4 de Marzo de 2010 [Henry Morgan]

Mire el liquido color avellana que se habia convertido en el pozo de todos mis demonios y en mi unica compañia. Contenido en una cristalina botella que rezaba Jack Daniels en letras plateadas, el costoso whisky se habia vuelto un bien escaso. Dentro de poco no tendria mas remedio que buscar un revolver y acabar con mis penas del modo mas rapido posible. Intente librarme de esos pensamientos a base de ahogarlos... Pero mi salvoconducto estaba ya vacio. Mire a mi alrededor con la vista, el escritorio, tenia el mismo aspecto que mi vida en general, una pocilga. Los papeles se esparcian aleatoriamente y los resquicios de mis unicas alegrias en la vida inhundaban la madera: Cigarrillos, Lucky Strike desde siempre y abundantes botellas de alcohol. Suspire al ver los retazos de mi vida.

Eche la botella a un lado y volvi a centrarme en lo que tenia delante el informe del caso Benjamin Fuller sobre su supuesto suicidio realizado por la policia de Cedar Creek... Un mal asunto puesto que no habian dejado mucho lugar a las conjeturas. El informe era claro y conciso y las anotaciones del fallecido de lo mas inconexas apuntaban a un severo trastorno mental...

Comenze a pensar en la forma de resolver el asunto... Me jugaba mucho... Encendi otro cigarro. El tabaco siempre me ayudaba a pensar. El sabor siempre habia sido el mayor atractivo de esos tubitos de muerte. El pinchazo fue subito pero conocido comenze a toser fuertemente hasta concluir en arcadas... Arcadas sangrientas. Las gotas de sangre mancharon el papel, como si mi cuerpo me avisase de que me consumia poco a poco y que el tiempo para acabar con un minimo de decencia no me sobraba

Entonces lo oi poco a poco, un sonido continuo y vago que no reconocia. Estaba aturdido y el alcohol aun seguia actuando hasta que por fin tras centrarme un poco reconoci el sonido. El telefono. Sonaba con mas fuerza cada vez. Reaccione tras unos segundos cogiendolo y despegando mi boca, la cual se encontraba pastosa y me traspasaba un gusto de lo mas desagradable:

-Mor...Morgan al aparato.- Dije con toda la conciencia y entereza que fui capaz de reunir

4 de Marzo de 2010

Portland, Maine
5:03 PM



Descolgaste el teléfono depsues de varios intentos fracasados. Tu voz sonó ronca y nasal, la cabeza te daba vueltas.

-Hola señor Morgan, soy el dr. Blumenthal su oncólogo. -esperó tu respuesta.- Tengo los resultados de las últimas pruebas que se hizo la semana pasada, me temo que traigo malas notícias. Verá, en términos que pueda entender, el cáncer ha empezado a extenderse por sus ganglios linfáticos y su torrente sanguíneo, este fenómeno se conoce como metástasis. Estamos ya en el estadio cuatro de la enfermedad y por desgracia la cirugía ya no es viable por poco que lo fuera antes. Deberíamos ingresarle cuanto antes y empezar un tratamiento de radioterapia.

Estaba hecho una piltrafa, apenas coordinaba y la habitacion no dejaba de dar vueltas. Senti unas nauseas que me esforze en controlar mientras ponia toda mi capacidad mental en intentar entender la voz del telefono.

Mi oncologo, el Dr. Blumenthal, me confirmaba lo que mi cuerpo hacia meses que me decia bien a las claras. Ya no iba a seguir mi tren de vida. Se consumia lentamente y conducia inexorable por el carril de la muerte. El cancer, esa jodienda tan grande, se habia extendido por todo mi cuerpo y habia llegado al estado cuarto... No se que chorradas dijo de ganglios limfaticos y torrente sanguineo pero una cosa estaba clara. Esto era inoperable. Ya no habia salida. Tenia los dos pies dentro del cajon sin comerlo ni beberlo... Metaforicamente hablando. Le colge mientras hablaba del ingreso y la radioterapia.

Encendi otro cigarro. Mientras mi abotargado cerebro se esforzaba en procesar la situacion... El reloj habia comenzado a correr y yo aun tenia trabajo. No se porque me habia empeñado tanto con este trabajo... Pero sentia que me acercaba a ella... Si tenia que morir queria hacer algo por lo que ella se hubiese enorgullecido de mi. Di una calada y dije a la bamboleante habitacion:

-Se te acaba el tiempo...-Los anillos de humo flotaron un rato antes de deshacerse como cenizas al viento.- Sera mejor que te pongas enserio de una vez, vejestorio

4 de Marzo de 2010

Portland, Maine
6:23 PM



A fuera llovía con intensidad y podías escuchar las gotas de lluvia golpeando en la ventana incesantemente. Poco a poco fuiste perdiendo la noción del tiempo y también el conocimiento.

Abriste los ojos, te dolía la cabeza como si estuviera a punto de estallar y notabas un palpitar que se hinchaba en la vena de tu sien, también estabas mareado. Miraste a tu alrededor, todo estaba muy oscuro y borroso, muy borroso como si todas las cosas se estubieran deshaciendo y parecían estar en un constante movimiento oscilante.

Aspiraste con la nariz y por tus fosas nasales reptó un olor salado parecido al del agua marina, pero había algo más mezclado en aquél olor, algo náuseabundo y metálico, un olor que ya habías sentido antes, era el olor de la sangre caliente y pegajosa.

El mareo se hizo insoportable y vomitaste por encima del escritorio, sentiste las lágrimas aflorar y el sudor frío rozando tu piel. Un sabor agrio e irritante inundó tu garganta.

Levantaste la mirada y delante tuyo había una silueta, una silueta femenina...

Comenze a prestar atencion al incesante tamborileo que provocaban las gotas de lluvia al impactar contra la tierra... Al parecer ni el puñetero cielo podia dejarme en paz hoy. Estaba dandole vueltas al caso hasta que ese incesante sonido consiguio adormecerme... Perdi la nocion del tiempo y de mi mismo... Benjamin, Suicidio, Cedar Creek, Alice, Helen, todos los conceptos se arremolinaron hasta dejar de tener sentido y me sumieron en un ensueño intranquilo

Abri los ojos... O almenos lo intente... Los resultados de la noche junto al whisky me pasaban factura y era incapaz de mantener la concentracion... Me cogi las sienes intentando aliviar el incesante martilleo que hacian contra mi cerebro, pero no dio ningun resultado, mas que el de aumentar mi mareo. La oscuridad difuminaba todas las cosas y me impedian fijar la concentracion en cualquier objeto.

Respire profundamente intentado saber si aun estaba vivo o el medico habia sido demasiado optimista y en medio de aquella confusion oscura subio, junto a un sutil olor salado, un aroma completamente diferente... Metalico y hediondo, pero que ya habia sentido antes. Era sangre. Mi mente comenzo a rememorar... Un disparo a medianoche... Sirenas en un porche... Una niña... Helen...

Entonces no pude aguantar mas... No se si solo el banboleo de la habitacion o tambien mis pecados... Pero alze la cabeza y de ella broto toda la bilis que tenia acumulada. El sabor, casi tan nauseabundo como el olor de la sangre inundo mi garganta y comenze a destilar lagrimas, acompañadas de un sudor frio.

Y en esa voragine alce la cabeza y alli... Delante de mi... Habia una silueta femenina... Podia ser? Habia venido ya a buscarme Helen? Intente enfocar la vista mientras preguntaba timidamente:

-He...Helen?

4 de Marzo de 2010

Portland, Maine
6:23 PM



-¿Se ecnuentra bien señor Morgan? -te dijo una voz familiar.

Saliste de tu trance. Delante tuyo tenías a la señora Strauss, tu secretaria. Era una mujer mayor y dulce, ni siquiera te había reprochado que llevaras dos meses de atraso con su paga, lo cierto es que el negocio no iba bien, nada bien.

Aún podías sentir el olor del mar, y por extraño que pareciese aquello te resultaba familiar.

-¿Se ecnuentra bien señor Morgan?- La que hablo fue una voz familiar... Conocida.

Mi vista acabo enfocandose y por fin pude discernir la figura femenina que tenia delante. No era otra que la señora Strauss. Mi vieja secretaria. Una mujer dulce y amable... Nunca habia oido una queja por mis continuas borracheras, ni por mis desvarios o mi impertinencia. Ni siquiera por el hecho de que llevaba meses de retraso en su paga. Quiza tambien lo hacia por ella, una mujer como esa no se merecia que un bastardo como yo, que no sabe mantener a flote este ridiculo negocio.

Me apresure a incorpararme mientras carraspeaba un poco...

-Si, si.- Le dije.- Buenos dias, señorita Strauss.- La mire intentando parecer lo mas sereno posible. Tampoco puede decirse que lo consiguiera.- Me he quedado traspuesto con este informe de los palurdos de Cedar Creek.- Me recompuse en una risa que acabo en una horrible tos... No queria toser sangre delante de ella... Por mucho que supiera de mi cancer no era un hombre dado a dejar ver mis debilidades.