[Campaña](Grupo A: Katlyn, Hans, y Regina) La verdad detras de la verdad.

El miembro 'Furion' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 10' : 7

(Regina no va a permitir que escape, si este va a correr dentro del siguiente turno, decido atacar)

Tiremos turno, pues.

Turno borracho: 60+62 = 122

Turno Brom: ¿?+10

RE: Regina.

El miembro 'Furion' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 62, 10

Turno Regina: 135+84= 219

Declaro Ataque Total.

El miembro 'Taku' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 84

Técnica Improvisada: Gasto 5 Puntos de Ki para obtener un Ataque Adicional Limitado.
Realizo el primer ataque apuntando a la pantorrilla del pie derecho del borracho (-10), y el segundo ataque a la pantorrilla izquierda (-10).

Había demasiada gente a mi alrededor, no podía invocar a las hermanas de Tea como si nada. Pero eso no era ningún problema para mi, me bastaba con una espada para destrozar las piernas de aquel tipejo.
Recogí a Tea de mi cinto, y antes de que el borracho huyera, lancé dos cortes firmes contra sus pantorrillas.

-¡¿A dónde crees que vas, idiota?! Esas no son formas de actuar ante dos señoritas.

¿Se supone que el tipo está huyendo, no? No sé si tengo el bono de Espalda. (-80) De ser así, aplícalo tu, Furion.

Tirada de HA. Primer Ataque. Total: 403

El miembro 'Taku' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 91

El miembro 'Taku' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 62

El miembro 'Furion' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 87

Una vez sesgada la pierna derecha, la hoja de Tea se precipita contra la pierna izquierda.

Tirada de HA. Segundo ataque apuntado (-10). Total: 313

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'Dado de 100' : 63

El miembro 'Furion' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 61

No hace falta hacer cálculos, el pobre borracho se tiene que comprar una silla de ruedas.

El hombre cayó secamente, con un sonoro ruido. PLAFF. Sus amputadas piernas rezaban a unos centímetros de él, mientras que más sangre brotaba en dirección al ya manchado suelo. Como dijo una vez un sabio filósofo de Lucrecio... "A veces llueve sobre mojado." Qué irónico.

El hombre empezó a gritar. Gritar de dolor. Gritar de pánico. Gritaba pidiendo piedad por parte de su -tal vez- futuro verdugo. Sabía que su momento iba a llegar de un momento a otro. Y eso le producía miedo.

Devolví a Tea a su hogar de cuero negro, junto a mi cintura. Me puse en cuclillas frente al enemigo moribundo, y con palabras severas, sin reflejar atisbo alguno de lástima, exclamé:

- ¡Vacías están las palabras de aquel que, arrodillado ante la guadaña de la parca, profiere lamentos de perdón y arrepentimiento!
Antes de que te cubran con tierra, arrepiéntete como un caballero y excúsate ante la dama que has ofendido.

Me gire y miré a la joven pelirroja de voluptuosas curvas y destacables pechos. Esos pechos que inclinarían la mirada del más noble y humilde de los varones. ¡Dios mío, qué mujer! exclamé para mis adentros.

- Pídele perdón a ella, y quizás te ahorre sufrimiento.

El hombre te miró un momento. Acto seguido dirigió una mirada a Tea, que dormía tranquilamente en tu cinto, y luego a la joven del pelirrojo pelo. Como pudo, y tras dejar un rastro de sangre y de quejidos, se acercó a Katlyn.

-¡Oh, claro! ¡P-pe-perdoneme usted, señorita bruja, pero no es culpa mia que sea usted la Primera Dama de las escorias! ¡Ojalá Satanás le tenga un trono reservado, especialmente para usted! -Dijo, con un enfadado y borracho tono, escupiendo en el suelo, enfrente de Katlyn; un signo de poco (o nada de) respeto.

Al menos, si muere, morirá sufriendo menos... El alcohol amortiguará sus heridas.

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'Dado de 100' : 15

El borracho que sin ningún reparo gritó "¡¡Inquisición!!", era el mismo que segundos más tarde, en un pestañeo, estaba en el suelo rodeado de un charco de sangre.

Observé a esa mujer, de perfectas proporciones, con su cabello resplandeciente, agachada junto al maldito y asqueroso hombre. Estaba pidiéndole que me pidiera perdón... no entendía. ¿Qué tiene que ver ella en todo esto? Sin embargo, su mirada me ruborizó levemente.

Entonces el borracho se acercó gateando torpemente, pintando con su sangre el firme suelo de piedra. Su aliento apestaba a alcohol rancio, tanto que tenía que apartar la mirada.

Ojalá te mueras pronto asqueroso piojoso.

Tomo esas jarras medio vacías y las vierto sobre el cuerpo del borracho. Una a una, hasta derramar todo el alcohol sobrante de la juega sobre la patética y empapada figura del maleducado borrachín.
Con mi zurda, derramé la última jarra, mientras con la diestra empuñé nuevamente a Tea.

- El alcohol te ha acompañado toda tu vida. Permíteme que también lo haga en tu muerte.

Con un rápido giro de muñeca, corté el viento bajo mis pies, chocando la hoja de metal contra la piedra que hacía de asfalto. Una chispa saltó, extendiendo de inmediato un sinfín de lenguas de fuego. Las llamas, revividas por el alcohol, rodearon el cuerpo del borracho, quien no podía evitar gemir lamentos y sollozos, en las vísperas de una muerte carbonizada.

- ¡Calcínate, desaparece, muere! Un hombre sin nobleza no es hombre, y alguien que parece hombre y no lo es no merece existir.

Sonreí frente al fuego, mientras aquella patética criatura se movía, como una mosca sin alas sobre brasas ardientes.
Él pudo arrepentirse y disculparse, en ese caso le habría dado una muerte rápida… las llamas que ahora lo abrazan, es una muerte que él mismo ha elegido.


Tiro Estilo, para impresionar a la chica pelirroja.