"Nada se sabe bien sino por medio de la experiencia." Sir Francis Bacon [El fin del Aprendizaje, Alessia, Jarvan, Jorge, Khende y Salvador]

Ya habían pasado 9 años de entrenamiento. Un entrenamiento que os había hecho duros. Que os había convertido en sirvientes del Señor. Pero aún os quedaba un trecho para acabar. Vuestros tutores os dijeron que ibais a viajar por el mundo durante un tiempo junto a un inquisidor. Os dijeron que pidierais vuestro equipo y os llevaron a las puertas del convento, unas puertas que llevabáis 9 años sin ver. Poco a poco fueron llamando a grupos de chicos para que saliesen, donde encontrarían a sus inquisidores. Hubo despedidas, hubo lágrimas, pero finalmente os quedasteis solos.

Os dijeron que salieseis. Tras la puerta, el inquisidor Bron Valiant.
Bueno chicos, veamos si podemos hacer unos inquisidores de vosotros, pero no quiero tener que bajar a ningún mausoleo a recogeros. Jajaja.

(Sois libres de decir si os habéis despedido especialmente de alguien, pero que Khende no intente despedirse de Lucius porque se armaría gorda. Gracias.)

Salvador

Salvador había crecido de manera casi perfecta se podría decir. Cada día era más fuerte y más grande, y la verdad es que también más atractivo, hasta que fue una cosa enorme, más grande que los profesores incluso, y con la fuerza de un toro. Antes de salir del convento le ofrecieron todo el equipo que quisiera, acabó cogiendo un equipo de viaje bastante completo (piedras de afilar, pedernal, mantas, cuerda, bolsas, macuto, odres, cuchillo de caza, aceite, trapos, etc...), un par de mudas de aquellas de entrenamientos, eran extrañamente elegantes, parecían el tipo de ropa que se pondría un cura para pelear, y desde luego dejaban bien clarea su procedencia. También cogió una de esas gabardinas armadas que usaban cuando entrenaban con armas más peligrosas y un par de espadas bastardas, por si se le rompía una. Podría aparecer mucho equipo para una persona normal pero no abultaba mucho tras la enorme espalda de aquel hombre (aquel hombre de 15 años)

Tras despedirse salio del convento con el resto y se encontraron con Bron, este les respondió con una broma un tanto cruel, a veces se acordaba de la pobre Sheline, aún así le respondió cordialmente con un movimiento de cabeza

Lo cierto es que con el tiempo no había cambiado mucho en cuanto a principios, seguía observando antes de actuar, pero seguía sintiendo ese fervor clamoroso dentro del, un poder que además había aprendido a transmitir a sus aliados, todavía no habían borrado al niño que había en el pero desde luego sabía defenderse y comportarse como un adulto duro.

Jorge mejoró mucho con la edad. Sus músculos se habían desarrollado mucho, adquirió velocidad, y sus rasgos hicieron de él un hombrecillo muy atractivo. Pese a ello, su carácter había empeorado. Se seguía sintiendo culpable por lo que le ocurrió a Shelinne, y eso le había hecho mucho mas cerrado. Solamente hablaba con Jarvan, al que consideraba su amigo y confidente.

Permaneció en silencio todo el rato. Se había puesto la gabardina armada que le había hecho Jarvan, blanca con una cruz dorada sobre el corazón. Una armadura de indudable calidad. En el cinto llevaba una espada larga.

No había cogido muchas cosas. En la bolsa llevaba un par de libros pequeños en blanco, plumas y tinta para poder anotar todo aquello que creyera interesante durante el viaje; un par de mudas de ropa normal y una muda de etiqueta.

Ya era la hora de salir, y su grupo era el mismo que el de aquel día. Al otro lado de la puerta estaba Bron. Era una de las únicas personas que le caían bien, pero aquella broma le hizo perder la compostura. En vez de decirle nada, simplemente le dirigió una mirada furibunda.

La vida en Cadeus no había cambiado mucho durante los 9 años de entrenamiento. La muerte de Shelinne nos marcó a todos, aunque a algunos más que a otros. Sin embargo, con el tiempo aprendimos a aceptar la muerte según íbamos perdiendo compañeros. Mis oraciones se iban haciendo algo más largas cada vez que perdíamos a alguien.
Las clases se volvieron algo más rutinarias, pero sabía que cada una me acercaba un poco más a mi meta de ser inquisidor, por lo que mi motivación no decaía. Empecé a tomarme más en serio las clases de forja y llegué a hacerme una armadura de gran calidad. También hice una gabardina armada para Jorge, que acabó siendo un buen amigo. En las clases de entrenamiento físico siempre daba lo mejor de mi, aunque acabara exhausto. En estas clases me encontré con que Salvador era un buen compañero de armas y muchas veces lo buscaba para hacer equipo.
En estos años he intentado hacerme amigo de todos mis compañeros. Aunque hay veces que se me ha hecho imposible. Dios sabe que lo he intentado, pero se me hace muy difícil llevarme bien con Khende.
Mi relación con Cynthia se fue estrechando con los años, hasta que hace unos meses nuestra amistad pasó a ser algo más.

Hoy es el día que saldremos de Cadeus para dar un paso más en nuestro adiestramiento como inquisidores. Cojo la armadura que yo mismo he forjado, blanca y con la letra J grabada en el pecho, los antebrazos y las botas como firma personal. Le pido a Cynthia que me ayude a ponérmela, así de paso aprovecho unos momentos de intimidad con ella para despedirme en privado. Antes de salir cojo una espada bastarda y una mochila en la que guardo una piedra de afilar, un par de mudas de ropa y algo de cuerda. También cojo el petate con el saco de dormir y una manta. Una vez en la puerta nos van dividiendo en grupo. Antes de que se vaya me acerco una vez más a Cynthia para abrazarla. Mientras la abrazo le digo al oído:

- Te voy a echar de menos, peque. Te quiero.

Mientras se aleja le guiño un ojo. Mi grupo tiene que esperar un poco. Una vez fuera, Bron nos está esperando. Saluda con su típico buen humor, pero parece que el comentario del mausoleo no parece sentar muy bien.

- Buenos días, Bronn, cuánto tiempo. -le tiendo la mano- ¿Estás seguro de que vas a poder con los cinco tú solo? Mira que ya no eres un chaval, eh. -digo en tono de broma - ¿Y dónde dices que nos vas a llevar?

Los días fueron pasando, uno detrás de otro. Las estaciones, y también los años, iban sucediéndose. Durante este tiempo, Khende fue dándose cuenta de lo que sentía por Alessia. En poco tiempo, su relación pasó de ser amistad a ser algo más. El año pasado, en su décimo cuarto cumpleaños, como en todos, Khende adoptó un comportamiento más extraño y triste de lo habitual (por los motivos que el DJ sabe y que Khende ya le habrá contado a Alessia hace bastante) y al final Alessia decidió consolarle. Ese fue la primera de las veces que acabaron conociéndose (en el sentido bíblico de la palabra).

Físicamente, Khende se convirtió en un adolescente muy agraciado y bastante atractivo. Su cuerpo se desarrolló de una manera espléndida, desarrollando gran habilidad, fuerza y velocidad. En cuanto al entrenamiento, Khende se convirtió en todo un experto en el uso de las energías espirituales. Hace no más de dos años llegó a dominar una de las armas especiales que usaba su familia desde hace generaciones, consistente en un cable tan fino que cortase, como si todo el cable fuera un único filo, que requiere gran habilidad y dominio del ki para su empleo. Al parecer, recibía el nombre de Cáncer, y según sus profesores ahora tenía la oportunidad de emplearla al servicio de Dios.

También destacó en el combate físico, donde sus poderes de ki y sus ojos le fueron bastante útiles. Acostumbra a combatir con una armadura completa de cuero, una rodela y Cáncer. Y eso fue lo que cogió ese día, a parte de un par de mudas limpias y un equipo de viaje bastante completo. Había tenido suerte con el grupo, ya que, a pesar de haberle tocado con Jarvan (quien parecía tomarse sus bromas demasiado en serio y al que al parecer las verdades le molestan más de la cuenta, a demás de que Khende le ve como alguien bastante reencoroso), también iba con Alessia, y eso compensaba cualquier otro miembro del grupo, así que podía considerarse afortunado. Cuando llegamos, Bron les estaba esperando y hace una broma que parece haber disgustado a la gente. "Pues a mí me ha hecho gracia" pensó. Jarvan responde con una broma, pero Khende, por una vez, se abstiene de contestar con un comentario ingenioso, ya que está emocionado con salir por fin de allí y empezar la parte dura del entrenamiento: la experiencia en el mundo real.

Después de 9 años Alessia se ha convertido en una mujer tan atractiva y hermosa que no le tiene nada que envidiar a ninguna de las princesas feericas de los cuentos. Sin embargo también ha obtenido unas habilidades tanto de combate como de subterfugio impresionantes , aun así quizás debido a su gran cabezonería ha decidido optar por utilizar un gran mandoble en combate aunque le haya recomendado la profesora de subterfugio que aprendiese a utilizar otras armas más sutiles ella pasa olímpicamente y lo único a lo que ha aceptado es a aprender a usar una espada corta como arma secundaria al mandoble.

Ya tengo 15 años, y estoy apunto de salir al mundo después de 9 años encerrada en Cadeus, no es que me agrade tener que dedicar mi vida arriesgando el cuello pero por lo menos podré ver el mundo que no he visto hasta ahora. Desde hace un año más o menos he estado manteniendo una relación más personal con Khende de la que solíamos tener, pero al contrario que él yo he intentado tener contacto con otras personas,aunque algunas de ellas se muriesen por el camino no durasen mucho. Sobretodo con Cynthia a la que tengo un gran respeto desde que casi me mata. Sin embargo todavía no he convencido a Khende y a Cynthia de que acabemos conociéndonos todos como dice Khende, tanta Biblia y tanto rezar les ha reblandecido el cerebro y no les deja entrar ideas nuevas. Bueno ya que me ha tocado con Khende a lo mejor le convenzo durante nuestros viajes de que lo probemos alguna vez, aunque a lo mejor a Jarvan se molesta de que sea con Cynthia, bueno pensaré en otra. A todo esto he decidido coger dos espadas cortas del almacén para aprender a utilizarlas, un mandoble, una gabardina armada y material de viaje vario (piedras de afilar, pedernal, mantas, cuerda, bolsas, varias mudas...) y ropa de gala bonita si la encuentro por si acaso.


Cuando llego a donde está Bron veo que los demás ya han llegado que no están muy contentos, como si se acabasen de encontrar con el cadáver putrefacto de Shelinne:

-Vaya cara lleváis chicos, cualquiera diría que os van encerrar los próximos diez años en un monasterio. Bueno ¿yo era la última? pues entonces nos vamos ya ¿no?,a por cierto Bron ¿nos podemos llevar un caballo? Creo que quedaremos mucho más impresionantes y aguerridos si vamos a caballo, en lugar de nerviosos e inexpertos como somos.- me parece que necesitaremos algo de humor si vamos a estar juntos, sobretodo si a los dos machitos estos de Khende y Jarvan les da por discutir, no me gustaría tener que enterrar al único de nosotros que sabe forjar armaduras.

Bron os sonrío a todos. Con una sonora carcajada os señaló seis caballos que estaban atados fuera.
Bueno chicos, fuera las caras largas. ¡Tenemos trabajo que hacer! Mientras decía esto se subió a uno de los caballos. Puesto de través en uno de los costados de aquel enorme caballo negro estaba el Legislador de Bron. De aquí a unas semanas tenemos que estar en Argos. Espero que os guste la historia, porque vamos a ir a Ilión, a ver la primera espada de Abel.

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El primer día fue corto. Habíais salido tarde, así que no pudistéis viajar mucho. Tras unas horas llegasteis a una aldea donde al parecer todo el mundo conocía al bueno de Bron. Durmisteis en una posada, cada uno con su habitación, y al día siguiente, muy temprano, Bron os levantó a todos.
Muy bien chicos, ahora que estáis todos despiertos. Preparaos, anoche estuve haciendo investigaciones. Aunque tanto Jarvan como Alessia sabían que esas "investigaciones" habían incluido a una camarera en su cuarto Hay un pueblo cercano donde están ocurriendo asesinatos extraños. Y me ha parecido justo nuestro tipo de trabajo. Seguidme, os contaré los detalles por el camino.

Podéis hacerle a Bron las preguntas que creais pertinentes. Cuando acabeis, continuaremos.

Salvador

Repartió su equipo en el caballo, si hubiera sabido que tendrían uno habría cogido un equipo más pesado.

Tras poco viaje parecía que ya iban a iniciar el entrenamiento de campo.

El si que tenía una pregunta -Bron, aquí fuera somos la inquisición, es decir, debemos usar todos los medios a nuestro alcance para acabar con los enemigos del cristianismo y de la humanidad, ¿significa eso que no debemos contenernos si hay peligro? ¿podemos usar las habilidades y los dones divinos que nos han sido concedidos a nuestro libre albedrío?-

Nos ponemos en marcha y tras unas horas de viaje a caballo llegamos al primer pueblo. Nos reciben bien gracias a Bron, que por lo visto es bastante conocido en la zona. Nos alojamos en una posada y pasamos una noche tranquila. Bueno, relativamente tranquila. Bron había subido con una mujer a su cuarto y no precisamente para interrogarla. Mi mente se llena con la imagen de Cynthia. Todavía no hemos llegado a eso, pero no dejo de pensar en como sería. Si hubiera venido con nuestro grupo es posible que durante el viaje, fuera de los muros de Cadeus, hubiéramos alcanzado ese punto de la relación. Decido apartar estos pensamientos de mi mente y rezo antes de dormir. Rezo por las almas de mi padre y de mi madre, por las almas de los compañeros perdidos a lo largo de los años y sobre todo porque no le pase nada malo a Cynthia mientras está en su misión.

Por la mañana Bron nos informa de que nos dirigiremos a un pueblo cercano donde se están produciendo algunos asesinatos extraños. Durante el camino cabalgo concentrado con gesto serio y pregunto:

- Bron, ¿crees que se tratará de herejes o de entes sobrenaturales? ¿Tendremos libertad de actuación o darás tú las órdenes? -cambio el gesto serio por uno más burlón- Por cierto, ¿en qué parte de la investigación te ayudó la camarera anoche? No serías muy duro con el interrogatorio, ¿verdad? Me pareció escuchar algunas de sus "confesiones", jaja.

Ante la pregunta de Salvador, Bron se lo penso un poco.
Si, podéis usar vuestros dones, pero tratad de no usarlos en público en la medida de lo posible. La gente se pone muy nerviosa. Después esperó a que alguien más le preguntará. Ante las preguntas de Jarvan. Se limitó a echar una pequeña carcajada por lo bajo y decir: Bueno, a mí no me suena a herejes. Además, ese tampoco sería nuestro trabajo.

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Por la tarde llegastéis al pueblo. En el pueblo Bron pagó las habitaciones en la posada y fuisteis hacia la casa del alacalde a hablar con él. El pueblo, para ser parte de El Dominio, era muy variopinto. Había vendedoras de flores, hombres de dinero que paseaban con un pequeño séquito de guardias y hasta una niña Daevar (muy raro por allí) que paseaba con su madre y le sacó la lengua a Jorge al pasar por el lado.

Cuando llegastéis a casa del alcalde os comentó los detalles. Todos los crímenes habían sido cometidos de noche. El atacante no había dejado rastro, tan sólo los cuerpos fríos, sin ninguna herida. Esto había hecho que el alcalde pensará que se trataba de un demonio u otro ser similar. Los crímenes estaban distribuidos por toda la ciudad, aunque los últimos dos habían sido en la zona más rica del pueblo.

Bueno, mis jóvenes aprendices. dijo Bron ¿Qué opináis sobre esto?
(Hora de que propongáis planes, hagais tiradas y voteis. Si no se llega a un cierto consenso, Bron eligirá el plan que le parezca más adecuado.)

-Bueno, supongo que lo primero sería examinar alguno de los cadáveres, sobre todo para que los que saben sobre más cosas sobrenaturales puedan dar alguna idea ¿No?- Dijo esto último mirando a Salvador y a Jorge.

Salvador

La intervención de salvador fue corta
-Si no hay más pistas se me ocurre buscar tambien en los lugares donde se encontraron los cadáveres y buscar pistas, ya que nosotros somos los expertos podremos averiguar más que los lugareños- añadió sin más, le parecía un buen punto para inciar la investigación ya que no sabían nada más.

Llegamos al pueblo y nos registramos en la posada. Sin perder más tiempo vamos a casa del alcalde para que nos informe de la situación. Bron nos pide que elaboremos un plan de acción. Khende y Salvador proponen investigar los cadáveres.

- Yo también creo que sería una buena idea empezar por ahí. Después podríamos investigar si los fallecidos tenían algún nexo en común. Que frecuentaran una misma taberna, que compraran en el mismo sitio, que jugaran al tute en el mismo parque, lo que sea. Si esto es obra de demonios podría ser que las víctimas no fueran elegidas al azar.

Salvador

Tras examinar los cadáveres acabo suspirando y añadiendo -Yo no veo nada, vayamos a donde encontraron los cadáveres a ver que encontramos- sugirió

Después de examinar los cadáveres de una forma un tanto infructuosa se me ocurre una idea con lo que ha dicho Jarvan:

-No suelo decir esto pero creo que Jarvan tiene razón respecto a lo de que tendríamos que mirar si tienen algo en común, pero a lo mejor deberíamos mirar si todos los asesinatos ocurrieron por la noche, o a alguna hora determinada del día y hacer guardia por esas horas. No sé, yo podría subirme a alguna atalaya o torre y vigilar por si pasa algo y vosotros podríais hacer grupos por las distintas zonas del pueblo.¿Tú que piensas Bron?


offrol: me ha gustado la idea de Rumil de poner una imagen del pj y he decidido copiarla

Os decidís a salir a buscar. Antes de que se haga de noche os da tiempo a ir a una localización (más si os dividís, pero recordad que el asesino trabaja de noche). Las localizaciones son:
-Una posada, donde se hospedaba una víctima que sólo estaba de paso.
-La iglesia, donde murieron el mismo día un cura joven y una monja.
-Una casa donde murió el señor de la casa y tres sirvientes.
-Una serrería donde murieron dos trabajadores que hacía horas extras.
-Una pequeña casucha a las afueras, donde murió una viejecilla que vivía sola.
-Una granja en la que murió la hija del dueño y el capataz.
-Otra granja cercana, en la que murió una niña.

Las cosas quedan así:

JORGE Y JARVAN:
Fuistéis a la iglesia. Las puertas estaban cerradas por luto, pero el párroco os abrió. La iglesia había sido dejada tal y como había quedado tras el accidente. (Podéis hacer tiradas de Advertir, Buscar para cualquier cosa explicíta que querais mirar, ocultismo, valoración mágica, mirar en la sacristía, las habitaciones de los curas y de las monjas, lo que sea.)

ALESSIA, KHENDE Y SALVADOR:
Llegastéis a la casa. La viuda os abrió las puertas de la habitación de su marido y del estudio, donde se había llevado a cabo las muertes. El marido estaba cuadrando unas cuentas mientras los uno de los sirvientes le servía el té y otros dos recogían unos sobres que tenían que ser enviados a unos amigos. (Lo mismo que los de arriba.)

ALESSIA, SALVADOR Y KHENDE:
Mientras ibais hacia la posada de nuevo, Alessia escuchó un grito, procediente de la zona cercana a la Iglesia. Ibais a tardar un rato en llegar.

JORGE Y JARVAN:
Cuando finalmente salisteis de la Iglesia, escuchastéis un grito que provenía de una de las casas cercanas. Un palacete de estilo renancentista cuyos dueños posiblemente tuvieran bastante dinero. El grito parecía ser de una niña.

Jorge

El párroco abrió las puertas de la iglesia para que pudiéramos hacer la investigación precisa de lo que había ocurrido. Contestó a todas nuestras preguntas, pese a que la rudeza de Jarvan me obligó a hacer yo el interrogatorio, y cuando examinamos el escenario uno de los pocos signos de violencia, destacaba una bandeja de plata pulida abollada, que seguramente fue lanzada contra la pared. Quien quiera que hubiera hecho aquello era realmente sigiloso, pues nadie había oído nada.

No quedaban restos de magia, aunque es comprensible teniendo en cuenta que los asesinatos se cometieron hacía una semana.

Ya era de noche cuando acabamos de hacer todas las comprobaciones, pero aún así nos dirigimos a la granja en la que había sido asesinada una niña. Pero el grito de una niña viva (o al menos eso esperamos) nos hizo cambiar el camino. El grito provenía de un palacete de gente adinerada.

Pero no había tiempo para la cortesía, así que entramos con disimulo (o por lo menos así lo hizo Jarvan) para buscar en las habitaciones a la niña que había gritado y aquello que la había hecho gritar.

Salvador

Habían inspeccionado el lugar a fondo, incluso interrogado a la viuda, pero habían obtenido pocas pistas, excepto un atisbo de sus habilidades del ser, si es que era un ser, pero parecía claro que era algo que les concernía a ellos.

Cunado se retiraban a la posada oyeron un grito, relativamente lejano.
-Podría ser el asesino, no deberíamos perder tiempo pero alguno debería ir a avisar a Bron yo no soy el más rápido así que voy directamente ha intentar ayudar !vamos¡- mientras decía esto desenvaino su espada y empezó a correr a buen paso hacía el grito, si sus dos compañeros se negaban a ir en busca de Bron se giraría e iría el mismo, alguien tenía que avisarle por si acaso.

Khende asintió con la cabeza, se guardó un fragmento del espejo y empezó a correr mientras se aseguraba de tener a mano su monofilo.
-No creo que sea necesario. Si nosotros lo hemos oído a esta distancia, Bron también lo habrá hecho.

Voy con Jorge a investigar en la iglesia. El cura nos abre y me santiguo al entrar. Mientras Jorge se dedica a inspeccionar la escena, yo hablo con el párroco. Es la primera vez que hago esto y me pongo un poco nervioso.

- Padre, cuéntenos todo lo que sepa sobre las víctimas. ¿Qué lugares solían frecuentar? ¿Por qué los dos se encontraban aquí a solas a altas horas de la noche? ¿Piensa que es posible que estuvieran manteniendo relaciones? -le doy un toquecito con el codo- Usted ya me entiende. ¿Es esa práctica frecuente por aquí?

Noto por la mirada que me echa que las preguntas le incomodan. Podría saber algo más de lo que parece. Pero Jorge interrumpe y continúa él con el interrogatorio. Son pocas las ocasiones que he visto a Jorge iniciar una conversación, así que le dejo a él mientras yo paso a investigar. No encuentro nada raro y cuando Jorge termina nos vamos de la iglesia. Antes de salir me dirijo al cura.

- Padre, disculpe si las preguntas de antes le han parecido inadecuadas. Verá, es nuestro primer interrogatorio, ¿sabe usted? Pero haremos cuanto esté en nuestras manos para resolver el problema, no se preocupe. Quede usted con Dios, padre. -digo mientras salgo santiguándome.

Una vez fuera, le comento a Jorge.

- Pues no parece que hayamos encontrado mu-
-¡¡¡KYAAAAAAAA!!!
- ¿Qué ha sido eso? Venía de allí, vamos.

Señalo en dirección a una casa que debe de pertenecer a algún ricachón y salgo corriendo hacia allí. Llegamos a la casa y entro en ella sigiloso como una sombra, fundiéndome con el entorno. La profesora Jane se habría quedado boquiabierta por mi actuación. Una vez dentro, Jorge y yo buscamos el origen del grito.

Salvador

-.... tiene sentido- fue la única respuesta de Salvador, lo cierto es que lo hubiera escuchado o no era peligroso volver a dividirse, mientras se buscaba a Bron y llegaban a lo mejor se hacía tarde.

-Pues a que estamos esperando, vamos no tenemos todo el día.-digo justo antes de ponerme a correr hacia la iglesia, ya le preguntaré allí a quién sea de donde a venido el grito.

ALESSIA, SALVADOR Y KHENDE:
(Vais a estar un ratito corriendo. Ya os avisaré)

JORGE:
Entraste en la casa. El lugar estaba muy oscuro. Y para colmo Jarvan había desaparecido. Pero daba igual. Te dirigiste a las habitaciones del último piso. Una vez allí viste una pequeña figura dirigiendose hacia tí. Preparaste la espada, pero era tan sólo una niña. La niña Daevar de aquella tarde. Parecía muy asustada, y se colocó detrás tuya, mirando con miedo hacia una puerta del final del pasillo.
(Defiendete de un ataque invisible con habilidad final 167)

JARVAN:
Entraste sin que ni siquiera Jorge se diera cuenta de que estabas allí. Subiste hacia las habitaciones superiores, pero en vez de entrar directamente, miraste desde una ventana del patio interior. En la habitación solo estaban dos personas. Un hombre y una mujer, caídos en el suelo como si estuvieran desmayados. Muy parecido a como estaban los cuerpos de las víctimas.