Hombres Lobo de Castonegro III: "La maldición de Wolvetown"

A lo lejos, desde el cementerio, una voz fantasmagórica gritó:
MWAHAHAHAHAHA!!! JÓDETE FRANCHUTE!

Llegue desolado a mi hogag... La señoga Magia habia muegto y con ella... Solo hega cuestion de tiempo... La fagsa estaba descubiegta... Mige mi ultimo croissant y me lo comi... Me segvi una copa de champagne paga espegag el final... El cielo neggo ega aviso suficiente incluso paga alguien que no tuviese mi extgaogdinadio don... Ya lo sabia todo... Lo veia todo... Y mi destino solo ega uno:

-Mogig.- Dije en la oscugidad.

Habia depositado mi confianza en la pegsona equivocada y lo habia pagado cago... Pego alguien me dijo una vez que la muegte nos songie a todos, asi que, devolvamosle la songisa. Y pog que no... Cantando? La cancion quiza no ega la mas apgopiada, pego segia un modo de gecogdag mi hogag pog muy lejos que estuviese de el.



Mientgas acababa las oi... Las gaggas en mi puegta... Tegmine y fui a abgig... Con una songisa. Le mige:

-Estoy en paz con el Señog, cgiatuga del infierno.- La copa de champagne en mi mano.- A tu salud, mon cher ami.- El lobo no se detuvo. Mi sangge me baño casi al instante, mi boina cayo a un lado, el sonido del fgagil cgistal al pagtise... Aun estaba vivo mientgas me destgipaba. Mis extgemidades saltagon en digecciones opuestas y mi estegtog ahogado se hizo con la casa... Pego songeia... Mi cuegpo desapagecegia en la tiegga yegma... Pego mi alma llegagia al Pagaiso. El fin de Jean Delacroix

Lloré amargamente la muerte de mi a veces amigo Jean Delacroix. Después, me dirigí a nuestro Alguacil, que más bien hacía poco, pero era el que mandaba.

¿Qué hacemos ahora? Vamos a morir todos....

Me puse a llorar como una madalena...

Qian seguía ahi, vivo, jugando con nuestras vidas, asesinándonos poco a poco... Pronto solo quedaría él.

-¡Qian ha hecho esto! ¡A LA HORCA CON ÉL! ¡No podemos rendirnos ahora, señor Alguacil! ¡Ponga justicia!

"Bueno, la cosa estaba clara, no había mucho que pensar. Quian apenas se había hecho notar, pero si Éire era la loba, su actuación era perfecta, todo dependía del alguacil."

Es hora de acabar con esto, Quian, has de pagar por tus pecados

Mi voto es contra Quian.

-Ja, ahora lo veo todo claro, vosotros dos sois los amantes y unos lobos, menuda punteria tuvo cupido.

Voto a Endalivar o a Eire, el que el alguacil decida, total sin el caigo yo XD.

Claro, claro, el adivino iba a por ti...¿por que razón si no es que sabía que eres lobo?

"dije con sorna"

El alguacil vino aquella mañana cargando un bulto extraño. Al contrario que otros días, llevaba la barba más o menos arreglada, y su sombrero de ala ancha estaba campechanamente alzado. Sonreía. Sus putrefactos dientes, al menos los que seguían en su sitio, vestían un desvaído amarillo.

-Bueno, señores. -dijo, de buen humor. -Parece que esto está a punto de terminar. Creo que todos los presentes tenemos bastante claro quién es quién.

Algo, un indicio de locura que nadie hasta el momento parecía haber visto, brilló en sus ojos. Lentamente, sin prisas, colocó el bulto ante él, y comenzó a desenvolverlo. Bajo las capas de tela se veía una hermosa escopeta, cuidada con mimo de la intemperie y el tiempo, preparada perfectamente para la ocasión.

-Señora Éire, usted decía ser una brujita, y la creo. Pero, como todos los sucios traidores de esta aldea, está aliada con los lobos, presumiblemente con Endálivar ya que apoyó la muerte de Qian, y no puede ser que acuse en falso a su cariñín, zorrita zoofílica.

Lenta pero seguramente comenzó a cargar una tras otras las balas, de buen calibre, en la escopeta.

-Por otro lado, tenemos tanto a Endálivar como a Qian. Sucios chuchos los dos. Esta tarde, sin embargo, se decidirá todo.

Con un golpe seco cerró la escopeta una vez hubo terminado de meter la munición.

-Éire, -el alguacil se sonrió. -es tu turno.-Dijo, votandola.

Disparó al suelo, para comprobar el buen funcionamiento de la escopeta. Sonrió de nuevo.

-Y después, Qian, tú y yo nos veremos las caras. - terminó Shade.

Con un movimiento de brazo volvió a amartillar la escopeta, mientras un cartucho vacío saltaba al aire.

Spoiler:

El momento había llegado. Shade, el Alguacil, decidió llevar a Eire al lugar donde tanta gente había muerto. Tantos inocentes... Un trueno sonó a lo lejos. Shade miró al cielo, y por primera vez, sonrió. Porque, por primera vez, sabía lo que hacía...

Esta vez decidió matarla al estilo inquisitorial. La ató a un poste, y encendiendo la antorcha, dijo: -¿Tus últimas palabras, maldita zorra peluda? -Dijo.

Eire miró a endálivar. Una lágrima cayó entre toda la paja seca. -Yo solo... Yo solo quería estar a tu lado... Nos veremos en el más allá... Te estaré esperando.

Entonces, Shade soltó la antorcha, quemando viva a la Bruja.

Entonces, endálivar perdió lo poco de cordura que le quedaba. Llevaba toda su vida solo, y por una vez que alguien ha llegado a preocuparse por él, muere... No podía aguantarlo.

Su pelaje empezó a acrecentar, sus dientes se convirtieron en colmillos. Sus manos se convirtieron en zarpas. El Hombre Lobo se abalanzó a la hoguera intentando sacar a Eire de ahi, intentando salvarla. Pero era demasiado tarde...

...Y endálivar murió quemado.




Sólo quedaban Qian, observando el fuego, y Shade, acariciando su escopeta. Empezó a llover, y el fuego se extinguió, mostrando los dos cuerpos calcinados. Tanto Qian como Shade sabían lo que iba a pasar...



...





...





...





Qian no podía aguantar más. Su sed de sangre, carne, y huesos le hicieron transformarse en lobo, y saltar sobre el Alguacil Shade. Un mordisco. Dos. Sentía la sangre fluir por sus colmillos...






BANG.




Una bala atravesó el corazon de Qian, el último Hombre Lobo.



Shade sonrió. Todo había terminado...


...


...Ahora le tocaba pagar por sus pecados.






Gracias por jugar ^^

Habéis perdido todos...

...Bueno, no...


A lo lejos se oía una voz...




-¡Me comeré todos vuestros cerebros!