[Prologo](Katlyn) Destino.

Dicen que hay algo que une a dos personas, por muy remotas que sean. Una voz que ha resonado a traves de los tiempos. Un mito, tal vez, creado por el hombre. O algo mas sencillo...

Destino.



Te levantaste perezosamente de tu cama, en el pequeño cuarto que Wissenchaft te habia proporcionado cuando paso lo que paso. A tu lado, Wiskas tambien se desperezaba, como si supiera que hoy tambien tocaba trabajar.

Tras levantarte, saliste del cuarto. No habia nada que hacer... Hasta que una voz te saco de tus pensamientos. Era el mismo hombre serio y autoritario que te brindo la oportunidad de unirte a Wissenchaft. -Buenos dias. Veo que has dormido bien. -Dijo. Se le notaba tan calmado como cuando lo conociste. -Ven, que te quiero presentar a alguien bastante importante. -Añadio.

Tras eso, se giro, como si desde el principio supiera si lo ibas a seguir. Como si te conociera.

Tal vez... tal vez hay un motivo, el que te ha traido a Wissenchaft. El que hizo que aquel hombre te encontrara en aquella ciudad. Aunque solo puede haber un motivo...

El destino...

Los sueños desde que me alisté a Wissenchaft siempre se repetían, todas las noches soñaba lo mismo.

Yo era aún una niña, y todo era gris a mi alrededor. La niebla no dejaba ver más allá de lo que veían mis pies. Se oían gritos de niños que me rodeaban. Pedían ayuda. Intentaba ir donde se oían sus voces pero no podía correr, mis pies permanecían quietos. Oía el ruido de las espadas al atravesar sus pequeños cuerpos, hasta que solo quedaba una voz, un niño. Entonces la niebla de disipaba a la vez que mi cuerpo envejecía. Me volvía etérea, polvo a los ojos de los demás, intangible delante de los que torturaron y asesinaron a mi hermano...

Todo se volvía negro de repente y, justo entonces, le escuchaba en mi cabeza.

-¿Helmanita?

Entonces despertaba


Había aprendido con el tiempo a no alterarme cuando despertaba por las mañanas. La compañía silenciosa de Wiskas me alentaba a seguir. Se acercaba a mi pecho y se acurrucaba mientras ronroneaba. Permanecía ahi varios segundos, era mi pequeña calma diaria. Tras esto, podría afrontar el día.

Me levanté de la cama, me peiné el pelo con mis conjuros y me vestí. Cogí mi bolso y me lo eché encima.

-Vamos Wiskas, hoy parece que el cielo va a clarear.

Sólo aparentaba tener emociones para mi gatito. En cierto modo, lo veía como mi conexión trascendental con Kyle, un recuerdo común.

Me aseé un poco y salí de la habitación. Wiskas me seguía muy de cerca.

-Buenos dias. Veo que has dormido bien.

Era el mismo hombre que me llevó alli. Sentía una ligera simpatía hacia él, nada relacionado con relaciones humanas, era más bien un "contrato no escrito", un código de conducta. Haría todo lo que él me pidiera, y aún no sabía su nombre.

-Ven, que te quiero presentar a alguien bastante importante.

Lo seguí de cerca, con la cabeza alta. Miraba la decoración de los pasillos, era absolutamente sobrecogedora. Nunca mis ojos habían visto tantos adornos, tanta belleza. Siempre había vivido en lugares austeros, usando mi imaginación para modificarlos a mi antojo. Pero esto era distinto. Ahora estaba en un sitio verdaderamente importante, y aún no sabía porqué se habían fijado en mí.

-Y...¿a quién voy a conocer? ¿Es el dueño de todo esto?

Me arrepentí de pronunciar una pregunta tan tonta, pero realmente me gustaría conocer al más alto mando de esta organización. Tenía tantas preguntas absurdas que hacer que no prestaba atención a lo importante. Mis pensamientos llegaron a algo, una pregunta que tenía curiosidad por ser satisfecha. Me sonrojé levemente, afortunadamente, nadie me veía la cara.

-¿Puedo preguntarte tu nombre?

Tras formular tu primera pregunta, el señor -sin ni siquiera girarse- te respondio -Bueno... Digamos que uno de los "grandes". -Dijo. Tras eso, saco de su chaqueta una pipa, la cual encendio, y empezo a fumar de ella.

En cambio, cuando oyo tu segunda pregunta, se paro en medio del camino. Se dio la vuelta. -Chica curiosa... ¿eh? -Dijo. Tras eso, solto una carcajada. -No te preocupes, normalmente todo el mundo aqui es asi. De momento, puedes llamarme... -Dio una gran inhalada a su pipa. -Brom.

Tras eso, volvio a su posicion original, y siguio caminando hacia el frente.

El aire despreocupado y familiar de Brom me tranquilizaba, aunque no estaba del todo nerviosa. Realmente estar ahi debía ser parte de un plan mayor. Nunca me había parado a pensarlo pero mi vida había sido una sucesión de acontecimientos que me guiaban, nunca decidí algo por mi misma, nunca tuve que pensar nada. Aquí me sentía a gusto, acataría órdenes y me enseñarían a hacerme más fuerte. Pero ¿Eso era lo que de verdad ansiaba? ¿Más poder?

Wiskas, como si leyera mis pensamientos, se acercó a mi pierna y ronroneó a mi lado. Era el único capaz de hacerme sonreir. No le deseaba ningún mal, y por eso lo mantenía siempre alejado de todo peligro.

Parecía que aún quedaba largo camino por los pasillos sin fin hasta nuestro destino, ya que mi acompañante se había sacado su pipa de fumar. Decidí hacer más ameno el camino, además de conseguir información que quizá necesitara más tarde.

-Dime, Brom, ¿qué es lo que se hace aquí? ¿Qué vais a pedirme que haga?

Brom siguio con su tranquilo paso, inhalando y exhalando de su pipa. Una pipa de madera, tallada a la perfeccion por las mejores manos de obra. -No te preocupes por eso... -Dijo. -Normalmente solo te pediran que hagas algunos "favores", o que pongas tu inteligencia a sus servicios... Pero, si te relajas y te tranquilizas, todo te ira bien... -Continuo.

Por el agujero delantero de la pipa, dos aros salieron. Uno blanco como la nieve, y el otro negro como el azabache. Tras flotar en el aire, ambas se unieron para formar una esfera gaseosa de color gris. Tras eso, esta se hizo solida. Brom la cogio, y te la entrego. -Un truquito que aprendi en uno de mis viajes... -Dijo. -Algun dia tu tambien podras hacer algo asi.

Cogí la esfera gris que me dio Brom, y aunque pareciera pesada, no lo era en absoluto cuando se posó en mis manos. Me quedé mirándola mientras retomábamos el paso. ¿Qué me depararía el final de este paseo? No me importaba mucho la respuesta, había perdido el interés por cualquier cosa. Quizá en esta organización encontrara algo que me despertara de mi sueño que era la vida, quizá algo acabara con mis pesadillas continuas... Todo lo decidiría el tiempo.

-Pues sea lo que sea que tenga que hacer, no te defraudaré. Estoy deseando conocer a quien vamos a ver.

Me guardé la esfera gris en mi bolso que nunca veía fin. La guardaría como el primer tesoro de mi "nueva vida" en Wissenchraft.

-Esto... tengo curiosidad. Si me has dicho que yo tendré que hacer trabajos y todo eso...¿tú qué es lo que haces? ¿Me acompañarás?

-Bueno... -Dijo Brom, dandole otra calada a su pipa. -De momento, sere tu maestro. Lo demas... Lo descubriras tu a medida que viajes, y por lo tanto, aprendas.

Empezo a girar en un par de pasillos, terminando en unas grandes escaleras que se dirigian hacia abajo. Estas eran de madera, y podias apreciar como esta estaba bien tallada. Las escaleras (y los pasadores) eran de madera de roble, barnizadas, haciendolas brillar como si fueran nuevas. Brom te hizo un gesto para que bajaras por ellas.

Cuando llegaste abajo, Brom dijo -Jefe, le traje a Katlyn, como me pidio. Viste que habia un escritorio, y detras de este, un hombre -no pudiste distinguir bien como era, estaba todo demasiado oscuro- estaba sentado detras de este, en una rustica silla. -Bienvenida... -Dijo, con una voz aspera, fria, y seria. -Katlyn.

No sabía muy bien cómo reaccionar en esas situaciones. Nunca había estado delante de una persona importante. El hecho de no verle la cara no me gustó mucho, pero suponía que era necesario.

-Ho-hola, aquí estoy. Encantada de conoceros.

Me agaché ligeramente, a modo de reverencia. Noté a Wiskas tímido, esconderse tras mis piernas.

A pesar de la oscuridad, pudiste ver que el hombre sonrio. Tras eso, empezo a hablar. -Bueno, me imagino que te estas preguntando que haces aqui... ¿no? -Dijo. -Necesito que nos hagas un favor... A Wissenchaft... -Mientras hablaba, desenrrollo un pergamino que tenia en la mesa. Era un mapa. Viste que señalo a una ciudad que habia entre el dibujo de miles de triangulos, que seguro se referian a montañas.

-Necesitamos que vayas a Hecate. Brom te acompañara, y durante el viaje, te enseñara todo sobre la ciudad, sobre Wissenchaft, y tal vez incluso aprendas algo mas... -Brom asintio. -Bien. Ahora, debeis de ir a la posada "El Aullido Ensordecedor". Alli, os encontrareis a otra persona ordenada a ir a Hecate. Debeis de ir con el. Confio en vosotros.

A eso, Brom añadio -Como te dije antes, sere tu maestro durante este primer viaje. Tal vez mas tarde tambien te pueda ayudar... -Se callo de repente. Se acerco al mapa, enrollandolo de nuevo,. -Creo que lo vamos a necesitar. -Dijo.

Mientras saliais de la sala, Brom dijo -Mientras vamos a la posada, te voy a explicar varias cosas sobre Hecate. Primero, Hecate es una ciudad entre montañas, con casas colgando de estas. Tambien,...

Brom hablo por casi una hora, el tiempo que tardasteis en ir de la Universidad a la posada. En ese tiempo, te explico todos los secretos, las historias, y hasta las costumbres, de Hecate. Cuando llegasteis a la posada, al mismo tiempo, llego un hombre con una tunica negra y una guitarra extraña. Brom enseguida te susurro -Primera leccion: Nunca le des tu verdadero nombre a alguien que no confias del todo. -Te dijo, y despues se acerco al hombre. Le pregunto algo que no llegaste a oir, y luego dijo -Mi nombre es Orik, y mi compañera se llama Arya. Mucho gusto.

Se ha terminado el Prologo. Continuar en "Misiones".