Fiesta de bienvenida[grupo Kalen]

Ya habia llegado el segundo dia del instituto, y ya erapor la tarde. Las profesoras fuerón a buscaros habitación por habitación para llevaros a la fiesta.

[Antes de ir a la fiesta]

Aún falta para la fiesta, pero Leen y yo ya nos encontramos en nuestra habitación, planeando qué ponernos. Para animar un poco la cosa conecto mi mp3 a unos pequeños altavoces.


- Entonces, ¿qué vas a ponerte? – pregunta Eileen mientras mira su ropa en el armario. Yo hurgo en la bolsa, porque aún no la he sacado. Siempre acabo dejándolo para última hora.

- Pues no sé. Es en la playa, pero ya no estamos en verano – saco una camiseta de manga corta, blanca -. No creo que aún haga demasiado frío, ¿no?

- Siempre estás igual – comienza ella mientras saca algo del armario, un bonito vestido blanco – Ponte algo con lo que te sientas cómodo. Yo no he notado que hiciera aún demasiado frío -. Va hablando mientras sigue a lo suyo, sin girarse siquiera, guiada por lo que puede ver también a través de mis ojos -. El blanco te sienta bien.

Sonrío. A ti también… Entonces saco también mi bañador de la bolsa, azul oscuro.

- Tendríamos que ponernos los bañadores. Por si nos tiran al agua, que espero que no… - digo mientras me levanto, dejando en bañador sobre mi cama. Leen hace lo mismo, dejando el vestido sobre su cama y cogiendo su bikini, a juego con mi bañador.

Entonces, de espaldas el uno del otro, comenzamos a desvestirnos. Mientras me pongo el bañador me giro durante unos instantes, y entonces veo a Leen de espaldas.

No sé bien cómo, su imagen semidesnuda me hace sentir extraño. Antes éramos casi iguales, pero ahora la veo así y es tan… tan distinta. Sin darme cuenta comienzo a ruborizarme, y al girarme rápidamente para que no me vea así tropiezo, cayendo al suelo de morros.

- Au…

Faltaba poco para la fiesta de apertura de curso. Eli y yo estábamos en la habitación buscando una vestimenta apropiada para la noche.

-Entonces, ¿qué vas a ponerte?- Le digo a mi hermano mientras meto la cabeza en el armario, repasando con el dedo una a una las diferentes perchas con camisetas, pantalones y faldas que ya había colocado previamente.

-Pues no sé. Es en la playa, pero ya no estamos en verano. No creo que aún haga demasiado frío, ¿no?

Ajá, aquí estás.

Saco un vestido blanco y corto, con cordones al cuello. Es sencillo, pero bonito, apropiado para la noche. Lo lanzo sobre la cama antes de sumergirme en la búsqueda del bikini.

¿Dónde lo habré dejado...?

Continuamos conversando mientras nos decidimos. Eli siempre era tan previsor con el tema de la temperatura ambiente... Aunque la verdad, no me agrada la idea de que hiciera frío esta noche, para ser sincera.

Uno a espaldas del otro, comenzamos a cambiarnos de ropa. Un cosquilleo en mi estómago. Escucho el latir de mi corazón más fuerte aun a pesar de la música de fondo inunda la habitación. Las manos me sudan.

¿Pero qué...?

Inquieta, tomo una gran vocanada de aire. Me pongo un coletero en la cabeza para sujetar el pelo mientras me pongo el bañador. Estaba terminando de atar las últimas cuerdas de la parte superior del bikini sobre mi espalda cuando de pronto escucho un golpe seguido de un quejido por parte de Elisio detrás de mí.

- Au…

De forma instintiva, me doy la vuelta y me acerco a Elisio, preocupada. Estaba acostumbrada a los golpetazos que Eli se daba de pequeño, recuerdo que siempre me acercaba a darle un beso en el lugar donde se había hecho daño y como por arte de magia, se levantaba y seguíamos jugando de la mano. Esta vez parecía diferente...

Elisio está tumbado en el suelo, con la mano sobre el pie. Me agacho y dulcemente le digo con mi voz interior: ~ ¿Estás bien Eli? ¿Te has hecho daño? ~

Precisamente en ese instante cuando miro a Elisio, mi corazón se para. Trago fuertemente saliva.

Eli tiene su cara de un tono rojizo y sólo me observó un segundo antes de bajar la mirada al suelo. En ese momento me sentí muy extraña. Un nuevo cosquilleo recorrió mi espalda.

¿Pero qué me ocurre...?

- Eli, ¿te encuentras bien? - No sé si fue el nerviosismo que sentí por la preocupación hacia mi querido hermano o qué fue, pero sentada de rodillas frente a él, le obligué a mirarme a los ojos poniendo 2 dedos sobre su mentón.

Noté un brillo extraño en su mirada que me sorprendió. Un brillo que jamás había visto antes. Me cortó la respiración de forma súbita por un instante.

De verdad... ¿Desde cuando Eli está tan... tan... cambiado?

Encandilada, hipnotizada por esa mirada, me quedé inmóvil. Sentía como si mil cuerdas me mantuvieran atada a ella.

KEVIN NASH

Después del brusco corte que recibimos en clase, desembocando en el tijeretazo de la conversación entre Shiaka y yo, salimos del aula pero ya no la encontré, así que me dirigí a mi cuarto a esperar que pasaba.

Mientras tanto, y como no quería ir siempre cargado con mi espada, decidí esconderla en mi cuarto, después de mucho buscar, decidí que el mejor sitio era dentro del colchón, la saqué del cilindro donde siempre la había llevado y la metí dentro del forro, volví a hacer la cama y después escondí el cilindro en el armario. Sólo alguien que supiera donde estaba conseguiría encontrarla, a menos de desmantelara la habitación entera.

Después me tumbé en la cama y me puse a pensar, - ¿Realmente ha sido una buena idea venir aquí? ¿Conseguiré salir indemne de esta isla? ¿Será capaz de encontrarme Skarl? Shiaka... Es muy guapa - entonces me quedé dormido.

Vinieron a mi habitación y me despertaron, parece ser que todo el mundo fue llevado a la fiesta en la playa, así que conmigo no iban a hacer lo contrario. Ni siquiera me molesté en cambiarme, la verdad es que no tenía interés, lo único que cogí fue mi gorra de los New York Yankees, así que sin ir vestido para la ocasión acabé en la playa.

Cuando me dejaron con toda esa gente, me sentí agobiado, por lo que busque una sombra de un árbol, lo bastante aislado como para pasar desapercibido, y poder observar el panorama, además de que no quería que los profesores no me arrastraran al tumulto, me fui tranquilamente sin molestar a nadie, me senté apoyándome en el tronco y después me coloqué la visera de mi gorra ocultando mis ojos.

Esperaba no llamar la atención, ademas también tenía intención de observar a mis compañeros de clase, en especial a Shiaka.

Trato de bajar la mirada al suelo, esquivando los ojos de Leen, pero ella sostiene mi mentón, haciendo que la mire de nuevo. Así nos quedamos durante unos instantes, por primera vez incapaces de comunicarnos sin hablar. Es una situación algo incómoda, extraña, pero a la vez me impide apartar la mirada.

Finalmente comienzo a hablar, dándome cuenta de que la canción que sonaba en el mp3 ha acabado, y ahora nos rodea el silencio.

- Eh… No pasa nada – me levanto, ignorando el leve dolor. No ha sido tan grave después de todo -. Gracias por preocuparte.

Trato de quitarle importancia al asunto mientras me pongo la camiseta blanca y unas chanclas. Eileen parece no estar de acuerdo del todo, pero finalmente cede y se pone su vestido. Cuando se vuelve a girar hacia mí se me corta la respiración.

- Vaya, estás…

- ¿Qué? ¿Qué estoy? – pregunta divertida por mi reacción mientras se acerca a mí.

Espectacular…

- Te sienta muy bien el vestido. Anda, vamos – finalizo casi precipitadamente mientras tomo a Eileen de la mano para salir de la habitación.

Todavía frente a Elisio, se levantó de forma un tanto brusca, chocando su pierna con mi hombro. Me molestó un poco esa reacción aunque, tal vez había sido un poco exagerada al preocuparme en exceso...

- Bueno Eli... ¡Pero si luego te duele, no me vengas quejándote! - Le dije mientras terminaba de ponerme el vestido.

Al girarme, Elisio me estaba mirando, quieto. Le saqué la lengua.

- Vaya, estás…

Me hizo gracia la carita de Eli. Estaba muy rico con esa expresión, parecía un niño.

- ¿Qué? ¿Qué estoy? - con un par de pasos llegué hasta la posición de mi hermano. Le miré a los ojos y le volví a sacar la lengua, divertida.

- Te sienta muy bien el vestido. Anda, vamos- Elisio me tomó de la mano y salimos juntos del cuarto. Me sentía feliz. Comencé a notar calor en mis mejillas. ¿Es...estaba sonrojada?

Cuando íbamos por el pasillo, nos encontramos a Kagamin, que también acababa de salir de su habitación. Iba muy guapa.

- ¡Hola Kagamín! ¿Vienes con nosotros a la fiesta? - Le preguntó a nuestra nueva amiga. Aceptó.

Cuando íbamos de camino a la playa, se oían muchos gritos, gente hablando, correteando. Parecía que ya empezaban a conocerse. También escuché... música. Entonces tomé con fuerza la mano de mi hermano y atrapé la de Kagamín cuando ésta estaba distraída y eché a correr, obligándoles a darse prisa.

Aun a pensar de llevar chanclas, la arena se sentía fría. La brisa del mar era muy agradable al correr por la orilla. Teníamos suerte de que esa noche había una luna llena muy grande y hermosa que, junto a las pequeñas fogatas, iluminaba la noche.

Cuando llegamos, me tumbé en la arena, jadeando. Estirar de dos personas para que se apresuren, ¡cansa! Me quedé un ratito en esa posición antes de incorporarme un poco.

- Eli, Kagamin. Sentaos, sentaos... vamos a echar un vistazo a la gente.

Pero el estómago de Kagamin rugió. Ambos la miramos y nos echamos a reir.

Fiesta… Hacía tiempo que no oía esa palabra, no desde el punto de una integrante, al menos. Con anterioridad, habría cogido lo más atrevido de mi armario y habría salido sin preocuparme de las miradas lascivas que pudieran lanzarme, a fin de cuentas, ese cuerpo humano no era más que eso: Una forma de millones que podía adoptar. Sin embargo, por algún motivo que no conseguía ubicar sin sentir que la cabeza se me cerraba(1), no quería, en esos momentos, andar por ahí así, podía ser tal vez por lo que pudieran pensar los gemelos, o quizás por el hecho de haber permanecido en esta forma el suficiente tiempo como para despertar algún tipo de instinto humano, quizás lo que se dice “Pudor”. Finalmente, decidí coger simplemente un vestido violeta bastante cómodo y holgado, debajo, siguiendo el consejo de la tutora, llevaba un bañador, aunque lo más seguro es que al mínimo contacto con el agua me transformara en un cangrejo o una lobina, pero bueno, nunca se sabía.

Miré el reloj, todavía faltaba bastante tiempo. Decidí pues, hacer experimentos con nuevas formas (Algún día debo enseñaros el triceratops ninja de quince brazos con pinzas de cangrejo y cola de hurón de doce puntas, mi creación estrella), pasando por escuchar música y por dormir la mona un rato(2). Fue en medio de tan provechosa y activa actividad cuando la puerta sonó finalmente. Todavía somnolienta (No sé que coño tienen en este instituto con despertarte mientras duermes) salí por ella, bostezando. Crucé los pasillos y bajé las escaleras correspondientes hasta llegar afuera, donde la brisa marina soplaba con calma y la música machacona de la fiesta, aunque apagada por la distancia, llenaba los oídos. No voy a negarlo, no era mi estilo preferido, pero bueno, fiesta sin música…

-¡Hola Kagamín! ¿Vienes con nosotros a la fiesta?-Oí a mi espalda, eran los gemelos. Sonreí.

-Claro, vamos.-Asentí, algo más animada.

Nos acercamos a la fiesta charlando de temas banales, detalles vagos sobre nuestra vida, tendencias más o menos vergonzosas, el tiempo y demás. Conforme nos íbamos acercando, los sonidos que antes eran apenas un apagado rumor comenzaban a cobrar fuerza. Cerré los ojos un momento y noté como algo tiraba de mí, solté un pequeño gritido, afortunadamente, solo era Eileen, que nos remolcaba a los otros dos, instándonos a ir más deprisa.

Finalmente pisamos la fría arena de la playa, cumplida su meta y ya completamente introducidos en la fiesta se tumbó en la orilla. La luna llena bañaba todo con su pálida luz mortecina, la arena estaba salpicada de pequeñas fogatas y por doquier iban y venían estudiantes con refrescos, charlando, bailando o haciendo el payaso. Me senté a un lado con las piernas cruzadas y me quité las chanclas (me gustaba andar descalza por la orilla). Eileen se levantó al poco.

-Eli, Kagamin. Sentaos, sentaos... vamos a echar un vistazo a la gente.-Dijo, iba a levantarme, pero entonces un rugido ensordecedor salió desde lo más profundo de mi estómago. Me quedé algo cortada, pero enseguida nos echamos a reír.

-Casi mejor vamos a buscar algo de comer.-Propuse, todavía riendo.
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(1) Literalmente, cuando te ensimismas demasiado a veces el cuerpo empieza a cambiar sin motivo aparente ¿Os he contado ya lo del conejo blanco?

(2) Literalmente (De nuevo).

[Off: exigimos saber qué hay o un mínimo de desarrollo de la situación para saber qué podemos hacer!!!]

[Off: Sep]

[Offrol: No voy a ser menos: +1]

[Me sumo a la iniciativa. +1]

Un chico joven se adelanto a Kagamin, trayendos comida a elejir. El resto de la playa esta ocupado por jovenes, seguramente borrachos, gritando y bailando como locos.

Kevin solo ve la fiesta desde lejos. La gente parecia divertirse. Unos bailaban, otros hacian el tonto, y otros lo llevaban a extremo, tirando a sus compañeros al agua.

Un chico joven, presumiblemente estudiante con ansias no precisamente puras, se acercó con algo de comida en las manos. Le miré con extrañeza, pero enseguida reparé en lo delicioso del alimento. Seguramente no fuera más que un ligón de playa, pero en fin, al menos sabía ser oportuno, cosa que no se podía decir de la mayoría de tíos así que he conocido y de los que, más de la mitad, acabaron con cierta parte ardiendo.

-¿Es para mí?-Pregunté, enarcando una ceja en gesto de sorpresa no fingida.

-Bueno, para ti y tus amigos.
Parece que el joven sabia finjir, aunque no lo suficiente como para que no te dieras cuanta de sus intenciones, pues su mirada se desviaba cada dos por tres a zonas indevidas.

Miro con cierto recelo al chico que se acerca a Kagamín. Veo en su rostro las miradas indiscretas que le lanza a nuestra amiga. No hace falta que le mande imágenes a Leen, porque seguro que ella también lo ha notado.

Me adelanto yo también, entrando en la conversación para sacarle a Kagamín a ese chico de encima.

- ¡Vaya! ¡Cuánta comida! Anda, si traes sándwiches, me encantan – sonrío elocuentemente mientras le arrebato al chico parte de la comida que llevaba. Trato de mantenerme junto a Kagamín, dándole a entender a ese que no tiene nada que hacer con ella. Sus miradas lascivas me han molestado, y no creo que nuestra amiga quiera tener algo con él – Parece que está muy animada la fiesta, ¿verdad?

[Ver miradas indecentes. 40+60=100]

El miembro 'Herrian' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 60

-Bueno, para ti y tus amigos.-Mintió, aun cuando fuera una actuación debidamente refinada, al menos en lo referente a mentir. Normalmente alguien que va de amigo no te mira ciertas zonas que prefiero no escribir por poder resultar un tanto... Escabrosas a la hora de leer, indebidas es la palabra. De todas formas, y aunque nunca hubiera sido muy amiga de los chuloplaya, bastante hambre tenía como para desdeñar algo de alimento de esa manera. Aunque si bien es cierto que era algo completamente obligado e indeseado.

Iba a hablar, sin saber muy bien que decir, sin embargo, cuando apenas había abierto la boca, Elisio salió en mi ayuda.

¡Vaya! ¡Cuánta comida! Anda, si traes sándwiches, me encantan –Sonrió, levantándose y arrebatándole, ante mi sorprendida mirada, la comida. Siempre colocándose entre el buscón y yo en posición casi defensiva. El chico desistió pronto y se marchó cabizbajo, frustrado ante su fracaso.– Parece que está muy animada la fiesta, ¿verdad?

-Graciaaas.-Medio reí, cogiendo un sandwich y devorándolo con ansia.-Y gracias por echarle. No sé qué podría haberle dicho.-Agradecí, sonriendo aliviada.

KEVIN NASH

Desde lejos observaba la situación de la fiesta... ¡Adolescentes!

Todavía no había conseguido ver a Shiaka, pero en contrapartida, me percaté de la presencia de los "raros", acompañados de la otra chica, parecía que habían hecho nuevos "amiguitos".

Me ajuste mi gorra en la frente, cogí una postura más cómoda y pensé: Creo que va a ser una laaaarga y aburriiiiiiida noche

Anotación: raros = clara referencia a los gemelos

Detras vuestro una chica aparece corriendo. Se acerca a vosotros. Era muy joven, y lleva la ropa muy arrugada.
-Hey, ¿que no salís a bailar?-dice con un marcado accento frances. Despues clava los ojos en Elisio, le coje la mano e intenta tirar de el hacai el gentio-. Vamos, ven a bailar conmigo.

Estábamos tan tranquilos Kagamin, Elisio y yo charlando, cuando una desaliñada desconocida aparece y le toma de la mano a Elisio para llevárselo a bailar. Automáticamente y como si mi mano fuera llevada por la nada, le agarro fuertemente a Elisio de la otra mano, impidiéndole que se marche.

Me sentía... extraña. Cabizbaja, me quedé mirando al suelo, con cierta incomodez. Yo que estaba tan feliz... ¿Quién era esa muchacha? ¿Y por qué quería llevárselo de mi lado sin más?

Agarré aún más fuerte la mano de Elisio.

En medio de la fiesta aparece una chica, que viene directamente hacia nosotros. Tiene la ropa algo arrugada, y nos habla con un marcado acento francés. Entonces, de pronto, me invita a bailar con ella.

- Pero yo…

Toma mi mano sin dejarme tiempo a decir nada. Entonces siento una fuerza que me estira del otro brazo. Una cálida y conocida presencia. Giro la cabeza, desconcertado, para ver a Eileen tirando de mi otro brazo, evitando que la chica me lleve a bailar.

- Esto… - me quedo sin habla, no sé bien qué decir. Mi hermana se limita a mirar al suelo, reaccionando de una manera extraña. Siento como se aferra a mi brazo. La chica que ha venido tampoco parece cesar en su empeño, y en medio de las dos me siento como si me fueran a partir por la mitad – Chicas…

Esto es nuevo para mí, nunca me había pasado algo igual. Busco a Kagamín, pidiéndole auxilio en una mirada cargada de desconcierto.

Tras el incidente con el chaval seguimos charlando como quien no quiere la cosa. La comida robada/requisada/tomada prestada/sustraída/oso hizo que mis tripas dejasen ese molesto gruñido que a nadie le gusta tener en su estómago, no por nada especial, simplemente por esa sensación de vacío, falta de energías y demás, hambre vaya, pero me siento poética, de vez en cuando hay que adornar un poco.

En todo caso, como salida por la nada, una chica de marcado acento francés tomó a Elisio de la mano y lo arrastró a la pista, invitándole a bailar, después de todo, ser tan guapo nunca es del todo bueno. Pero en fin, justo cuando iba a salir disparada con él, Eileen le sujetó el otro brazo, cabizbaja. Si fuera más aficionada al manga me habría emocionado y todo, pero claro, solo pude pensar que menuda puta suerte tenía el chico (aunque, siendo sincera, él no parecía compartir mi opinión). Mientras, yo seguía comiendo, observando con ligero desinterés la escena, al menos hasta que me topé con la mirada implorante de Elisio, entonces me levanté y acudí en su ayuda, supongo que era buena forma de devolverle el favor.

-Eh, eh, eh.-La detuve, agarrando la mano de la recién llegada con ligera brusquedad.-Está muy feo que te lleves a un tipo sin pedirle permiso, ya sé que es guapo y tal(1), pero mujer, al menos invítale formalmente.-Continué obligándole a soltar su mano y colocándome entre ella y él.
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(1) Lo siento, pero me encanta la cara que puso él.

La chica os mira con los parpados a medio ojo.
-¿Seguro que lo que pasa es que no quereis compartirlo con las demas chicas?

¿Compartirlo?

- ¿¿Te crees que mi hermano es un mono de feria que puede ir de hombro en hombro o qué?? - me puse frente a la muchacha por delante de Elisio sin soltarle la mano, encarándome con ella. Que tratara así a mi hermano me indignaba mucho.

¿Quién se cree que es esta muchacha?