[Prologo](Katlyn & Hans) Misiones.

A las afueras de esta posada, tres personajes estan teniendo una acalorada conversacion. En eso, una carreta llego, diciendo -Siento interrumpir, pero... Partimos ya? Hecate como que no esta muy cerca... -Dijo.

No estaba por la labor de ponerme a charlar. Haciéndome a un lado, dando a entender que la que decide es ella, me pongo pensativo... ¿Para qué carajo nos quieren en Hécate? Tenía entendido que había un pequeño conflicto sucesorio o algo así... Pero no me imaginaba al Principe Lucanor dando su apoyo a un bando...

Apenas me daba tiempo a razonar todas las cosas que estaban pasando, cuando me dejó Brom en manos de un hombre desconocido. No tenía porqué temer, yo le ganaría a cualquiera si tuviéramos que combatir, pero no quería defraudar a Wissenchraft en mi primera misión. Aunque no sabía bien lo que tenía que hacer...


[Quiero saber cómo ve Katlyn a este hombre, no sé su apariencia. Tiro advertir y Valoración Mágica respectivamente para ver si oculta algo relevante, me vale cualquier información.]

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@Katlyn: Viste que el extraño llevaba una guitarra consigo, por lo que pudiste deducir que le gustaba la musica. En cambio, cuando intentaste fijarte en el flujo de energias, lo unico que veias era como la energia se arremonilaba alrededor de Brom. El desconocido, en cambio, no tenia ni una pizca de esas energias.

Miré a Brom [se viene conmigo a Hecate, no? Es que no me ha quedado claro], pasé de largo al desconocido, y sin hablarle siquiera me dirigí a la carreta.

Me intento sentar en el lugar más cómodo posible y cojo a Wiskas en brazos, acariciándolo.

-Vamos, tenemos que movernos, no os quedéis como pasmarotes.

Escruté el horizonte, aún nos quedaba mucho camino y quería terminar cuanto antes, para ver qué tipo de trabajos tenía que realizar a partir de ahora. Espero que no tenga que compartir misiones con este tipo toda mi vida. Pensé, realmente, por pereza de darme a conocer.

Brom te devuelve la mirada, sonriente. -Vaya, una muchacha con iniciativa... Creo que vamos a llegar bastaaante lejos... -Dijo. Con un Hale~hop! se monto en la carreta, poniendose al lado tuyo.

Sin siquiera mirar a mis compañeros, me monté en la carreta, intentado echarme a un rincón separado. Tras eso, mire dubitativo la guitarra... Pensaba ponerme a tocar, pero era incapaz de pensar en nada bueno para tocar, al menos de momento...

Y asi, con el trotar de los caballos, tres personas montadas en una carreta parten hacia el horizonte, en busca de su destino. Un guitarrista contagiado con una version del Proceso, una hechicera que lo perdio todo por culpa de una malevola organizacion, y un hombre serio y mayor, enigmatico, y cuyo pasado nadie conoce. Todos unidos por una simple razon...

Wissenchaft.

Os voy a dejar el dia de mañana completo por si quereis hablar de algo, si no posteare mas.

Con el ajetreo del pedregoso camino, no podía pegar ojo. Aunque no tenía demasiado sueño, tampoco quería conocer a nadie, pero habría que hacer de tripas corazón; el camino iba a ser muy largo, quizá todo un día.

- Bueno,¿y tú por qué estás aquí?

Me sonaba a la típica frase carcelaria, y aunque no estuviéramos entre rejas, algo de prisioneros teníamos de alguna forma.

- ¿Tocas la guitarra?

La frase de la chica me sonó a frase de cárcel, y en cierto modo si que estábamos en una cárcel... Uhm.. tal vez fuese buen tema para una canción... Como respuesta, me quité el guante... Mi mano estaba cubierta por esa masa negra... El traje... Después volví a ponerme el guante. Ante la pregunta de la chica (cuya respuesta era más que obvia) toqué un un par de acordes. Prefería seguir sin hablar, me ayudaba a concentrarme, pero más por cortesía que por otra cosa le pregunte.

-¿Y tú?¿Qué hace que alguien como tú tenga que trabajar para Wissenschaft?

-Jajaja.

Mi sonora carcajada provocó una extraña mueca en Brom, que me hizo reír aún con más fuerza.

- La pregunta debería ser más bien al contrario, ¿Qué hace un músico en Wissenchaft? Aunque...

Dubitativa, me giré hacia Brom, que seguía callado escuchando.

-Br... Orik - casi no me acordaba de nuestro segundo nombre-, dinos, ¿qué tenemos que hacer en Hécate y por qué hemos de ir juntos?

Estaba claro que ese hombre también trabajaba para Wissenchaft, así que vernos no había sido casualidad. La pregunta aquí era qué demonios tenía entre manos la organización...

Entonces, Brom empezo a reir, unas sonoras carcajadas que sonaban mas que las que Katlyn hace un momento no pudo aguantar.

-De momento, no estoy bien seguro, pero... Es facil imaginarlo. -Dijo. Encendio su pipa, sin usar ninguna cerilla. Simplemente, murmuro algo, y humo salio de esta.
-Hay que ver, joven Arya... Te habia explicado que justo hay tres herederos al trono de Galgados, cuya capital es Hecate. Pues bien, parece ser que alguno de ellos esta en peligro... No me pregunteis otros detalles, mas no sabria responderos...

Unos maullidos interrumpieron al viejo Brom. De entre las sombras del carruaje, Wiskas, el gato negro de Katlyn, se desperezaba. Habia estado durmiendo debajo de los asientos, y ahora mismo se acababa de despertar. Se acurruco al lado de su dueña, mostrando en su cara algo bastante parecido al placer del calor de un dueño... de un amigo.

Como si diera todo por supuesto dije:

-Y tenemos que protegerlo ¿no? Bueno, espero que no tardemos mucho.

Me acerqué a Brom, susurrándole casi al oído, para que nuestro amigo de la guitarra no escuchara.

-Veo totalmente innecesaria la presencia de este músico. Cómo no amanse a las fieras tocando la guitarra no sé qué va a hacer. Yo sola puedo proteger a nuestro hombre.

Le guiñé un ojo. Quería hacer las cosas por mi cuenta, nunca me ha salido bien eso de contar con alguien para hacer algo. Siempre había estado sola, y me manejaba muy bien. Pero por Wissenchaft, por mi amigo Brom, haría de tripas corazón y acataría cualquier orden.

Absorto en mis pensamientos, y sin prestar demasiada atención a mis acompañantes, me puse a afinar la guitarra. Sabía que estaría afinada, y aunque no lo estuviese, seguía siendo capaz de tocarla, pero me había quedado con la manía.

Tras llegar a la cuarta cuerda comencé a tatarear, en voz baja, la canción del botijo que me habían enseñado en mi infancia...

Brom se inclino al lado de Katlyn, susurrandole: -Tranquila, yo tambien pienso lo mismo. Pero bueno, siempre digo que mas vale pedir perdon que permiso, asi que... No veo por que no... Terminemos esto cuanto antes...

Y luego se callo, viendo que el musico empezo a susurrar algo parecido a una cancion. Asi se quedo todo el viaje... Pasaron dias, semanas... Tiempo en el que Brom contaba historias, y incluso cantaba alguna cancion de bardos, sobre Hecate. Hasta que al final la carreta llego a su destino... -Vamos...


Os bajasteis de la carreta, viendo ante vosotros una gran ciudad construida entre dos muros de piedra. Era justo como en los cuentos de Brom...



Ahora solo cabia pensar por donde empezar... Y, justo a lo lejos, una gran torre blanca se levantaba a lo lejos, en el norte, que destaca entre todos los demas edificios... -No hay mejor sitio para empezar... La torre de Marina Daorland, una de los tres candidatos al trono...

-¿Marina Daorland? ¿Es a quien tenemos que proteger? Corramos, hemos perdido demasiado tiempo viniendo hacia aquí. Puede ser que ya sea tarde.

Supuse que así era, así que miré la torre, y comencé a caminar en dirección allí. Wiskas me seguía muy de cerca, emocionado y mirando a todos lados. Siempre se ponía muy inquieto cuando visitaba algún sitio desconocido.

Me dispuse a seguir a la chica. El sitio era completamente nuevo para mí, pero por lo que había oído, parecía que había una guerra secreta en el principado. Tenía ganas de terminar pronto. Prefería la pasividad de mi vida en Lucrecio.
Supongo que vamos a tener que seguirla... - levante ligeramente los hombros en un gesto de resignación - Que se le va a hacer...

Supongo que vamos a tener que seguirla...Que se le va a hacer...

Oí al músico a mis espaldas, no pude más que reírme para mi. Me encantaba tener la razón y que me siguieran allá donde fuera.
-Jijijiji

Le guiñé un ojo a Wiskas, y aceleré el paso.

Tras escuchar la risilla de la chica me quede paralizado un momento... ¿De qué carajo se ríe ahora?.. Desde luego, Wissenschaft esta lleno de locos... Y yo no soy una excepción...

[Típica escena completamente parado, cara seria y una gotita en la cabeza]

Brom miro como los dos personajes se "desarrollaban", para reirse a cada rato. Se dirigio a Katlyn. -¿Sabes? Me encanta tu actitud. Una parte de coraje, y tres de estupidez... Jajajaja! -Siguio riendose, encendiendo su magniciente pipa. -Dejame que te hable mas de la situacion... Ni Marina ni nadie sabe de nuestro involucro en esto... No tenemos que "protegerla", mas bien "vigilarla". No creo que sea buena idea entrar y decir "Muy buenos dias, somos tres personajes de una organizacion muy, muy secreta, y hemos venido a hacer lo que sea para que subas al trono." ¡Que bonito!

Siguio caminando, dirigiendose a la torre, riendose de vez en cuando. A medio camino, se giro y dijo -Perdonad ambos mi sarcasmo, pero me sentia inspirado. -Y tras guiñar un ojo, siguio caminando.

Al final, llegasteis a la zona que envolvia la torre. Ahi, habia un gran alboroto.
-¡Tu eres el asesino! ¡Tu te apareciste con esa cabeza!
-¡No es verdad! ¡Esta cabeza cayo del cielo!
-¡Mentira! ¡¿O es que ahora Dios nos esta mandando cabezas del cielo para avisarnos del Juicio Final?!
-¡Lo que pasa es que tu no sabes afrontar la verdad! ¡Y yo te la voy a decir! Cuando lluevan cabezas del cielo, ¡ahi sabras la verdad!

Eran gritos y gritos, que casi llegaban a los puños.

Una pareja de hombres estaba discutiendo a pleno pulmón en la calle, y parecía que teníamos que pasar por ahí para llegar a nuestro destino... Maldita sea, tengo prisa por terminar el trabajo.

Me acerqué decidida, hasta estar a menos de un metro de los individuos que casi se estaban sacando los ojos entre ellos.

- Caballeros, por favor,¿podrían dejar sus diferencias aparte y explicarme el motivo por el que estáis discutiendo?

Lo intentaré por las buenas, espero no tener que hacerlo por las malas......

Vaya par de ovarios que le echa... Mi único pensamiento llegó rápido. Desde luego, en Wissenschat, todos como cabras. Me giré hacia Brom, y mirandole mitad incrédulo, mitad hastiado, le dije.
Dime que no le vas a dejar meterse en esa pelea.
¿Tan difícil es hacer un trabajo sin entretenerse y luego marcharse?