[Prologo](Kalen Del) Otro dia mas...

El gato soltó una risa. -La pregunta es: ¿Era esa la verdadera Marina Daorland? ¿O, gran Kalen Del, es todo un sueño? -Siguió riendose.

Ya habia girado la cabeza y me estaba marchando cuando Solembum habló. Apreté los dientes con fuerza. Me quité los guantes y me giré hacia el gato de las narices.
-Bien, pues, vamos a comprobar si esto es un sueño. Si te toco y ne to contagio lo es. Y si no lo es, te jodes.
Me acerco poco a poco hacia Solembum.

-Adelante. -Dijo el gato.

Te acercate. Y cuando lo tocaste, no pasaba nada... Parecía ser que el gato hablaba en serio... -Bueno, ahora que ya me crees, deberte tengo que explicar. A ti te tengo que entrenar, para que así tu enorme poder no llegues a sobrellevar. -Ahí volvía con las rimas...

Resoplo y miro fijamente al gato.
-Deja de rimar y empieza.

-No tenemos tiempo para charlas. -Dijo el gato.
-Pues en cualquier momento podrías despertar. Tus internas habilidades tienes que dominar, para así tu interior "yo" poder despertar. -Otra vez con sus rimitas...

Estabas en la sala, que antes era la sala negra. No había nada especial, salvo una antorcha apagada. No había luz... Y hacía frío.

Miro a mi alrededor. Nada, no veo absolutamente nada, solo oscuridad. Miro hacia donde devia estar Solembum.
-Bueno, ¿y que se supone que devo hacer?

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Encontraste una ventana. Cuando te asomaste, vistes que estabas en el más alto piso, de una torre abandonada. Sí, abandonada. No había nada por los alrededores... Y lo más raro, por así decirlo, era que, aunque el sol estuviese brillando fuertemente en el cielo, el cielo estaba completamente oscuro...

Aquello era muy extrano. Todo oscuro, Solembum sin decir ni pio y encima estoy en una torre abandonada. Menudo sueño. Intento detectar alguna forma de vida y si esta es poderosa al nivel que soy capaz de detectar.

Detección del Ki: 122+10=132

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No notabas nada... Al menos nada vivo...

Estás con Solembum en una torre abandonada. ¿Que haces?

Desenfundo la no-dachi y pongo la hoja justo delante de mi cuello. Se supone que cuando estas a punto de morir en un sueño despiertas de este.
-Solembum, dime ahora mismo lo que devo hacer o me despierto.

Solembum te mira. -No estás durmiendo. Si te suicidas, mueres. Punto. -Dijo.

Camino equivocado...

Separo la no-dachi de mi cuello y me relajo.
-Te estas contradiciendo.
Salgo de la sala buscando un camino para salir de ahí.

Caminaste fuera de la sala, para encontrar un pasillo, que se dirigía hacia unas escaleras, que solo subían. Empezaste a subir, para encontrarte con una puerta. Una sola puerta. Y dos blancos pilares, uno a cada lado.

¿Entras en la salaa?

Frunzo el ceño y le doy una patada a la puerta para entrar.

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Pegaste una patada, pero resonó un "CLANG", mientras que tu pierna temblaba. Era imposible abrir la puerta. Del otro lado se escucharon risitas.

Solembum te miró, diciendo: -LA PUERTA LO ES TODO. LA PUERTA ES LA VIDA Y LA MUERTE. AMOR Y VACIO. LA PUERTA PUEDE VER EN TU MENTE. LA PUERTA PUEDE VER EN TU ALMAAAAA.

Solembum decia cosas raras. Al ver que mi patada no surgia efecto, giré el pomo y abrí la puerta con la no-dachi en la otra mano.

Cuando abriste la puerta, estabas en una ciudad. Algo raro, pues detrás tuyo no había ninguna puerta. Estabas en un callejón sin salida. Parecía que era de noche, pues no había más claridad que unas farolas que iluminaban todas las calles, creando así un entorno de falso día. La luna, redonda y plateada, brillaba en el cielo cual moneda de plata. Caminaste hacia enfrente, hasta llegar a lo que parecía ser la plaza principal.

Spoiler:

Entonces, unos muchachos aparecieron, corriendo por la plaza. Parecían estar jugando. Entonces, te vieron, así que se acercaron a tí, mirándote extrañados.

Spoiler:

Eran una niña de pelo marrón, un chaval con pinta de chulillo, embutido en un chaleco y unos pantalones de camuflaje, y otro chaval, bastante panzudo. La niña dió un paso hacia adelante, y dijo: -¡Anda, un extranjero! ¡Qué difícil es ver alguno por esta ciudad! ¿Como te llamas? -Preguntó, con una dulce y suave voz.

El chaval del chaleco se acercó, poniéndose al lado de la muchacha. -¿De donde eres, extranjero? ¿Cómo has llegado hasta aquí?