Había mucho más, y es que no queríamos perder a nuestras familias. Nadie quiere perderlas.
Cuando Seol tomó el orbe entre sus manos me estremecí. De algún modo preveía lo que me iba a pedir. Y cuando me lo ofreció sólo pude dudar.
El orbe estaba en sus manos, brillante. Su centro luminoso infundía una calma sobrenatural, tranquilizante pero a la vez extraña. El orbe dormitaba, ajeno a lo que sucedía. Y si despertaba nada bueno sucedería. Tragué saliva, el sudor siguió recorriendo mi rostro y mis manos.
Contuve la respiración mientras asentía con la cabeza.
- Bien, tomaré el orbe y lo llevaré lejos de aquí - ¿pero qué estaba diciendo? ¿Iba a cargar con esa cosa? ¿Iba a dejar que mi hermana luchase sola contra ese maestro?
No extendí mis manos para coger el artefacto.
- Pero… ¿estáis seguros de que podréis contra él? Si la mayoría de los miembros de la hermandad lo temen, ¿por qué vosotros pensáis que tenéis la capacidad de derrotarle? ¿Tan explotable es ese secreto acerca de su poder?
Apreté la mandíbula. No podía preguntar tanto. El tiempo seguramente iba en nuestra contra, no podía malgastarlo dudando de las posibilidades de esos dos. No quería que se enfrentasen solos a ese temible maestro. Yo también quería luchar...
- Ya perdí a mi Madre y a mi hermana una vez – miré a Seles fijamente -. No quiero perderlas de nuevo.
Miré entonces a Seol. Seguía tendiéndome el Orbe del Silencio, cuya mera presencia me hacía querer salir de ahí. Extendí entonces las manos.
- Prométeme que lo conseguiréis, maestro.
Si alguien podría hacerlo, seguramente serían ellos.
Decidido, recoges el Orbe del Silencio. Pero en el momento en el que tus manos se ponen en contacto con su cuerpo frío y vidrioso, empiezas a sentir un terrible dolor que recorre tu cuerpo, desde las puntas de tus dedos hasta tu cerebro, produciendote un dolor desgarrador. No puedes evitar gritar con toda la fuerza de tus pulmones. Aquella tortura te produjo pequeños cortes en las manos. La sangre recorría tus brazos, ante una mirada desmoralizada, perpleja y llena de dolor.
Pierdes 4 puntos de tu atributo de VOL temporalmente, que se acumularán a los 2 perdidos anteriormente. Además, pierdes 4 puntos de Cansancio, que se recuperarán a un ritmo normal.
El intenso dolor, casi sobrehumano, te produce fuertes heridas en las manos. Tan grave es el resultado, que pierdes 20 puntos de Vida.
...
...
-Contamos contigo.
...
...
...
...
El dolor desaparece a los pocos minutos, aunque para ti ha sido un tormento eterno. Cuando eres algo más consciente de la situación, miras a tu alrededor y descubres que te encuentras en otro sitio. En tus manos descansa el Orbe, ya no te produce dolor alguno, aunque las consecuencias de antes siguen vigentes. Deduces que se ha tratado de algún conjuro de Seol, algún tipo de "teletransporte" que te ha ubicado en un lugar menos comprometido de la fortaleza. Ni Seles ni Seol están por ningún lado, la sala donde te encuentras es ahora rectangular, parece un pasillo ancho, con dos entradas en los extremos e iluminada por varias antorchas.
¿Qué camino tomas, derecha o izquierda?
Herrian Miembro Legendario
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Tema: Re: [Campaña Individual] (Alexei Tolstói) Dom Nov 14, 2010 7:43 pm
Duele…
Nunca he sentido algo igual… Como si ardiese en un fuego infernal… Como si mi cabeza estuviese a punto de estallar… Como si mi alma y mi cuerpo se despedazasen…
No… no hay comparación para este dolor… no la hay…
Un grito desgarrador sale de mi garganta. La sangre comienza a correr por mis brazos. Se me saltan las lágrimas al mismo tiempo que mi rostro se contrae en una horrible mueca.
…
Haz que pare… Haz que pare… ¡Haz que pare!
…
¡HAZ QUE PARE! ¡MÁTAME! ¡MALDITA SEA MÁTAME!
…
Cuando el dolor cesa me siento vacío, como si alguien se hubiese llevado una gran parte de mí. Observo el lugar en el que me encuentro, torpemente giro sobre mí mismo hasta que logro orientarme. Me quedo allí de pie sin saber bien qué hacer.
El orbe sigue en mis manos. Lo miro durante unos segundos hasta que unas palabras resuenan en mi cabeza. “Deberás salir de aquí y llevarte el orbe”, dijo el maestro. Doy un paso hacia delante, y luego otro. Y así continúo hasta que me topo con la bifurcación.
Cual muñeco inexpresivo permanezco en silencio, mirando al vacío. Miro a la derecha… miro a la izquierda…
No sé hacia dónde ir. Pero debo salir de aquí, debo salir de aquí, debo salir de aquí rápido. Giro hacia la derecha y sigo caminando, perdiéndome en la inmensa estructura de la fortaleza.
- Salir… salir… fuera… salir… - murmuro en voz baja por el camino, recordándome las órdenes que me han sido encomendadas.
Taku Admin
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Tema: Re: [Campaña Individual] (Alexei Tolstói) Dom Nov 14, 2010 8:54 pm
Avanzas por la derecha. Poco a poco, las paredes grises empiezan a tornarse oscuras, las antorchas hacen de guía para tus desorientados pies. Aunque te sientes como un autómata, sientes que poco a poco vas recobrando la conciencia. El largo pasillo, por el que caminas casi diez minutos, te conduce hasta unas escaleras que descienden a una especie de sótano. Alli encuentras grilletes, cadenas y unos cuantos instrumentos de tortura, al fondo unas cuantas celdas. Aunque tu voluntad va mermada, no eres estúpido y rápidamente te percatas de que te encuentras en las mazmorras. Sin embargo... no estás solo.