4 de Marzo de 2010 [Erin Rossencreuz y Dmitri Ródchentko]

Fue una gran alegría para mi llegar al ferry, huir de la Interpol no era fácil ya que nos pisaban constantemente los talones, casi fuimos capturados en Francia, pero pudimos escapar, aunque al parecer ahora han declarado busca y captura, me temo que no podré viajar a demasiados lugares, después del orfanato yo no había conocido nada más, pero de momento, mi próximo lugar estaría claro, no estoy segura de por qué pero debía viajar hasta Cedar Creek, pero a donde iba a ir si no. La Interpol me había cerrado muchas puertas, y luego estaba Él... me dijo que debía ir hasta aquel pueblo.

Dmitri no parecía muy cansado, pero yo desde luego sí, estaba completamente exhausta después de un viaje tan largo y necesitaba descansar un poco. Solo tres personas delante nuestro y podría sentarme relajadamente. Decidí decirle algo a Dmitri, pero tenía los cascos puestos, no sabría decir si lo suficientemente altos para que me oyese si le decía algo. No habló demasiado durante todo el viaje, y yo me moría de ganas de saber cual es el motivo por el cual me estaba ayudando, arriesgarse tanto por mí, no tenía sentido. -Ehm... Dmitri- le dije tan bajito que casi ni yo me escuche, quería hablar un poco y distraerme de esos pensamientos que venían una y otra vez y con lo que me asaltaba mi mente con imágenes de Él insistiendome en ir hacía Cedar Creek a buscar respuestas. Estaba muy confundida, asi que intenté entablar conversación con Dmitri para olvidarme del tema..
-Dmi...-
-¿Motivo del viaje? - Preguntó aquél empleado del que tan distraída estaba que ni me percaté.
- Turismo.- Le respondió Dmitri escuetamente quitándose un casco y medio sonriendole.
Yo me limité a estar callada y dejar que Dmitri contestase para entrar rápidamente y sentarme, y si no se ponía el casco intentaría hablar un poco con él.

4 de Marzo de 2010

Muelles de Staten Island, Nueva York
4:12 PM



El hombre de uniforme hizo señas para que avanzarais. Subisteis por la pasarela hasta el barco. Detrás vuestro llegó otro hombre con acento francés, iba vestido con traje y corbata, tenía un bigote muy bien cuidado. Le enseñó algo al empleado del puerto y le dejó pasar.

Empezó a llover sin previo aviso, y pronto toda la cubierta quedó cubierta de agua. Os refugiasteis en el interior del ferry, en la cafetería donde ya estaban los otros tres pasajeros. No era un lugar muy acogedor, la verdad es que un poco de mantenimiento no le iría más, tenía sillas de piel que estaban tan viejas que las costuras empezaban a despuntarse. En la barra estaba la mujer madura tomandose su bebida y charlando con el camarero. El hombre con muletas estaba sentado en una mesa y el hombre del maletín estaba en una esquina oculto tras su maletín abierto, era imposible ver lo que había en su interior.

A fuera empezó a tronar.

ERIN

Sin añadir nada el empleado del ferry nos dejó pasar. Yo pasé antes que Dmitri, pero me dio un poco reparo por la altura, no llegaba a ser miedo, pero pasaría sujetandome a la barra no fuera a resbalarme. Dmitri debió verme un poco asustada y me sujeto del hombro, así que solté la barra y caminé sin mucho recelo. Detrás nuestro subió un hombre de acento francés, ya despreocupada de pasar la pasarela me pudo la curiosidad y me fijé en que le dio unos papeles y aquel empleado tan seco y ligeramente desagradable le dejó pasar.
Me dispuse a asomarme para ver nuevamente el agua, aunque le tenía respeto a esa altura me gustaba el agua y quería verla bailar con ayuda de las olas, pero empezó a llover y hice ademán de cubrirme con la chaqueta pero Dmitri rápidamente me puso la suya sobre la cabeza y entramos a una estancia cubierta.
Me giré para darle las gracias a Dmitri. ¿Erin te has mojado? Me preguntó mientras se sacudía. No, pero obviamente tu si, no hubiera hecho falta que fueras tan caballeroso. Le respondí intentando ser agradecida, pero no había tenido demasiadas conversaciones con él y me ponía un poco nerviosa a su lado, por lo que respondí un poco antipática sin ser esta, ni de lejos mi intención. Quise darle las gracias después, pero supuse que no haría falta ya, se habrá llevado la mala impresión.
Vi que el lugar no estaba muy cuidado, pero no me importaba, así que me dirigí a una silla, pero vi como Dmitri se acercaba al bar y decidí acompañarle, mas tarde nos sentaríamos juntos e intentaría hablar con él, aunque fuese de alguna tontería.
Tras interrumpir la conversación de la anciana y el camarero pidió un café con leche. -¿Tu quieres algo? - Pensé durante dos segundos, no sabía si un vaso de agua o leche, ya que era lo que tomábamos en el orfanato y no conocía ni siquiera el sabor del café.
Tras pensarlo rápidamente decidí probar el café con leche, no quería seguir teniendo los mismos hábitos, aunque la leche calentita me la seguiría tomando antes de dormir, era una de las pequeñas cosas que me relajaban allí, en el orfanato. -Yo, lo mismo que tú, Dmitri.-

4 de Marzo de 2010

Ferry de Staten Island, Nueva York
4:21 PM



El camarero se acercó a vosotros, era un tipo gordo y enorme con pelo rizado y bigote. Vestía una camisa negra con varias manchas de aceite que relucían en el tejido.

-Marchando dos cafés con leche. -dijo el camarero con su voz ruda.- Serán tres dólares con veinte centavos por favor.

La mujer madura os miró de reojo y continuó bebiendo de su bebida. El camarero os sirvió el café con leche y os dejó un azucarero por si queríais azúcar.

-No vienen muchos visitantes a Cedar Creek y mucho menos en esta época del año, no es muy buen momento. -dijo la mujer.- Perdonen, Soy Mary Elizabeth Delaine. ¿Podría saber si tenéis algún familiar o algo en el pueblo?

Erin

Aquel camarero de grandes proporciones dejo sobre la encimera que servía como barra los dos cafés, sujentandolos con sus rechonchas y hediondas salchichas que tenía como dedos. Dmitri cogió ambos cafés y mostró a todos los que le veían la cara de repugnancia que ponía al advertir la basura que nos habían vendido como cafés.

Eludió la pregunta de la anciana. -Señora estamos de turismo.- La cara que la señora puso de sorpresa frente al acto tan descortés de Dmitri permitió vislumbrar la intención de responder de mala manera a la grosera respuesta.

Se puso los cascos y nos dirigimos a una mesa. Los asientos eran bastante incómodos, y a mi, que me urgía el descansar ya, no ayudaba demasiado que las descolchadas sillas me impidieran conseguir una posición cómoda.

Mas o menos sentada, me decidí a tomar el café, pero el aspecto no me resultaba muy apetecible y los primeros 20 segundos estuve oliendo el nauseabundo olor del café. Lo removí un poco intentando que el aroma cambiará, pero seguía oliendo igual del mal, empecé a arrepentirme de haberme pedido aquel café. Dándole una oportunidad al café pegué un pequeño trago. Cualquiera que viera mi cara se daría cuenta de que el sabor de aquel liquido me resultó bastante repugnante, así que miré a Dmitri y alejé la taza para que se diera cuenta de que el tacto de esa bebida no volvería a rozar mis labios.

Le hice señas para que se quitara un casco. -¿Qué música escuchas? Llevamos ya bastante tiempo juntos y todavía no lo se.- Intenté entablar una conversación con él, aunque la verdad la música no me llamaba la atención demasiado. Me desplacé con la silla aproximándome lo suficiente como para estar a su vera. -¿Me dejas escuchar?

Estar a su lado hizo que los pelos de los brazos se erizaran así que los oculté bajo la mesa, me limité a sonreirle para parecer ligeramente mas afable ya que me mostré durante la mayor parte del viaje muy desagradable con él. Me atusé el pelo tras la oreja para poder mirarle directamente a lojos y mantener una conversación tranquila con él.

DMITRI

Al sentarme Erin me hizo señas, hizo que volviera a la realidad, empezo con su chachara queria saber que musica escuchaba, que como nunca le habia dejado mis cascos tenia curiosidad "Vaya con la curiosidad juvenil" pense para mi. La mire un rato, la joven parecia que me habia cogido cierto cariño. Normal con los problemas que habias pasado hasta llegar a este lugar.

Me quite los cascos y se los acerque. -Ahora mismo no tengo puesto nada, era para que la anciana no nos molestara, pero si quieres te los dejo aun que no creo que te guste la musica que llevo. - La musica que solia llevar era ruidosa por naturaleza, asi que sobre todo rock y dance muy estridente.

-Por cierto, no creo que tenga mucha bateria.

ERIN

La respuesta de Dmitri me dejó un poco cortada, me sentí un poco estúpida al saber que no escuchaba nada y yo preguntándole que escuchaba.
Aunque lo cierto no me interesaba demasiado, solo me producía una ligera curiosidad, pero mas que nada era intentar mantener alguna conversación.
Tras el corte no supe que comentar. -Bueno... no importa. Guarda la batería si quieres.- Le respondí. No sabía que decirle así que apoyé los brazos sobre la mesa y apoyando la cabeza entre las manos cerré ligeramente los ojos para descansar la vista.
Sin abrir los ojos pregunté a Dmitri. -¿Sabes si el viaje es muy largo?-

DIMITRI

-Pequeña, hay tiempo todavia, hasta las cinco de la mañana. Puedes hecharte una siesta hasta la hora de la cena. Le dije a Rein sin mirarla ya que miraba como caia la lluvia por la ventana. Recogi mi MP3 "made in china" y lo guarde en mi mochila en un volsillo lateral.

Me tome el cafe con tranquilidad casi cntando las gotas que chocaban contra el cristal que teniamos al lado. Me gustaba la lluvia, no cabia duda . Mi mente divagaba por mis recuerdos abstraido de todo lo que me rodeaba. No era feliz eso tenia que admitirlo, pero en ese mismo momento tampoco estaba triste ni preocupado.

4 de Marzo de 2010

Ferry de Staten Island, Nueva York
4:27 PM



-¿Os molesta si me siento aquí con vosotros? -decía el hombre con acento francés a la vez que tomaba asiento sin esperar vuestra aprobación.

Os miró fijamente a los dos a los ojos, primero a Erin y luego a Dmitri, se hizo un silencio incómodo. El ferry empezó su viaje a Cedar Creek, no había el sonido de las gaviotas ni el de la ciudad cada vez más lejos, solo el ruido de oleaje rompiendose en el casco del ferry.

-¿No sois de por aqui verdad? Me ha llamado la atención vuestro acento, tu eres Ruso si no me equivoco. -dijo dirigiendose a Dmitri, luego miró a Erin con una leve sonrisa.- Y tú... No estoy seguro, no se te nota tanto el acento pero juraría que eres latina, española o italiana quizás... Se me dan bastante bien los acentos. Mi nombre es Etienne Dupond

Erin

Aquél hombre francés que subió tras nosotros ahora tomaba asiento en la mesa en la que Dmitri y yo estábamos sentados.
Preguntó si podía sentarse, pero fue una formalidad, ya que sin que ninguno de los dos respondiésemos ya estaba tomando asiento, lo cual me incomodaba un poco ya que estaba a gusto sentado junto a Dmitri mientras descansaba con la cabeza reposada sobre mis brazos cruzados.
Pero el hombre llegó e intento entablar una conversación con nosotros al igual que intenté yo con Dmitri infructuosamente.
¿No sois de por aqui verdad? Levanté levemente la cabeza de mis brazos y moviendo la cabeza respondí que no a su pregunta, y apoyé la barbilla sobre uno de los brazos que tenía cruzados por si se le antojaba preguntar algo más, aunque me ahorraría tanto como pudiese las palabras, al igual que Dmitri, estaba intentando evitar tener conversaciones triviales con desconocidos.
Y tú... No estoy seguro, no se te nota tanto el acento pero juraría que eres latina, española o italiana quizás... Se me dan bastante bien los acentos. Mi nombre es Etienne Dupond
Comentó su gran habilidad para los acentos, lo cual me sorprendió levemente, y luego se presentó a si mismo como Etienne Dupond.
-Cerca, has estado cerca.- Respondí tuteándole sin querer, me olvidé de las formalidades.
-Yo soy Erin Rossencrauz.- volví a apoyar la cabeza para intentar conciliar el sueño, aunque sabía que no era lo correcto, no tenía suficiente energía para ser formalmente correcta en ese momento. Solo quería conciliar el sueño hasta que llegáramos, o hasta que llegase la cena de la cual no me esperaba ninguna maravilla tras el café que nos vendieron.

Dmitri

Hay estaba yo mirando la ventana cuando el hombre que subio detras nuestro se sento a nuestro lado, "Vaya un pesado." Pense sin miramientos. Sepresento como Etienne Dupond, Erin le repondio, aun que sin mucha educacion, diciendole su nombre y su procedencia. "Vaya con la niña, vale que ya no corremos peligro pero tampoco es bueno ir diciendo quienes somos asi como asi".

Cuando acabo Erin y para no parecer yo aun mas maleducado -MI nombre es Dmitri Ródchentko. -"Total el daño ya esta hecho" -Un placer el conocerle Sr. Dupond y disculpe a mi compañera por sus modales, aun que esta en lo lo referente a mi yo si soy ruso.¿Y usted tampoco es de Estados unidos verdad? -Acabe por responderle.

4 de Marzo de 2010

Ferry de Staten Island, Nueva York
4:27 PM



Etienne sonrió. Sacó una pitillera y se encendió un ciggarro, lo hizo con parsimonia. Al guardarse de nuevo la pitillera en la chaqueta pudisteis ver perfectamente que tenía una pistola en la sobaquera, un revólver. Dmitri pudo ver perfectamente que se trataba de un MAS 1935 de fabricación francesa, era toda una reliquia. ¿Lo habría hecho expresamente?

Miró a Dmitri mientras hacia una profunda calada a su pitillo y lanzaba el humo al aire. Erin empezó a sentirse ligeramente mareada por el contoneo del barco, y el humo no ayudaba, las náuseas eran cada vez más fuertes.

-En efecto, soy francés. -dijo.- Nací en Narbonne pero ´crecí en Carcasonne pero terminé mis estudios en París. ¿Habéis estado alguna vez en Francia? Es precioso.

Las náuseas aumentaban, no creías que pudieras aguantar mucho más sin vomitar.

DMITRI

Mientras hablaba nuestro inesperado compañero de viaje me fije en que Erin se empezaba a poner indispuesta, "Vaya entre la tormenta y el traqueteo creo que bomitara" pense al verla, mi mente divago entre dejarla bomitar y asi espentar a nuestro interlocutor o ayudarla al final decidi ayudarla, era mi responsavilidad.

Levante la mano cortando la conversacion de Dupond y le dije-Si es tan amable, mi amiga se esta encontrando indispuesta, le puede pedir al camarero un poco de agua fresca.- con voz que me salio autoritaria, pero siendo lo mas cortes posble. De mi bolsa de vijae saque un pequeño pañuelo que le pase por la frente a Erin -¿Te encuentras bien pequeña?- mientras esperaba la reaccion de mi interlocutor.

Erin

Aquel hombre que se sentó con nosotros comentó su procedencia y si habíamos estado en Francia. Pensaba responderle que no, pero me empecé a sentir indispuesta y me entraron arcadas. Me estaba mareando y no podía controlarlo, intentaba no vomitar, pero cada vez estaba peor y empezaba a tener arcadas.

Dmitri cortó al francés y dijo de darme agua fresca, pero no podía. Necesitaba ir al baño ya mismo o sino vomitaría allí mismo. -¿El baño? ¿Dónde está el baño?- Quería salir corriendo al baño y vomitar, seguro había sido aquel asqueroso café.

-¿Te encuentras bien pequeña?- Me preguntó Dmitri con cierta preocupación, yo que casi no podía hablar no fuera a expulsar hasta el higadillo le dije que no con la cabeza a la vez que tapaba la boca con la mano aunque por hacerlo no disminuiría las ganas de vomitar.

Busqué con la mirada el baño, por si encontraba alguna señalización y poder ir rápidamente.