Prologo[Leon Coldfear]

Elena salió bastante a prisa al verte tan feliz. Mira a tu madre.
-¿Entonces no hay ningun problema?
Tu madre niega con la cabeza. Después sonrie.
Está al caer. En una media hora llegará. Tenia que acabar con algunas reuniones.
-¿Asi que tu eres mi futura nuera? Estoy seguro de uqe le encantarás a Edgard.
Elena se sonroja.

Me reí ante el comentario de mi madre...

La volví a mirar...

¿Papa sabe lo nuestro? es decir...que escuchamos voces...

Después miré a Elena...la cojí de la cintura..y me acerqué a ella...me gustaría que se tranquilizara...

La besé en los labios de forma tierna...un beso corto.

No te pongas tan roja...sino yo estaré aún más loco por ti de lo que ya estoy. - Le dije. - Y mi padre es un pedazo de pan, le encantarás.

La cojí de la cintura y la levanté un poco...como si fuera una bailarina muy ligera...es como si le concediera todos los caprichos y yo fuera un jovenzuelo que solo quiere satisfacer todos sus deseos.

La amo...

Lo sabe, pero solo por mi parte. El ignora que es hereditario.
Elena se tranquiliza. Se te abraza y te devuelve el beso.
-Si lo dices tu, es porque es cierto.
Tu madre os lanza una mirada entre tierna y complice, mientras Elena te vuelve a besar.

Me relajo....simplemente me quedo mirando a los ojos de Elena.

Espero que a tus señores padres no les importe que su preciosa hija se quede a cenar con sus suegros...¿no? - Le dije mirandola...

Tambien claro...si no hay problemas por parte de mi señora madre

Le dije a mi madre mirandola de reojo

-No les importará.
Te vuelve a besar.
Ninguno. Es mas, tenia pensado proponeroslo.

Simplemente sonreí ampliamente ante la primera afirmación, y aún más ante la segunda.

Me emocionó de sobremanera.

Me quedé mirandola...de nuevo...mientras hablaba con mi madre...de diversos temas....

Me encantaba...tan bella...de vez en cuando le acariciaba el pelo...

El tiempo pasa muy rapido. En poco tiempo Martha y elena se han hecho muy buenas amigas. De repente se oye el timbre.
-Deve ser Edgard-dice tu madre-. Ya abro yo.
Tu madre se va un momento hacia la puerta. Tu y Elena entrais. Tras cerrar la puerta, tu madre y una versión envejecida de ti mismo a la que se le podria denominar como tu padre entran en la sala de estar. Tu padre se presenta a Elena.

Era como observar a 2 amigas que charlaban de diversos temas...aunque la presentación fuera pobre y poco imaginativa, las sorpresas de hoy han sido mayusculas.

Oimos como el timbre sonó

Mi madre fué a abrir, yo tomé a Elena por la cintura.

Tranquila, le caerás genial. - Le dije al oido en voz baja.

Y al fin llegó, trajeado como de costumbre.

Se presenta a Elena, y ella a el.

Me alegro de verte papa - Digo mientras le doy un abrazo.

Procedo a Leer su mente, veamos cual ha sido su primera impresion.

¿Asi que esta muchacha tan guapa es la novia de mi hijo? Si que tiene buen gusto.

Tu padre te devuelve el abrazo.
-Bueno, tu madre me ha dicho algo en la entrada sobre ir a cenar. ¿Donde vamos a ir, exactamente?

Donde se os antoje - Le dije... - Hay un buen sitio bajando un par de calles, es un restaurante de shushi, quizás os guste.

Parece ser que al menos la consideraba atractiva, eso me agradaba.

Miré a Elena.

¿Crees que habrá algun problema en que vengas con nosotros? - Le pregunté mirandola a los ojos.

Edgard se frota las manos.
-Perfecto. ¿Os venimos a buscar a las 8?-os dice tu padre.
Elena niega con la cabeza, sonriente.

Sin problemas papa - El y mi madre salieron por la puerta...no se a donde irian.

Miré a Elena a los ojos...

Espero que no haya sido tan malo para ti, y...bueno...si...mi madre puede hacer lo mismo que yo - Le dije mirandola a los ojos. - Pero no te preocupes no se ha adentrado en tu cabecita.

Le dije intentando tranquilzarla, todavía hay tiempo de sobra.

¿Quieres que vayamos a tu casa a buscar algo que ponerte? Estas hermosa con el vestido de ayer pero no quiero que te lo estropees.

-En serio. Alomejor es hereditario.
Te besa.
-Esta bien. Iremos a mi casa.
Salisteis de tu casa y en unos 30 minutos ya estabais en la suya. Elena abre la puerta con su llave y te lleva con ella a su dormitorio. Abre el armario y te empieza a enseñar vestidos. Unos rojos, otros azules, otros verdes, otros negros y de mas colores.

En el camino hacia su casa no hicimos nada en especial...bueno...que se saliera de lo profundamente especial claro.

Nos mirabamos, reiamos, caminabamos...

Era algo que bueno...me relajaba de sobremanera.

Al llegar a su casa fuimos directamente hacia su cuarto, empezó a sacar vestido de todo tipo...me mareaba un poco el hecho de ver tantos colores y bueno...no se...

¿Que debo ponerme? - Me preguntó

Lo que le apetezca a la señorita, no voy a quejarme de nada. - Le dije sonriendole. - Personalmente me gusta mucho el negro, pero ve con lo que te apetezca.

Me senté en la cama mientras seguía viendo vestidos y mirandose al espejo de su cuarto...un gran espejo que... sin duda no podía reflejar como era.

La hermosura personificada, un angel a ras de suelo...sin duda este momento no lo iba a olvidar.
Me levanté de la cama y me dirigí hacia ella por la espalda, hasta que el espejo nos reflejaba a ambos...

¿Crees que al no poder morir por cualquier medio...seguiras envejeciendo? - Le pregunté mientras mirabamos al espejo...yo la tenía agarrada por la cintura - Si es así...¿me amarias igual dentro de 80 años que tu sigas igual que siempre y yo un pobre anciano sin pelo?

-Seguiré envejeciendo, pero cuando mi cuerpo halla acabado de madurar el proceso parará.
Giró sobre si misma y te abrazó. Después te dió un beso en los labios durante unos minutos.
-No tienes ni que dudar de ello. Te amaré siempre. Para mi el problema será soportar tu perdida. Pero creo que es mejor disfrutar del presente que apenarse por lo inevitable. Incluso es posible que consiga que tu tambien tengas mi don. Y asi podremos vivir siempre juntos.
Te abraza con mas fuerza por un momento.
-Me pondré el negro.

Entonces...es inmortal.

Nada puede matarla...seguirá viva por toda la eternidad.
La idea de ser alguien así no me...agradaba demasiado...el castigo de los dioses griegos era ser inmortales ya que así veian que toda la raza humana se mataban entre ellos sin la oportunidad de hacer nada para ayudar a proteger el mundo y la vida que ellos mismos crearon.

Me descentré de eso...y me fijé un poco en el vestido...

Me parece bien...lo del vestido. - dije mientras me encaminaba hacia fuera de la habitación.

Sali de allí...no se...hay mucha informacion en mi cabeza...y tengo que ordenarla...
Me senté en un sofá de la salita...cerré los ojos...

Te miró extrañada cuando te fuiste. Se puso el vestido negro y salió de su habitación para sentarse a tu lado. Se te abrazó y mientras ponia su cabeza en tu hombro te pregunto:
-¿Que te pasa?

Nada...es solo que estoy algo cansado, estas guapisima - Le digo mientras de doy un beso en la mejilla.

Es...demasiado buena para este mundo, ¿quizás demasiado buena para mi?

No se hasta donde llegaré...pero me encantaria compartir mi vida con ella.

Te devolvió el beso y se abrazó un poco mas fuerte que antes. Pasado un rato separo su cabeza de tu hombro.
-¿Que quieres que hagamos hasta la hora de cenar?

¿Mimos? - Le dije mientras la abrazaba y besaba...

Tenia que olvidar un poco esto...la inmortalidad es algo que se escapa de mi comprensión...como me gustaría leer su mente ahora.

Te devuelve todos los besos.
-Por mi perfecto.
Entre besos, caricias y abrazos acabais ambos estirados en el sofá, abrazados el uno frente al otro. Elena acerca sus labios a los tuyos y te da un beso muy largo.
-Me arrepiento de no haberte dicho antes lo que sentia-dijo Elena tras el beso-. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

No necesito meterme en tu cabeza para poder ver que eso era verdad... - Le dije mientras le acariciaba el pelo...

Me encantaba pasar el tiempo con ella...era algo que podía llenarme más que cualquier sensación...

Me gustaría descansar contigo para siempre... - Le dije al oido...

Te besó. Habian pasado unas cuantas horas, y ya empezaba a hacerse de noche. Elena sugirió ir a tu casa para esperar a tus padres.

Si, seguramente será lo mejor. - Me levanté y la cogí de la cintura. - Pues...bueno...espero que te guste el restaurante, y espero que la conversación te agrade más.

Veamos si mis padres se comportan como deben...y el resultado es beneficioso para todos...

Me dirigí hacia mi casa por las frias calles...