[Capítulo 1] Historias del Club de Aventureros (Alma, Aria y Emil)
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Herrian Miembro Legendario
Mensajes : 1788 Fecha de inscripción : 21/06/2010 Edad : 30 Localización : Corbera de Llobregat
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Tema: [Capítulo 1] Historias del Club de Aventureros (Alma, Aria y Emil) Jue Nov 17, 2011 4:03 pm
Plaza de Keith
Ellen se acercó a Aria y le habló sin rodeos.
- ¡Hola! Me llamo Ellen, y este amigo mío – dijo, señalando a Emil – es Emil.
La sonrisa de la niña podría encandilar a cualquiera, parecía muy animada, y sus profundos ojos verdes encerraban un tinte de misterio.
- ¡Queremos invitarte formalmente a formar parte de nuestro Club de Aventureros! No nos conocemos mucho, ¡pero seguro que nos hacemos grandes amigas! ¡Viviremos aventuras increíbles y jugaremos un montón!
Aria buscó la compañía de Luther, pero este parecía haber sido devorado por una avalancha de niños emocionados.
Emil se sentía algo extraño, Ellen se había lanzado directamente a invitar a Aria al Club, ¡sin conocerla siquiera!
- Emil me ha hablado un poco de ti, ¡y creo que eres una candidata perfecta para nuestro club!
Aquella situación era un poco extraña…
Última edición por Herrian el Sáb Nov 26, 2011 8:33 pm, editado 1 vez
Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
Tema: Re: [Capítulo 1] Historias del Club de Aventureros (Alma, Aria y Emil) Jue Nov 17, 2011 7:15 pm
La luz que desprendía la sonrisa de Aria se reflejaba en los ojos de Emil. Sus globos oculares centelleaban, como si una lluvia de estrellas estuviese surcando sus pupilas. El joven estaba emocionado y feliz ante aquel acercamiento a la chica que tanto observaba desde el silencio. Se puso como un tomate cuando su mirada y la de Aria se encontraron. Balbuceó como bien pudo, ocultando su timidez tras un maltrecho manto de vocablos.
-H-hola... A-Aria... te... te he visto o-otras veces... por aquí... y... esto... ella es Ellen... q-quería c-conocerte... y... y yo... bueno... y yo t-también.
Emil se frotaba las manos frenéticamente, invadido por los nervios. No dejaba de balancear la mirada de aquí para allá, buscando el ángulo idóneo para no parecer descortés, pero sin tener que mantener la mirada con Aria más de lo estimado por un suspiro.
Éire Miembro Legendario
Mensajes : 1985 Fecha de inscripción : 20/06/2010
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Tema: Re: [Capítulo 1] Historias del Club de Aventureros (Alma, Aria y Emil) Vie Nov 18, 2011 3:43 pm
Se le habían acercado dos niños, una guapísima y un niño con el pelo azul al que había visto alguna vez.
Comenzaron a hablarle de aventuras, de historias, de grupo de amigos... ¡Ella no entendía nada! Solo entendía que Luther se había ido de su lado y ahora estaba en medio de una marabunta de niños ansiosos por escuchar sus canciones. No pudo evitar enfurruñarse un poco, menos mal que esos niños apaciguaron un poco su enfado.
-H-hola, jijiji. Qué raro habláis, no entiendo nada, pero mientras no nos alejemos mucho puedo jugar con vosotros. No sabía que tu nombre era Emil, creo que nunca hemos coincidido, jop. Y a tí no te había visto nunca - dijo a la niña Ellen, y era cierto. Si la hubiera visto antes se acordaría. -Iré con vosotros siempre y cuando primero escuchemos a mi amigo Luther - señaló a su amigo bardo -. Sí si, aquel de allí es mi amigo, mucho antes que de ninguno, y quiero oírle cantar.
Entonces reparó en la mirada de Emil, y en su peluche de pingüino.
- ¡Hala qué chulo! - sus ojos se abrieron muchísimo y su cara era de completa admiración. - ¿Me dejas tocarlo, porfi? Tiene pinta de ser muy blandito.
Puso su mejor cara de niña buena.
Herrian Miembro Legendario
Mensajes : 1788 Fecha de inscripción : 21/06/2010 Edad : 30 Localización : Corbera de Llobregat
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Tema: Re: [Capítulo 1] Historias del Club de Aventureros (Alma, Aria y Emil) Dom Nov 27, 2011 1:00 pm
Plaza de Keith
Aria y Emil
Ellen respondió al instante.
- ¡Por supuesto que oiremos a tu amigo! ¿Verdad, Emil? – la niña miró a Aria con una chispa de ilusión encendida en sus ojos - ¡Me encantan los bardos! ¡Acerquémonos, aventureros!
Los dos os visteis empujados por la imponente presencia de Ellen. Parecía haber nacido para ser una líder y mandar sobre los demás. Era difícil oponerse a lo que pedía. Aria también ardía en deseos de escuchar a Luther, así que Emil se abrazó al Sr. Nieve y se acercó junto a sus amigas al bardo.
Alma
- ¡Vamos, acérquese a él! ¡Ya puedo sentirlo! – Comodoro se asomaba disimuladamente desde la protección del bolsillo, observando la escena – Pero parece ser que hay mucha gente, no podemos montar una escena aquí.
Tenerlo en el bolsillo te transmitía una escalofriante sensación de frío. No tenías realmente frío, era además un día soleado, aunque sentías como si algo en tu interior se estremeciese.
- No podemos establecer contacto con el objetivo en estos momentos, pero no debemos perderlo de vista. ¡Acérquese, vamos!
Diste unos cuantos pasos en dirección a la masa de niños. La no presencia de Aidan en la plaza te hacía sentir más segura en aquel lugar, como si todo lo que te impedía volver se hubiese desvanecido. Además, tampoco eras una cobardica.
Alma, Aria y Emil
El bardo dio un paso hacia atrás y sacó su laúd. Los niños emocionados comenzaron a sentarse a su alrededor. Como estabais un poco lejos no pudisteis estar en primera fila, pero tampoco había tantos niños en Keith como para impediros estar lo suficientemente cerca de Luther.
Aria, Emil y Ellen se sentaron juntos. Alma se sentó a una distancia prudencial.
Mientras el bardo calmaba a los niños, a los cuales parecía costarles guardar silencio, la mirada de este se posó en Aria. Luther le guiñó un ojo y se dispuso a comenzar.
- ¡Bien, niños de Keith! He venido a través de los bosques de Alberia para contaros una historia. Es una historia propia de aquí, algo que hace mucho tiempo sucedió en estos bosques encantados. La historia trata de una princesa, una princesa de los bosques.
Miró Luther a Aria, y comenzó a narrar su historia acompañado de los melodiosos acordes de su laúd.
Hay quien dice que esta historia no es más que un cuento del pasado. No lo creo yo así, permitidme que os lo cuente en más detalle. Dicen que antaño en los bosques de Alberia había un gran castillo perdido entre la espesura. Allí vivían un poderoso señor y su hija. Durante mucho tiempo habían vivido ocultos entre los antiguos árboles. La hija, desde pequeña, siempre había anhelado jugar en los bosques, alejarse de los fríos muros del castillo y perderse entre la espesura. Pero su padre, dolido por la muerte de su esposa, jamás dejó que su hija se alejara del castillo, temeroso de perderla.
Así pasaron los años, y la pequeña niña se convirtió en una mujer bella y triste. Encerrada eternamente entre los muros de aquel castillo, jamás había podido sentir la hierba bajo los pies descalzos, o la brisa soplando entre las ramas de los árboles. Pasaba noches enteras en vela, mirando desde su balcón la insondable espesura de los verdes bosques. Ni siquiera cuando cumplió los dieciocho años tuvo permiso para salir del castillo. La hija amaba a su padre, pero realmente deseaba poder salir al exterior.
Entonces, durante las noches, entre los árboles de Alberia resonó una melancólica melodía. El canto de una delicada flauta conmovió el corazón de los espíritus del bosque. Estos, confundidos y a la vez fascinados por tan profundo llanto musical, se acercaron a ver de dónde provenía la melodía. Y allí la encontraron, la cautiva princesa del castillo tocando su bella melodía en una flauta de cristal. “¿Qué podría afligir el corazón de una joven como para hacerle tocar tan triste melodía?” se preguntaban los espíritus. Elevándose en el aire llegaron hasta su balcón. Y la princesa, que no podía verlos, pero sí sentirlos, cesó su interpretación y dejó su flauta.
- ¿Quiénes sois? – preguntó la princesa.
- Aquellos espíritus a quienes tu melodía ha conmovido el corazón. ¿Qué te aflige, joven dama? – respondieron al unísono.
- Mi padre no me deja escapar de estos muros. Yo le amo, y le comprendo, pero hay tantos lugares que me gustaría visitar. Quiero ser libre, libre para escapar de estas paredes. Pero al mismo tiempo no quiero afligir el dolido corazón de mi padre viudo.
Los espíritus consideraron el problema de la joven princesa.
- Pues permítenos, porque nuestro corazón has tocado con tu flauta, que te ayudemos pues.
Entonces, de las profundidades del bosque, sonó una melodía de flauta, similar a la de la princesa. De la espesura surgieron cientos de mariposas brillantes de colores cambiantes. Revolotearon estas alrededor de la princesa y de los espíritus, llenando de luz arcoíris aquella oscura noche.
- Las mariposas te llevarán a aquellos lugares que más desees. Sólo debes tocar tu flauta, y ellas acudirán a tu llamada. Las mariposas de la princesa, las mariposas de las luces. Tus doncellas.
Los espíritus del bosque se marcharon entonces, pero allí siguieron las mariposas, revoloteando en medio de la noche.
- ¿Podéis llevarme a donde sea que yo quiera? – la princesa comenzaba a sentir la emoción de la libertad.
- No habrá muro que te confine, princesa, no lo habrá. Deja que te llevemos allí donde tu voluntad nos guíe.
La joven se concentró en un lugar al que siempre había querido ir, el mar. Y las mariposas comenzaron a volar a su alrededor, transportándola con su canto a orillas del gran azul. La luz de la luna fue substituida por la luz del sol, y la sólida piedra del balcón se convirtió en arena. Se vio transportada la princesa a un lugar que jamás antes había pisado.
Allí paseó y lo miró todo asombrada. Pasó horas enteras en aquel fantástico lugar. Hasta que cayó en la cuenta de que se encontraba fuera del castillo, su padre se iba a preocupar. Pero no había realmente motivo por el cual preocuparse, las mariposas cesaron su canto, y aquella playa soleada volvió a tornarse en el balcón en el que la princesa había pasado toda la noche.
Comprendió entonces la princesa la ilusión que formaban las mariposas de la luz. Era la magia de los espíritus del bosque, que la llevaba a cualquier lugar que desease sin salir de su castillo.
Las mariposas la sirvieron durante años, llevándola a todos los lugares que quería visitar. Pero cuando pasado muchísimo tiempo la princesa se sumió en un sueño eterno, las mariposas se dispersaron por el bosque. Y se dice que, actualmente, siguen vagando por los bosques de Alberia, buscando a una nueva princesa a la que llevar a maravilloso lugares con su magia.
Si alguna vez veis una de esas mariposas de luz, sentíos muy afortunados, pues es difícil ver más de una sola en toda una vida.
Luther hizo una reverencia, y comenzaron a oírse aplausos y gritos por toda la plaza.
Derein Miembro Legendario
Mensajes : 1954 Fecha de inscripción : 29/08/2010 Edad : 36 Localización : Barcelona...¿?
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Tema: Re: [Capítulo 1] Historias del Club de Aventureros (Alma, Aria y Emil) Dom Nov 27, 2011 1:41 pm
Alma
Se acercó a los niños mientras Comodoro se asomaba tímidamente por el bolsillo. La niña podía sentir el frío en su mismo corazón, no un frío normal sino uno de espíritu pero tan real como cualquier otro. Siempre le había reconfortado el frío, era como si le recordase algo importante, el mismo principio de todo.
Ya casi estaba a su lado cuando el bardo empezó el canto de su historia. La pequeña Alma no pudo hacer otra cosa que escuchar hipnotizada aquella historia, en muchas formas se sentía identificada con la joven princesa del cuento. El balcón, su ventana a la libertad, al anhelo de algo más, el consuelo de la inmensidad... Era como el tejado de la torre desde donde observaba a la luna y le cantaba durante las frías noches bañandose en su plata, buscando el consuelo de una madre, anhelando su cálido abrazo, rogando entender, porque la pequeña sabía que no era una niña corriente, había algo en su interior que no alcanzaba a comprender, sabía donde se encontraban todas las respuestas pero era incapaz de alcanzarlas.
La princesa encerrada igual que su vida en el cuartel de Gavin, no pudo hacer otra cosa que estremecerse, sintió el peso en su corazón y sintió como sus ojos cristalinos estaban a punto de desbordar en lágrimas.
Alma se dió cuenta de una cosa, ella también esperaba que sus mariposas de luz aparecieran para llevarla a aquél destino desconocido al que sabía que pertenecía... Y así la cautivadora canción terminó. La gente aplaudió pero Alma ni siquiera pudo moverse conmovida por el gigantesco poder de la historia.
El movimiento de Comodoro en su pequeño bolsillo de lino la hizo salir de su hipnosis. Tenía que hablar con el muchacho, presentarselo a Comi, porque ahora eran amigos y los amigos se ayudan entre ellos.
Se acercó a él hasta que lo tuvo a solo un par de palmos y con el dedo índice tocó el hombro del niño. Su corazón se aceleró nervioso. Por un momento se quedó sin aliento pero al final pudo sacar su voz.
-¡Hola! -exclamó nerviosa con su mejor sonrisa- Yo soy Alma -le tendió la mano-, tú no me conoces pero tengo un amigo que quiere conocerte, se llama Comi. Es un poco tímido y ahora se ha escondido pero le gustaría hablar contigo, él es mi amigo ¿sabes?
Éire Miembro Legendario
Mensajes : 1985 Fecha de inscripción : 20/06/2010
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Tema: Re: [Capítulo 1] Historias del Club de Aventureros (Alma, Aria y Emil) Dom Nov 27, 2011 4:23 pm
Aria jamás se lo había pasado tan bien en su vida, aun habiendo ido muchas veces al pueblo y habiendo pisado las mismas baldosas de la plaza. El día de hoy había sido muy distinto al resto, estaban sucediendo cosas fabulosas, cosas que jamás olvidaría.
Junto con sus nuevos amigos aventureros se sentó a escuchar la historia de Luther. Al principio estaba maravillada, fascinada, embelesada, hasta que poco a poco su cara fue cambiando. Sus ojos comenzaron a reflejar incredulidad, inquietud. Se dio cuenta entonces que si la historia de Luther era cierta (y todo niño sabe que las historias de bardos son verídicas), ella ya había visto a esas mariposas. Ella había sido tocada por el don de la princesa del cuento.
Su corazón tembló en su pecho, pero consiguió contenerse y guardar la compostura. No podía dejarse ver como una niña frágil y tonta, no delante de Ellen. Seguro que ella era perfecta... Ay...
En cuanto terminó la historia y todos los niños aplaudieron, Aria se levantó y se despidió cortesmente de Emil y Ellen.
-Lo siento, pero debo hablar con mi amigo bardo ahora mismo. Después podremos comenzar la aventura si queréis.
Corrió hacia Luther, necesitaba preguntarle algo urgentemente...
Si Luther no está ocupado y puedo llegar hasta él, le pregunto.
-Esto...Lu... verás, ¿todas las historias que cuentas son verdad? ¿Has visto a esas mariposas?... porque... -se puso colorada- ... yo sí.
Se puso colorada.
Taku Admin
Mensajes : 3134 Fecha de inscripción : 13/06/2010 Localización : en un submarino descapotable
Tema: Re: [Capítulo 1] Historias del Club de Aventureros (Alma, Aria y Emil) Jue Dic 01, 2011 1:00 am
Era la primera vez que Emil estaba tan cerca de tres chicas tan guapas. Y no solo eso, además ellas le estaban prestando atención, una dedicación que nunca imaginó que recibiría de semejantes bellezas. Se puso colorado y se encogió de hombros.
-H-hola... soy... E-Emil.
Quiso preguntar por el tal Comi, quiso aprovechar la situación para hacer amistad con esas chicas, quiso decir muchas cosas, pero la timidez le pudo y fue incapaz de articular una sola palabra. Se encogió mientras abrazaba al Sr. Nieve.
Herrian Miembro Legendario
Mensajes : 1788 Fecha de inscripción : 21/06/2010 Edad : 30 Localización : Corbera de Llobregat
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Tema: Re: [Capítulo 1] Historias del Club de Aventureros (Alma, Aria y Emil) Dom Dic 04, 2011 6:03 pm
Alma y Emil
Aria se alejó corriendo de vosotros para ir a hablar un momento con el bardo. Ellen os miró entonces intermitentemente.
- ¡Vaya, entonces tú también quieres unirte al Club de Aventureros! ¡Todos juntos nos lo pasaremos genial! ¿A que sí, Emil?
Se encaró a Emil y le sonrió.
- ¡Eres genial para conseguir nuevos miembros! ¿Ves como fue buena idea que fundáramos el club?
Aquella situación parecía un poco forzada, pero la gracia y la animosidad de Ellen parecían hacerlo todo muy fácil. De la nada había montado un grupo de amigos que, quien sabe las historias que vivirían.
Ese era su Club de Aventureros.
Los profundos ojos de Ellen se fijaron entonces en Alma.
- Y ese amigo tuyo, Comi, ¿crees que también estaría interesado en unirse a nuestro club?
La niña sonrió y Comodoro se estremeció en el bolsillo de Alma. Pudo notar la pequeña como la fría aura del pequeño ser que había en su bolsillo se atenuaba, como si se estuviese intentando esconder.
Aria
Lograse acercarte a Luther, no sin antes dar unos cuantos empujones para apartar a ciertos niños que se metían en tu camino. Éste sonrió al verte llegar, y tus palabras paracieron sorprenderle.
- Lo que yo cuento son eso, historias antiguas de estos bosques. Pueden ser verdad o no serlo.
El bardo se agachó para estar a tu altura y para hablarte en un tono más confidencial.
- Pero si de verdad has visto a las mariposas de la princesa puedes estar contenta, porque eso significa que eres muy especial, y que ellas se han acercado a ti por alguna razón en concreto – dijo Luther con un tono de misterio en su voz.
Se levantó de nuevo y miró más allá, al lugar desde el que habías escuchado su historia. Allí estaban Ellen, Emil y una niña que no conocías. Ellen hablaba, y de lejos parecía brillar con luz propia, radiante de felicidad.
- Veo que tienes amiguitos. Le he prometido a tu padre que te vigilaría, así que si vas a jugar con ellos no te alejes mucho. Yo estaré por aquí, ¿vale?
La cálida voz de Luther invitaba a oírle para siempre, pero no podías distraerte. Ahora formabas parte de no sé qué club de aventureros. Quizá te lo pasarías muy bien y todo.
Éire Miembro Legendario
Mensajes : 1985 Fecha de inscripción : 20/06/2010
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Tema: Re: [Capítulo 1] Historias del Club de Aventureros (Alma, Aria y Emil) Miér Dic 14, 2011 7:34 pm
Aaaay....
Los suspiros de admiración de Aria podrían oírse en toda la plaza. Cada vez le caía mejor Luther, no sabía muy bien cómo podía haber vivido tanto tiemo sin él... ¡¡Era perfecto!! ¡¡Salido de un sueño!! Pensó para ella, que si volvía a ver a las mariposas, se llevaría a Luther con ella y podrían viajar por el fabuloso mundo que el bardo había recorrido.
En el fondo no quería irse, quería quedarse con Luther, pero sus inquietas piernas y su cabecita loca le pedían jugar, saltar, correr, divertirse, reir... Quizá al final ese grupo de amigos nuevo no estuviera mal, al fin y al cabo eran los únicos amigos que tenía desde hacía tiempo.
Volvió hacia su grupo de amigos. Esta vez había un niño más.
-Hola, me llamo Aria, ¿y tú quien eres?
Sonrió ampliamente al niño desconocido. Tenía mucho por lo que sonreir y ser feliz. Había visto unas mariposas de cuento y tenía unas ganas locas de jugar.
-¿A qué estamos esperando? ¿Va a venir más gente o nos vamos ya a jugar?
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Tema: Re: [Capítulo 1] Historias del Club de Aventureros (Alma, Aria y Emil)
[Capítulo 1] Historias del Club de Aventureros (Alma, Aria y Emil)