Seles utiliza Modificar Recuerdos.Gritas y aprietas con fuerza tus heridas, intentando calmar el dolor. Tu llanto resuena a la par que un trueno.
Seles, con total serenidad, se acerca hacia ti. Mientras camina, algo te ocurre, y sientes como si tu cabeza fuese a estallar. Te aprietas con fuerza en las sienes y cierras los ojos.
Tus recuerdos están cambiando, a partir de ahora, lo que realmente ha ocurrido, para Alexei, es esto:
Accediendo a la mente de Alexei...
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Te quiero... hermano...
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Además, no parece ser amenazante...
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No se preocupen por mí, ni siquiera ronco...
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Eres un magnifico musico, de los mejores que he oido...
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Todo sea por el honor de tu familia...
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Necesito… descansar… un poco...
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(sustituyendo recuerdos...)
Para ganar el reconocimiento de tu hermana, y para honrar a tu familia, te encaraste con Godia, la caballera de Montesa, para capturar a tu objetivo, Dakota.
Para tu sorpresa, un ente llamado Daguerreo custodiaba a la pequeña, escapando a tu percepción. Y cuando durante el combate, Godia comenzó a ceder ante tus puños, la horrible criatura se materializó, fusionándose con la niña para incrementar su poder.
Juntos, la caballera y el mágico ente, te abatieron con facilidad, y comenzaron a darte una paliza, mientras les rogabas clemencia.
El poder de aquella criatura era inmenso, escapaba a tu comprensión, y Godia, escudándose en su compañía, no escatimó en insultos:
-¡Basura inmunda, no sois digno ni del azote de mi calzado!Gritaba, mientras te pateaba estando tu, inmovil, en el suelo.
Te encogiste cuanto pudiste, manteniéndote en posición fetal, abrazando tus piernas. No eras más que un niño, y sin embargo aquellas personas, adultas y fuertes, no mostraban un atisbo de piedad ni honor. Te propinaban fuertes patadas en la cara, el estómago, en los riñones...
De pronto, comenzó a llover. La tierra sobre la que te recostabas se convirtió en barro. Y los azotes y burlas no cesaron:
-Maldigo a tu familia, a la puta de tu madre y al retrasado de tu padre ¡todos enfermos! ¡enfermos por engendrar a una basura como tú!Decía, aquel que hacía llamarse Dakerreo.
Estabas empapado, lleno de barro y sangre. Tus huesos estaban rotos, y tu cuerpo lleno de moratones. Empezaste a llorar, aquellos insultos te superaban.
-¡Ahora se pone a llorar! ¡maldito llorica, muestra un poco de dignidad! ¡Cobarde! ¡Es como golpear a un perro o a un leproso!-Un perro habría opuesto más resiestenciaSe burló Godia, para luego echarse a reir. Su compañero la acompañó con una fuerte carcajada.
La lluvia seguía cayendo. Y por un momento, los golpes se detuvieron.
-¡Por mi espada! ¿qué clase de trasto inútil es este? ¿qué función ocupa a parte de estorbar ¡birria inmunda es, igual que su dueño!Decía Godia, mientras sujetaba a Stradivarius con una mueca de asco en su cara. Después lo arrojó con violencia al suelo, y comenzó a propinarle patadas, hasta convertir el legado de tu padre en astillas.
Te habría gustado levantarte y haberle arrancado los ojos por semejante ofensa, pero en lugar de eso, rompiste a llorar. Al fin y al cabo solo eres un niño. Cerraste los ojos, pero no tardaron mucho en abrirse...
Sentiste una fuerte puñalada en tu estómago, y luego otra en tu hombro. El dolor te hizo rogarle piedad al cielo, con un grito que resonó en el vacío. La caballera de Montesa, atravesó tu indefenso cuerpo con su espada, y luego se mofó.
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Se fueron...
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Querian dejarte morir ahogado en tu propia sangre...
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Se reian...
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-Siento haber sido tan dura.La voz de Seles llegó a tus oidos como la más dulce de las melodías.
-Esas personas... quienes te han hecho esto... merecen el peor de los infiernos...Te cubrió con su paraguas con un gesto afectivo.
-Lo siento, todo ha sido culpa mía. Pero necesitaba que sintieras lo que sientes ahora... necesitabas conocer esta angustia...
Solamente con odio te harás más poderoso. Y algún día, serás incluso mejor que Padre. Todo gracias al odio, todo gracias a lo que te han hecho sentir esas personas. Ahora, déjame ayudarte, te convertiré en quien necesitas ser.Una sensación indescriptible azotaba tu corazón. Era odio, odio en su estado más puro. Ansiabas poder por encima de todo, también querías venganza, justicia y honor.
Te levantaste debilmente, secando tus lágrimas, y procuraste un grito al cielo, un grito de amargura y furia:
¡¡OS MATARÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!! ¡¡LO JUROOOOOOOOOOOOO!!Acto seguido, te desplomaste y quedaste inconsciente. Lo último que escuchaste, fue a Seles susurrandote al oído:
-Alexei ha muerto. Pero en la Hermandad del Silencio, ha nacido un nuevo miembro.