Hombres Lobo de Castonegro III: "La maldición de Wolvetown"

Wolvetown. La vacía, pobre, y antigua Wolvetown. Escondida entre los valles de los Grandes Montes del Berengel, el pueblo de Wolventown, antes ciudad turística, ha cerrado sus puertas a visitantes.

Los ciudadanos están aterrados. Han escuchado sobre las maldiciones de Castonegro, los Hombres Jaguares de Puerto Lupo, y temen ser el próximo objetivo de la maldición que poco a poco arrasa con el Principado.

Los Hombres Lobo... Antaño un mito... Mas es tan cierto como lo fue la Plaga, o la Peste negra. Vendrán, tarde o temprano...



El sol se levantaba por el horizonte, cortado por el monte que a lo lejos antaño protegía la ciudad. Y cuando llegásteis a la pequeña plaza central, visteis el cuerpo del viejo Alguacil... El pobre Señor William, un señor bastante mayor, un pelín rechoncho y de muy buen corazón, se hallaba muerto en la plaza. Y alrededor del cuerpo se pueden ver marcas de afilados dientes.

Vaya, hombre...
Con lo tranquilos que estábamos.

La tragedia de Castonegro había llegado a oídos de todos, pero nadie imaginaba que acabaríamos viviendo la misma suerte. Pobre Señor William. Y pobre el que ocupe su puesto, que no seré yo, desde luego...

Me gusta demasiado la vida, y si por mí fuera me largaría de este maldito pueblo para siempre.

-Ehem... ¿algún candidato?

Con cara de enfado más que de tristeza, Rumil llegó hasta el cuerpo del alguacil. Tras unos segundos de reflexión gritó a los cuatro vientos:
¡Oh, mierda, el alguacil no! ¡Malditos lobos cabrones, no tenéis suficiente con matarnos que encima nos hacéis pasar por jornadas electorales! Me niego a participar en esta farsa, mi voto va para el primero que incluya la palabra sodomía en su discurso, me voy al bar.
Y tras esto se fue al bar.

Ega una bonita mañana en el pueblo de Wolvetone, me gustaba el pueblo pogque siempre lo crei un sitio en el que uno podia pasag una modesta y tganquila vida... Pego hace poco una tgagedia llego a los oidos de los puebleginos y ,pog lo tanto, a los mios. Castoneggo habia sufgido un tegible ataque... Pego... Me dije a mi mismo nunca pasagia en este gemanso de paz... Pego habia pasado... El señog William ega un señog bueno y amable, un alguacil sin demasiadas pgocupaciones... Y ahoga estaba muegto, devogado pog... "Hombges lobo" Al veg su cuegpo me estgemeci:

-Mon dieu! - Exclame sonogamente.- Señoges, madames... Debemos ponegnos manos a la obga y buscag un alguacil que sea capaz de haceg fgente a esta situacion.

Ante vosotros se presenta una niña de 5 años. Tiene dos coletas de pelo castaño, un vestido con dibujos de piruletas y unos zapatos de charol rojos.

- Yo quiero ser alguacil ¿puedo? ¿puedo?

-Ay por dios!! ¿¿Una niña??? Tú no sabes dónde te metes chiquilla... Adónde vamos a llegar hoy día con la política... ¿Y si le hacen lo mismo que al anterior alguacil?



Dijo una mujer, que se había juntado a la multitud del pueblo.

La señora María era una cincuentona bien conocida en todo el pueblo. Viuda desde hacía un año, había perdido en interés por su vida, pero no por las de los demás. Siempre metía su nariz en todo y era la primera en enterarse de todos los rumores que corrían por el pueblo. (También era la encargada de esparcirlos o de inventárselo en caso de que el pueblo estuviese demasiado tranquilo) Por eso se sintió tan molesta al llegar a la plaza y descubrir que era una de las últimas en llegar a velar al cadáver. De hecho, se sintió molesta en ser de las últimas en enterarse de que había un cadáver. ¡Ella estaba entre las mejores plañideras! ¿Por qué nadie la había llamado antes?

Se acercó al cadáver, pañuelo en mano, con el traje de negro luto que no se había quitado desde la muerte de la tía Juana, allá por sus años mozos. Iba a empezar con el llanto y los rosarios cuando la tierna voz de una niña la distrajo de tan importante tarea.

-¡Pero qué tontás dices niña! ¿Cómo vas a ser tú alcalde, el alcalde tié que ser un hombre ¡Un hombre! Tú deberías estar con tu madre, aprendiendo a guisar y a coser ¡como toda mujer de bien! ¡Deja la alcaldía para los hombres que saben más!

Un hombre de aspecto adusto y mirada fría, entrado en años pero no lo suficiente como para considerarsele anciano, llegó a la plaza. La mayoría de los lugareños le conocían desde hace tiempo, cuando se instaló hará ya más de veinte años recien llegado de la ciudad. Solía ser más bien hosco, pero era buen jugador de mús en la posada.

Echó un vistazo al cadaver, y agitó la cabeza apenado.

-Esto no puede seguir así. - Se dijo a sí mismo aquel tipo, mientras se llevaba el sombrero al pecho. Después observó a la chiquilla que se había propuesto a sí misma como alguacil.

-Chiquilla. - Dijo, con voz amable. -Esto no es ningún juego. Entiendo que solo quieres ayudar, pero este es un tema demasiado peligroso e importante como para dejarlo en manos de alguien tan inocente como tú.

Cogiendo una bocanada de aire, alzó una voz cargada de gravedad.

-No podemos permitir que esto se repita, como ya sabéis todos. Dos pueblos han caído ya, y este caerá también si no nos esforzamos. Me presento como alternativa a esta niña al puesto de alguacil, y que Dios nos ampare.

-¡Dios le bendiga buen hombre! -Dijo la señora María. -Si usté quié lleva la carga que supone este pueblo, cuente con mi voto.

La señora María se ajustó la mantilla en torno al cuerpo. Luego se arrodilló frente al cadáver y sacó su rosario. -Gloria al padre, gloria al hijo...

Agaché la mirada entristecida y dejé caer mis lánguidos brazos. Tan sólo las rodillas me mantenían en pie. Quería parecer una vida inerte, una marioneta hueca, un sentimiento tan vacío como las palabras que acababa de oír.

Entonces, resignada, murmuré:

- Okay.



Yo voto por mi misma. Its something.

A ver... Recuento de votos... Taku se vota a sí mismo... 1 a Shade, que cuenta con el voto de Aranel, hace 2...



Felicidades, Shade! Eres el nuevo Alguacil de Wolvetown.

Has subido un nivel!

Pero ya es hora de dormir... Que han llamado del asilo, asi que...

Duerme, pueblo, duerme...

La señora María terminó de rezar el rosario, se puso de pie y salió de la plaza, mañana sería otro día. Y lo tendría ocupadísimo organizando el velorio y hablando con el cura sobre la mejor fecha para la misa del pobre hombre. Así que se encaminó hacia su morada murmurando -¡Ay señor! cuanto trabajo para morirse una...

Aquello ega una autentica locuga... La niña, una inocente cgiatuga del señog quegia seg alcalde con todo lo que ello implicaba... Aquello no podia seg... Me nege en gotundo y vote al unico que habia tenigo el valog paga tomag la pesada caga del mandato asi pues me getige a mi casa y comenze a hogag pog mi alma...Ofgende al señog mi ultimo cgoissant y yo cene un tozo de bagette. Me acomode mi boina de dogmig y me pgepage paga el sueño... El cual espegaba no fuese etegno

El sol se levantaba como cada día, solo que hoy iba teñido de rojo. Los lobos habían actuado... Y todo empezó con un grito a lo lejos...

-¡Oh, no! ¡Mi hija! -Exclamó una mujer a lo lejos...

...Y cuando los ciudadanos llegaron al lugar de donde provenían los gritos, vieron que en el suelo yacía un pequeño cuerpo de una muchachita. Al parecer, Taku había sido devorado por los hombres lobo.

Una aldeana ha muerto...

Las campanas sonaron cinco veces... Una por cada año que la víctima había sobrevivido en este oscuro mundo.

(xDDDDDDDDDDDDDDD jodeos pringaos, que os he puesto a todos los huevos de corbata con una niña de 5 años xD)

"Uff menos mal que no he sido yo." pensé. Luego, dirigiéndome a la multitud dije:
"En mis tiempos mozos estas cosas no pasaban. Cuando todo esto era campo lo más peligroso que había era molestar a las vacas del Cuernoquemao, porque el tío estaba loco. Pero desde que los guiris empezaron a venir el pueblo ya no es lo mismo. Que si tele por satélite, que si hoteles, que si coches... ¡Nos han robado nuestra identidad! ¡Y ahora han traído hombres-lobo para matarnos! ¿Hasta cuando se lo vamos a permitir? Fuera los guiris hombres-lobo. Votad sí a la 24. ¡Empecemos por este franchute come-cruasáns! ¡A la hoguera!

-Qué rápido se les llena la boca a algunos con acusaciones...

Me voy a la Iglesia a rezar por la niña muerta.

OFF: Sí a la 24!!!!!!!!!!!!! XDDDDDDDDDDDD

Me fuí a llamar a la señora María (Aranel), juntas rezaríamos cinco rosarios por la muchacha muerta. Después, ya podríamos hablar de "justicia".

OFF: Taku yo sabía que tú no eras

Tras el quinto rosario rezado junto a la señá Eire. Nos encaminamos juntas de nuevo a la plaza donde alguno que otro del pueblo ya empezaba a acusar a gente. ¡Jesús! Aún no se había enfríado el cadaver de la pobre niña y ya estaban preparando las antorchas. bueno, pues ella no se iba a quedar de brazos cruzados viendo como linchaban a un inocente.

-Yo no quiero decir ná, que luego to se sabe. -Dijo la señora María envolviéndose en su mantilla. Gesto que todo el mundo conocía como previo a uno de sus discursos. -Pero el francés es un buen señor que paga religiosamente los huevos que me compra. ¡Y compra muchos! Sin embargo usté, señor Rumil, lo único que hace es hablar y exaltar al pueblo. ¡Ni siquiera le he visto ir a la iglesia a rezar por el alma de nuestros amigos en paz descansen. ¿Cuánto hace que no lo veo en misa? ¡Por lo menos desde las fiestas del año pasao! Pa mi que lo han mordío los lobos esos y no pué pisar un altar, porque le quemaría.

La señora María dijo esto con un tono de voz altivo, no le gustaba aquel Rumil ni su familia, desde que sus tatarabuelos se habían peleado por un problema de lindes con algunas fincas. Esa gente no era de fiar. ¡S'habían agrandaó el campo el cholo a costa de reducir el campillo del moro! ¡Y ya era bastante chico antes de que les robasen un trozo! Y era un trozo bien grande, casi tan grande como el tobillo de una gamba. ¡Hombre por Dios!

Injurias y calumnias señores. Soy un hombre práctico. Si ir a una iglesia a repetir las mismas frases una y otra vez como una gramola sirviera de algo, yo sería el primero en ir a hacer el paripé. Pero no nos engañemos, ni Dios ni Alá, ni Superman ni un ejército de hadas y duendes van a salvarnos. Hablamos de una amenaza real: los hombres lobo. Tan reales como los forasteros que año tras año vienen a nuestro maravilloso pueblo y nos roban nuestro trabajo, nuestra comida y a nuestras mujeres. Ahora encima nos asesinan mientras dormimos. Pensad en los niños, por Dios. ¿Es que nadie va a pensar en los niños? Este hombre de aquí ni siquiera puede pronunciar bien la erre. ¿Acaso vamos a permitir que nos mate alguien que no pronuncia bien la erre? ¿Qué sería de nosotros sin la erre? No tendríamos trabalenguas como "El perro de San Roque no tiene rabo porque Ramón Ramírez se lo ha cortado" o palabras como "zurraspa", "furcia", "mierda", "roña" y un largo etc. ¿Vamos a arriesgarnos a matar a un inocente? Si matamos al gabacho y resulta que no es un lobo, al menos habremos matado a un forastero. Señor alguacil, si es usted una persona de bien sabrá que estoy en lo cierto.
Mientras decía esto me paseaba a un lado y a otro de la calle. Cuando dije lo de los niños me acerqué al cuerpo sin vida de Takucita, buscando convencer al público. Mientras decía lo del francés ponía cara de asco, para que la gente comprendiera lo repulsivo que era aquel tipo. Finalmente cuando me dirigí al alguacil puse una mano en su hombro y le dije eso mirándole fijamente a los ojos.

"Felipe permanece medio minuto mirando el cuerpo con expresión absorta, sin poder apartar la mirada, luego se va en dirección al bar del pueblo.

Cuando reaparece, tiene una pronunciación extraña y lleva una botella de licor en la mano, se acerca a quienes discuten, y, con una deshinibición que Felipe nunca habría mostrado sobrio dice..."

Me fuí de la ciudad en busca de tranquilidad..... ¡¡TRANQUILIDAD!!

¿y que encuentro? ¿esto? yo no puedo aguantar estas cosas...

¡¡ALGUACIL!!- dijo con voz ronca- ¡¡¡VENGA DE UNA MALDITA VEZ!!!

"entonces se tambalea hasta el banco mas cercano y empieza a sollozar en silencio"

-Si el frances compra tanto huevos como dices igual es apra compañarlos con algo..... No se si sera el o no pero si es cierto que se han perdido las formas con tantos extranjeros. Asi que solo me queda decir, Si a la 24!!

Dije despues de quedarme un buen rato mirando el cuerpo de la pobre niña pequeña y harto de oir tantas acusaciones de quienes ni nisiquiera se preocupan de llevarse a la niña a darle el entierro digno que se merece.

Ega increible... Ese hombge que apestaba a cegveza me estaba acusando a mi el pobge fgances de habeg matado a una pobge niña indefensa... Un Malvado sin duda... Yo ega un hombge hongado que solo habia venido aqui en busca de la paz del campo...

-Señog alguacil pof favog...- Dije suplicante y temegoso con la boina entge mis temblorosas manos...- Este hombge no sabe lo que dice... Yo soy hongado, lo unico que he hecho es no pgonunciag la ege? Pof favog buenas gentes yo no os he hecho nada... Soy un justo ciudadano, pago los huevos y croissants que compgo y ofgendo una pagte al buen señog paga que me salve de las bestias que asolan nuestgo tganquilo pueblo...- Mige a todos.- Se que mi acento no es el adecuado, pego nunca me he metido con nadie, no dejeis pog favog que ese hombge y su locuga os contaminen... Soy un vecino como cualquiega y nunca jamas hagia daño ni a una mosca... Menos a una niña tan dulce como aquella... Si teneis cogazon... Pof favog apiadaos de este buen hombge de dios...- La bufanda goja que llevaba en mi cuello comenzaba a apgetagme.- Señog Gumil, no tiene usted decencia. Como se le ocuge tildagme de goba tgabajo y mata niños cuando habla usted de sodomia y de bebeg en los bages? Atgibuyo sus calumnias al alcohol pogque sino no entiendo quien le hagia a usted caso.- Me tige de mi espeso bigote nego.- Yo doy ggan pagte de lo que gano al pueblo y le exijo que detenga estas infamias. Quiza ellas vengan pgovocadas pogque usted es un malvado lobo y lo unico que quiege es hundig al pueblo como a los antegioges.

-Mon cher amis...- Dije cansado de tanta pagafernalia.- Esto esta de mas... Migad a ese hombge y decidme si vale la pena escuchagle cuando aun esta caliente el cuegpo, de esta pobge chiquilla... Este hombge no se a molestado ni un momento, solo estaba deseando que vosotgos me ajusticiaseis ahoga mismo.- Le mige cigcunspecto...- Eso solo puede debegse a una cosa. Gumil no siente piedad pog la niña, pog que fuegon sus gagas las que acabagon con ella.

-¡Mu bien hablao, si señor! -La señora María se volvió con gesto Adusto hacia Rumil. -¡Es usted un balsfemo señor mío! Habla de Dios como si no esistiere. ¿Le parece a usté bonito? ¡Él será quién nos ilumine y nos guíe a descubrir a los auténticos siervos de Satán! Y usté habla como alguien que no teme la ira de Dios. Y si no la teme es porque sabe que ya está usté condenado. ¡Usté es el hombre lobo que ha matado a la niña!

La señora María se había ido indignando a cada palabra que decía y ahora ardía con fervorosa fe. -¿Y usté? -Dijo volviendose a Quian. -¿Le parece bonito dejarse llevar por los prejuicios? ¡Pos claro que compra los huevos pa acompañarlos con algo! ¡Con las patatas que le compra al tío Feliciano y los cruasáns de donde ca la Ina! ¿A donde nos van a llevar todos esto prejuicios contra los extranjeros que lo íunico que hacen es traer dinero al pueblo? Lo que pasa es que tenéis envidia. ¡Vosotros! Panda de vagos y maleantes que sólo os dedicáis a emborracharos en el bar y a liaros con fulanas, deberiasis estar arando el campo, en vez de estar aquí intentando linchar a este pobre hombre.

-La buena señora se acercó al francés y le dio unas palmaditas en la espalda, tal vez un poco más fuertes de lo necesario.
-No se preocupe, buen hombre, que yo sé que usté compra los huevos porque le gustan mucho las tortillas, tanto españolas como francesas... Ya verá como al final les convence de su inocencia.