[Campaña] (Godia Ozonas, Dakota Cromwald, Jiang, Miquelangello Brunetti y Alexei Tolstói) La Sombra Bajo la Cruz

Ajeno a todo lo que estaba sucediendo en la habitación de mis nuevas compañeras yo seguía descansando plácidamente en la mullida cama. Me encontraba en un nuevo mundo onírico. Recordaba como la última vez había presenciado una tierna imagen de la infancia de Seles, ahora sólo soñaba con que llegaba el día en que ella me aceptaba definitivamente, y éramos felices… juntos de nuevo.

Pero entonces lo que acontece en el piso de abajo amenaza con sacarme de mi perfecta ilusión.

[Advertir 30+79=109]

[Me ha pasado de nuevo, lo siento.]

El miembro 'Herrian' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 79

Habia permanecido en silencio mientras la chiquilla hablaba. No sabia que decir ¿Oye voces? ¿Su casa salio ardiendo?

No sabia si interceder por ella o salvar su pellejo, pero todo cambio cuando llego el dolor.

No era solo dolor, ya habia sido apuñalada varias veces. Era el sentimiento de impotencia, de sentirse atada y no poder hacer nada.

De saber que lo peor aun no habia pasado.

¡HIJO DE PUTA! Me cago en tu madre demonio inmundo ¡Putrefaccion Andate! ¡Vil perro sarnoso! ¡Te juro que si salgo de esta te mataré! ¡Te matare y le haré un bien mayor a la Iglesia que estará mucho mejor sin psicopatas engreidos como tu ¡Maldito CERDO! Note un sabor salado en la boca Si no me ha golpeado en la cara...

Tarde un poco en darme cuenta. Estaba llorando, eran lagrimas de impotencia.

Eso me dolio mas que la puñalada.

- ¡Habla, maldita puta, confiesa de una vez! ¡O te juro por el Santo Abel que te arranco el ojo!

¡Ya has escuchado a la niña! ¡He dicho todo lo que sé y ella ha dicho todo lo que sabe! ¡¿Que maldita cosa quieres que confiese ahora?! ¿¡Sodomia!? Escupí, o al menos lo intente de lo debil que estaba, pero mi saliva no supo mas que salir de mi boca sin fuerza.

[La tirada; Y aunque presupongo lo peor, tengo que preguntarlo por si las moscas ¿Miembro atrofiado por ahora y si no recibo ayuda medica pronto o miembro atrofiado para siempre?]

El miembro 'Sir Lobo' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 97

[Gòdia esta mostrando una entereza que lo flipas, voy a hacer ademas una tirada de estilo porque si la vida es justa sacare un 100 xD]

El miembro 'Sir Lobo' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 77, 18

Mis sueños eran dulces. Olía todo a flores y yo era como realmente era.
En el sueño, eso no me molestaba, al contrario, parecía muy feliz con mi apariencia. A mi lado estaban Dakota, ya desarrollada y muy guapa. Junto a ella, una mujer de edad adulta, con un largo cabello muy bien cuidado. Era Gòdia. Reíamos, y recordábamos los momentos en los que nos conocimos y cuán distintas eran las cosas...


Tirada de advertir: 30+

[Offrol: ya me podía salir una abierta por una vez! Así nunca me enteraré de lo que pasa]

El miembro 'xinu' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 19

Miembro atrofiado para siempre. Te ha destrozado literalmente el brazo. Si no te atiende un médico es que puedes morir, o si se te gangrena, te tendrán que amputar el brazo. Lo que ahora tienes seguro, es que tu brazo izquierdo, del codo para abajo no lo puedes mover, y eso ya no tiene arreglo.

Respecto a los chicos, Alexei y Jiang se despiertan. Tras los insultos de Godia, Miquel no tarda mucho en sobresaltarse.
Al estar en una planta superior, no apreciais del todo las voces. Pero podriais asegurar que se trataba de Godia. Debatid lo que vais a hacer, pero os aviso de que tardareis cierto tiempo en bajar (quiero que todo ocurra simultáneamente, y que no haya saltos temporales).


Aquella herida producía un dolor desgarrador. Cualquiera se habría ahogado en sus propios gritos, pero Godia no era una cualquiera. El trato mostrado hacia su escudera le causó tal impotencia y rabia, que olvidó completamente el horrible dolor al que estaba siendo sometida.

Los insultos y maldiciones de Godia embistieron al inquisidor como la peor de las deshonras. Después, un escupitajo de saliva ensangrentada calló sobre el pecho de aquel hombre, se quedó anonadado.

- Es increíble, en mi vida me habían tratado de esta manera.

Belmonte alzó su capa, e introdujo la mano en la bolsa que colgaba de su cinto. Rebuscó.

- Crees ser un hombre, actúas como tal, luchas como tal… yo te haré recordar que eres una mujer.

Del interior sacó un extraño artefacto: tenía una forma ovalada, y en uno de los extremos una especie de tornillo, con unos motivos decorativos.

- Este instrumento no se suele utilizar en interrogatorios de este tipo, pero por ser tú haré una excepción.
Te explicaré como funciona: Primero se embute en la vagina y una vez dentro, se despliega por medio de este tornillo.

Hablaba, mientras señalaba el susodicho tornillo.

- Intenta imaginar el dolor que supone, cuando dentro de ti se abren afiladas placas de metal, que destrozan y desgarran la cerviz del útero. Lo del codo es una caricia comparado con esto.
Espero que no tengas planes de tener un hijo, esto te hará estéril el resto de tu vida. Si es que la infección no te mata.
¡Me va a encantar ver como gritas y lloras de dolor, me rogarás que te perdone y confesarás de una puta vez!

Se colocó a los pies de la cama, y levantó la sábana que tapaba las partes íntimas de Godia.

- Ahora conocerás el infierno de los pecadores.

Dakota Acumula a la mitad por estar maniatada (15 zeon) mientras el hombre mira hacia Godia.

Tiro turno, además.

Turno(95)
Resultado: 134

El miembro 'VonClouve' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 39

...Miro a Gòdia, está muy cambiada... parece que fuera una madre. Al menos esa es su mirada, la mirada que le echa a su niña: Dakota. Vestían blancos y rosados ropajes muy femenimos y estábamos tomando té.... de repente, el sol se esconde y el cielo se vuelve color púrpura y con nubes negras. Todo el sueño se vuelve oscuro, y las caras de Dakota y Gòdia se vuelven huesudas y calavéricas. Me miran con sus ojos blancos y vacíos. Se arrastran hacia mi, murmurando algo... pero no pueden hablar, no tienen cuerdas vocales. No tienen ni piel, todo es hueso y tela.

Entonces despierto. Oigo a lo lejos unas voces... creo que es Gódia.

Miro a mi alrededor, veo a Alexei medio levantado en su cama, junto a Miquel, que se empieza a remover.

Parece que pensamos lo mismo.

-¿Qué estará pasando? Creo que deberíamos echar un vistazo, me ha parecido oir una voz femenina... podrían ser las chicas.

Unos gritos consiguen arrancarme definitivamente del mundo onírico. Me reincorporo rápidamente, recordando durante unos instantes el momento en el que me desperté de la pesadilla en Mazgo. Esta vez no corre sudor por mi frente, ni me encuentro en un oscuro bosque. Me veo en una habitación bastante lujosa, en una cama bastante cómoda.

¿Seles?

Pero no, no me encuentro de nuevo en el palacio. Suspiro. Veo como Jiang se despierta también, y entonces recuerdo el grito.

-¿Qué estará pasando? Creo que deberíamos echar un vistazo, me ha parecido oír una voz femenina... podrían ser las chicas.

De un salto me levanto rápidamente, casi cayendo de la cama. – Creo que ha sido… un grito. – en estos momentos soy consciente de que mi rostro refleja verdaderamente lo que siento. Desconcierto, inseguridad, sorpresa… ¿Esa voz ha sido la de Gòdia?

Me visto tan rápidamente como puedo. No sé el qué, pero algo me impulsa a acudir en ayuda de esas dos. No sé si es conveniencia, o verdadera amistad. Sólo sé que siento la imperiosa necesidad de… ayudarlas.

- Miquel, despierta. – me giro momentáneamente para hacer que nuestro compañero se levante más aprisa. Podría estar pasando cualquier cosa. Mi mente no puede concebir a Gòdia gritando. No en estas circunstancias.

Miro a Jiang, de nuevo. – Creo que será mejor que vayamos. Por si acaso. – digo mientras acabo de subirme los pantalones.

Gòdia sintio como el sudor que le habia recorrido todo el cuerpo se enfriaba al estar en contacto con la brisa. Una sensacion harto desagradable

¡¿Pero que quieres que confiese?! En mi vida he hecho cosa de brujeria alguna. Trage saliva, las muñecas me dolian y el codo me ardia.

¿Que la niña brilla? ¡Nunca lo vi! Llevo con ella cuatro dias y no me he fijado si brilla o no. ¡Nos encontramos en un incendio! ¡Pero alli habian ladrones y un noble que buscaba libros antiguos ¡Tambien pudieron iniciar el fuego ellos! ¡Nunca me ha dado razones para sospechar que era mas que una criaja! ¡Aquel tipo la pudo embrujar! Gòdia no se podia creer que estaba aceptando la palabra del inquisidor como verdadera, no se atrevia a mirar siquiera a Dakota.

Pero no queria mas dolor.

Pataleaba y jadeaba, sin intencion de liberarme pero para soltar la rabia contenida

Yo... solo puedo confesar... s-ser.. demasiado idiota y no haberme d-dado cuenta de n-nada...

No me quedaban fuerzas ya, estaba a punto de desmayarme. He perdido el brazo, este idiota me va a destrozar mi interior. No podré ni combatir ni dar a luz ¿Que sentido le queda a mi vida ahora que me han quitado para lo que me he preparado toda mi vida y me van a quitar para lo que naci preparada?

Me estaba rompiendo, la dura coraza se estaba resquebrajando por momentos.

Una debil voz, imperceptible incluso para ella salio de sus labios, una palabra que habia odiado. Que se negaba a pronunciar.

[size=x-small] Ayudadme... p-por favor---[/size]

- ¡Mientes, mientes maldita zorra!

En el fondo, Godia sabía que aquello era más personal que religioso. Las palabras emponzoñadas de la caballera habían sido excesivas para semejante ego.
El inquisidor inició la tortura. La pera metálica comenzó a atravesar la vagina.

Dakota estaba desmoralizada, por más que lo intentaba no conseguía articular palabra. Después de todo, ella ya había confesado, aquel gesto despreciable era una venganza personal, ella no podía hacer nada para evitarlo.

Godia sentía como el frío acero la penetraba, comenzó a gritar. Se le saltaban las lágrimas, sus lamentos resonaban en toda la posada. Su orgullo acababa de recibir la peor de las puñaladas.

Me ahorro pedirte la tirada de Resistencia al Dolor, por dos razones: la primera para ahorrar tiempo, y la segunda, porque ningún ser humano normal podría contener semejante dolor. Habría que llegar a inhumano o zen para no inmutarse.

- ¿Ya te estás quejando? apenas he tocado el tornillo.

Se mofó sádicamente el vil inquisidor.
El dolor se acrecentaba, destrozándola por dentro. Sin duda, era el mayor sufrimiento al que Godia habia sido sometida en su vida, no imaginaba un infierno peor. Era con creces la peor tortura que podía sufrir una mujer. Su alma se desgarraba al mismo tiempo que su útero. Si salía de esta, la vida de Godia cambiaría por completo, drásticamente.


Jiang, Miquel y Alexei se estremecieron. Aquellos llantos y lamentos infundirían temor a cualquiera. Pero no era momento para echarse atrás, tenían que actuar, cada segundo perdido era un grito más de agonía.
Apresuradamente, guiados por los gritos, los chicos bajaron las escaleras hasta el segundo piso. Sabían el número de la habitación, no tardarían en dar con ellas.

Llamaron a la puerta con dos fuertes golpes. Belmonte, Godia y Dakota quedaron extrañadas. Había que ser muy valiente, o muy estúpido, para irrumpir de esa manera en una habitación de la que salían semejantes alaridos.
El inquisidor, sacó el ensangrentado artefacto y lo dejó sobre la cama. Algo receloso, se acercó hasta la puerta. Acarició lentamente el pomo, y abrió.
En ese momento, el corazón de Dakota se paró un instante, el mismo instante que tardó en reconocer a aquella persona. De semblante oscuro, embutido en una armadura negra como el azabache, capa roja e insignias religiosas colgando de su cuello: Era Margold.
Una pesadilla andante, era el mismísimo demonio que había ido a recibirlas a las puertas del infierno.

- Sir Margold ¡es un honor tenerle aquí!

- He venido en cuanto me he enterado.

Aquellas palabras, aquel tono de voz, rebosaba de satisfacción.

- No te imaginas cuanto tiempo he soñado con este momento. Llevo persiguiendo a esta condenada niña desde la otra orilla del Mar Interior.

Displicente, se acercó a Dakota. Se puso en cuclillas frente a ella y la miró. Sus ojos eran negros como una noche sin luna, infundía un terror apabullante.

- Hola Dakota Cromwald ¿Te acuerdas de mi?


En ese instante, los chicos se topaban con una inesperada, aunque a la vez evidente, sorpresa. El pasillo donde estaba la habitación de Godia y Dakota, estaba lleno de guardias. Todos lo huespedes habían salido de sus habitaciones, alertados por los gritos y voces. Había un pelotón de soldados manteniendo el orden, y asegurandose de que nadie interrumpiese el "proceso inquisitorial".
Hay varias personas, con rostro asombrado y curioso, apelotonadas en el pasillo y, a ojo, unos siete guardias.

El llanto consigue trastornarme, infundiéndome temor. ¿Qué está sucediendo ahí abajo? La preocupación comienza a removerme la consciencia. Y mientras corro junto a Jiang y Miquel veo como el resto de huéspedes se amontonan en el pasillo, despertados también por los lamentos de nuestra compañera. Algo en mi interior me dice que algo no va bien, nada bien. ¿De verdad quería yo traicionar la confianza de estas personas?

Cuando logramos llegar hay varios guardas frente a la puerta de la habitación de Dakota y Gòdia, impidiendo el paso a todo el que trate de entrar.

Miro a Jiang a los ojos, temiéndome lo peor. - ¿Qué está pasando en esa habitación? – pregunto en voz alta.

No pude evitarlo. Estaba llorando, casi tanto como cuando Ren me traicionó. Estaba derramando todas mis lágrimas.

Esos alaridos eran de dolor. Yo no podía imaginar nada peor que el dolor... y esa era Gòdia, la mujer más fuerte que había conocido nunca. Si ella gritaba así, entrar será una muerte segura.

Vemos a los guardias, custodiando la entrada. No podremos entrar.

Miro a Alexei, con mis ojos empañados. Mi derrumbamiento es totalmente palpable, no puedo ocultar lo que siento. Mis rodillas empiezan a temblar, aunque a duras penas consigo rehacerme.

-Yo... no sé q-qué hacer.... ¿qué podemos hacer?

Vuelven a venir lágrimas, intento secármelas pero no lo termino de conseguir.

Al escuchar los gritos, Miquel se despierta del tiron. Esos llantos parecian ser desgarradores. Se levanto de subito. QUE ES ESO?! Exclamo Miquel.

Señores... han escuchado eso? Alguien esta sufriendo! Dijo. Tras eso, se acerco a los guardias. Perdonen... Creen que me pueden dar una logica explicacion de por que hay tantos gritos tras esa puerta? Me han interrumpido un placido sueño como los que nunca eh tenido...

No noto alivio cuando aquello salió.

Estoy rota. Le sangraba el labio, se lo habia mordido para intentar no gritar. No habia funcionado.

No podre montar, ni manejar la lanza, todos estos años entrenando y sufriendo para...

Para nada.

Prorrumpio en sollozos. No se percato de que habia otro hombre en la habitacion.

¡Ni siquiera puedo hacer las labores tipicas de mujer! ¡Coser y ordeñar requieren dos manos! Soy peor que una campesina...

¿Porque me ha pasado esto a mi?

Me quedé quieta, quieta como un trapo, sin vida, sin respirar, sin pensamiento, emoción o momento. Si los ojos me engañaban debía ser la broma más cruel del mundo.

No hay aire suficiente para respirar semejante terror. Mis pupilas tiemblan y mi cabeza pesa.

Mi mundo se vuelve negro...

Tras regodearse de su triunfo ante la niña, Margold se giró hacia Belmonte, y con una expresión preocupada, le dijo:

- Siento decirte esto, compañero, pero aquí ya estás perdiendo el tiempo. Las chicas vienen acompañadas, hay más personas “especiales” en este edificio. Con todo este espectáculo están ganando tiempo, para que sus compañeros puedan escucharlas y escapar.

- ¿Cómo es posible?

- Todavía estamos a tiempo de interceptar a los demás. Hay sospechas de que uno de ellos es portador de un grimorio sobre magia negra, o algo parecido...

- ¡Imposible!

- Encargate tú de ellos, esta patética caballera ya ha tenido bastante. Y en cuanto a Dakota, tengo asuntos pendientes con ella.

Dijo, dibujando una maquiavélica sonrisa en su rostro.
Belmonte rió. Se mofó de los horrores que se cernían sobre Dakota, y rápidamente salió de la habitación.

Margold se aseguró de que la puerta estaba bien cerrada. Después, con una imborrable sonrisa de satisfacción, se acercó de nuevo a Dakota. La miro fijamente, hasta que se cruzaron sus miradas. Entonces, algo increíble ocurrió, una lágrima resbaló por la mejilla de Margold. ¿Un inquisidor llorando?

Daguerreo deshizo Velo.
Lo que vio Godia, fue como el inquisidor desaparecía delante de sus narices. No se podía explicar lo que habia pasado...

- Mi pequeña Dakota, te he echado muchísimo de menos.

Era Daguerreo, te había encontrado, se había convertido en Margold mediante una ilusión. Había conseguido además engañar al malvado inquisidor.

- Siento mucho haberte asustado, pero Margold era el único inquisidor que conocía. Era el único en quien podía transformarme.

Daguerreo utiliza "Modificación Inorgánica" (Nivel 12 de Creación). Modifica la estructura de las cadenas, liberando todas las anillas que la componen. Con esto, Dakota y Godia quedan liberadas.
Además, el djinn recurre al conjuro: Curación (Nivel 20 de Creación). Con esto, restaura lo mejor que puede la salud de Godia, cerrando sus cicatrices y curando sus heridas y lesiones. En cuestión de segundos, la caballera se encuentra muchísimo mejor.

Godia, te sientes completamente recuperada (aunque el antebrazo no lo puedes mover) no sabes qué ha pasado, pero piensas en un milagro.

- En este momento, me encantaría tener un cuerpo físico. Para poder abrazarte con todas mis fuerzas. Para poder llorar de alegría. Y para acariciar esa cara. Dakota… te quiero tanto… no volveré a ser un peligro para ti, te lo juro.

Ahora salgamos de aquí, por la ventana, Belmonte no tardará mucho en percatarse del engaño.

Con Creación Menor, Conjuro de Nivel 2 de Creación, Daguerreo crea una escalera de cuerda, que desciende desde la ventana hasta el suelo, en el exterior.

RE: Godia, Dakota

Un suave calor me despertó. No quería abrir los ojos, no quería volver al dolor, a la culpa.

Pero abrí los párpados guiada por una voz suave, cálida.


La ventana estaba abierta. Una agradable brisa entraba en la habitación, movía las cortinas, que ondulaban como un espíritu. El aire fresco aliviaba un poco los roces de mis ataduras. Pero no estaba atada.

Mi señora Godia tampoco. Estaba aún en la cama, pero se miraba el brazo, ya no estaba completamente destrozado, y miraba con perplejidad a través de la sengre y los restos de lágrimas. Miraba hacia el tercer individuo que había en la habitación.

Y le vi.


Pensé que podía ser otro truco, una refinada tortura más. Pero no, lo sentía, lo sabía de alguna manera.


Era Daguerreo. ¡Había contestado a mi llamada! Yo...Y-Yo... Apenas pude articular palabra.

-D-Dague…


-Ssh. No hay tiempo ahora, hay que darse prisa.



Señaló la ventana abierta. Daguerreo seguía siendo visible, pero ya sin la horrible forma del inquisidor Margold. Tenía el aspecto de un hombre joven, atavaiado con extraños ropajes, como de algún reino fantástico de los cuentos. Tenía una marca extraña en el cuello que se rozaba con los dedos inconscientemente, en su nerviosismo.

-Vamos. Tú tambien, señora. No habrá bondades suficientes en el mundo para recompensar lo que has hecho por Dakota. Debéis moveros y salir ya.

Acto seguido, Daguerreo comenzó a hacer ruido con las sillas y a emular pequeños grititos y murmullos. Tras la puerta, algunos guardias mostraron una expresión siniestra.

Llevo un hatillo con cuatro pertenencias mías y de mi señora Godia. La ayudo a deslizarse hasta el suelo y ambas bajamos. Nos reciben la oscuridad de las calles y el sempiterno olor a cieno.

El reloj de una iglesia cercana da una campanada.