Hombres Lobo II : "El legado de Puerto Lupo"

-No solo recurre usted a la demagogia, ¡si no que incluso recurre a los ataques ad-hominem!

-Señor Furion, desde la oposición le rogamos que no recurra a referencias a series de televisión que no vienen a cuento, para facilitar el procedimiento. Y rima.

-Si lo dice, a menos que sea inculto y no sepa qué es una rima consonante.

Me acerqué unos pasos a Don Perico, algo tímido y receloso.

- Mire usted Señor Don Perico, no es que tenga nada contra usted, pero es que Don Furion me parece un tipo buena onda, y confío más en los soldados españoles que en sus cristales reforzados. Y no se me enoje, por favor, sólo le estoy dando mis argumentos. ¡Tengo hijos, tengo que pensar en su futuro! ¡Así quizá algún día puedan alcanzar el sueño español!

Me giré hacia Don Furion, y le dí otro abrazo.

- Que el Dios Quetzalcóatl le proteja, señor. Ojalá sus futuras decisiones traigan paz a nuestra aldea. No más, yo sólo quiero seguir con mi vida de repartidor, ganar buena plata y pedirle a Don Antonio un aumento. Así podré llevar de visita a mi esposa Guadalupe al condado peruano, para ver a la familia.

Dicho esto, bajé del escenario. Después, sorprendido, miré la hora en mi cecular.

- ¡Santa Guadalupe, mira qué hora es!

Salí corriendo a casa de Don Antonio, necesitaba ese aumento. Ahora mismo, el futuro de mi matrimonio dependía de mi jefe. Sólo él, con su látigo o con su buena fe, podría amargar o mejorar mi vida considerablemente.

Dejo media hora más... por si las moscas.

Tras una noche tranquila y sin problemas, salvo el sonido de cañerías, antiguas, antiguas como mi jodida espalda... pero de todas maneras una casa como otra cualquiera, no tenia muchas ganas de salir a la luz del sol, ese licor de hierbas me pone a cien por la noche, pero me destroza por las mañanas.

Junto con mi botella de vino y el cartel de "DEME ARGO PARA MIIS HIGOS" bajo el brazo, no me moleste mucho en escuchar las tonterías que decían de lobos ni elecciones, así que mi boto a todas esas tonterías fue un simple "hidalgo", apure mi botella y me la trague a salud de los presentes, apañe mis harapientas ropas y me largue a seguir privando a casa después de recoger unas pocas monedas en la plaza.

No sin antes gritar con una voz de borracho de pueblo,- YO BOTO POR FURION, (así traerá a soldados, que siempre dejan algunas monedicas).

En el último momento, un furtivo don Perico introduce su voto en la urna de Furion

-Todo sea por los caramelos...

Después de un acalorado día lleno de verborrea y demagogia, entregáis el puesto de Alguacil a Don Furion. Él, feliz con su victoria, se va a su casa, y os pide a todos que hagáis lo mismo. Mañana será otro día.

Buenas noches, Puerto Lupo.

Cuando las campanas sonaron, marcando de que ya eran las 10 de la noche, y tocaba irse a dormir, suspiré. Había ganado. Era el nuevo Alguacil. Le entregué a todos un cupón que decía: "Vale por tres botellas de vodka.", y tras eso me fui a mi mansion.

Cuando cada uno llegó a su casa, vio enfrente de su puerta una caja llena de chuches. Excepto Carpa, que no votó por mi.

Aún dándole vueltas a las sabias palabras de Furion, me retiré a mi casa, a escribir más y más hojas de trasfondo.

Os despertáis descansados. Esta noche, quizá al ser la primera bajo el mandato de un alguacil competente (o al menos parecerlo), os ha hecho descansar mejor que nunca. De buena gana os desperezáis, laváis vuestra cara y os dirigís, con el canto del gallo, a la plaza.

Cada uno va pensando en sus cosas, pero todos os sorprendéis con un grito. Guiados por el sonido del alarido, os dirigís hacia la casa de uno de los convecinos. Conforme vais callejeando os vais haciendo a la idea… Los hombres lobo han atacado, y cuando llegáis a la zona del crimen, ya hay varios aldeanos rodeando el cuerpo desollado de Carpazzo.

Su cara, la única parte que no está cubierta de sangre y vísceras, refleja un pálido aterrador. Quizá por la falta del azúcar de las golosinas que Furion no le dio. Su última cena fue un mísero limón caducado…

El/Los lobo/lobos han matado a un aldeano.

Don Antonio no me había subido el sueldo a pesar de mis insistencias, decepcionado, regresé a casa y me fui directamente a la cama. A la mañana siguiente, el barullo de la calle me despertó. Me vestí y desayuné lo más rápido que pude, le di un beso a Guadalupe y a mis hijos, y salí raudo a enterarme de lo que había pasado.

- ¡Ay mamasita!

Exclamé sorprendido al ver el cuerpo inerte y ensangrentado de aquel buen hombre. ¿Qué motivos condujeron al culpable, o culpables, a cometer semejante atrocidad? Estaba seguro de que aquella muerte no había sido casual. Debía existir algún móvil, sin duda.

- ¡No puede ser! ¿Dónde está ahorita el señor Furion? ¡Él nos prometió que traería a los soldados españoles! ¡Miren lo que acontesió por no haber nadie vigilando las calles!

Estaba indignado, me sentía traicionado por Furion. Aunque quizá estaba exigiendo demasiado. Quizá los soldados ya estaban de camino, y yo sin saberlo, tenía que seguir confiando en nuestro líder ¿o no?

- Hoy fallesió este wey ¡Pero qué me garantisa a mi que mañana no se comerán a uno de mis chamaquitos! ¡No wey, no más!

Oh Dios mío, han matado a Carpa. ¡¡¡Hijos de puta!!! Seguro que esto es obra de Shade. Algunos pensaréis que no tiene sentido ya que Carpa fue el único que le votó, pero yo le veo todo el sentido. Shade ha matado al único que creíamos que no iba a matar, para así hacer que creamos que Furion se ha vengado de él por no votarle. ¡Shade, eres un hombre lobo y por ello arderás hoy en la hoguera!

Mientras iba diciendo todo esto, señalaba constantemente con el dedo a Shade. Y cuando dije la última frase saqué la antorcha de la mochila, y le prendí fuego esperando que el baile arrítmico de las llamas incitara a la multitud a quemar al maldito licántropo.

Me desperté con mis babas cayendo por la boca, abierta, semi-entumecida de la borrachera tan inmensa que me pegue, me intentaba levantar de mi mugriento sofá y tire a apagar un trasto de tele que ni tenia cable.

Rebusque entre las bolsas de mi casa, mire por las estanterías de trastos inútiles que recogía de la calle, dicen que tengo principio de diogenes, peor yo creo que eso jamas lo he recogido, al contrario tengo de todo menos eso..Pero mi objetivo era encontrar el cartel de los martes, Un magnifico cartel hecho con una plancha de metra-quilato, en el que ponía "MI FAMILIA HA SIDO SECUESTRADA POR UNA BANDA DE NINJAS, POR FAVOR DEME DINERO PARA TOMAR CLASES DE KUNFU PARA LIBERARLOS", ese cartel me hizo ganar muchas monedas en el pasado.

Junto con mi cartel me dirigí a la calle, muchas personas se dirijan a una calle cercana a la carrera, yo mire la multitud y dije" monedas"...., las gentes estaban estupefactas mirando a un tipo descuartizado, yo por lo contrario mire un poco por encima a ver si veía algo de dinero cerca del pobre cadáver. Mi búsqueda de monedas se corto cuando escuche a un tipo gritar algo de hoguera, le preste atención un segundo al tipo que pedía fuego, y saque una botella medio vacía de mi andrajosas ropas, le metí el la boca de la botella un pañuelo sucio de mas y le prendí fuego.

Con una voz rota por la bebida y un gesto en el rostro de dolor grite.- SE HUELE AMOR EN EL AIRE... AMOR POR EL FUEGOOOOOO, YO VOTO POR PRENDERLE FUEGO AQUÍ MISMO.-Tras eso me cuelgo el cartel en el cuello e insto a la quema de Shade.

Me levante entre gritos, no sabia que pasaba aunque al contrarioq ue ayer que decidi no salir por miedo a los lobos hoy si lo haria. Habian matado a Carpazzo y estaban acusando a un tal Shade. Sinceramente todavia no me habia acostumbrado a esta gente, no era como lo pintaba a agencia cuando vine aqui hace dos meses.

Dado el convencimiento decidi darle un voto de confianza Rumil y voto por Shade para ser ajusticiado.

Caminé hacia el cuerpo de Carpa. -No puede ser... -Murmuré. Miré al cadaver impasible. -No hay tiempo para llorar por las muertes. Tengo un trabajo que hacer... Toca pensar con la mente fría/ -Se acercó a Rumil. -¿Cómo estás tan seguro de que fue Shade quién causó este asesinato? A lo mejor no fue él... ¡porque a lo mejor fuiste tú! Es muy fácil para tí decir todo esto...¿no? Claro, tras el discurso de ayer, quedaste iracundo tras ver que tu vecino Carpazzo no había votado por mí... ¡Así que decidiste comértelo! Y no sólo eso, sino que encima votas a Don Perico para que muera por tus actos, y así te libras de la oposición. ¿Cúal iba a ser tu próximo acto? ¿Devorarme mientras dormías y yo, confiando en tí como mi más fiel seguidor (porque lo eras, Rumil, para mí eras mi mejor seguidor) darte el puesto de Alguacil? No, no, no. Lo voy a impedir. ¡Nunca dejaré que esta aldea sea gobernada por un Hombre Lobo!

Voto a Rumil como Hombre Lobo.

Don Perico se despertó tarde aquel día. Se había empachado con retortijones, y había estado durmiendo hasta el momento. Cuando se levantó, se dirigió a la plaza del pueblo, indispuesto pero todavía emprendedor, con toda la intención de colocar al menos uno de sus dispositivos anti hombres-lobo. Sin embargo, lo que se encontró en la plaza del pueblo lo dejó sin respiración. Los restos devorados y desfigurados de Carpazzo. Pero, seamos sinceros, a don Perico, más que el estado del pobre Carpa, en estos momentos le preocupaba la marabunta de gente enfurecida que se acercaba hacia él, enardecida por la figura de un mendigo y un tipejo sin rasgos característicos. Le acusaban con una lógica que sonaba horriblemente parecida a la de los trolls.

Don Perico, rodeado y acongojado, no pudo más que balbucear unas palabras en su defensa.

-Yo.. yo... ¡yo no he sido!-Comenzó a lloriquear. - ¡Yo jamás haría daño a una mosca! Es porque no te quise devolver el dinero cuando te quejaste de que la aspiradora estaba estropeada, ¿verdad, Rumil?

Conforme alzaba la voz, don Perico iba recuperando la compostura.

-Además, siguiendo esa lógica ¡cualquiera podría ser un lobo! ¡Tú, que ayer mismo demostraste tu escasa lealtad pasandote al bando contrario sólo con unas palabras bonitas, podrías querer inculparme a mí de esta manera, matando a alguien de mi lado para que todo pareciese un complicado complot! ¡Furion, que pretendería así un triple juego, haciendo que pareciese que era un asesinato que le convenía tanto que era imposible que lo hubiese cometido él! ¡Taku, que está en la misma posición que tú pero que encima nadie puede relacionarle porque ha votado contra el más obvio por razones que tienen más que ver con la política que con la muerte del aldeano, con lo que nadie se enteraría!

Miró a los lados, todavía aterrado incluso si mantenía malamente el tipo.

-¡Es más! Podría ser incluso uno de los que no participaron en la votación de ayer. ¿Quién te dice que no fué uno de ellos, esperando que nos matemos los unos a los otros mientras se nos siguen devorando entre las sombras?

-Visto lo visto, y como la entidad con complejo de divinidad que me controla se está muriendo de sueño y no tengo claro que esté con energías para cuando toque quemar a alguien, tengo que decantarme por la única opción que de momento me permite vivir. Rumil... Te Elijo a Tí.

No tenía motivos para odiar a nadie, pero aquella acusación infundada de Don Perico hacia mi persona me ofendió. Lo cual, dada mi inocencia (que no obligo a nadie a creer), me hace sospechar claramente de él como Hombre Lobo.

- ¡No mames, Perico pinche pendejo wey! ¿Cómo te atreves a decirme eso? ¿Tanto te molestó que no votara por ti?

Al parecer, ya había alguien en el pueblo a quien linchar, un candidato para el apaleamiento. Y si tuviese que elegir entre Rumil y Don Perico, sin duda me decantaría por este último, pues sus argumentos no poseían validez alguna. Lo cual me hace pensar que se trata de un intento desesperado por librarse de los palos.

- Miren pinches, seamos lógicos: la única acusación con fundamento hasta ahorita ha sido la de Rumil. Tiene mucho sentido lo que dice, pensadlo. ¿A quién mataría un Hombre Lobo de entre todos los presentes, para evitar la mayor sospecha posible? ¡A Carpazzo! Él único aldeano que votó por él. De este modo, culpariamos a Furionsito, que él realmente no habría sido tan tonto de mate de matar justamente al único cuate que no votó por él. Habría sido delatarse a sí mismo. Por lo tanto, cuates, yo opino que Don Perico (Shade) es Hombre Lobo. ¡Y voy a dar dos motivos! El primero es por el planteamiento que ha hecho Rumil es perfectamente lógico. ¿Y con qué le responde Don Perico? ¡Con que está enojado por que no le devolvió el dinero de una aspiradora! ¡¿Qué clase de pretexto es ese?! Mi segundo motivo es claro, si me ha mencionado a mi como posible presa, es porque claramente es mi enemigo, ¡Un Hombre Lobo que quiere devorarse a mis chamacos!

Entristecí la mirada. Nunca habría acusado a nadie de no tener pruebas fehacientes, pero Rumil y aquella acusación del propio Don Perico me dijeron todo lo que necesitaba oír. De haber un Hombre Lobo, sin duda sería él. Por otro lado, me preocupaba el hecho de que Furion fuese el Hombre Lobo, y de que en un intento desesperado y vengativo, se hubiese quitado a Carpazzo de en medio para acaparar todos los votos. No sé, era extraño, pero no creo que Furion sea tan idiota. Lo más evidente es que Don Perico sea el Hombre Lobo, sí, y si nos equivocasemos, que no lo creo, entonces sabríamos que el Hombre Lobo pertenece al otro bando, y que no es tan inteligente como pensábamos. Sí, ya estaba decidido.

- ¡Apoyo a Rumil en el linchamiento! ¡Don Perico debe morir!

Soy Rumil. Estoy en casa de Kray, pero voy a defenderme desde aquí.

Tus palabras me hieren Furion. Intento defenderte de una más que probable acusación y tú me acusas a mi. El poder se te ha subido a la cabeza. ¿Por qué defiendes a tu oponente? Seguro que las elecciones de ayer fueron una farsa! Tú y el señor plasta sois hombres lobo y os presentasteis como únicos candidatos. así, ganara quien ganara, los lobos ostentarían el poder. Nos engañaste con tus falacias! Pero tu pico de oro no te salvará por mucho tiempo. Cuando quememos a tu compañero hoy y veamos que es un hombre lobo, tú serás el siguiente.
Tras el discurso, señaló al borracho y dijo:
Hasta este despojo humano lo haría mejor que tú.

Soy yo con mi cuenta:


Miro expectante para darme cuanta con mis lentos reflejos de que se cuece a mi alrededor. Cuando veo como me señala Rumil asiento a sus palabras, quito el trapo que convertía mi botella en un cóctel molotov y le pego un trago, añadiendo:

He!!!!!, tiene razón el santo, en caso de haber tongo me presento para alguacil, seguro que no seré limpio pero si seré justo.Tras esto me tiro un eructo sonoro y coloco de nuevo el trapo en la botella, dejando la mano en forma de cazo esperando limosnas.

-Taku, no te he acusado. Por el contrario, solo estaba defendiendo cómo todos los presentes podíamos ser culpables siguiendo el planteamiento de Rumil. Podía haber hablado de cualquiera, puesto que al terminar la votación todos excepto Carpa, aquí muerto, votasteis en mi contra. Y mi argumentación es tan válida como la suya. Se le pueden dar tantas vueltas como se quieran a ese "pero lo ha hecho para que parezca que no ha sido él". Y cualquiera que haya visto la princesa prometida lo sabe. He dicho.

Don Perico enunció estas líneas con tristeza, como un cordero que llevan al matadero, consciente de que su futuro era incierto como el de un puerco viejo y negro como el traje de batman.