[Capítulo 1] En el Jardín del Edén

Tema: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Lun Nov 14, 2011 2:41 pm

Lo que quedó atrás

[Capítulo 1] En el Jardín del Edén 65232159234297931315580

Destrucción, desesperación y miseria. Son algunas de las cosas que quedaron después de la gran catástrofe. La ley del más fuerte prevaleció y pronto abandonamos nuestras costumbres sociales y morales, ya no había lugar para la ética. La supervivencia en su forma más cruenta.

No hubo mucho que pudiera salvarse después de la detonación en cadena de las bombas que llovieron en todo el mundo, su geografía cambió por completo y el fuego y las llamas del infierno subieron hasta nuestro mundo donde reinaron durante semanas para dar paso a otro tipo de infierno, el infierno helado.

Algunos se salvaron, unos pocos. Después del inicio de las repentinas explosiones los que no sufrieron los impactos directos de las detonaciones se refugiaron en sus refugios antinucleares. La paranoia inició la guerra y la paranoia fue lo que salvó a la humanidad de su fatal extinción, quizás el ser humano debió perecer entonces, quizás este sea un castigo por nuestros actos. El progreso…

Cuando terminó el invierno salimos de nuestros refugios y empezamos a vagar. Todo había cambiado, y poco a poco resurgimos de nuestras cenizas. Nos agrupamos en pequeñas sociedades, el objetivo era sobrevivir pero nadie quiere vivir solo, esta en nuestra naturaleza. Así que un nuevo orden empezó a extenderse, como cuando los primeros caminaron por la tierra.

Los que volvieron para ver su creación

Un objeto surcaba los cielos polvorientos y amarillos. Dominante e intimidador, un remanente de la tecnología, o quizás no.

Seis soldados viajaban en el interior de la máquina hacia su misión. Estaban satisfechos porque hasta el momento todo había salido tal y como habían planeado. La base ya estaba operativa, aquella era una misión en la que no podían fallar, el futuro de la nación estaba depositado en sus manos, el nuevo orden mundial.

Cada uno de ellos sentía el honor que se les había otorgado, eran los mejores de su división. Soldados de élite, estaban preparados para dar su vida por la misión.

—Recibido. Fin de transmisión —el piloto cerró las comunicaciones—. Chicos, parece que el alto mando no confía tanto en nosotros.
—No querrán apostarlo todo a una misma carta —contestó el copiloto—. No hay nada de lo que preocuparse.
—Si pero mandarlos a ellos… Si fallamos estamos muertos. —dijo el soldado que limpiaba su arma con cuidado- Los Ojos no se andan con tonterías.
—¿Quiénes son Los Ojos? —uno de ellos se rió.
—Parece que el novato esta un poco desinformado —no pareció hacerle gracia que le llamaran novato—. Los Ojos son la división más brutal de nuestro glorioso ejército, llevan más tiempo sobre el terreno que cualquier otro. Son despiadados y silenciosos.
—¿Por qué les llaman así?
—Porque lo ven todo —contestó el copiloto—. Pero tú no les ves a ellos hasta que es demasiado tarde.
—Actúan siempre en parejas, son unidades de reconocimiento e infiltración en el terreno. Están preparados para enfrentarse a cualquier adversidad, son asesinos letales, ágiles y silenciosos. No son hombres…
—Habla como si los conociera capitán.
—Solo los ví una vez, entonces yo solo era cabo. Mi unidad y yo estábamos acorralados por un grupo de bandidos, eran muchos e iban fuertemente armados. En cuestión de minutos todos habían muerto, solo yo sobreviví a la masacre, incluso eliminaron a mi unidad —el capitán parecía tener a mirada perdida—. Me dejaron vivir, a ellos no les afecta la radiación como a nosotros. Miré a los ojos de uno de ellos y no ví nada, estaban vacíos, carentes de emociones. Viven solo para el deber…
—¿Por qué le dejaron con vida capitán?
—Preparaos todos, estamos llegando a nuestro destino. —anunció el piloto.

El que sobrevivió

[Capítulo 1] En el Jardín del Edén 66105159235653965215580

Martillo, era una de las ciudades que más habían prosperado en el nuevo mundo. Estaba repleto de la peor calaña, negreros, esclavistas, bandidos, criminales y asesinos. Todos bajo la dictadura de un solo hombre.

Al fin había llegado a su destino, allí podría completar su contrato de una vez por todas. El Morador pensó que aquello estaba resultando más fácil de lo que había parecido en un principio. El nuevo mundo estaba rebosante de peligros y sus gentes eran todavía más ignorantes que antes de la guerra. El Morador, probablemente el único superviviente de la Guerra de los cinco minutos se había acomodado perfectamente al nuevo orden, había dejado por completo su pasado atrás. No fue fácil pero lo había conseguido, ahora era uno más, o eso intentaba decirse a sí mismo, pero sabía que no era verdad.

Él sabía. Conocía la verdad de lo que había ocurrido y tenía sus propias sospechas de lo que estaba a punto de ocurrir, lo único que le faltaba por decidir es si iba a formar parte de los eventos que cambiarían de nuevo el mundo o se mantendría al margen.

Abrió la puerta de madera podrida y quemada. La habitación quedó en silencio, todos le miraban a él, intentaban ver a través de la máscara que ocultaba su rostro. Se percibía perfectamente la hostilidad en sus miradas, él lo sabía pero no le importaba, no había venido en misión de paz. Uno de ellos se levantó de la mesa con una escopeta en las manos.

—¿Qué quieres? —preguntó con desprecio.

No contestó. En menos de un instante El Morador tenía una pistola en cada mano. El baile podía empezar.

El Jardín del Edén

El mundo había seguido su evolución después de la gran catástrofe. Poco a poco cicatrizaba sus heridas aún sangrantes. Pero no todos habían continuado hacia delante, algunos habían quedado atrapados en el pasado, uno de los últimos remanentes de la antigua sociedad.

El exterior había quedado completamente en ruinas pero no todo se había perdido, cerca de donde había caído una de las grandes bombas un complejo subterráneo se había salvado de la destrucción.

El Jardín, un complejo científico creado para reunir a las mejores mentes de todos los campos. Su objetivo fue una vez la de hacer del mundo un lugar mejor pero ese noble cometido se vió frustrado cuando la muerte llovió del cielo. El Apocalipsis lo echó todo a perder, pero en la sociedad del Jardín la esperanza continuó en su corazón.

Eran los últimos supervivientes de la antigua sociedad y ajenos al mundo exterior habían continuado su vida en sociedad ignorando lo que ocurría a fuera.

A fuera de las instalaciones solo había devastación, la radiación hacía inhabitable el terreno.

El bar del Edén era el lugar más popular donde pasar el rato durante el día. Todo el mundo iba allí, sobretodo en sus descansos en el trabajo para gastarse los vales que se habían ganado con el sudor de su frente.

Mijail Alexadrevich Ivanov llevaba el local, era un hombre ya en sus treinta, su historia era trágica. Su mujer padecía de una enfermedad genética que la llevó a encontrarse con la fría muerte durante el parto de su hija Olga. Por si fuera poco, Vladimir el padre de Mijail y abuelo de Olga perdió también a su mujer poco después de nacer su hijo. Mijail creció sin madre y ahora seguía los pasos de su padre y criaba a su hija huérfana de madre. Era un hombre hosco y aunque su aspecto intimidaba resultaba bastante amigable a su propia manera. Tenía acento ruso, algo bastante extraño, pues bien era cierto que había gente de prácticamente todas las nacionalidades en El Jardín pero el idioma más extendido era el inglés, pero su padre también tenía acento y así lo tenía también el padre de su padre…

La pequeña Olga correteaba por el local haciendo de camarera. Era una niña prodigio, tenía solo ocho años pero su pericia con un ordenador era inigualable y absorbía los conocimientos más rápido que una esponja el agua. Probablemente era la mente más brillante de aquél lugar y algún día se convertiría en alguien muy importante allí.

Se acercó a la mesa que estaba siempre reservada a los guardias de seguridad del Jardín. Hoy solo había cuatro, John Calsverg Denton, Riddick, Irina Villén y Nathan Basin. Hablabais del viejo Chuck Kinney que había sido arrestado tras los alborotos provocados en el hospital. El tío era un yonqui y había intentado robar drogas por la fuerza. El tema estaba en boca de todos, no era la primera vez que ocurría algo parecido con Kinney, y la rehabilitación nunca servía de nada.

—¿Alguien sabe cuanto le ha caído esta vez al viejo de Chuck? —dijo Irina.
—No lo sé pero siempre esta igual, creo que casi todas las incidencias que tenemos son solo cosa suya —contestó Nathan, Chuck era su tío—. Yo ya no se que hacer para enderezarlo… Es una vergüenza.
—¿Tú estabas allí cuando ocurrió verdad John? —dijo Irina.

Olga se acercó con su pequeña libreta donde anotaba los pedidos.

—¿Qué van a tomar los caballeros?

En la barra sentado estaba Brin O`Connor de ascendencia irlandesa. Hoy había sido un duro día de trabajo, uno de los cerdos estaba enfermo, tenía fuertes vómitos y diarreas así que lo habías tenido que aislar de los demás y limpiar el desperdicio. No podías permitirte que la enfermedad se extendiera, habías mandado pruebas a analizar, aquello podía ser serio. Solo quedaban siete cerdos y los últimos nacían muertos.

A tu lado Carter y Lima hablaban de Chuck, todo el mundo hablaba de ello. En un lugar donde apenas ocurría nada las noticias volaban y los cotilleos se convertían en el pasatiempo oficial. Tú te enteraste ayer por la noche. Estabas en el laboratorio del hospital cuando ocurrió, y a la vuelta te encontraste con Denton y Marsters llevándose a Chuck Kinney mientras Eliza Faust estaba siendo atendida por un par de enfermeros.

Mijail se acercó a ti mientras limpiaba la barra con un trapo. Detrás de esa espesa barba tenía una sonrisa un tanto perversa, sus rizos ocultaban prácticamente sus ojos azules y vivaces, había algo perturbador en esa mirada.

—¿Qué vas a tomar camarada? —dijo con una sonrisa y su marcado acento ruso.

Eliza Faust Melanchton había salido pronto del trabajo hoy, le habían dado el resto del día libre por los sucesos acaecidos anoche con Chuck Kinney. Marissa, su jefa le había expresado su preocupación y la había medio obligado a asistir a terapia con el psicólogo esa tarde.

Chuck había llegado ayer por la noche completamente borracho, quería drogas, por supuesto Eliza no podía proporcionarle nada y avisó a unos enfermeros, Chuck no tenía buen aspecto y necesitaba tratamiento peor aquello le enfureció de sobremanera, además de ser un pervertido. Se insinuó pero al ser rechazado intento forzar a la joven Eliza que acabó llevándose un fuerte golpe en la cabeza.

El morado que tenía en la sien derecha era perfectamente visible, tenía un color rojizo y oscuro. Las pruebas no habían mostrado signos de ninguna contusión grave.

Cuando entró en el bar del Edén vió en la mesa a cuatro de los guardias de seguridad en su descanso, también estaba Denton quien la había salvado del cerdo de Chuck, en la barra estaba O’Connor, lo habías visto por allí aquella noche.

Nada más poner un pie en el local pudiste ver como la gente te miraba y murmuraba. Era incómodo, te habías convertido en el centro de atención, eras la nueva atracción del Jardín. Deseaste que ocurriera algo para que todos se olvidaran de lo sucedido.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Lun Nov 14, 2011 4:14 pm

Brin O'Connor

-Puede ser Actinobacilus… o un coronavirus. -Estaba jugueteando con el vaso vacío que tenia delante mia.- Malditos puercos. ¿Qué causa abortos en su primer estadío y problemas gastrointestinales después? Hemos descartado peste porcina, e. coli, hemos tomado medidas contra los golpes de calor….

-¿Todavia pensando en eso? -Carter era un buen hombre, de
sonrisa afable y barba siempre manchada de café, o en este caso cerveza.- Dejalo ya hombre. ¡Mijail! Llamó al camarero.

-Nos falta una cosa por mirar. -Ninguno queriamos pensar en ello, pero una intoxicación por carbamatos u organoclorados era lo que más encajaba, a pequeñas dosis produce letargia y abortos, como venia sucediendo desde hace semanas, y a dosis mayores, los síntomas volvían a cuadrar.

-Dejalo Brin. Tomate otra, que invito yo. -Dijo Lima con una
sonrisa, para acto seguido seguir hablando de Chuck.

-¿Qué vas a tomar camarada?

-Whisky, no bourbon ni ese mejunje canadiense que me serviste el otro dia, ya me imagino porque tiene mas de doscientos años ¡No hay huevos a que pase por la garganta! -Rieron alegremente, el ruso y el irlandés.

Dejó que retazos de la conversación de Lima y Carter le llegaran al neocortex. La verdad es que ese Chuck era un caso. Lo contrató como mozo cuando empezó en la granja por las subvenciones que daba el gobierno a quienes contratan a exdrogradictos y exdelincuentes, el problema es que Chuck no era para nada ex. La primera vez que le vio intentando forzar el armario de los medicamentos le dio un buen puñetazo y lo largó de su departamento.

Y ayer hubiera hecho algo más si se lo hubiera encontrado él. Habia estado en el laboratorio, haciendo las últimas pruebas para Aujezwky y cuando escuchó la trifulca y logró quitarse toda la indumentaria y salir de la sala de aislamiento ya habia ocurrido todo. Me encontré mirando a Carlsberg. Joder, la verdad no se si hubiera sido mejor que me intentaras atacar a mi Chuck. El guardia era un tipo enorme con pinta de saber destrozarte la cara con tres dedos de una mano.

Entonces entró Eliza. Habia charlado con ella dos o tres veces en los dormitorios para las guardias, que compartian el laboratorio y el hospital, y tomado un par de cafés con ella y con Lima, que eran buenas amigas. La verdad, asi de pequeña, paliducha y debil no parecia haber un blanco mejor para Chuck, aun así cada vez que Brin la miraba le cruzaba un escalofrio la espalda. Sus ojos miraban a todo lo que se movia de una manera sobrecogedoramente siniestra.

Quizás deberia preguntarle, o invitarla a algo. Brin no podia jactarse de tener muchos amigos, y menos amigas, nunca pasaba mucho tiempo hasta que acababan convirtiendose en algo más, y una vez que dejaban de ser algo más no se les daba bien volver a ser “solo amigos” así que relacionarse con una fémina por la que siente mas miedo que deseo es un buen comienzo para tener “amigas”

Se sacudió la cabeza— Mijail, se me ha acabado la copa. ¿Me pones otra y me sirves algo en un vaso limpio algo suavecito?

Lo dejaré aquí, y si Lima la llama la invitaré, acercarme ahora puede resultar molesto, o puede confundir mis intenciones.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Lun Nov 14, 2011 5:43 pm

[Capítulo 1] En el Jardín del Edén Faced

Aun tenia rezagos del golpe de la noche anterior, aun no me explico porque lo deje acercarse tanto, bueno supongo que estaba demasiado ocupada pensando cuanto tiempo pasaría antes de que el colapsara, aunque supongo que aunque me hubiera fijado no hubiese podido hacer mayor cosa. Al fin y al cabo que se puede hacer con un mastodonte maloliente y salvaje aparte de encerarlo para estudiarlo o matarlo, bueno lo del golpe no me molesta tanto, lo que no soporto es que me manden con el psicólogo.
Tener que sentarme por una hora junto con un tipo que se cree superior a mi es totalmente insoportable, que espera que diga que el incidente de ayer me afecto y a cambiado mi perspectiva de el mundo “si claro como no” no es primera vez que pasa algo como esto ni tampoco será la última, no tengo ni idea que rayos estaba consumiendo Marissa cuando pensó que era buena idea fosarme a ir, bueno era eso o que me suspendiera una semana, siendo sincera aunque deteste a los psicólogos es mejor soportarlo y cuidar mi lengua que estar una semana completa fuera del hospital, aunque bueno del golpe que lleve al menos me salvo de una tarde aburrida viendo raspones y dolores de estomago porque aunque el área de emergencias es un lugar donde se ven cosas extremadamente “Interesantes” Marissa piensa que es mejor que me lo tome con calma durante estos días, así que después de soporta una interminable hora que fácilmente pudieron haber sido 2, decidí ir a tomar algo para pasar el rato.

Antes de entrar sabía lo que me esperaba, en un lugar confinado como este el chisme es el deporte oficial, ni había terminado de poner un pie dentro cuando casi todas las miradas se posaron en mí, como si fuera un bicho raro bueno al menos uno mucho más raro de lo habitual, no es primera vez que soy el objeto de sus murmullos entre esto y una que otra audiencia disciplinaria por cosas sin sentido ya e aprendido a no tomar enserio sus chismes, aunque prefiero que hablen de mi por las cosas que hago y no por el hecho de que un mastodonte casi me hace un Knockout, aunque bueno supongo que prefiero ese chisme a el de lo que hubiera pasado si Denton no me lo hubiera quitado de encima, aunque mejor que haya sido Denton quien lo saco si hubiera sido Riddick aun estaría quitándome la sangre de Chuck de encima.

Al dar un par de pasos dentro miro la mesa de los guardias ahí esta tanto Denton como Riddick, supongo que debería darle las gracias cuando tenga la oportunidad, seguramente lo hare la próxima vez que tenga que evitar que alguno de ellos se desangre, al ver más a mi alrededor miro en la barra a O'Connor es inconfundible al fin y al cabo quien más estaría llorando por unos cerdos muertos en el jardín, en otras ocasiones hemos hablado, esta con otras 2 personas pero no estoy segura de quienes son, supongo que si me acerco a hablar con el, si de casualidad lo que pasa aquí llega a los oídos de Marissa pensara que no pasa nada y no tendré que soportar desperdiciar otra hora con un tipo pedante y engreído, empiezo a acercarme a la barra, la vista se me pone ligeramente borrosa y me marreo por un segundo pero me recupero rápidamente, me pregunto si será el golpe aunque al parecer no hay mayor daño ahí o el hecho de que se me ha olvidado comer desde el incidente de ayer, espero realmente que nadie haya notado que tuve un pequeño mareo no quiero que me mantengan alejada de los casos “interesantes”, al fin consigo acercarme a la barra ahí está O'Connor pero a la par suya hay otras dos personas, pero de momento no tengo mente para percatarme quienes son, me siento a la par de una chica supongo que es Lima pero mi mente está un poco ida de momento, de todas formas si es ella probablemente lo entenderá, si se pudiera decir que me llevo bien con alguien seria con ella, bueno no tan bien pero por lo menos me soporta.

Me gustaría tomar algo un poco más fuerte que de costumbre pero supongo que una mescla de morfina y OxyContin no se hade llevar muy bien con un buen whisky
Detrás de la barra esta Mijail, con el no hablo mucho aunque su hija me parece interesante, una mente ágil y afilada.

Mijail lo pronuncio con una voz algo débil y viendo hacia el suelo de la barra con el pelo cubriéndome parte del rostro, sírveme algo de tomar.

Miembro Legendario Mensajes : 2191 Fecha de inscripción : 19/06/2010

JC Denton.

—¿Tú estabas allí cuando ocurrió verdad John? —dijo Irina

-Si- le respondió meido ausente, mirando por la ventana, luego recordó que igual le interesaría saber un poco más y retomo la charla -Nos enviaron a Marsters y a mi con el objetivo de controlarlo urgentemente, en principio iba a hablar con el, pero en cuanto llegamos se lanzó a por la chica violentamente, lo inmovilicé de inmediato y nos lo llevamos a rastras... parecía un animal, quizás deberíamos tomar medidas con él-. Nunca se alegraba mucho de usar la fuerza y no le correspondía a el dictar sentencias, pero como bién señaló Nathan se había convertido en un problema grave. Iba a cambiar de tema cuando apareció la camarera.

-¿Qué van a tomar los caballeros?-

Puso cara y tono de interesante para la niña -Para mi que sean tortitas con sirope de arce, acompañadas de bacon y salchicas-
-¿Pero eso no es un desayuno?- le replicó Olga
-Eso dicen- respondió sonrinedo a sus compañeros. La triste realidad es que todo lo que iba a comer estaba hecho en el laboratorio sin duda, bueno, quizas las tortitas no, pero se moría por incarle el diente a uno de los cerdos de O'conor. O'conor, genio y figura sin duda, defensor de los animales en un lugar donde la vida no debería ser posible estaba notablemente alterado, de todas formas el asunto reinante era Chuck, quizas tuviera que acabar el día diciendo algunas palabras.

No se le pasó por alto el detalle de Eliza, le iba a preguntar algo pero al verla dirigirse recta haciá la barra cambió de opinión, aunque sería mejor tener medio ojo en ella, el personal no entrenado era propenso a alterarse por los accidentes violentos, sería mejor estar atento a ella, aunque seguro que ya le habían citado con el psicólogo, no es lo mismo ese largo sofá de cuero que el brazo de una persona.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Lun Nov 14, 2011 7:32 pm

Mijail Eliza habia pronunciado el nombre del ruso casi como un susurro, mientras se tapaba el golpe con el pelo Sírveme algo de tomar.

Hey, yo te invito, si no te molesta. Dije, alargando la copa de vino blanco que me habia acercado Mijail. ¿Como estás?

Hasta los huevos de que le hagan esa pregunta, seguro. Brin sonrió por su ocurrencia, pero se guardo la broma para sí. Me han dicho que te has presentado voluntaria para comprobar la resistencia de un craneo humano. Le ofrecí una mirada amable ¿Que tal van las pruebas?

Joder, sonrie, si me sigues mirando con esos ojos que lo analizan todo voy a arrepentirme de haberte saludado.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Lun Nov 14, 2011 9:02 pm

después de pedirle algo de tomar a Mijail, noto que me acercan una copa de vino, levanto ligeramente la cabeza para ver quien es, mi mirada se topa con la de O'Connor.

Hey, yo te invito, si no te molesta., estiro la mano y tomo la copa seguidamente O'Connor me pregunta lo que por mi aspecto supongo que no es difícil deducir, lo dice seguido de una leve sonrisa, supongo que trata de parecer amigable.

intento devolverle la sonrisa, supongo que no es mas que una mueca torcida pero no pueden decir que no lo intente
[Capítulo 1] En el Jardín del Edén Face2y

[Capítulo 1] En el Jardín del Edén Face2y

Me han dicho que te has presentado voluntaria para comprobar la resistencia de un craneo humano ¿Que tal van las pruebas? dijo O'Connor mirando con una mirada rara, supongo que bien, después de todo no se a roto todavía nuevamente trato de forzar una riza, dirijo mi mirada hacia la copa que tengo en la mano y le doy un buen trago, no pasa con mucha facilidad pese a no ser nada fuerte, nuevamente bajo la cabeza tratando de evitar que noten que tuve otro mareo.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Lun Nov 14, 2011 9:14 pm

¿Eso era una sonrisa? Casi te prefiero seria nena. Le di un buen trago al whiskey. Esto es maldito bourbon. Dije poniendo una mueca. Cuando estaba en la facultad con Wil teniamos una destileria casera, maldita sea, no seria sano, pero era Whiskey de verdad.

¿De que mierda estás hablando Brin? Centrate. Bueno, me alegro que no se rompa, no se como de efectiva serias en urgencias con el parietal hecho puré. Brin era un habitual de urgencias, perros que muerden, chivos que embisten, gatos que arañan, burros que cocean...

¿Te han dado la semana libre?

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Lun Nov 14, 2011 11:24 pm

O'Connor empezó a divagar un poco, supongo que el alcohol ya empezó a afectarle eso o es que el golpe fue mas fuerte de lo que pensé.

O'Connor
¿Te han dado la semana libre?

No, no se han pod..ido desacer de mi por toda la sema...na, solo me forzaron a alejarme de urgen...cias por hoy conteste con un poco de dificultad sin levantar el rostro, intente dar otro trago pero mis manos temblaron un poco así que simplemente baje la copa, empiezo a pensar que asomarme por aquí pudo ser una mala idea o bueno quizás no tanto, de todas formas si algo pasa es mejor que sea donde hayan mas personas que en mi apartamento donde podrían pasar mucho tiempo antes de que alguien pasara por ahí.

levanto el rostro y me fuerzo a tomar un largo trago nuevamente con algo de dificultad, pongo la copa medio vacía nuevamente en la barra con fuerza a la vez que vuelvo a bajar la mirada, al parecer hacer movimientos bruscos nubla mi vista.

en lo que va del día casi todas las personas me han interrogado sobre lo que paso pese a que la mayoría de las personas que preguntan lo saben mejor que yo, articulo con algo de dificultad sin levantar el rostro
y di..me O'Con...nor que le pasa a tus animales

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Lun Nov 14, 2011 11:36 pm

Pues no se, estamos haciendo pruebas aún. Aunque no parece dada a los chismorreos no puedo dejar que se esparzan rumores por ahí ¿Se está preocupando por mis cerdos? Me fijo un poco mas en ella, respira fuertemente y gotitas de sudor perlan su frente.

Oye Eliza ¿Estás bien? ¿No te habrá dado por comer bacon no? Dicen por ahí que hay una epidemia entre los cerdos. Intento bromear, pero el chiste queda seco, sumergido en la preocupacion que muestran mi voz y mi cara.

Tomo a Eliza del brazo y sin preguntar la intento llevar la mesa de los Guardas, que es la mas cercana. Venga, vamos a sentarnos. No ofrezcas mucha resistencia, no se tratar con chicas sin cuernos y de menos de 300 kilos.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Mar Nov 15, 2011 12:43 am

Oye Eliza ¿Estás bien? ¿No te habrá dado por comer bacon no? Dicen por ahí que hay una epidemia entre los cerdos. dice O'Connor tratando de parecer bromista, en lo personal la carne de cerdo no me gusta principalmente, porque no me hace gracia que un cisticerco vaya a parar a mi cerebro.

O'Connor sin mediar palabra me toma del brazo y dice Venga, vamos a sentarnos.
en este estado no tengo cabeza para discutir, respire profundamente y con algo de dificultad me dirijo a O'Connor Des...cuida es la reac...ción del Oxy..Contin con el al..cohol ya la espera..ba pero no tan rápidamente

El tirón que me pego O'Connor fue suficiente para que me volviera a marear.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Vie Nov 18, 2011 11:20 am

La que fue exiliada

Aquél cigarrillo sabía como el infierno salido de un estercolero pero era lo mejor que había podido conseguir en aquél apestoso campamento. Además, últimamente los negocios eran cada vez más difíciles y peor pagados, con la nueva llegada de la Orden Restaurada las cosas no iban muy bien.

Por si fuera poco corrían rumores de que alguien había llegado a la zona, una organización que tenía acceso a la tecnología de antes de la guerra. Por supuesto no sabía si creérselo, cada semana aparecían nuevos rumores, la mayoría de ellos falsos. Pero no dejaba de ser inquietante.

Y para colmar ya el vaso Los Afligidos estaban empezando a expandirse, siempre habían parecido desorganizados y no muy inteligentes la verdad, al menos en su mayoría pero ahora… Parecían organizados, se había cruzado con un pequeño grupo de ellos hacía un par de semanas, parecían estar construyendo algo.

Tiró el cigarrillo, ya no le apetecía contaminar sus pulmones con aquél veneno. Escupió y miró a Roman.

—Oye Roman cuanto tiempo crees que falta? —le preguntó, Roman rió.
—Annie “Ace” Cassidy Oakley —dijo con sorna— cansada de las rutas del páramo, dime, ¿Qué va a ser lo siguiente, el fin del mundo?
—Si, si, ya vale Roman…

Un zumbido cortó el aire y luego un ruido sordo interrumpió la conversación, de la cabeza de Roman apareció una flor roja que se extendió esparciéndose en el aire con trozos de hueso, cerebro y sangre. Su cuerpo se desplomó inerte como un saco de huesos y carne que golpeó el suelo polvoriento levantando una nube por encima del cuerpo.

Los que perturbaron el orden

—Es aquí —dijo el novato mientras miraba la pantalla de su ordenador de muñeca.
—¿Estas seguro? Yo aquí no veo nada más que arena.

El novato se agachó y apartó la arena descubriendo una placa metálica. Había una grabación en el metal. “The Garden Scientific Project Complex, property of the United Status of America”. El Novato miró al otro soldado.

—Oye, ¿tú entiendes lo que pone aquí?
—Pone que hemos encontrado el sitio, anda aparta mientras preparo el material.

El otro soldado empezó a sacar unas herramientas de su mochila y las empezó a montar. Mientras el capitán se les acercó.

—Empezad cuanto antes, vamos con retraso. —contestaron con un “si, señor”— El transporte ha aterrizado a un par de kilómetros en dirección noroeste.

Y se sumieron en la oscuridad

En el bar Edén las cosas se estaban animando. Rachel que jugaba a cartas con Louis y James se levantó celebrando su victoria mientras James se resignaba y Louis se llevaba las manos a la cabeza.

Carter miraba como Brin y Eliza se alejaban mientras Lima hablaba con él, aunque no parecía hacerle demasiado caso. En la mesa de los guardias de seguridad la conversación empezaba a decaer cuando se les acercaron el granjero y la médico que había sido agredida.

Olga salió de detrás de la barra llevando un par de platos con una gran sonrisa en su rostro, mientras Mijail por su parte limpiaba un vaso.

Todo transcurría con normalidad y entonces se sumieron todos en la oscuridad. Todo se detuvo en aquél instante, el silencio se había apoderado del bar. Las luces verdes de emergencia se encendieron. Era una situación sin precedentes.

Miembro Legendario Mensajes : 2191 Fecha de inscripción : 19/06/2010

JC Denton
El día se estaba desarrollando normalmente, aunque seguro que hubiera sido más divertido si pudiese tomar alcohol, no estaba en su turno pero estaba de guardia y podían llamarlo en cualquier momento si hacía falta. La pequeña olga ya venía con lo que habían pedido.

Ya olían sus salchichas cuando todo se puso oscuro, y después las luces de emergencia.... los habían entrenado para este momento, debía de hacer algo, era de esperar que todos conociesen sus protocolos pero la mente humana es muy inestable en situaciones de estres.

Se levantó de inmediato y dijo con voz alta y clara -A ver, esto no parece un simulacro, por favor, conserven la calma y recuerden los protocolos, hay cuatro miembros de la patrulla de seguridad aquí, así que no se preocupen. Nathan, comprueba que la calle es segura para ver si pueden salir del edificio- Técnicamente JC no era un superior a los otros miembros de la mesa, pero los miembros de la gnete tendía a seguir sus indicaciones, era un de sus cualidades que le hicieron ser prácticamente obligado a entrar en el cuerpo de guardias.
Si todo iba bién el local se podría desalojar y ellos correr hasta el cuartel a ver que pasaba, y a recoger algo de equipo, no tenía su escudo encima y si había problemas le haría falta.

Luego de su frase que recordaba a un ordenador se relajó un poco, le quitó los platos a Olga, los dejó en una mesa que tenía al lado y mientras se comía una salchicha le dijo-Puequeña, ve con tu padre y haz lo que te diga ¿vale?- con una sonrisa mientra con la ponía la otra mano en el hombro

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Jue Nov 24, 2011 8:54 pm

Eliza Faust Melanchthon

Mi percepción estaba un poco distorsionada, O'Connor me llevaba a la mesa de los guardias, si bien a la mayoría de los guardias los conozco y he visto más partes de ellos que probablemente cualquier otra persona, al fin y al cabo ser guardia tiene sus contras como cortes y otros pequeños incidentes sangrientos, pero fuera del ambiente laboral no tengo mayor relación con la mayoría, excepto en algunos casos cuando he tenido que atender a algún guardia por situaciones que no pueden aparecer en los informes.

Tratando de hacer que O'Connor me dejara cuando todo se oscureció, mi primera reacción, que rayos tenia lo que me tome. pero no, la pequeña mescla de alcohol con oxycontin si bien tiene muchos contras, esto no es uno de sus efectos secundarios.
Escucho la voz de Denton, recordando que se siga el protocolo, en lo personal no me gustan los simulacros me parecen una pérdida de tiempo pero si este es uno al parecer los guardias no están informados.

Con mi mano libre trato de buscar algo a lo que aferrarme pero no lo encuentro, mi equilibrio está un poco problemático, ra..os otr..o m..areo pronuncio en voz baja, intento ver algo pero no lo consigo,detesto las situaciones en las que no tengo el control y esta al parecer es una de esas, O'Conn..or que ra…yos e..stá pa.san.do intento articular.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Vie Nov 25, 2011 11:47 pm

Senté a Eliza en una silla cercana, mientras con una sonrisa pedia perdón a los guardias. Aunque aparté la mirada del tal Riddick. Yo soy un hombre amante de las broncas, me gusta el boxeo y aprecio a quien despues de romperme la nariz y que le rompa yo un pómulo se sienta a beber conmigo, pero este Riddick... a su manera me ponia tan nervioso como Eliza, pero de una forma totalmente diferente. El destilaba peligro en todas sus formas.

Habia tenido esa sensacion un par de veces en mi carrera profesional, con algún animal particularmente agresivo.
Estaban mas allá de toda salvación, lo único que les pude recetar fue la tristemente famosa "Vitamina T"

Entonces se fue la luz. Me quedé atónito, aun así no pude sino sorprenderme de la eficiencia de Denton, al parecer si que están bien entrenados, y no son solo "Posturita y apariencia" como dice Wil.

"Recuerden los protocolos" Mierda, debí haberme leido el panfleto antes de tirarlo.

Me encuentro que Eliza está apunto de caerse, y se agarra a mi como a una farola después de muuuuuchas copas. Es raro, porque casi no se ha tomado la primera. ra..os otr..o m..areo. Pronuncia en voz baja, tiene la mirada desenfocada y la boca salivante. O'Conn..or que ra…yos e..stá pa.san.do.

No soy de mentir, ni si quiera para no preocupar, además, me ha a mi que Eliza no es de las que pierden la calma. Pues al parecer tu estás a punto de perder la consciencia, el golpe debió de ser mas grande de lo que pensábas. Intento mantener la calma hablando de manera clinica y objetiva. Las luces se han ido, solo quedan las de emergencia, y esto no parece ser un simulacro. Tengo que seguir hablandole, no puede desmayarse ahora. Oye Eli ¿Te importa que te llame Eli? ¿Tu recuerdas los protocolos de emergencia?

Última edición por Light el Dom Nov 27, 2011 8:09 pm, editado 3 veces

Crónicas de Riddick;

Como de costumbre, allí estábamos una vez más, sentados en nuestra mesa de siempre en el mismo bar de siempre, atendidos por la misma camarera de siempre... pobre Olga, no sabe lo aburrido que será su vida desde que se dé cuenta.

- ... - con un pequeño gesto de mano, le hice entender que pedía lo de siempre, una birra bien fresca y una hamburguesa grande con extra de queso.

Mientras esperábamos por el papeo, JC, Iri y Nathan hablaban de un cabrón ex drogadicto o algo así, me importaban una mierda esos
asuntos.

Así que permanecí callado durante toda la conversación hasta que llegara la comida.

Tanto el amante de los animales como la enfermera cachonda se acercan a nosotros. Como de costumbre, O´Connor muy amablemente trae a la enfermera "cañón" pues se sentía mal.

- ¿Acaso tenemos pinta de médicos? - dije secamente.

Solamente una, una vez cruzamos miradas, el no pudo ver mis ojos, pues llevaba gafas, pero seguramente noto que para mí él no era bienvenido, ni ella tampoco.

Aun así, los respetaba a ambos, a ella porque cuidaba a los demás, y estaba buena, y a él, bueno, no es que sea un defensor de los animales, pero si respeto a la gente que sabe pelear, y él... sabía.

Justo cuando la comida iba a ser servida por la alegre Olga, las luces se apagaron.

- Madre mía, esta niña... ¿está siempre tan happy? - pensé para mí mismo. - ¿Pero qué coño? - dije mientras instintivamente me puse la mano en la parte de atrás, donde guardaba mis cuchillos.

Siempre había sido muy precavido, y... sea lo que sea, estas cosas no pasaban nunca... al menos en Edén.

JC muy en su punto da órdenes a la pequeña y a la gente del bar.

- JC, controla tú la situación, voy a hablar con el pelirrojo, para ver si han sido los fusibles del bar. Si no es así volveré aquí y os lo haré saber, después iré fuera a ver si es un apagón general. - dije tranquilamente. - Si esto es un apagón en toda la estancia... tal vez pueda hacer lo mismo que ella y ser libre. - me dije a mi mismo.

Me había entrenado por mi cuenta para asesinar en la plena oscuridad de la noche, para mi caminar con las luces apagadas era lo mismo que andar de día...

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Dom Nov 27, 2011 6:45 pm

En el ocaso de la vida

Dejó el rifle descargado en el montículo de piedras y luego ató el pañuelo harapiento que empezó a ondear con el viento. A través de la rasgada tela atravesaban los rayos sangrientos e infernales del ocaso. El cielo parecía que había estallado en llamas pero Annie tenía un frío arrollador.

Intentó contener sus lágrimas pero sus esfuerzos fueron en vano y se desbordaron como cuando un río supera su capacidad inundando los campos. Aún tenía sangre en sus manos mezclada con la tierra y pólvora.

—Se que esto no es lo que esperabas amigo mío —su voz era apenas un susurro—, pero es todo lo que puedo ofrecerte, ya sabes como es esto… —cogió la botella de licor y le dio un buen trago antes de derramar el resto encima de la tumba de Roman— Esto es para ti. No estoy segura de que es lo que debería decir, ¿sabes? Yo nunca he creído en esas mierdas de un poder superior pero ahora desearía que tuvieras razón… Seguro que si hay algo más allá de la muerte estas en el infierno —se rió—. Eres un cabrón de cuidado, pero ni siquiera el infierno puede ser peor que esto, así que supongo que estarás bien allí donde estés. Ahora puedes descansar en paz.

Annie “Ace” Cassidy Oakley se dio la vuelta con el revólver en la mano. Delante suyo había un tipo desnudo y atado, tenía una herida de bala justo por debajo del hígado, debía de doler a horrores —mejor, pensó—. Se encendió otro de aquellos cigarrillos infernales y se agachó hasta quedar hasta la altura del tipo. Era joven, no debería tener mucho más de veinte años, estaba asustado podía verlo en su expresión.

—¿Quieres una calada? —dijo ofreciéndole el cigarrillo, no esperó a que contestara— Podemos hacer esto de diferentes maneras, depende de ti muchacho. —miró la extraña armadura que había vestido el muchacho, y la insignia… Annie no era estúpida, la conocía muy bien— Te puedo asegurar que no vas a salir vivo de esta, y aunque lo hicieras, al juzgar por tu aspecto nunca antes habías estado expuesto. He conocido a algunos como tú, no suelen durar mucho aquí fuera, ya sabes, enfermedades y eso… Pero eso no es lo importante.

Se levantó y lo miró con desprecio. Con la punta de su bota golpeó su mandíbula haciendo que un par de dientes saltaran de su boca. El muchacho empezó a sollozar. Patético.

—Bien, escúchame bien. —le agarró de su cabello y acercó su cara sangrante que ya empezaba a inflamarse a la suya— Vas a decirme quienes sois, cuantos sois y que es lo que queréis porque si no ya puedes creerte que soy una persona muy imaginativa, sobretodo cuando se trata de inflingir dolor.

A Annie le costaba articular las palabras, pero su expresión bastó para que aquél muchacho cantara todo lo que sabía. Apenas era un niño, pero en este mundo no hay lugar para los débiles porque solo eran presas para los depredadores más grandes, y Annie “Ace” Cassidy Oakley era uno de los mayores depredadores de esta tierra.

Desató al muchacho y se quedó de pie mirándolo con desprecio. El chico se levantó nervioso y empezó a correr en dirección contraria como pudo, tropezando cada dos metros. Con calma Annie puso una bala en el tambor de su revólver y luego lo cargó. Apuntó al muchacho que corría, lloraba y respiraba con dificultad. Dio una profunda calada al maldito cigarrillo y apretó el gatillo. En menos de un instante la bala salió del fogonazo de la pólvora y atravesó la cabeza del muchacho y salió por el entrecejo perdiéndose en el horizonte.

Lo último que vio el muchacho fue el ocaso teñido de sangre. Después solo hubo oscuridad.

Los depredadores más grandes

Su movimiento apenas era humano. Se movían con gran elasticidad con movimientos totalmente erráticos en su apariencia. Había cierta delicadeza en aquella forma tan brusca de moverse. Eran ágiles y físicamente perfectos debajo de aquella armadura adaptable que lucían. Eran una pareja, un hombre y una mujer, completamente aterradores. Pero lo peor de todo eran sus máscaras que lucían cuatro ojos blancos e inexpresivos.

A su alrededor se amontonaban una pila de cadáveres mutilados y andaban entre ellos, había tanta sangre que les llegaba a los tobillos, la sangre de los débiles, científicos y soldados así como otros técnicos. Enemigos. Inútiles. Miserables. Muertos…

Cuando andaban no producían ruido alguno, a pesar de chapotear en aquél líquido viscoso y carmesí. Nauseabundo.

Uno de ellos, la mujer introdujo unos datos en el ordenador y de la extraña caja que había en el centro se abrió una pequeña compuerta de donde salió un pequeño vial con un líquido púrpura. Los dos individuos se miraron pero no dijeron nada, no hizo falta.

De detrás de una puerta apareció un hombre con bata blanca empuñando una pistola. Sin darse cuenta se había sentenciado a muerte él mismo.

[Capítulo 1] En el Jardín del Edén Theeyes

Pitch black

Hubo algún grito de sorpresa cuando todo quedó a oscuras pero John Calsverg Denton consiguió calmar a las masas, aunque todo el mundo estaba nervioso.

Nathan miró a Eliza que con el reflejo de las luces verdes aún aprecía más indispuesta. Entonces miró a Brin.

—Lo mejor sería que la acompañaras al hospital a que la examinen, no parece que esté en muy buen estado.

Riddick se levantó dirigiéndose hacia la barra donde antes estaba Mijail. Poco después salió de una de las puertas traseras y se acercó a Riddick mientras se ponía el trapo al hombro con parsimonia hasta quedar justo enfrente de él. Miró a Riddick tranquilamente casi sin expresión alguna. La mayoría de la gente evitaba mirarlo porque le ponía nervioso pero para Mijail aquello no parecía intimidarle en absoluto. Sonrió perversamente.

—Los fusibles están perfectamente camarada, parece que es un apagón a nivel general.

Entonces se escuchó la voz del Director por megafonía, se escuchaba cierto eco por lo que se estaba anunciando a todos los lugares del complejo. Aquello no podía ser nada bueno.

“Les habla el Director del Jardín. Por favor permanezcan en sus casas y no salgan bajo ningún concepto. Los que os encontréis fuera de algún recinto por favor sigan las luces verdes del suelo hasta el edificio más cercano y no salgan hasta que la avería esté solucionada. Estas medidas son para vuestra propia seguridad, por favor mantened la calma. Si hay algún agente de seguridad con vosotros por favor seguid sus instrucciones. Los agentes John Clasverg Denton y Riddick deberán presentarse a mi despacho en el edificio administrativo de inmediato.”

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JC DENTON

"La puta madre". Fué lo único que pasó por su cabeza al oir su nombre y el de Ridick, pero este era su maldito trabajo.

Brin parecía de cuidar a Eliza, el no haría falta en el bar de momento.

-Vale, ya han oido todos, mantengan la calma y sigan las instrucciones- Inmediatamente se dirigió a la puerta del local, tan solo se paró un segundo para mirar a Ridick y hacerle un gesto con la cabeza, para pedirle que lo acompañara ya. En ese segundo tuvo tiempo de sobra para pensar, estaban en estado de emergencia, y requerían la presencia de guardias "especiales", lo que indicaba problemas con algo inteligente, quizas un grupo de habitantes se ha hartado de estar aquí dentro, o quizás estan intentando salir por la fuerza, una IA descontrolada.... sea como fuere tenía el presentimiento de que no le gustaría ese día.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Dom Nov 27, 2011 8:05 pm

Crónicas de Riddick;

Mijail... ese hijo de puta era bastante duro, tan solo él y el Director eran capaces de quedarse inmutables ante mi presencia...

Al responderme que posiblemente fuera un apagón general, el megáfono anunció la voz del Director.

Solicitaban la presencia de JC y la mía, lo cuál no podía ser bueno... pues dudo mucho que nos llamasen para decirnos que nos aumentaban el sueldo.

- Hay que joderse... - dije desganado.

Busco con la mirada a JC y me acerco a él.

- Mueve el culo, tenemos trabajo... - dije como siempre hacía cuando teníamos órdenes.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Dom Nov 27, 2011 8:58 pm

Asi que la cosa está jodida del todo. Brin cogió un vaso medio vacio de una mesa y se lo tomo de un trago. Puaj, vodka.

Sin embargo, el calor y la confianza que habian desaparecido de Brin a la par que la luz en el jardín resurgieron.

Lo mejor sería que la acompañaras al hospital a que la examinen, no parece que esté en muy buen estado. Era Nathan, uno de los guardias. Supongo que tienes razón. Avisa a JC y dile que me marchado. No se porque, pero tenia una mala sensación en el espinazo, y si JC era lo mas parecido a un jefe de seguridad, queria que nos tuviera en cuenta.

Eliza, te voy a llevar a algún sitio tranquilo. Dije mientras la subia a mi espalda.
Me adelanté a salir a la calle antes que la marabunta de asustados clientes del bar se fueran a sus respectivos refugios. Hacia frio, eso era jodidamente raro, el jardín estaba climatizado, y no habia tales variaciones de temperatura. Cada signo hacia qu la cosa se pusiera mas seria. Eliza, mi casa está dos calle mas allá, tengo allí a mis perros y un buen botiquin, nos acercaremos para que te pueda inspeccionar ¿Vale? Realmente me importana poco su decision, el hospital estaba bastante mas lejos, y queria tener a mis perros cerca.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Dom Nov 27, 2011 10:05 pm

Eliza Faust Melanchthon

En medio del ruido de las masas asustadas, se escuchó el sonido y el eco de los megáfonos, no preste mayor atención a lo que decía solo a dos nombres Denton y Riddick si se necesita a ese par en particular en definitiva no es para nada bueno, al fin y al cabo si hicieran una lista de las personas a las que tienes que evitar en el jardín probablemente Riddick y yo encabezaríamos la lista, bueno al menos las personas que tienes que evitar si eres un ciudadano promedio.

O'Connor me subió a su espalda como si fuera una niña pequeña, eso no me pasaba desde….. ahora que lo pienso nunca me había pasado, regularmente las personas normales tienden a apartarse de mí, uno de los mejores médicos del jardín reducida a ser llevada cual carga.

O'Connor salió apurado y dijo
Eliza, mi casa está dos calles más allá, tengo allí a mis perros y un buen botiquín, nos acercaremos para que te pueda inspeccionar ¿Vale?

Por su tono deduje que no tenía opción, simplemente trate de articular un sí que seguramente no se entendió para nada, supongo que el también sospecha que la situación es grave y quiere tener cerca lo que es importante para él, yo también necesito tener cerca mi investigación, bueno no es como que no mantenga las partes más importantes de mi investigación cerca de mí, la incisión que tengo en el antebrazo derecho es la prueba, pero no me gustaría perder los últimos datos que juntado, tengo que ir a mi departamento o al hospital de inmediato.
Pensándolo mejor en mi estado actual no es prudente moverme sola, tendré que esperar por lómenos que la cabeza deje de darme vueltas, en definitiva no debí pasar a tomar algo.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Mar Nov 29, 2011 10:40 pm

El trabajo es una mierda

—¡Vamos atajo de patanes! —gritó Jacob.

No había nada que odiase más que a los incompetentes, y esta vez le habían tocado tres en el grupo. Sin duda el señor Emery Pole se había equivocado al contratar a esas sabandijas. No eran más que escória, ni siquiera sabían como sujetar un rifle, carne de cañón. ¡Por dios si por él fuera no serían más que mercancía de mala calidad! Pero no, en vez de eso tenían que acompañarle a la puta colonia de los colgados de Nuevo Edén… Hay que joderse…

Por lo menos tenía a Mellado y Tuerto, esos si que eran compañeros como Dios manda. Recios, sin escrúpulos y tan estúpidos que no podrían atarse un zapato sin que Jacob se lo dijese. Pero lo mas importante es que eran unos jodidos bestias, podrían reventar a diez tíos solo con los puños, y venderían a su madre por el coñito de una furcia o una puta botella de whisky. Maldita sea, Jacob estaba seguro que los padres de Tuerto y Mellado eran hermanos. Pero con ellos uno podía confiar, ellos sabían hacer el trabajo.

—Ya habéis oído al jefe, ¡Moveos! —balbuceó Mellado.
—Eso, vamos antes de que os parta en dos el culo —se rió Tuerto, Mellado también rió.
—Si, ya verás esta noche. Estas putitas no van a poder andar después de esta noche.
—¡Basta, los dos! —ordenó Jacob, serían fieles compañeros pero esos dos desgraciados eran incapaces de guardarse la polla en el pantalón, se follarían cualquier cosa si no estuviera allí para controlarles— Tenemos un tren que coger.

Subieron la maldita carreta por las rampas del desfiladero de los ángeles caídos, por suerte esta vez no murió nadie. Siempre que un grupo grande pasaba por allí acababan lloviendo hombres que terminaban aplastados como ciruelas en el suelo. Era asqueroso, por suerte los esclavos se encargaban de limpiar aquél desperdicio, no era bueno que las alimañas se acercasen por la zona a comer carroña.

Aquellos viajes a Boston eran cada vez más complicados, los Afligidos estaban muy nerviosos últimamente, y por si fuera poco era época de cría para aquellos bichejos infernales, y va y el jodido de Emery Pole le da tres retrasados mentales más de los que cuidar, la cosa era para reírse. Quizás lo mejor era que se volara la tapa de los sesos allí mismo antes de que lo destriparan por la noche por culpa de una mala guardia.

Y descendieron al abismo

John Calsverg Denton y Riddick salieron del bar. El paisaje era sin duda tétrico y sobretodo muy silencioso. Arriba en la cúpula solo se veía el negro, las calles estaban iluminadas por tenues luces verdes que le daban un aspecto aún más fantasmal.

Para llegar al edificio de la administración había que atravesar el jardín del parque, era la manera más rápida, aunque allí apenas había luz. Hicieron el camino en silencio pero no pudieron dejar de pensar que aquello era muy raro, también habían notado un ligero cambio en el aire y la temperatura, aunque era casi imperceptible. La ventilación no funcionaba.

Una vez en el edificio de la administración las puertas automáticas no se abrieron por lo que fue necesario abrir el cierre magnético. Una vez dentro Sandra acompañó a JC y a Riddick hasta el último piso donde estaba el despacho del Director. La verdad es que ninguno de ellos había estado allí jamás. El Director no era un hombre demasiado público y solo se le veía en actos oficiales que resultaban ser en contadas ocasiones no más de una o dos veces al año. Pero siempre había sido así, por lo que tampoco era tan extraño.

—Pasad, el Director os está esperando —dijo la joven Sandra servicial como siempre.

Una vez dentro y prácticamente a oscuras si no fuera por la luz de emergencia justo a espaldas del asiento del Director lo que le daba un aspecto sombrío, casi el de una sombra a excepción de esas gafas rectangulares que brillaban con el reflejo de la luz, la puerta se cerró.

—Por favor tomad asiento —esperó a que se hubieran sentado— Tenemos una situación bastante crítica entre manos. El sistema de soporte vital del reactor de fisión ha sido desconectado. Hemos intentado localizar el origen de la avería pero al parecer el problema viene de fuera de nuestras instalaciones. Imagino que comprendéis que es lo que significa esto. Existe una sala de mantenimiento afuera del complejo, era una sala secundaria y al parecer no había de que preocuparse por lo que pudiera ocurrir peor por alguna razón algo que ha ocurrido allí nos ha perjudicado —bebió de un vaso—. Tengo entendido que usted, señor Denton tiene conocimientos de ingeniería, usted va a ayudar a uno de nuestros técnicos a reparar la avería. En cuanto a usted Riddick, usted y el jefe de seguridad James Palmer se encargaran de la vigilancia. Si no tienen ninguna pregunta les sugiero que se dirijan al cuartel, una vez allí el jefe de seguridad les dará instrucciones más detalladas.

Mientras tanto Brin y Eliza iban de camino a la casa de Brin O’Connor, Nathan había insistido acompañarlos. Por su propia seguridad por supuesto.

El camino fue rápido y sin problemas, parecía que todo estaba desierto. Al parecer todo el mundo se había refugiado en el lugar más cercano, no era de extrañar, la verdad es que aquél ambiente oscuro asustaba de cojones. Cuando el portal de la casa de Brin estaba cerca llegó una comunicación por la radio de Nathan.

“Nathan, aquí Cole, responde, cambio.”

—Aquí Nathan, cambio —contestó.

“Tío tienes que venir aquí ahora mismo, la puerta se ha abierto”

—¿La puerta? ¿De que cojones estas hablando?

“¡La puerta tío, la jodida puerta! Ya sabes, esa que debe pesar por lo menos doscientas toneladas”

—Eso es imposible Cole, deja de tomarme el pelo, no tiene gracia.

“No es coña tío, y eso no es todo. Hay alguien, alguien a quien no había visto en mi puta vida”

—Venga déjate de sandeces de una vez —ahora Nathan parecía enfadado, aunque también un poco asustado.

“Yo tampoco no me lo creería si no lo hubiera visto con mis propios ojos, no se si esta vivo… Tienes que venir aquí de inmediato”

—A—ahora vengo…

Ahora parecía que Nathan empezara a creer en toda aquella locura, pero aquello era imposible… ¿No?

Miembro Legendario Mensajes : 2191 Fecha de inscripción : 19/06/2010

JC Denton

Al instante montones de dudas logísticas le asaltaron, pero el director le dejó bién clarito que no perdería el tiempo y que sería el jefe de seguridad quién los informaría.

Curiosamente el problema era algo similar a lo que pensaba JC, pero desde luego no esperaba que la causa fuera desconocida, pensaba que lo tenían allí por sus dotes de mando, no por su antigua formación de ingeniero.

Antes de disponerse a obedecer, solo hizo una pregunta, para la cual no le daba la gana esperar.

-¿Esa sala secundaria está en la superficie?- tras recibir la prespuesta pensaba largarse y convencer a Palmer de ir armados hasta los dientes.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Miér Nov 30, 2011 9:55 pm

Crónicas de Riddick;

Que extraño era esto... y hermoso, todo estaba a oscuras. No recordaba ver el Edén así antes, siempre estaba iluminado y daba siempre sensación de seguridad... menos hoy.

- Por fin algo diferente... ¿eh brother? - dijo refiriéndose a JC.

Seguimos nuestro camino y la secretaria del Director nos atendió.

- No es listo ni nada el Director. - dijo mientras miró de arriba a abajo a Sandra.

Una ves dentro ambos nos acercamos al director, parecía el típico malo de película, pero eso me daba igual, el único cague que me daba era el quedarme sin cobrar.

Ví unos cómodos sillones y me senté en uno sin ser invitado aú a ello, con las piernas abiertas y uno de ellas encima de una mesa.

JC, como siempre, no lo hizo hasta que lo ordenaron...

El viejo nos pedía que saliésemos a arreglar algunas movidas, siendo JC el que manejaría el cotarro junto con otro más...

- Jefe... imagino que esto no es un simple "apagón"... ¿Verdad? - dijo al Director mientras este tenía la cabeza apoyada en el cabecero del sofá mientras miraba hacia el techo.

El Director no necesitaba mirar a la cara de Riddick para saber por donde iba el rebelde.

- Bueno, si eso es todo, me piro. JC, vamos a ver al James, necesito desentumecer los músculos. - dije mientras me ponía de pie y me dirijía hacia la puerta, permaneciendo quieto justo al lado de Sandra.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Jue Dic 01, 2011 1:03 am

La radio de Nathan sonó, mucha palabrería, pero hubo unas palabras que llamaron especialmente mi atención,
“¡La puerta tío, la jodida puerta! Ya sabes, esa que debe pesar por lo menos doscientas toneladas”

si se refería a la puerta que nos separa del exterior, realmente me gustaría ver que hay haya afuera, pero en mi estado actual de poco me serviría incluso estar enfrente de la puerta, tengo que salir del estado en que me encuentro, en el hospital seria una cosa sencilla, pero está demasiado lejos, tal vez estando en mi casa pueda recuperarme rápidamente,
O'Connor pronuncie dificultosamente, te...ngo que ir a mi ca...sa.
Por lo último que dijo O'Connor intuí que él quería dirigirse a su casa, asi que agregue con un poco de dificultad
Si, no qu..ieres llevar...me ent...onces bájam..e y yo mi...sma iré,

Mi casa queda en camino hacia la puerta, si logro llegar a mi casa, aunque sea sola, quizá pueda llegar a tiempo para ver qué hay del otro lado, de todas formas ni siquiera cámaras de vigilancia hay en este momento pensé para mí.
Si O'Connor desidia dejarme tirada ahí estaría en un verdadero problema, pero realmente necesitaba ir a mi casa, aunque siempre podría convencer a Nathan, al fin y al cavo lo he ayudado en más de una ocasión, mi relación con muchos guardias es sencilla, asegurarme que no se desangren cuando no pueden ir al hospital y mantener la boca cerrada, a cambio cuándo sospechan algo mío ellos mantienen cerrada la suya.

Tema: Re: [Capítulo 1] En el Jardín del Edén Jue Dic 01, 2011 9:53 pm

¿A su casa? ¡No voy a ir a su casa! Brin había oído la noticia más impactante de toda su vida ¿Y quiere ir a su casa? ¡Ya me podrían haber arrancado las piernas a la altura de la rodilla que seguiría yendo a la puerta!

Errr. Bueno Eliza, yo creo que mejor que vaya a la puerta. Intentó buscar una excusa creíble, y no decirle que su curiosidad podía con su caballerosidad. Es posible que mis conocimientos sean… necesarios. ¡Y los perros! ¡Claro! Necesitarán mis perros para olfatear y cosas así.

Tenía mucho alcohol en el cuerpo y poco tiempo que perder, así que mas valía una excusa de mierda que nada.

Nathan, iré adelantándome, voy a por los perros. Dije, esperando que el de seguridad se despidiese de Eliza.

Corrí hacia mi casa, que estaba a poco menos de 100 metros de allí. Subí como un relámpago los tres pisos hasta llegar a mi pequeño apartamento. Otto y Pietro corrieron a saludarme, tirándome al suelo ¡Ahora no! ¡Tenemos prisa! Obviamente no entendieron ninguna palabra. ¡Perros Quietos! Dije. Me enorgullecía el nivel de obediencia de mis canes, que inmediatamente se quedaron en la postura en la que estaban.

Salí a buscar a Zarks y a Arial. Estaban en la terraza, Arial levantó la cabeza un segundo, antes de volver a enroscarse, creí notar que Z movía una oreja, puede que ni eso.

¡Chicos vamos! Dije, y ambos se pusieron de pié. Corrimos hacia el muro, creo que me dejé la puerta de casa abierta.

¡Va perros! Creo que es la primera vez que me veían correr tan rápido como ellos. Otto corría al lado mía, feliz, al igual que Zarks, aunque este debido a su madurez no mostraba signos de excitación. Sin embargo algo me mosquease, que la profesional, seria y efectiva Arial no parase de olisquear y tuviera las orejas enhiestas era normal, que le pasase a Pietro era algo rarísimo, pues, aunque fuera el perro con mejor olfato que tenia, su juventud y carácter no eran para nada serios o prudentes.

Aceleré el ritmo, quería ver lo que ya habían olido los perros.

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