[Prologo](Kalen Del) Otro dia mas...

Miro a mi alrededor extrañado.
"Vamos Kalen, piensa con seriedad y detenim... ¿Que cojones esta pasando aqui?"
Me concentré y avancé hasta la plaza principal. De repente unos niños se acercan a mi. Esto es cada vez mas extraño.
-¡Anda, un extranjero! ¡Qué difícil es ver alguno por esta ciudad! ¿Como te llamas?-dijo la niña.
-Yo, esto, eh...
-¿De donde eres, extranjero? ¿Cómo has llegado hasta aquí?-dijo el chaval del chaleco.
Respiré hondo para tranquilizarme.
-Me llamo Kalen Del. Soy de Lucrecio y a mi tambien me gustaria saber como he llegado hasta aqui.

El muchacho se te quedó mirando raro, extrañado. El gordo se acercó hacia tí. -¿Lucrecio? ¿Donde está eso? -Dijo. El del chaleco siguió. -Nosotros nunca hemos escuchado hablar sobre un tal Lucrecio.

La muchacha se acercó al de los pantalones de camuflaje, y le pegó una colleja. -¡Es que nosotros nunca hemos oido hablar sobre nada más que Traverse Town, peazo palurdo! -Dijo, sacando la lengua. Luego, se giró a tí, tendiendote la mano. -En fin, señor... ahm... ¿Kali Dad? ¡Un placer conocerlo! Yo me llamo Olette. Ese de ahí -señala al del chaleco -se llama Hayner, y ese -señala al gordo -se llama Pince.

Hayner se acercó a tí. -¿Quieres un tour por la ciudad, extranjero? -Dijo.

Enfundé el arma. Al ver que la niña me tendia la mano me dirigí a estrecharsela, pero no lo hice.
-Kalen Del. Y, por favor, intentad no mantener contacto conmigo. Tengo una efermedad muy extraña que se transmite por contacto.
-¿Quieres un tour por la ciudad, extranjero?-dijo Hayner.
-Si, gracias.

Olette te cogió por el brazo. -¡Vamos allá, señor Kali Dad! -Intentaste evitar el contacto físico, pero no pudiste. Por sorpresa para tí, no pasó nada cuando la joven chiquilla te arrastró por la mano por toda la plaza principal.

Hayner iba con un aire de desconfianza. -¿Ves eso de allí? Es la tienda. Allí venden cosas como vendajes, y todo tipo de método curativo para los guerreros que pasan su tiempo peleando en la Arena de Gladiadores. -Dijo, mientras señalaba una gran tienda, con un cartel que (a sorpresa tuya) brillaba con una intensa luz, diciendo "Items."

Pience siguió. -Luego, aquello de allí es la armería. Otro lugar el cual deberías de visitar si vas armado, compañero. ¡Jejeje! Ideal si quieres participar en... eso. -Ocupado mirando lo que señalaban los muchachos, no te diste cuenta de que estábais al lado de un gran edificio redondo. La Gran Arena de Gladiadores. Precioso, ¿verdad? Ah, ojalá algún día tenga la suficiente destreza, la suficiente fuerza, y la suficiente habilidad para entrar al torneo...

Seguísteis caminando, hasta que Olette paró repentínamente, señalando otra "tienda." -¡Esta! ¡Esta de aqií, señor Kali Dad! ¡La Joyería de Traverse Town! Todo lo que encuentres ahí dentro te servirá para conquistar a cualquier bella dama. Y señorita. -Dijo. Niñas... Todas iguales.

Aquello era muy extraño. No me recordaba a ninguna de las ciudades en las que habia estado antes de Hecate, aunque tal vez era porque estaba muy acostumbrado a dicha ciudad. La tienda de Items resultaba realmente extravagante. Tengo que hablar con ellos para conseguir un cartel igual. La armeria no me interesaba demasiado, solo conocia a mi no-dachi y me resultaba dificil luchar con un arma que no fuera esa. Y luego la Gran Arena de Gladiadores. Tal vez algun combate me despertará, pero eso era una posibilidad que descartar para luego. Después la joven Olette me paró justo enfrente de la joyeria.
-¡Esta! ¡Esta de aqií, señor Kali Dad! ¡La Joyería de Traverse Town! Todo lo que encuentres ahí dentro te servirá para conquistar a cualquier bella dama. Y señorita.
Agaché la cabeza y desvié ligeramente la cabeza con una media sonrisa.
-Hace tiempo que desistí en ello-me dije a mi mismo en voz baja-. En mi caso nada serviria.

La niña siguió estirando de tu brazo. -¡Anda, fanfarrón! -Dijo. -¡Nunca sabrás hasta que lo intentes! -Con un estirón, entraste a la Joyería. Dentro, un gran mundo de plata, oro, diamantes, y otras piedras preciosas, se alzaba enfrente tuyo. Olette caminó hacia el mostrador, con una sonrisa en el rostro. -¿Ves? El paraíso de toda mujer, dama, o señorita. Porque, ¿a qué mujer no le gustan las joyas? -Mientras hablaba, se aguantaba un precioso collar de oro macizo, que tenía alrededor de su cuello.

-En fin, ¿cómo es ella? -Dijo Olette.

Acabé entrando en la joyeria. Tampoco me impresionaba mucho todo aquello, pues las joyas no son mas que una muestra del poder adquisitivo de una persona. No tenian ningun valor útil, almenos para mi.
-¡Anda, fanfarrón! ¡Nunca lo sabras hasta que lo intentes!
-Si lo se. Para empezar, en el pais en el que ambos residimos, una relación entre ella y yo es ilegal.
No presté demasiada atención a las siguientes palabras, hasta que cayó ESA pregunta:
-En fin, ¿como es ella?
-Pues, para empezar, ella es una princesa, literalmente.

La muchacha te miró, con una sonrisa de oreja a oreja. -¡Ajá! ¡Conque una princesa, ¿eh?! ¡Jejeje! -Dijo. Salió de la tienda. -Anda, pillín, vamos. -Saliste también.

Afuera de la ciudad, Hayner y Pience estaban esperando. -Bueh, Olette ya ha pillado a otro para sus cosas. ¡Jajaja! -Le estaba diciendo Hayner a Pience. Ambos se echaron a reir, hasta que vieron que saliste de la tienda, momento en el cual ambos se callaron.

-En fin, señor Kali Dad. ¿Hay algún sitio al que quiera ir? ¡Ya sé! ¿Quiere que le cuente la historia del campanario maldito? ¡Es una historia digna de los escritores! -Dijo, entusiasmado.

Salí de la joyeria.
-Bueh, Olette ya ha pillado a otro para sus cosas. ¡Jajaja!-dijo Hayner, mientras el y Pience se reian a carcajada limpia. Pero al verme, mi mirada devió resultarles como una pistola a la que le estan quitando el seguro. Era exactamente lo que queria.
-En fin, señor Kali Dad. ¿Hay algún sitio al que quiera ir? ¡Ya sé! ¿Quiere que le cuente la historia del campanario maldito? ¡Es una historia digna de los escritores!-Dijo Pience entusiasmado.
-Bueno, esta bien, como te hace tanta ilusión la escucharé.
Me senté en el suelo por si era una historia larga. Y de paso para ponerme a una altura bas baja que ellos para que pillaran un poco de mala confianza.

Los niños se sentaron, excepto Pience, que se quedó levantado. -Bueno... En la Plaza Central -la plaza donde nos conocimos nosotros y usted, jeje- dicen que, en el día donde la noche es la más larga, cuando las campanas resuenan 12 veces... ¡El gran campanario se alzará, provocando el caos! -Dijo.

A lo lejos, unas campanas sonaban. Pience empezó a contar con ansias. -1, 2, 3... 9, 10... ¡11! ¡11 campanadas en la noche mas larga! ¡Qué emoción! ¡Apuesto 20 platines a por el campanario! -Se notaba que Pience estaba emocionado. Hayner y Olette, a la vez, le pegaron una colleja. -¡A callarse, so palurdo!

"Vaya una historia... Deveria inspeccionar esto un poco mas por mi cuenta... o esperar a las doce campanadas y desencarcararme un poco destrozando el campanario... o entrar en la Arena de Combate para luchar un poquito. La tercera opción como espera de la segunda opción."
-1, 2, 3... 9, 10... ¡11! ¡11 campanadas en la noche mas larga! ¡Qué emoción! ¡Apuesto 20 platines a por el campanario!-Se notaba que Pience estaba emocionado. Hayner y Olette, a la vez, le pegaron una colleja.
-¡A callarse, so palurdo!
Sonreí y me levanté del suelo.
-Bah, si se levantara un campanario yo no tendria ningun problema para acabar con el. Y, hablando de lucha, me voy a la Arena de Combate a calentar un poco.
Me dirigí a la arena con intención de pelea. Alomejor llegaba a encontrar a alguien tan bueno como aquella mujer, aunque lo dudo.

Caminaste hasta la Arena de Gladiadores. seguido por los tres jóvenes. Allí, un gran tumulto de gente hacía fila para el gran Torneo de Traverse Town. Todo parecía tan tranquilo...

El tiempo pasaba, y pasaba. Y al final, llegaste al lugar donde registrarse. -Escriba aquí su nombre y su es... -Dijo un hombre, tras una pequeña mesa de madera, cuando un ruido empezó a sonar por toda la ciudad...

Sí.. Había llegado... El momento en el que el campanario cobraría vida...

Tres misteriosos personajes, embutidos en tunicas negras, se echaron a correr hacia la plaza. Uno de ellos dijo en voz baja: -Ya ha llegado el momento... ¡Venid! ¡Hay que convocarlo!

Haz tres tiradas de Atletismo. Estos tres hombres también harán sus tres tiradas cada uno.

Hombre 1: 200, 99, 31
Hombre 2: 411, 139, 137
Hombre 3: ¿?+ ¿?+ ¿?+

El miembro 'Furion' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

#1 'Dado de 100' : 96, 39, 3

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#2 'Dado de 100' : 96, 79, 77

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#3 'Dado de 100' : 98, 77, 96

Abierta, Abierta, y doble abierta.

El miembro 'Furion' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

#1 'Dado de 100' : 44

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#2 'Dado de 100' : 95

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#3 'Dado de 100' : 46, 80

Pifia del primero, y abierta del segundo.

El miembro 'Furion' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

#1 'Dado de 100' : 44

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#2 'Dado de 100' : 98

Otra abierta... -.-U

El miembro 'Furion' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 62

Atletismo: 120+37=157
Atletismo: 120+44=160
Atletismo: 120+58=178

El miembro 'Cecil Harvey' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 37, 44, 58

Empezaste a correr hacia la Plaza Central con todas tus fuerzas. Sabías que ibas a llegar allí antes que los demás, siempre habías sobresalido en estos temas...

...Ding, Dong, Ding, Dong...

Los hombres empezaron a correr también. No sabías cómo lo hacían los tipos, pero tambien se echaron a correr. Y corrieron más que tú...

...Ding, Dong, Ding, Dong...

Cada vez corrían más, y más... Iban alejándose de tí... Notabas como las gotas de sudor caían sobre tu rostro... Hasta que los perdiste de vista.

...Ding, Dong, Ding, Dong...

Llegaste a la plaza. Lo que viste ahí no lo habías visto nunca... En el centro de la plaza había un gran círculo con una estrella de cinco puntas en el centro. En cada punta, uno de los hombres estaban ahí parados, diciendo inteligibles palabras mientras movían los brazos en algún gesto raro.

Así se pasaron medio minuto... Hasta que los cinco murieron.

La sangre llegó al centro del círculo, el cual empezó a brillar, seguido por la estrella, y seguido por el círculo completo. Pronto, una gran figura empezó a alzarse del círculo. Tenía... Tenía forma de campanario.



Tira Frialdad para no asustarte de las vistas.
Turno: ¿?+

El miembro 'Furion' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 65

"No puede ser. ¿Como pueden ser mas rapidos?"
Aquellos hombres se alejan. Al final llego a la Plaza Central. Los hombres realizan una especie de ritual y mueren. ¿Sabian que moririan o alguien les engaño para hacerlo? Pero ese no era el asunto, pues la sangre llego dentro del pentaculo y ahí se alzó un ser... El campanario.

Frialdad: 5+19=24

Un miedo indescriptible me recubria todo el cuerpo. Todo mi curpo de decia Huye. Pero no devia. Habrian demasiadas muertes.

Turno(desarmado): 270+27=297

El miembro 'Cecil Harvey' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 19, 27