Hombres Lobo II : "El legado de Puerto Lupo"

Según el recuento, Shadeseraph es linchado por la multitud.

Shadeseraph se esforzaba por explicarse y defenderse, pero nada podía parar las llamas encendidas y hambrientas, que poco a poco se extendían entre los pueblerinos. Entre todos lo atáis como podéis... pero ....

Don Perico pensaba que quizás hubiese sido capaz de apelar al buen juicio de sus conciudadanos. Quizás consiguiese aguantar una noche más, volver a ver a su amado. Incluso con la turba enfurecida que crecía más y más en dirección hacia él, seguía conservando un ápice de esperanza. Entonces, de entre la multitud, una terrible horca, coronada en negro acero, se extendió cruel hacia el corazón del vendedor.

Los ojos de Pedro, conocido como Perico, se abrieron de par en par, azules como el cielo de verano, congelados, clavados en Furion, en un gesto indefinido entre la plegaria y el miedo. De su pecho manaba un líquido negruzco, más oscuro que las profundidades de las fosas marianas.

-¡¡¡¡AUUUUUUUUUUUUU!!!! - Un grito desgarrado, hiriente, agúdo como solo el quejido de un lobo clamando a la luna podía serlo, se alzó entre el griterío de la multitud. Esta, impresionada por el trémulo rugido, no pudo más que callar asombrada por unos instantes.

El cuerpo del vendedor, todavía empalado por el acero de la horca, empezó a contorsionarse y deformarse, al ritmo de una inaudible banda sonora, mientras una espesa capa de pelo se extendía sobre su piel, antes pálida y pulcra como la leche.

La multitud reaccionó a tiempo, y como uno solo se abalanzó sobre la enorme forma lupina, armas en ristre, preparada para dar muerte a la bestia. Una, dos, tres estocadas le laceraban el cuerpo con crueldad. Lo primero que dejó de sentir fueron las extremidades. El orgulloso lobo cayó sobre sus cuartos traseros, derrotado, con su mirada fija a través de la multitud en la persona a la que quería con toda su alma.

-Yo... solo quería... sólo pretendía... estar con él... una vez más. Y vender mis artefactos anti-lobos.

Su cráneo se partió en pedazos en ese momento, cuando uno de los presentes, portando una pistola de buen calibre, disparó prácticamente a bocajarro al hombre lobo. Su ojo izquierdo salió despedido, unido al resto del cuerpo por una víscera sanguinolenta. Su ojo derecho seguía fijo en la distancia, opaco, sin vida, mirando sin ver.

Y así terminó la vida del primero de los carniceros de Puerto Lupus. Sólo quedaba hacer arder el cuerpo hasta dejarlo en cenizas, para que su maldición desapareciese para siempre.

Uno a uno, todos fueron ayudando a hacer una hoguera, todos, menos una persona. Había permanecido quieta desde que la mirada de Shadeseraph se posó en él por última vez y le regaló su último latido de bestia. Furion, inmóvil, en el medio de la plaza, dejó caer una lágrima.

Entonces explotó en cólera, rabia e impotencia. Comenzó a gritar y a llorar, su corazón estaba roto para siempre, porque su amado ya no estaba ni estaría nunca más a su lado. Corrió gritando, mientras todos le hacían paso, hacia el cuerpo yacente de su amado. A su lado, acariciándole la cara huérfana de un vida, había encontrado la felicidad. Sabía perfectamente que no podría vivir más sin sus besos apasionados y su sexo anal con cabras…

Entre la ira y la desesperación, sus ojos se inyectaron en sangre, y sacó la pistola que llevaba siempre consigo. Con un rápido gesto, se echó la mano a la espalda y la pistola se deslizó desde el cinturón a su mano con la soltura que solo su familia poseía: la mejor estirpe de cazadores de Puerto Lupo.

Sin embargo, no tenía fuerzas para empuñar el arma, ni mucho menos para apretar el gatillo. Ahora tenía algo que hacer, sabía que moriría pronto, porque su corazón estaba cada vez más débil.

Dejó caer el arma, mientras cogía una antorcha aun ardiente, y la arrojaba a sus pies. El fuego comenzó a crecer rápidamente por el pelo de lobo, ante la mirada atónita de todos.

Los dos amantes, morirían juntos.

Furion, delega tu cargo de Alguacil a alguien antes de morir.

Dicen que la mayor fuerza del universo es el amor. Que el poder del corazón, el amor, es capaz de cruzar fronteras. De superar grandes miedos, y de producir milagros.

El amor...

...no es más que una locura.

Spoiler:

El amor te hace soñar muy alto. Te hace volverte loco. Haces cosas que nunca harías. Y sí, eres feliz con la persona que amas... Pero, ¿a qué precio?

-...Lo que sea...

No lo podía creer. No él... -Mierda, mierda, ¡mierda! -Grité. Empecé a llorar. Este no era el final que me merecía. Esto no iba como lo tenía planeado...

Los frágiles sueños se rompían en mil pedazos.

Spoiler:

Intenté parar a Rumil de dar la estocada, pero ya era demasiado tarde... Irrumpí en lágrimas, ardientes en mis ojos pero frías en el pavimento de piedra. -¡Tú! -Grité. -¡Tú has hecho que todos mis planes, NUESTROS planes se derrumbaran! ¡Tú eres el culpable de esto! ¡Maldito seas, Rumil! -Lo dije bien alto, de manera de que todo el pueblo me oyese. Me acerqué corriendo a Taku, con la llave del ayuntamiento en mano. -Confío en tí, Taku. Lleva a este pueblo a un mejor viento. Haz lo que yo no pude hacer, pues el amor me cegó completamente.

Saqué mi pistola acto seguido, e intenté terminar con mis penas de una vez y por todas... Pero no podía. Caí en rodillas. Me sentía débil, el corazón me dejaba de palpitar. No podría vivir sin mi amado Pedro. No iba a vivir sin él.

Cogí una antorcha y, abrazando por última vez el cuerpo de Don Perico, prendí a ambos en llamas.

El amor tiene un precio. ¿Cuál fue el tuyo?

-Mi humanidad. Mi vida.

Después de que ayer prendiérais fuego a un lobo, pero la gloria se apagara por la muerte de vuestro alguacil, en el acto más amoroso que habíais visto jamás, no pudisteis muy bien conciliar el sueño.

Los primeros rayos de sol, os hicieron encogeros en vuestra duermevela, anunciaban que era la hora de despertarse. Sin ganas, algunos con los ojos rojos de llorar toda la noche, os dirigísteis a la plaza. A lo mejor Taku, aunque extranjero, era un buen alguacil para la aldea al fin y al cabo después de la negra jornada de ayer.

Pero hoy no iba a ser menos negro, al contrario, os estábais metiendo en la boca del lobo (nunca mejor dicho) y no podíais ver todo más turbio, sobre todo, después de ver que había un cuerpo tirado en la calle, sin aparentes signos de violencia, pero claramente muerto.

Se trataba de Kray_do, que sin vida estaba tirado en la calle camino de su casa. Alguien le había sorprendido y le había dado una poción... había sido envenenado. Bajo su cuerpo, asomaba una botella de cristal, vacía de alcohol...

Habéis matado a la Vidente.

¿Qué hacéis?

Una mirada oscura y fría se dirige a todos los ciudadanos, con una expresión clara y un cartel colgaó que dicia ...
"YO LO SABIA TÓ"

Oh Dios mío, han matado a Kray. ¡¡¡Hijos de puta!!! Así que el traidor de Plasta no era el único sucio lobo del pueblo. ¿Dónde están endálivar y Sodvii? No los vi el día de las elecciones ni tampoco ayer. ¿Se habrán ido del pueblo? ¿Estarán escondidos porque son los lobos?


EDIT: Señorita master, estaría bien saber si los arriba mencionados están jugando o no. Más que nada por empezar a lanzar acusaciones y saber si pueden defenderse o no.

Abracé el cuerpo destrozado y ensangrentado de Furion. No pude contener las lágrimas.

- ¡Pinches pendeeeeeejos! ¿Cómo pudieron matar al bueno de Furion?

Tenía sentido, Furion habría llamado a los soldados españoles si no lo hubiesen asesinado a tiempo. Esos malditos lobos... La situación cada vez era más crítica, pues aunque habíamos conseguido matar a uno de los hombres lobo, también había muerto tres inocentes.

- ¡Pinches culones lobos weones! ¡Juro por Santa Guadalupe que vengaré la muerte de Carpazzo, Furion y Kray!

Las tres vidas, que los hombres lobos se habían cobrado con sus colmillos y engaños, serían vengadas. Pobre Furion... incitado a la zoofilia por aquellos horribles licantropos... para mi, contaba como una victima más de ellos. Con la confianza, y el cargo, del señor Furion depositada en mi en su último aliento, la responsabilidad de mantener con vida a mi familia, y a mi pueblo, se había convertido en un importante deber. Había cumplido el sueño español, ahora era un político.

Habiamos conseguido acabar con un lobo pero no se podia decir que fuera una victoria pues habiamos perdido muchas vidas en el transcurso.

El nuevo alguacil parecia decidido a encontrar al lobo, pero primero habria que descubrirlo.

-Hace dias que no veo a Endalivar, no se si acusar todavia pero desde que ha empezado esto que no lo veo por las calles, igual esta cansado de hacer "ejercicio nocturno"

Por lo visto endálivar si participa. Podéis acusarle y puede acusar él.

De SODVII aun no sé nada, y visto lo visto, no creo que participe. Su rol queda eliminado (mejor para vosotros xD), porque descompensaría bastante después de 4 muertes ya.

Ya lo creo que sí. Endálivar es el lobo, todo cuadra. Si no aparece por la plaza pasa inadvertido. Es lo mismo que pasó en Castonegro, o eso cuentan las historias. Yo voto por ahorcarlo, así terminaremos con las sucias bestias. ¿Quién está conmigo?
Acto seguido saco una soga que tenía en el bolsillo. Mi abuelo lo decía siempre, ten siempre una buena soga a mano, nunca sabes cuando la necesitarás. Ahora había llegado el momento de necesidad, y mi soga estaba lista para repartir abrazos.

Lo único que tenía claro, era que el ojo clínico de Rumil era implacable, ya acertó con Don Perico en un primer momento, y muy posiblemente también estuviese acertando con Endálivar.

- Apoyo la moción ¡Ahorquemos al wey Endálivar!

"de el banco entre sombras que había bajo la pequeña arboleda de la plaza, endálivar, AKA Hans, el anciano ebanista se levanta quejumbroso"

Je je je je.... es divertido como se van a desarrollar los acontecimientos. Yo tengo muy claro que no voy a salir vivo de esta; aunque lo hiciera, no me queda mucho, je je je...

Tenéis que saber dijo, con la voz de quien imparte lecciones sobre la vida a un niño arrogante que matándome a mi os condenais, cosa que no me importa en absoluto, ninguno de vosotros me cayó bien. Tampoco me importa mucho que me matéis a mi, al fin me reuniría con mi querida Bárbara, pero sé que ella no me perdonaría si al menos no os lo advirtiera. Pero no tengo razones para demostrar mi inocencia, salvo que quizá a otro de los indignados se le pueda ver más conexión con el asunto.

"se mira las manos, encallecidas por años de trabajo, luego mira al resto de asistentes"

No voy a defenderme, no tengo ánimo, pero si decir, que me parece que Romualdo José es demasiado estereotípico; parece que lo que quiere es que no se lo pueda imaginar uno como amenaza, ¿pero quién hará caso a un anciano?

"pasa lentamente y con ayuda de su fiel y bien labrado bastón hasta el patíbulo, donde se sienta"

Haced lo que queráis

Mi voto es contra Taku

El pueblo estaba aturdido por tanta muerte infructuosa. ¿Tanta sangre inocente habría que correr para descubrir al lobo que se ocultaba entre ellos? Aún así debían ser fuertes, y entre Rumil y el alguacil, intentaron poner orden. Esta vez la culpa se cargó contra el anciano ebanista del pueblo, aquejado ya por la edad y las penas, que ni se cansó en defenderse.

Con unas cuantas piedras y hoces, lo apalearon entre todos, alegando que era sin duda el hombre lobo. Pero conforme más le pegábais menos se defendía. Cuando estaba al borde de la muerte sonrió:

-Bárbara, ya voy...

Dejó este mundo, y su cuerpo seguía siendo igual de anciano que antes. Habéis matado a un aldeano.

Duerme, pueblo, duerme... Mañana será otro día.

Os vais a la cama. Dos de vosotros abatidos por la pena, el otro, triunfante en su interior.
El hombre lobo fue el último en abandonar la plaza, silbando para resarcirse en su victoria. Su hambre sería saciada por fin, y el pueblo caería bajo su monstruosa presencia. Había conseguido lo que se propuso desde el principio, engañaros a todos. Dejó atrás el cuerpo de endálivar, y carcajeándose en su cara, se dirigió hacia la casa de uno de los dos vecinos que aún quedaba con vida.

Observó desde la ventana, paciente. Saborearía cada segundo de su victoria, y cada instante era más sabroso que el anterior. Cuando vio que su víctima se iba a la cama, entró a la casa. Subió las escaleras, hasta llegar a su cuarto. Por la puerta entreabierta vio a un ser blanquecino, con plumíferas alas plateadas. No dudó en entrar.

Cupido,sabedor de que su muerte era inminente, no pudo sino mirar a la cara a la bestia que le iba a comer. No dejaba de ver a esa persona que nunca pensó que sería el hombre lobo, pero que se estaba transformando delante de él. La bestia negra rugió, y Cupido murió devorado entre sus dientes. Sus tiernas alas de querubín se empaparon de un rojo carmesí, y su aliento se apagó.

Rebosante de placer, júbilo y éxtasis el hombre lobo se dirigió a la última casa habitada del pueblo. No se molestó en cambiar su apariencia. A la luz de la luna se veía más animal que nunca, y se sentía a gusto. Al llegar a su destino encontró la puerta abierta: le estaban esperando. Se encontró de frente con el Brujo, esa odiosa persona que siempre se le había puesto en medio de sus planes. Él sabía que no podría sobrevivir otra noche a sus mortales dientes afilados, había gastado todas sus pociones curativas la noche anterior.

-Al fin te harás con el poder, como siempre quisiste.

El lobo asintió.

-Acaba ya con esto, por fav—

Antes de que terminara la frase, el lobo se había arrojado encima de él, con furiosos zarpazos y cruentos bocados, lo devoró en menos de que pudiera terminar la frase.

Flotando en su propia nube, el lobo llegó a su casa, con el deber bien hecho.

-Vamos Guadalupita. Coge a los chamaquitos…

…tenemos otro pueblo que visitar.

.FIN DE LA PARTIDA.

Gracias a todos ^^

Sentía mis manos manchadas de sangre, y no tan metafóricamente hablando. Era un asesino, si. Pero no asesino molón como Altaïr, sino un asesino patético y cobarde... no me gustaba matar a la gente, pero era mi naturaleza. Supongo que todos me estarán esperando en el Infierno, para trollearme a mi con una partida de Hombre Lobo eterna, donde siempre me toca Aldeano, en fín... C'est la vie.

- Lo siento weys...

Le susurré al viento, con el rostro de mis vecinos grabado en mi mente.

- ...pero mi familia es pobre, no tengo planta, y tengo muchos chamaquitos que alimentar... prefiero comer carne humana a no comer nada. Soy un Hombre Jaguar, sí, pero no me siento orgulloso por ello ¡Ya no más, niño Jesús, ¿por qué me enviaste esta maldisionsita!? ¡Pinche weeeeeeeeeeey!

Resignado, me fui con Guadalupe al pueblo más cercano a empezar desde cero. Mantendría esa rutina asesina y caníbal, al menos hasta cumplir el sueño español: tener trabajo fijo.