[Capítulo 1: Aidan y Gabriel] Un mal destino para viajar

La noche ha invadido la ciudad, estáis cansados, mojados... pero por suerte estais bajo techo, esperando una cena que sea como sea sabrá a gloria y unas brasas que aun desprenden algo de calor.

Allí os encontráis dos viajeros, uno en busca de su destino mientras que el otro intenta deshacerse de el. La noche parece tranquila... demasiado tranquila, aunque habéis conseguido vuestro objetivo ( Encontrar un sitio donde pasar la noche), una mala sensación os recorre la espalda.

*Bueno pues eso, sois libres de interactuar, si queréis mantener una conversación y eso adelante.

-Vaya vaya, así que no soy el único que andaba perdido esta noche- dijo Aidan intentanto romper el hielo -¿eres nuevo por aquí también?- añadió mientras se incorporaba ligeramente en su asiento.

El hombre del tamaño de un caballo que tenía delante no parecía ser de estas tieras... por su aspecto parecia del este ¿quizas de Phaion? ¿o quizas incluso algun miembro de mis perseguidores? no, estoy empezando a volverme paranoico, pero desde luego he de ser prudente. Quizas incluso podría darme alguna ventaja conocer a aquellos que me han visto en caso de que necesite esconderme... deberia dejar de elucubrar y contestar de una buena vez si no resultare sospechoso...

-Buenas noches caballero, verá soy o ahora mismo era un comerciante de gabriel, e iba a visitar esta ciudad por motivos de negociós. Ha sido una desgracia desde luego no haber podido llegar a mientras el sol estaba en lo alto perohe tenido contratiempos con bandidos de camino y sinceramente estoy un poco conmocionado todavía de manera que si le soy sincero no deseo hablar mucho del tema. Siento estar tan lúgubre ahora mismo... ¿qué le trae a usted de visita a la ciudad si no es mucha molestia?'

-Conocimiento y cultura sobre ciertas artes.... en concreto artes relacionadas con los nómadas de la región- le respondió Aidan pensando en bandidos, había oido cosas sobre este país pero todavía no había tenido problemas por mano propia, igual debía andarse con cuidad.

-Esos nómadas se hacen llamar "Zigueuner", y aunque apenas he tenido tiempo de buscarlos me da que va a ser dificil. ¿No sabrá usted algo sobre ellos verdad?- preguntó pensando que si de verdad era un mercader debería saber algo más que él sobre el lugar.

¿A este hombre de aqui sólo le interesan ñomadas analfabetos que van de un lado a otro? o este hombre era ciertamente extraño por seguir una búsqueda tan "inutil, o quizas dicha tribu era más de lo que él quería contar... Zingueuner... ¿de que me sonaba ese nombre? ¿lo habría escuchado en otra ocasión?

-No, la verdad es que no he tenido el placer de saber nada sobre los Zingueuner, ¿qué tienen de interesantes esos nómadas como para buscarlos?- dijo con cierta curiosidad sin poder evitar poner cierta cara de lo que parecía ser decepción.

Aidan no pudo sino sonreir, este tipo no tenía pinta de mercader, al menos no de uno normal, pero seguiría jungando un rato. -]Verá, no se si se ha dado cuenta- mientras cambiaba ligeramente su postura para que el invitado pudiera ver su forma física- pero me dedico a entrenar cuerpo y alma. Una de las maneras de entrenar el cuerpo más útiles es el aprendizaje de las artes marciales. He oido historias sobre esos nómadas que dicen que aquellos que saben pelear de entre su gente son capaces de parar hasta la más afilada de las espadas con las manos desnudas y no sufrir daño alguno. Quiero comprobar si esto es cierto y si sería útil añadir ese arte a mi repertorio- se explicó aciendosé el interesante

-Pero hableme de usted, para ser un mercader parece que ha tenido problemas para llegar hasta aquí, sin mencionar ademas que ha venido a hospedarse en un barrio residencial, ¿que le trae por esta ciudad?- al fin y al cabo era mejor empezar a establecer contactos ya en la ciudad y en el país, no sabía cuanto tiempo iba a estar allí.

Si lo que decía aquel hombre era cierto y se enfrentaba a sus rivales sin armas (cosa no demasiado dificil viendo su envergadorua) significaba que podía serle útil para sus planes, quizas como guardaespaldas... de momento tendría que averiguar algunas cosas más...

-Verá no es un tema que me apetezca hablar ahora mismo pero creo que no llegaremos a nada si sigo eludiendo el tema. Me parece en cierta manera trágico y desde luego muy vergonzoso lo que voy a contarle. Verá me dirigía con una caravana hacia aquí, a Terrasanta, consideraba que podía abrir alguna ruta que me resultase beneficiosa. Pero debito a ciertos motivos me retrasé en un poblado y mi caravana siguió su camino sin mí exceptuando un par de guardias.-miraba hacia el vacío de la estancia sin mostrar grandes atisbos de emoción, quizas se entreveia cierta nostalgia o melancolía.
- Continué con mi ruta y estos acompañantes sin pensar en las consecuencias que podría tener, hasta que nos asaltaron unos bandidos, no se si fuero 6 o 10 pero desde luego nos superaban en número. Al encontrarme en esta situación lo único que vi capaz de hacer fue expolear mi caballo y huir en el combate, no sé que habrá pasado con mi escolta pero a juzgar con la parsimonia que iban y por alguna sonrisa d e compplicidad podría decir que estaban compinchados con los bandidos. Así fue como hui ye n la huida tuve que dejar mi caballo y correr hasta aqui casi mediodía para que no me encontrasen los bandidos y como perdí mi caballo- Esta vez dirigió su mirada al hombre sentado delante suya.

-Por eso ahora me encuentro en la situación que estoy, lo único que deseo ahora mismo es descansar. Pero no he podido evitar pensar que si usted estuviese bien entrenado en el arte del combate y tuviese cierto tiempo libre hasta proseguir su busqueda podría estar a mi servicio como guardaespaldas-propuse-No es que lo necesite ahora mismo pero tras este suceso me sentiría bastante más seguro- dije mirando al hombre con un pequeño atisbo de sonrisa.

-Guardaespaldas... bueno, realmente no veo inconveniente en ello, pero debo poder indagar también en lo mio, dejemosló en no se, compañero de viaje, de momento, al fin y a lcabo dos cabezas piensan mejor que una- en ese momento Aidan solo pensaba en que era mejor hacer buenas migas con todos los que pudiera, nunca biene mal.

-Si no te parece mal, mañana podríamos empezar ha hacer lo que sea que hayas venido ha hacer y mientras tanto podemos recabar información sobre los nómadas- dijo, para dejar bién clarito que el también tenía intereses.

-Desde luego, yo ahora no estoy con muchos animos para empezar a hacer lo que tengo que hacer, posiblemente mañana me lo tome un poco de descanso y conocer un poco la ciudad antes de seguir con mis asunto. Por ello si no le importa voy a retirarme a descansar despues de esta amena conversación junto a la cena.-

Sin mucho mas que añadir se levantó y se dirigió a su dormitorio tras pedirles indicaciones al posadero.

Una vez dentro de su habitación llamó a su compañera, que había escuchado todo oculta entre los bolsillos de su gabardina.

-Mesmería necesito que entres en la habitación de ese hombres y mires si tiene algo especial entre sus posesiones o en él mismo, un aura algun poder, lo que sea, algo me dice que es mucho mas de lo que dice ser. Una vez hayas acabado quiero que des una vuelta por la ciudad y me indiques en qué partes está hecha la ciudad y donde crees que podrían vivir los nobles.-

Tras haber dado las ordenes se dispuso a cambiarse de ropa asearse un poco y dormir, dormir al fin...

-Claro creo que yo también me acostaré yá- le respondio Aidan lvantandosé también

Mientras se dirigía a su habitación no podía sino pensar "Un tio que viene a un barrio residencial, cubierto de barro, diciendo ser comerciante y un gigante que dice estar estudiando, ¿quién está mas loco el loco o el loco que sigue al loco?"