[Campaña] (Godia Ozonas, Dakota Cromwald, Jiang, Miquelangello Brunetti y Alexei Tolstói) La Sombra Bajo la Cruz

[Offrol: Oye, que no habl con cara de dolor... Puse todo lo contrario, que la herida casi no me molestaba... xDD Pero de todas maneras te contare epicamente la historia de los bandidos xD]

[Offrol: Por cierto, ¿alguien sabe si Lobo podrá conectarse, o ya se ha ido a Londres?]

[me suena de que ayer a las cinco dejó de estar "operativo"]

Me sentí aliviado cuando los guardias se llevaron a la mujer... realmente sus palabras me habían dejado fuera de combate. Pero ahora en la habitación la única desconocida era una niña pequeña, y estaba sola.

Maldita sea, no deberías de haberte comportado así. Me dije a mi mismo.

Me agaché para ponerme a su altura, pero desde una distancia prudencial.

- Tranquila pequeña, seguro que ven que es un error que estés aqui y te sacarán enseguida. Hasta entonces, Miquel y yo cuidaremos de ti. ¿Te parece bien?

Seguro que si, Jiang. Le dijo. Luego se giro a la muchacha. Seguro que tu no has hecho nada... verdad? Dice, con una sonrisa.(*)

(*) Ojo, con esto digo que era en plan broma xD

Un escalofrío me recorrió. Mi señora Godia se marcha. Casi no pude contener el impulso de agarrarla y salir detrás de ella.

Por otro lado, la falsa amabilidad de aquellos tipos sospechosos no me convenció mucho. Vale, no parecían malos tipos, pero de algún modo el estar sola otra vez me había puesto a la defensiva.

- Eh, no. Y puedo cuidarme bien. Gracias.

No me impresionaron sus milongas. Mi señora Godia los podía poner firmes en un momento, así que estos tipos no estaban ni muchísimo menos por encima de mí. ¿Cuidarme? ¡Yo ya soy mayor! ¡Soy una escudera de una importante noble de Argos! ¡Qué demonios! Seguían siendo personas en las dependencias de la guardia por alguna razón. ¿Otra confusión, quizá? Eso aseveraban ellos...

Reprimí una comezón horrible.

"Dague..."

Pensé mirando el vacío. Si estuviera aquí, todo sería muchísimo más fácil.



Los minutos pasaban y no escuchaba signos de mi señora tras la puertecilla. El tiempo se eternizaba.

Entonces comencé a fijarme mejor en los tipos. Recordé que me había llamado la atención uno de ellos, que tenía un raro tic en la postura corporal. Yo creo que era una herida, porque no era la primera vez que veía una. Rompí el silencio por curiosidad.

-¿Estás herido?

Le pregunté al tipo aquel sin tapujos, y luego hice un gesto señalando su curiosa postura, quizá imperceptible para el que no está harto de curar huesos rotos y heridas de herreros. En parte, quería demostrarme a mí misma que era capaz de actuar con toda la serenidad del mundo y resultar útil en todo tipo de circunstancias. Sentarme en un rincón a llorar lo sola que me sentía no iba a servir de nada.


Pero, dios mío, cómo me hubiera aliviado.

La voz de Godia, conversando con aquel hombre que tanta desconfianza inspiraba, se extinguió en la lejanía del pasillo. Dakota, ante tal soledad, no pudo evitar derramar una lágrima.

Su intento de relacionarse con los recién llegados fue interrumpido. La puerta se volvió a abrir. Dos guardias entraron, y se apostaron, con las armas desenvainadas, junto a ellos. Un tercer hombre, algo más mayor, entró. Le siguió de cerca otro guardia, mucho más joven.
Aquellos cuatro soldados rodearon al trío. El más mayor, de pelo canoso y un uniforme que destacaba su rango, comenzó a leer unos papeles que llevaba encima.

- Shok Slauvan, 32 años; incisivos, caninos, premolares y dos muelas abandonaron su mandíbula la pasada noche. Su cara esta totalmente destrozada por una fuerte contusión, que es sin duda el motivo directo de su muerte.
Hevan Lisen, 39 años, presenta una serie de contusiones mortales, especialmente en el estómago. Uno de estos golpes, posiblemente con algún objeto metálico, le causó la muerte.
Bien, según la información obtenida de los testigos: un joven oriental y un hombre fuertemente armado, fueron los causantes de esta atrocidad.
Sin más rodeos ¿os declaráis culpables o inocentes de este doble homicidio?

Me quedo paralizada y aterida, absolutamente incapaz de articular palabra.

Perdone, pero nosotros no somos culpables de esos asesinatos... Dijo. Ellos nos intentaron asaltar.. Dijo, mientras se quitaba la armadura, dejando visible la herida. Nos intentaron robar, y como no pudieron me apuñalaron y salieron corriendo. Mi amigo Jiang estaba ocupado ayudandome a vendar la herida, asi que no les hicimos nada... No podia mentir... Pero siempre podia cambiar las cosas, verdad?

[Offrol: Perdón por no entrar ayer, pero tuve jaleo. ¡Hay que ver cómo se lían las cosas! A ver como salimos de esta...XD]

Veo entrar a los guardias... casi había olvidado dónde me encontraba. Pero la certeza me golpeó con fuerza. Había matado a dos hombres, y ahora iba a pagar por ello.

- ¿Estás sordo? acabo de decir que huvo testigos oculares del suceso. Los cuales indican claramente que el chico asiatico golpeó a ambos, mientras tu blandías un arma.
Es cierto que ellos os estaban atacando, iban armados, sí. Pero no sois vosotros quienes estareis mañana a tres metros bajo tierra.

Y tú...

Entonces me miró, y ya no pude ocultar la verdad, se me veía en la cara.

- ¿No piensas decir nada al respecto?

No sabía qué hacer. Todas las fuerzas me habían abandonado. Apenas podía hablar.

- Yo... sólo... - Paré un momento, para tranquilizarme y coger aire. Así no convencería a nadie. Tenía que decir la verdad todo lo edulcoradamente posible, quizá aún podíamos salir de allí sin los pies por delante-. Estábamos intentando encontrar una posada donde dormir, y nos asaltaron esos hombres, armados, y nos atacaron. Intentamos defendernos, y aún así, hirieron a mi amigo clavándole un puñal. Si no hubiera intervenido yo, ahora estaríamos los dos muertos y estaríais teniendo esta conversación con esos dos bandidos. Perdónenme si he pecado por querer salvar mi vida y la de mi amigo.

Esperé, para ver qué efecto tenían mis palabras.

Las convincentes palabras de Jiang parecían surtir efecto.

Jiang, haz una tirada de Persuasión.

Persuasión: -25 +

El miembro 'xinu' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados

'Dado de 100' : 45

Todo asomo de valor me había abandonado. Me sentaba en un rincón, cabizbaja, con las lágrimas fluyendo muy silenciosamente, casi discretas.

Temblé durante un momento. De repente era como si todos estuvieran pendiente mía, de lo que decía, de lo que hacía. Y yo no quería ser protagonista de nada. Sólo quería irme de allí y volver con mi señora y irnos al torneo, y lucharíamos, y...


Me estremecí.


Cuando el soldado dio paso a otro oficial, más viejo y de aspecto curtido, curiosamente noté alguna familiaridad en el guardia. No era nada del otro mundo, pero al menos el hombre se agachó e intentó hablarme con amabilidad.

Cuando me preguntó sobre mi señora, pude contestarle con un hilillo de voz.

-Es... es mi señora. Yo soy su e-escudera. Vamos al t-torneo de Ascani, y la voy a ayudar a ganarles a todos. Porque mi señora es muy valiente, y yo le ayudaré. Estoy muy contenta de estar a s-su lado y que sea mi protectora. Y-Yo no sé nada de secuestradores. Al contrario, ¡mi señora los hubiera ahuyentado sin dudarlo!

Cuando dije estas palabras, volví un poco en mí. De repente me sentía un poco estúpida, y muy inmadura. Una cría, eso es lo que era, lo que todos veían y lo que yo estaba dando a parecer. ¿Por qué me daba tanta rabia ese pensamiento? ¿Por qué esta obsesión con parecer adulta? No podía soportarlo.

Me puse lentamente de pie. Al menos ya no titubeaba.

-Yo... yo tengo una habitación con mi señora en una posada. Si no va a salir pronto, me gustaría volver allí y esperarla.

Y entonces decidí algo completamente inesperado. De repente, me vi maquinando un plan. No se cómo se me ocurrió, ni qué parte de mi mente me inspiró tal idea, pero decidí usar a mi favor a aquellos tipos.

-Creo que estos hombres podrían acompañarme, si no han hecho nada malo. Mi señora los vio antes y dijo q parecían de fiar. ¿Podrían acompañame? Así estaría más segura contra esos criminales o lo que sean...


¡Por todos los demonios! Pensé para mis adentro. ¿Pero de dónde se me ocurrían semejantes ideas? ¿Y si en realidad eran asesinos? Una niña sola contra ellos dos...
¿Cómo podía siquiera pensar así?

Caí en la cuenta. Así pensaba siempre cuando estaba con Dague. Maquinando, haciendo planes que involucraban a la gente. Dague me hacía mentir sin pudor, cuando era necesario, y tenía que reconocer que no era mala haciéndolo.


Como si este tiempo con mi señora fuera un sueño de ideales y caballería, como si en momentos de necesidad despertara mi vena de superviviente...

...así me enseñaste, Daguerreo.




Seguí mirando al oficial con mis mejores ojillos de inocencia.

- No, lo siento. Ahora mismo os conduciré a los tres a la horca.

Bromeó en un tono sarcástico.

- ¡Por dios, Willzan!

Miró al soldado joven.

- ¿Te das cuenta a lo que me refiero? Tu capitán y tú no podeis ir por ahí raptando a toda aquella niña que vaya acompañada por alguien atípico. ¡Aunque sus ropas estén manchadas de sangre! ¿Acaso me arrestariais a mi y a mi hija si la vieseis acompañandome tras una batalla?
En cuanto al asiático y al hombre apuñalado, es más que evidente que fueron asaltados. Sólo hay que mirar el atuendo de los cadaveres... ¿qué se les puede robar? ¿la lepra? ¿la peste?

- Lo- lo siento, señor.

- Iré a hablar con el capitán. Esto es Ascani, ¡por el amor de dios! ¿Qué imagen queremos darle al resto de la Alianza?

Dejadlos ir.

Acto seguido, aquel hombre, junto al tal Willzan, salió de la habitación. Los guardias restantes agarraron a Dakota, Jiang y Miquel. Y del mismo modo que los trajeron, los llevaron hasta la salida. Ni siquiera se disculparon por tal negligencia, pero por lo menos ya eran libres.


Estais frente a la puerta del cuartel. Son aproximadamente las dos de la tarde.

Como por arte de magia, estamos fuera del cuartel en un abrir y cerrar de ojos. Me pregunto a mí mismo dónde estará la mujer caballero... aunque fuera muy dura con nosotros, la niña le tenía mucho cariño y hablaba muy bien de ella. Más que por mi bien, pienso en el de la niña... Había demostrado mucha valentía al hablar de aquella manera a los guardias. Y entonces lo recuerdo; había intercedido por nosotros, nos había defendido aún sin conocernos. Le debemos una...

Ya fuera, miro a Miquel y a la niña.

-Al menos estamos fuera, pensé que esa no salíamos. -Después, me agacho y me pongo a la altura de la niña-. Te agradezco mucho lo que has dicho ahí dentro. Estoy en deuda contigo. Dime qué quieres hacer y haré lo posible para cumplirlo. Por cierto, ¿cómo te llamas?

Miro a la pequeña, y no puedo evitar sonreirle. Todo era demasiado parecido...

Una vez fuera, respire aliviado. Me acerque a la niña. Muchas gracias por lo que nos has hecho. Te debemos una... Dijo. Le dedico una reverencia en agradecimiento, y luego se giro. Bueno... Ahora, la pregunta es: A donde nos llevara Dios?

Se me ocurre que lo mejor que puedo hacer es volver a la posada y recoger algunas provisiones, entre otras cosas dinero.

- Eh... bueno, yo iba a volver a la posada de mi señora, tengo q recoger algunas cosas de alli y creo q nos podrían hacer de comer, eh...

Estoy un poco intranquila por la señora Godia. Trato que no se me note en la voz. También estoy contenta, tengo una magnífica escolta y podemos movernos por la ciudad sin miedo. Tengo que reconocer que la historia de los secuestradores me asusta. Soy un blanco obvio, y es... aterrador pensar en ser secuestrada aquí, en este sitio.


Conforme vamos en camino se me ocurre comenzar recopilando información de los adultos.

-Yo... uh... me llamo Dakota. -Usar un nombre falso era hasta peligroso, ahora - ¿No sabréis ust...?, eh, esto, ¿no sabrán vuestras mercedes sobre el tal torneo de Ascani?

Imité un poco el deje de mi señora lo mejor que pude. En verdad sonaba elegante...

Torneo... Lo siento mucho, pero no sabia nada. Yo estoy aqui por otros motivos... Decia, mientras recordaba por lo que estaba aqui. Hermano... Esperame un rato mas...

-Es la primera vez que oigo algo sobre un torneo. Siento que no seamos de ayuda. Te acompañaremos hasta la posada, y luego veremos qué hacer.

Eché una mirada de complicidad a Miquel, para ver si realmente estaba de acuerdo en todo esto, aunque su personalidad parecía leerse en su frente.

Mientras hablabais, cerca de la entrada al cuartel, un portazo os interrumpió. Godia salió dignamente del edificio, después de un aburrido interrogatorio. Como despedida, cerró con tal brusquedad la puerta, que casi la parte en dos.

A Dakota se le iluminaron los ojos al ver a su señora.


Aunque se da por hecho, lo aclaro: os han devuelto todas vuestras pertenencias.

¡Pardiez! Bufe saliendo de aquel lugar plagado de ignorantes ¡¿Acaso en esta tierra se culpa a los nobles de secuestro por ocio o deporte?! Escupí.

¿ Y Do' ibais vos, pizpajilla con aquestos malandrines? ¿Acaso de creias muerta y buscabas ya otro señor? La seriedad en la cara de Gódia se torna pronto en una sonrisa. Me alegro no haberme equivocado contigo guajilla, eres avispá como para haber salio.

Vayamos a la posada a reponer fuerzas y a seguir con nuestra investigación. Ni salude siquiera a los otros dos prisioneros, pensando que estaban juntos mas por el hecho de haber salido al mismo tiempo que por haber entablado amistad. Aquestos hombres... ¿Tambien inocente? Menuda casualidad, aunque viendo a esta guardia me lo creo.